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lunes, 13 de enero de 2014

VOLIMEN XIV: Escritos breves (1915-16)

Carta a la doctora Hermine von Hug-Hellmuth. (1919 [1915])

(Ver nota(391))
El diario es una pequeña joya. Creo realmente que nunca, hasta ahora, se había podido penetrar con esa claridad y esa veracidad en las mociones anímicas que caracterizan al desarrollo de la muchacha de nuestro nivel social y cultural en los años de la prepubertad. El modo en que los sentimientos crecen desde el egoísmo infantil hasta alcanzar la madurez social; el modo en que se perfilan primero las relaciones con padres y hermanos, y después poco a poco se acendran en seriedad e intimidad; el modo en que se anudan amistades y se las abandona, y cómo tantea la ternura sus primeros objetos; sobre todo, el modo en que el secreto del sexo emerge al comienzo borroso, para apoderarse luego por completo del alma infantil, y de qué manera esta niña, bajo la conciencia de su secreto saber, sufre un perjuicio y gradualmente lo supera: todo eso se expresa de manera tan encantadora, tan natural y tan seria en esos bocetos hechos sin artificio, que por fuerza despertará en pedagogos y psicólogos el máximo interés. [ ... ]
Opino que está obligada usted a dar el diario a la estampa. Mis lectores le quedarán agradecidos.

Paralelo mitológico de una representación obsesiva plástica. (1916)

(Ver nota(392))
A cierto enfermo, de unos 21 años, los productos del trabajo mental inconciente no le devienen concientes sólo como pensamientos obsesivos, sino también comoimágenes obsesivas. Unos y otras pueden ir juntos o presentarse de manera independiente. En cierta época, cada vez que veía a su padre entrar en la habitación, le emergían, íntimamente enlazadas, una palabra y una imagen obsesivas. La palabra decía: «Vaterarsch» {culo de padre}, y la imagen concomitante figuraba al padre como la parte inferior de un cuerpo desnudo, provisto de brazos y piernas, al que le faltaban la parte superior del cuerpo y la cabeza. Los genitales no se mostraban, y los rasgos del rostro estaban pintados sobre el abdomen.
Con miras a elucidar esta formación de síntoma, extravagante en mayor grado que lo común, cumple hacer notar que ese enfermo, de un desarrollo intelectual pleno y de elevadas aspiraciones éticas, hasta bien pasados sus diez años había practicado en las más variadas formas un erotismo anal muy vivo. Superado este, su vida sexual fue empujada hacia atrás, hacia el estadio anal previo, por la lucha ulterior con el erotismo genital. Amaba y respetaba mucho a su padre, y le temía no poco; pero desde el punto de vista de sus elevadas pretensiones a la sofocación pulsional y al ascetismo, el padre le aparecía como el subrogado de Ir, «lujuria», del afán de goce dirigido a lo material.
«Vaterarsch» se explicó enseguida como germanización traviesa del título honorífico «Patriarch» {patriarca} (ver nota(393)). La imagen obsesiva es una evidente caricatura. Trae a la memoria otras figuraciones que, con propósito denigratorio, sustituyen a la persona total por un solo órgano, por ejemplo, sus genitales; trae a la memoria también fantasías inconcientes que llevan a identificar los genitales con el hombre total, y giros idiomáticos en broma como «Soy todo oídos».
La fijación de los rasgos del rostro sobre el abdomen de la caricatura me pareció al comienzo muy extraña. Pero pronto recordé haber visto algo parecido en caricaturas francesas(394)? El azar hizo que tomara después conocimiento de una figuración antigua, que muestra una total concordancia con la imagen obsesiva de mi paciente.
Según la saga griega, Deméter había llegado a Eleusis en busca de su hija robada; allí la
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albergaron en su casa Disaules y su mujer Baubo, pero, en su hondo duelo, rehusaba probar alimento y bebida. Ante eso, su huéspeda Baubo la movió a reír levantándose de repente el vestido y descubriendo su vientre. La discusión de esta anécdota, probablemente destinada a explicar un ceremonial mágico que ya no se entendía, se encuentra en el cuarto volumen de la obra Cultes, mythes et religions, 1912 [pág. 115], de Salomon Reinach. Ahí se dice que durante las excavaciones. practicadas en Priena(395), en el Asia Menor, ;se hallaron terracotas que figuraban a esta Baubo. Muestran un cuerpo femenino sin cabeza y sin busto, sobre cuyo abdomen se ha pintado un rostro; el vestido alzado enmarca ese rostro como una corona de cabellos.

Una relación entre un símbolo y un síntoma. (1916)

(Ver nota(396)) Que el sombrero es símbolo de los genitales, sobre todo de los masculinos, ha sido suficientemente respaldado por la experiencia de los análisis de sueños (ver nota(397)). Pero no puede aseverarse que este símbolo se cuente entre los inteligibles. En fantasías, así como en múltiples síntomas, aparece también la cabeza como símbolo de los genitales masculinos o, si se quiere, como subrogación de ellos. Muchos analistas habrán observado que sus pacientes que sufren de obsesiones exteriorizan hacia la decapitación un grado de horror y de exasperación muchísimo mayor que hacia cualquier otra variedad de muerte, y se habrán visto movidos a explicarles que ellos tratan el ser-decapitado como un sustituto del ser-cas-trado. Repetidas veces se han analizado, y también comunicado, sueños de personas jóvenes, o sueños que tuvieron los pacientes en su juventud, relativos al tema de la castración y en los que se hablaba de una bola que fue preciso interpretar como la cabeza del padre. Hace poco pude resolver un ceremonial previo al dormir, en que se prescribía que la pequeña almohada para la cabeza debía colocarse en forma de rombo sobre las otras almohadas, y la cabeza de la durmiente debía descansar exactamente sobre la diagonal mayor del rombo. Este último tenía el significado notorio bien conocido de las inscripciones que se hacen sobre las paredes [grafliti]; la cabeza estaba destinada a figurar un miembro masculino (ver nota(398)).
Ahora bien, podría ocurrir que el significado simbólico del sombrero derivase del de la cabeza, siendo que aquel puede considerarse una cabeza que se continúa, pero separable. En este contexto me viene a la memoria un síntoma de los neuróticos obsesivos, a partir del cual estos enfermos saben crearse un obstinado martirio. Acechan por la calle de continuo para ver si algún conocido los ha saludado primero quitándose el sombrero o parece aguardar el saludo de ellos, y renuncian a una cantidad de relaciones cuando descubren que las personas respectivas no los saludan más o no contestan formalmente a su saludo. Tales dificultades en el saludo, que ellos se crean según su talante y antojo, son interminables. Y en nada varía su conducta sí se les pone por delante lo que, sin embargo, todos ellos saben: que el descubrirse al saludar significa una humillación ante el saludado (p. ej., un grande de España goza de la prerrogativa de permanecer cubierto en presencia del rey), y que la susceptibilidad de ellos hacia el saludo tiene entonces el sentido de no aparecer inferiores de lo que los otros se creen a sí mismos. La resistencia de su susceptibilidad a tal esclarecimiento admite la conjetura de que se está frente al efecto de un motivo mal conocido por la conciencia, y la fuente de ese refuerzo podría fácilmente hallarse en la relación con el complejo de castración.
Notas finales 1 (Ventana-emergente - Popup) En el escudo de armas figura un barco, y la divisa puede traducirse: «Se sacude, pero no se hunde». Freud cita la frase dos veces en su correspondencia con Fliess, refiriéndose a su propio estado mental (1950a, Cartas 119 y 143).] 2 (Ventana-emergente - Popup)
Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico (1914)
«Zur Geschichte der psychoanalytischen Bewegung»
Ediciones en alemán
1914 Jb. Psychoanalyse, 6, págs. 207-60.
1918 SKSN, 4, págs. 1-77. (1922, 21 ed.)
1924Leipzig, Viena y Zurich: Internationaler Psychoanalytischer Verlag, 72 págs. (Publicado a fines de 1923.)
1924 GS, 4, págs. 411-80.
1946GW, 10, págs. 44-113.
Traducciones en castellano
1928 «Historia del movimiento psicoanalítico». BN (17 vols.), 12, págs. 125-98. Traducción de Luis López-Ballesteros.
1943 Igual título. EA, 12, págs. 129-202El mismo tra ductor.
1948 Igual título. BN (2 vols.), 2, págs. 889-919. El mismo traductor.
1953 Igual título. SR, 12, págs. 100-54. El mismo tra ductor.
1968 Igual título. BN (3 vols.), 2, págs. 981-1011. El mismo traductor.
1972 Igual título. BN (9 vols.), 5, págs. 1895-930El mismo traductor.
En las ediciones alemanas anteriores a 1924 se indica, al final del trabajo, la fecha «febrero de 1914. En realidad, parece haber sido escrito en enero y febrero de ese año. En la edición de 1924 se hicieron algunas modificaciones secundarias, y se agregó la extensa nota al pie de las págs. 32 y 33 de esta edición.
Una acabada exposición de la situación que condujo a escribir este trabajo se ofrece en el segundo tomo
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de la biografía de Freud escrita por Ernest Jones, (1955, págs. 142 y sigs.). Aquí bastará con un breve resumen. Los desacuerdos de Adler con las opiniones de Freud habían alcanzado su punto crítico en 1910, y los de Jung, unos tres años después. A pesar de esas divergencias, sin embargo, ambos siguieron caracterizando a sus teorías, por largo tiempo, como «psicoanálisis». El propósito del presente artículo fue enunciar claramente los postulados e hipótesis fundamentales del psicoanálisis, para mostrar que las teorías de Adler y Jung eran totalmente incompatibles con aquellos, y para extraer la inferencia de que llamar con el mismo nombre a estos puntos de vista contradictorios no podía sino llevar a una confusión general. Y si bien durante muchos años la opinión popular siguió insistiendo en que había «tres escuelas de psicoanálisis», los argumentos de Freud terminaron por imponerse. Adler ya había elegido la denominación de «psicología individual» para sus teorías, y poco después Jung adoptó la de «psicología analítica» para las suyas.
Con miras a dejar perfectamente en claro los principios esenciales del psicoanálisis, Freud trazó la historia del desarrollo de esos principios desde los comienzos preanalíticos. La primera sección del artículo abarca el período durante el cual él fue el único participante -es decir, más o menos hasta 1902-. La segunda sección continúa la historia hasta 1910 aproximadamente, el período durante el cual las concepciones psicoanalíticas comenzaron a extenderse a círculos más amplios. Recién en la tercera sección F reud examina los puntos de vista disidentes, primero los de Adler y. luego los de Jung, y señala los aspectos fundamentales en q ue se apartan de los hallazgos del psicoanálisis. En esta última sección, y en alguna medida también en el resto del artículo, v emos a Freud adoptando un tono mucho más beligerante que en cualquiera de sus otros escritos. Y en vista de sus experiencias durante los tres o cuatro años anteriores, este talante poco habitual no puede mover a sorpresa.
Otros dos trabajos de Freud, contemporáneos de este, versan también sobre los puntos de vista de Adler y Jung. En «Introducción del narcisismo» (1914c), compuesto casi al mismo tiempo que la «Contribución», aparecen algunos párrafos polémicos respecto de Jung al final de la primera sección (AE, 14, págs. 77-8), y respecto de Adler al comienzo de la tercera (págs. 89-90). El historial clínico del «Hombre de los Lobos» (1918b), escrito en lo esencial a fines de 1914, aunque publicado (con dos pasajes adicionales) recién en 1918, fue pensado en gran parte como una refutación empírica a Adler y Jung, y contiene muchos ataques a sus teorías. En los trabajos posteriores de Freud hay una cantidad de referencias dispersas a estas polémicas (sobre todo en escritos de divulgación o semiautobiográficos); pero siempre en un tono más austero y nunca en forma extensa. Debe mencionarse especialmente, sin embargo, una discusión circunstanciada de los puntos de vista de Adler sobre las fuerzas motivadoras de la represión, en la sección final del artículo «Pegan a un niño» (1919e), AE, 17, págs. 197 y sigs. Otra severa crítica a Adler, de cierta extensión, se hallará en la 341 de las Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (1933a), AE, 22,
págs. 130-2.
En lo atinente a los fragmentos puramente históricos y autobiográficos de este trabajo, debe señalarse que Freud siguió más o menos el mismo derrotero en suPresentación autobiográfica (1925d), aunque en algunos puntos esta última es complementaría del presente artículo. Para un tratamiento más completo del tema, debe remitirse al lector, por supuesto, a la biografía en tres tomos de Jones. En nuestras notas de pie de página no hemos intentado en absoluto volver a recorrer el camino ya transitado en esa obra.
James Strachey
3 (Ventana-emergente -Popup)
[La revista{Jahrbuch für psychoanalytische und psychopatbo-logische Forschungen} había estado hasta entonces bajo la dirección de Bleuler y Freud, y Jung era el jefe de redacción. En ese momento Freud se convirtió en el único director y las tareas de preparación de los trabajos fueron asumidas por Abraham y Hitschmann. Cf. también infra, pág. 45.]
4 (Ventana-emergente - Popup)
En mis Cinco conferencias sobre psicoanálisis (1910a)dictadas en la Clark University. [Cf.infra, págs. 29-30.]
5 (Ventana-emergente - Popup)
Aquí parece haber un error. En su contribución, Breuer utiliza por lo menos quince veces el término «conversión» (o sus derivados); pero sólo la primera (AE, 2, pág. 217) agrega entre paréntesis el nombre de Freud. Es posible que Freud haya visto una versión preliminar del manuscrito de Breuer y lo haya convencido de que en el libro impreso no agregara su nombre en las demás ocasiones. La primera publicación en que apareció el término antes de los Estudios sobre la histeria fue «Las neuropsicosis de defensa» (Freud, 1894a).
6 (Ventana-emergente - Popup)
Freud trabajó en la Salpêtrière, en París, durante el invierno de 1885-86. Véase su «Informe sobre mis estudios en París y Berlín» (1956a)
7 (Ventana-emergente - Popup)
Freud pasó algunas semanas en Nancy en 1889.
8 (Ventana-emergente - Popup)
Este es un error; debería decir «1900». Cf. AE, 7, pág. 5.
9 (Ventana-emergente - Popup)
{«Wissenschaftilich», vale decir, en el sentido de las ciencias físico-naturales.}
10 (Ventana-emergente - Popu p)
{«Abstossung» = «repulsión»; lo contrario es «Anziehung» =«atracción». Es la pareja de términos que designan las fuerzas básicas de la mecánica clásica.}
11 (Ventana-emergente - Popup)
En Inhibición, síntoma y angustia (1926d),Freud volvió a usar el término «defensa» para expresar un concepto general, res-pecto del cual «represión» sería una subespecie. Véase mi «Apéndice A» adicha obra, AE, 20, págs. 162-3.
12 (Ventana-emergente - Popup)
Véase el historial clínico de Anna O., en Breer y Freud (1895), AE, 2, pág. 47
13 (Ventana-emergente - Popup)
{«Suceso adverso».} Un relato más completo puede encontrarse en el primer volumen de la biografía de Ernest Jones (1953, págs. 246-7)
14 (Ventana-emergente - Popup)
[En mi «Introducción» al volumen II de la Standard Edition se aborda el tema de las relaciones de Freud con Breuer.]
15 (Ventana-emergente - Popup)
Rudolf Chrobak (1843-1910) fue profesor de ginecología en Viena desde 1880 hasta 1908.
16 (Ventana-emergente - Popup)
Freud había hecho mención de estoen una reunión de la Sociedad Psicoanalítica de Viena el 1° de abril de 1908. (Cf. el volumen 1 de la traducción al inglés de las actas de la Sociedad.)
17 (Ventana-emergente - Popup)
{Breuer dijo «Alkove», y al explicarlo lo tradujo al alemán como «Ehebettes». }
18 (Ventana-emergente - Popup)
P. C. H. Brouardel (1837-1906) fue designado profesor de medicina forense en París en 1879. Freud lo menciona elogiosamente en su «Informe sobre mis estudios en París y Berlín» (1956a) y en su prólogo a Bourke, Scatologic Rites of all Nations (Freud, 1913k).
19 (Ventana-emergente - Popup)
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{«¡Empéñese usted, le aseguro que lo conseguirá!».}
20 (Ventana-emergente - Popup)
{«¡Pero en tales casos siempre es la cosa genital, siempre... siempre... siempre! ».}
21 (Ventana-emergente - Popup)
{«Abrazar las ideas de» alguien, pero literalmente «casarse» con ellas. También en inglés se usa el giro «to espouse an idea». }
22 (Ventana-emergente - Popup)
[Otros ejemplos de antecedentes de sus ideas son mencionados por Freud en «Para la prehistoria de la técnica analítica» (1920b). Véanse también las observaciones sobre Popper-Lynkeus (infra, pág. 1-9). - Ernest Jones (1953, págs. 407 y sigs.) examina la posibilidad de que el término «represión» haya sido derivado indirectamente por Freud de Herbart, filósofo del siglo xix. Véase mi «Nota introductoria" a «La represión» (1915d), infra, pág. 138.]
23 (Ventana-e mergente - Popup)
Esta rectificación teórica de Freud es descrita por él -en forma contemporánea a la rectificación misma en una carta a Fliess del 21 de setiembre de 1897 (1950a, Carta 69), AE, 1, pág. 302 y n. 192. Su primer reconocimiento público de la rectificación tuvo lugar casi diez años después, en su artículo sobre la sexualidad en las neurosis (1906a), AE, 7, págs. 266-7. En la 33° de las Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (1933a), AE, 22, pág. 112, Freud señaló que en rigor tales fantasías no se relacionaban con el padre sino con la madre.
24 (Ventana-emergente - Popup)
[Un examen más extenso de la influencia de Stekel se incluye en un pasaje agregado por Freud en 1925 a la sección sobre el simbolismo de La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 356.]
25 (Ventana-emergente - Popup)
[Véanse los dos artículos de Freud sobre esto (1923f y 1932c) -La palabra «famoso» fue agregada en 1924.]
26 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud relató partes importantes de su autoanálisis en su correspondencia con Fliess, contemporánea de aquel, sobre todo en las Cartas 70 y 71, escritas en octubre de 1897 (1950a, SE, 1, págs. 303-8). - No siempre Freud sustentó un punto de vista tan favorable sobre el autoanálisis. Por ejemplo, en su carta a Fliess del 14 de noviembre de 1897 (1950a, Carta 75),escribió: «Mi autoanálisis sigue interrumpido; ahora advierto por qué. Sólo puedo analizarme a mí mismo con los conocimientos adquiridos objetivamente (como lo haría un extraño); un genuino autoanálisis es imposible, pues de lo contrario no existiría la enfermedad [la neurosis]. Puesto que todavía tropiezo con enigmas en mis pacientes, es forzoso que esto mismo me estorbe en el autoanálisis». Y hacia el fin de su vida, en una breve nota sobre un acto fallido (1935b), observó: «En los autoanálisis es particularmente grande el peligro de la interpretación incompleta. Uno se contenta demasiado pronto con un esclarecimiento parcial, tras el cual la resistencia retiene fácilmente algo que puede ser más importante». Estos comentarios contrastan con su prólogo cautelosamente apreciativo a un artículo de E. Pickworth Farrow (1926), en el que este exponía los hallazgos de un autoanálisis (Freud, 1926c). Tratándose de análisis didácticos, en todo caso, opinaba decididamente que este debía ser hecho por otra persona; véase, por ejemplo, uno de sus artículos sobre técnica escrito poco antes que el actual (1912e), y también su trabajo, muy posterior, «Análisis terminable e interminable» (1937c).]
27 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. Freud (1896c). R. von Krafft-Ebing (1840-1903) fue profesor de psiquiatría en Estrasburgo en 1872-73, en Graz (donde también dirigió el hospital provincial para enfermos mentales) desde 1873 hasta 1889, y en Viena desde 1889 hasta 1902. Se distinguió, asimismo, por sus trabajos en criminología, neurología y psychopathia sexualis. ]
28 (Ventana-emergente - Popup)
[Referencia a las palabras dirigidas por Kandaules a Gyges en Friedrich Hebbel, Gyges und sein Ring (acto V, escena 1).]
29 (Ventana-emergente - Popup)
{«Aislamiento espléndido»}
30 (Ventana-emergente - Popup)
[La frase aparece, en forma apenas diferente, en «Charcot» (Freud, 1893f).]
31 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase, sin embargo, mi «Introducción» a esa obra (1900a) AE]
32 (Ventana-emergente - Popup)
[La fecha es 1900; cf. supra, pág. 10, n. 7.]
33 (Ventana-emergente - Popup)
[Una secuela de esta anécdotaaparece mencionada en la Presentación autobiográfica(1925d), AE, 20]
34 (Ventana-emergente - Popup)
[1 Henry IV(acto II, escena 4).]
35 (Ventana-emergente - Popup)
[Wilhelm Stekel.]
36 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1924:] Hoy director de la Internationaler Psychoanalytischer Verlag [Editorial Psicoanalítica Internacional; cf.AE, 17, págs. 260-1] y redactor deInternationale Zeitschrift für árztlicbe Psychoanalysey de Imago desde el comienzo de ambas publicaciones [cf. infra, pág. 46].
37 (Ventana-emergente - Popup)
[Eugen Bleuler (1857-1939), el renombrado psiquiatra, por entonces director del Burgholzli, el hospital público para enfermos mentales de Zurich.]
38 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1924:] Quien posteriormente fundó la «Policlínica Psicoanalítica» de Berlín. [Véanse dos breves notas sobre esto: Freud (1923g y 1930b).]
39 (Ventana-emergente - Popup)
[Alfred Hoche (nacido en 1865), profesor de psiquiatría en Friburgo, lanzó contra el psicoanálisis ataques particularmente vehementes e insultantes. Leyó un artículo sobre él en un congreso médico celebrado en Baden-Baden, con el título «Una epidemia psíquica entre los médicos» (Hoche, 1910).]
40 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta fecha errónea aparece en todas las ediciones alemanas. El caso fue publicado en mayo de 1896. Ocupa la sección III de «Nuevas puntualizaciones sobre las neuropsicosis de defensa» (1896b), AE, 3, págs. 175 y sigs.]
41 (Ventana-emergente - Popup)
[Aparentemente, Freud tomó prestado el término de Jung por primera vez en «El psicoanálisis y la instrucción forense» (1906c)Sin embargo, él mismo lo había utilizado mucho antes, en un sentido al parecer muy similar, en una nota agregada al caso de Emmy von N., de Estudios sobre la histeria (1895d), AE, 2, pág. 89n.]
42 (Ventana-emergente - Popup)
Havelock Ellis, 1911b. [Freud mismo presentó un artículo en ese congreso, realizado en Sydney (1913m).]
43 (Ventana-emergente - Popup)
{«El psicoanálisis de Freud es defendido y practicado en la actualidad no sólo en Austria y Suiza, sino en Estados Unidos, en Inglaterra, en la India, en Canadá, y, no lo dudo, en Australasia».}
44 (Ventana-emergente - Popup)
G. Greve, 1910. [Freud escribió una reseña de este trabajo (1911g).]
45 (Ventana-emergente - Popup)
[Su nombre se agregó en 1924.]
46 (Ventana-emergente - Popup)
[Jung, 1910a y 1910b.]
47 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1924:] Véase Putnam, Addresses on Psycho-Analysis, 1921. [Freud contribuyó con un prefacio
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(1921a).] - Put-nam murió en 1918. [Véase la nota necrológica de Freud (1919b).]
48 (Ventana-emergente - Popup)
Las publicaciones de ambos autores han aparecido en compilaciones: Brill, 1912, y Ernest Jones, 1913a.
49 (Ventana-emergente - Popup)
[E. Régis (1855-1918) fue profesor de psiquiatría en Burdeos desde 1905.]
50 (Ventana-emergente - Popup)
[Antes de 1924 decía aquí: «una exposición detallada e inteligente, donde sólo se objeta el simbolismo»]
51 (Ventana-emergente - Popup)
[El Congreso Internacional de Medicina.]
52 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. Janet, 1913, y Jones, 1915; véase también la nota al pie que agregué en Estudios sobre la histeria (Breuer y Freud, 1895), AE, 2, pág. 7, n. 4.]
53 (Ventana-emergente - Popup)
El primer reconocimiento oficial que la interpretación del sueño y el psicoanálisis obtuvieron en Europa fue el que les extendiera el psiquiatra Jelgersma, rector de la Universidad de Leiden, en su discurso del 9 de febrero de 1914.
54 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1924:] No es mi propósito poner up to date {«poner al día», «actualizar»} esta descripción esbozada en 1914. Sólo agregaré algunas observaciones para indicar el modo en que se ha modificado el cuadro en el intervalo, que incluye la Guerra Mundial. En Alemania se produce una infiltración lenta, no siempre admitida, de las doctrinas analíticas en la psiquiatría; las traducciones de mis escritos al francés aparecidas en los últimos años han terminado por despertar también en Francia un fuerte interés por el psicoanálisis; ese interés es por ahora más activo en los círculos literarios que en los científicos. En Italia, M. Levi Bianchini (Nocera Superiore) y Edoardo Weiss (Trieste) han salido a la palestra como traductores y campeones del psicoanálisis (Biblioteca Psicoanalítica Italiana). Una versión completa de mis obras que se está publicando en Madrid (traducida por López-Ballesteros) da satisfacción al vivo interés demostrado por los países de habla hispana (profesor H. Delgado, en Lima). En cuanto a Inglaterra, la profecía del texto parece cumplirse sin pausa; un centro para el estudio del psicoanálisis se ha creado en Calcuta, India Británica. En Estados Unidos, la profundización del estudio del psicoanálisis no corre todavía pareja con su popularidad. En Rusia, el trabajo psicoanalítico ha
61 (Ventana-emergente - Popup)
[La última cláusula de esta oración fue agregada en 1924.]
62 (Ventana-emergente - Popup)
[Presumiblemente, el origen judío de Freud {Juderstum}.]
63 (Ventana-emergente - Popup)
[Schiller, Die Piccolomini, acto II, escena 7.]
64 (Ventana-emergente - Popup)
[Schiller, Die Piccolomini, acto II, escena 7.]
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Estas líneas pertenecen a unos versos irónicos escritos por Goethe hacia el final de su vida (edición del archiduque Wilhelm Ernst, 15, págs. 400-1). En ellos se describe a Satán enunciando una cantidad de cargos contra Napoleón, y las palabras citadas por Freud son la respuesta del Padre Eterno. Muchos años antes (el 4 de diciembre de 1896), Freud había citado las mismas palabras en una carta a Fliess, como un posible lema para un capítulo sobre la resistencia (Freud, 1950a, Carta 51). Dos explicaciones admisibles -no necesariamente excluyentes- del empleo de la cita en el presente contexto son las siguientes. Freud puede estar aplicándola a las críticas formuladas por los oponentes del psicoanálisis, o puede estar dirigiéndose irónicamente a sí mismo por perder su tiempo en semejantes trivialidades. Cabe señalar, en beneficio del lector no familiarizado con el alemán, que «Jüngsten Tag» {«Juicio Final», aunque literalmente es «último día»} no se escribe habitualmente en el alemán moderno con «J» mayúscula.
66 (Ventana-emergente - Popup)
El nombre de Colón se agregó en 1924.
67 (Ventana-emergente - Popup)
En 1910 Freud tenía 54 años.
68 (Ventana-emergente - Popup)
Véase la presentación que hizo Freud de esa serie (1907e).
69 (Ventana-emergente - Popup)
Nota agregada en 1924: Desde entonces han aparecido trabajos de Sadger (n° 16 y 18) y Melholz (n° 17).
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recomenzado en varios centros después de la Revolución. En lengua polaca aparece ahora la Polska Biblioteka Psychoanalítyczna. En Hungría ha florecido una brillante escuela psicoanalítica bajo la dirección de Ferenczi. (Cf. Festschrift zum 50. Geburtstag von Dr. S. Ferenczi.) [Este número especial de laInternationale Zeitschrift für Psychoaralyse, dedicado a Sándor Ferenczi al cumplir este 50 años, incluyó una colaboración de Freud (1923i).] Los países escandinavos siguen siendo todavía los más renuentes.
55 (Ventana-emergente - Popup)
[Jan Nelken, en el Congreso de Weimar, 1911. Se hallará una versión ampliada del artículo en Nelken, 1912.]
56 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. Rank, Der Künsfler [1907], los análisis de creaciones literarias efectuados por Sadger [1909b], Reik [1912] y otros, y mi opúsculo acerca de un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci [1910c], así como el análisis de Segantini hecho por Abraham [1911b].57 (Ventana-emergente - Popup)[En todas las edicíones alemanas reza, erróneamente, 1910.]58 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud escribió un prólogo para este libro (1913b).]
59 (Ventana-emergente - Popup)
Adler y FurtmülIer, Heilen und Bilden, 1914.
60 (Ventana-emergente - Popup)
Véanse mis dos artículos en Scientia (1913j).
Nota agregada en 1924: Dejó de editarse al comenzar la Guerra tras haber publicado un solo volumen (1914)
71 (Ventana-emergente - Popup)
«Segundo volumen» en todas las ediciones anteriores. En realidad debería ser «tercer volumen». Los volúmenes comenzaban en octubre y terminaban en setiembre.
72 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1924:] La publicación de estas dos revistas fue trasferida en 1919 a la Internationaler Psychoanalytischer Verlag. En este momento (1923) se encuentran ambas en la novena entrega (En realidad, la Internationale Zeitschrift se halla ya en su undécimo año de vida, e Imago, en el duodécimo; pero, a raíz de la Guerra, el volumen 4 de la Zeitscbrift abarca más de un año -los años 1916-18-, y el volumen 5 de Imago, los años 1917-18.) A partir del volumen 6 se suprimió el adjetivo«ärztliche» {médico} del título de la Internationale Zeitschrift Jür Psychoanalyse.
73 (Ventana-emergente -Popup)
[Nota agregada en 1924:] En 1920 Ernest Jones fundó The International Journal of Psycho-Analysis, dirigido a los lectores de Gran Bretaña y Estados Unidos.
74 (Ventana-emergente - Popup)
{«Totale Reflexion»: metáfora óptica; los conocimientos psicoanalíticos serían la luz.}
75 (Ventana-emergente - Popup)
Adler, 1907.
93
76 (Ventana-emergente - Popup)
Los términos «como si» y «jerga» figuran abundantemente en los escritos de Adler.
77 (Ventana-emergente - Popup)
«Unfair», aplicado a un modo de proceder, significa aproximadamente «injusto», «desleal», «de mala fe»; por oposición a «fair», como en «fair play», «juego limpio».
78 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. La interpretacíón de los sueños (1900a),AE, 5, pág. 487.
79 (Ventana-emergente - Popup)
Se encontrará un examen completo de la ganancia primaria y secundaria de la enfermedad en la 24° de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17).
80 (Ventana-emergente - Popup)
La expresión «protesta masculina» fue introducida por Adler en un artículo titulado «Der psychische Hermaphrodítismus im Leben und in der Neurose» {El hermafroditismo psíquico en la vida y en la neurosis}, presentado al Congreso de Nuremberg en 1910. Un resumen del artículo apareció en Jabrbuch für psychoanalytische und psychopathologische Forschungen, 2 (1910), pág. 738, y el artículo completo, en Fortschritte der Medizin, 28 (1910), pág. 486.
81 ( Ventana-emergente - Popup)
Freud se ocupó más extensamente de la explicación adleriana de la represión en «"Pegan a un niño"» (1919e), AE, 17, pág. 196. Sobre la «protesta masculina» en relación con el narcisismo, véase «Introducción del narcisismo» (1914c), infra, pág, 89.
82 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. el capítulo III de El yoy el ello (1923b).
83 (Ventana-emergente - Popup)
Véase una nota agregada en 1915 aTres ensayos de teoría sexual (Freud, 1905d), AE, 7, págs. 200-1.
84 (Ventana-emergente - P opup)
«Guía»: «Leittinie», término usado continuamente por Adler.
85 (Ventana-emergente - Popup)
Esta afirmación (repetida en un pasaje agregado en 1915 a los Tres ensayos (1905d), AE, 7pág. 177) fue corregida en su artículo posterior sobre la distinción entre los sexos (1925j).
86 (Ventana-emergente - Popup)
La ejemplificación de este hecho constituye la tesis principal en el análisis del «Hombre de los Lobos» (Freud, 1918b), cuyo borrador es unos pocos meses posterior al presente artículo.
87 (Ventana-e mergente - Popup)
Este resumen puede consultarse en Zentralblatt für Psychoanalyse, 1, pág. 371.
88 (Ventana-emergente - Popup)
«Shibbólet», palabra hebrea que utilizaban los galaaditas para reconocer a sus enemigos los efraimitas, quienes decían «sibbólet» «porque no podían pronunciar de aquella suerte» (Jueces, 12:5-6).
89 (Ventana-emergente - Popup)
Véase una nota al pie agregada en 1914 aLa interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, págs. 570-1.
90 (Ventana-emergente - Popup)
{«Con el fin de ganarse la buena voluntad».}
91 (Ventana-emergente - Popup)
{«Y solía preguntarse qué habría sido de todos los malogrados caldereros ambulantes, y armeros, y zapateros, v herreros; pero nadie pudo decírselo jamás». Párrafos finales del cuento «Mi reloj».}
92 (Ventana-emergente - Popup)
Paul Dubois (1848-1918), profesor de neuropatología en Berna, alcanzó cierta celebridad a comienzos de siglo con su tratamiento de las neurosis por «persuasión».
93 (Ventana-emergente - Popup)
Conozco los reparos que se oponen al uso de lo que dicen los pacientes, y por eso aseguro de manera expresa que mí testigo es una persona digna de crédito y capaz de discernimiento Me informó sin que yo se lo pidiese, y me sirvo de su comunicación sin recabar su consentimiento porque no puedo admitir que una técnica psicoanalítica se proteja tras la pantalla de la discreción médica.
94 (Ventana-emergente - Popup)
Cf.La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 354.
95 (Ventana-emergente - Popup)
El tema de este párrafo es abordado más extensamente por Freud en la sección VII de «Observaciones sobre la teoría y la práctica de la interpretación de los sueños» (1923c), AE, 19, págs. 115-6. Véase también una nota agregada en 1925 aLa interpretación de los sueños (1900a),AE, 5, pág. 502.
96 (Ventana-emergente - Popup)
El mot es citado en una nota al pie agregada en 1912 al libro sobre el chiste (Freud, 1905c), AE, 8, pág. 58n.
97 (Ventana-emergente - Popup)
Introducción del narcisismo. (1914)
«Zur Einführung des Narzissmus»
Ediciones en alemán
1914 Jb. Psychoanalyse, 6, págs. 1-24. 1918 SKSN, 4, págs. 78-112. (1922, 21 ed.) 1924 Leipzig, Viena y Zurich: I nternationaler Psychoanalytischer Verlag, 35págs. 1925 GS, 6págs. 155-87. 1931 Theoretische Schriften, págs. 25-57. 1946 GW, 10, págs. 138-70. 1975 SA, 3, págs. 37-68.
Traducciones en castellano
1930 «Introducción al narcisismo». BN (17 vols.), 14, págs. 215-46. Traducción de Luis López-Ballesteros. 1943 Igual título. EA, 14, págs. 223-54. El mismo tra ductor. 1948 Igual título BN (2 vols.), 1, págs. 1097-110. El mismo traductor. 1953 Igual título. SR, 14, págs. 171-95. El mismo tra ductor. 1967 Igual título. BN (3 vols.), 1, págs. 1083-96. El mismo traductor. 1972 Igual título. BN (9 vols.), 6, págs. 2017-33. El mismo traductor.
Freud había estado usando el término «narcisismo» mucho antes de 1914Nos informa Ernest Jones que en una reunión de la Sociedad Psicoanalítica de Viena, el 10 de noviembre de 1909, Freud declaró que el narcisismo era un estadio intermedio entre el autoerotísmo y el amor de objeto. Por entonces estaba preparando la segunda edición de los Tres ensayos de teoría sexual (1905d) para la imprenta (el prólogo está fechado en diciembre de 1909), y probablemente la primera mención pública del nuevo término es la
94
que se incluye en una nota al pie agregada en esa edición (AE, 7, pág. 132n.); esto, si suponemos que la nueva edición se dio a conocer en los primeros meses de 1910, porque a fines de mayo del mismo año apareció el libro sobre Leonardo da Vinci (1910c), donde hay una referencia considerablemente más extensa al narcisismo (AE, 11, pág. 93). El artículo de Rank sobre el tema, mencionado por Freud al comienzo del presente estudio, se publicó en 1911, y pronto siguieron otras referencias del propio Freud; por ejemplo, en el caso Schreber (1911c), AE, 12, pág. 56, y en Tótem y tabú (1912-13), AE, 13 , págs. 92-3.
La idea de escribir el presente artículo se menciona por primera vez en las cartas de Freud de junio de 1913, y completó el primer borrador durante unas vacaciones en Roma, en la tercera semana de setiembre del mismo año. Recién a fines de f ebrero de 1914 dio comienzo a la versión final, que quedó terminada un mes después.
Es este uno de los escritos más importantes de Freud, y puede considerárselo como uno de los pivotes de la evolución de sus puntos de vista. Resume sus elucidaciones anteriores sobre el tema del narcisismo, y examina el lugar que corresponde a este último en el desarrollo sexual. Pero va mucho más allá, porque incursiona en el problema más profundo de las relaciones entre el yo y los objetos externos, y traza la nueva disti nción entre «libido yoica» y «libido de objeto». Además -y quizás esto sea lo más importante-, introduce los conceptos de «ideal del yo» y de la instancia de observación de sí vinculada con él, bases de lo que finalmente sería llamado el «superyó», en El y o y el ello ( 1923b). Y además de todo esto, en dos puntos -al final de la primera sección y al comienzo de la tercera- el artículo aborda las controversias con Adler y Jung, tema principal de la «Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico» -escrita más o menos simultáneamente con el presente trabajo, durante los primeros meses de 1914-. No cabe duda de que uno de los motivos de Freud al redactar este artículo fue mostrar que el concepto de narcisismo constituye una alternativa frente a la «libido» no sexual de Jung y a la «protesta masculina» de Adler.
Estos tópicos están lejos de ser los únicos que aquí se plantean, y por lo tanto no ha de sorprerdernos que el trabajo tenga la inusual apariencia de una producción excesivamente comprimida, que desborda su propio marco por la cantidad de material que contiene. El mismo Freud parece haber sentido algo así. Nos dice Ernest Jones (1955, pág. 340) que «estaba muy insatisfecho con el resultado»; y el 16 de marzo de 1914 escribió a Abraham: «El "Narcisismo" fue un parto difícil y presenta todas las deformaciones consiguientes» (Freud, 1965a, pág. 163).
Aunque así sea, este a rtículo, punto de partida de muchas líneas de pensamiento posteriores, exige un estudio prolongado -y no ha de defraudar a quien lo emprenda-. Algunas de sus ideas se siguieron elaborando en «Duelo y melancolía» (1917e), y en Psicología de las masas y análisis del yo (1921c), capítulos VIII y XI.
El tema del narcisismo ocupa también la mayor parte de la 26ª de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17). El ulterior desarrollo de sus nuevos puntos de vista sobre la estructura de la psique -que ya comienzan a hacerse evidentes aquí- llevaría a Freud a reevaluar algunas de sus afirmaciones, especialmente respecto del funcionamiento del yo. En relación con esto debe señalarse que el significado atribuido por Freud a «das Ich» {el yo} sufrió una gradual modificación. Al principio usó el término sin mayor precisión, pero en sus últimos escritos le dio un significado mucho más definido y estricto. El presente artículo ocupa un lugar de transición en este desarrollo. El tema se trata más detalladamente en mi «Introducción» a El yo y el ello (1923b), AE, 19, págs. 7 y sigs.
James Strachey
98 (Ventana-emergente - Popup)
En una nota agregada en 1920 Tres ensayos de teoría sexual (1905d), AE, 7, pág. 199, n. 17, Freud dice que se equivocó al afirmar en el presente artículo que el término «narcisismo» fue introducido por Näcke, y que debería haberlo atribuido a Havelock Ellis. Sin embargo, el mismo Ellis escribió posteriormente(1927) un breve artículo donde corrigió la corrección de Freud y sostuvoque, en verdad, la prioridad debía dividirse entre él y Näcke, explicando que el término«Narcissuslike» {«a la manera de Narciso»} fue usado por él en 1898 como descripción de una actitud psicológica, y que Nácke introdujo en 1899 el término«Narcismus»para describir una perversión sexual. La palabra alemana utilizada por Freud es «Narzissmus». En su artículo sobre el caso Schreber (1911c), AE, 12, pág. 56, Freud sostuvo que esta grafía de la palabra, aunque «no tan correcta» como «Narzissismus», era «más breve y menos malsonante».
99 (Ventana-emergente - Popup)
Otto Rank (1911f).
100 (Ventana-emergente - Popup)
En una extensa not a al pie que agregué en el caso Schreber (1911e), AE, 12, pág. 70, n. 25, me he referido al empleo que hace Freud de este término.
101 (Ventana-emergente - Popup)
Véase una nota al pie en «Sobre la dinámica de la trasferencia» (1912b), AE, 12, pág. 99, n. 5.
102 (Ventana-emergente - Popup)
Véase respecto de estas tesis el examen del «fin del mundo» en el análisis del Senatspräsident Schreber [(1911c), AE, 12, pág. 64]. Además: Abraham, 1908. [Cf. también infra, pág. 83.]
103 (Ventana-emergente - Popup)
Véanse, en particular, las obras mencionadas en la última nota. De hecho, más adelante Freud penetra más a fondo en el problema(cf.pág. 83).
104 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. los pasajes de mi obra Tótem y tabú (1912-13) que se ocupan de este tema. [Están sobre todo en el tercer ensayo, AE, 13, págs. 86 y sigs.]
105 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. Ferenczi, 1913c.
106 (Ventana-emergente - Popup)
Freud volvió a usar esta y otras analogías similares más de una vez; por ejemplo, en la 26° de sus Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), AE, 16, pág. 379, y en su breve artículo sobre «Una dificultad del psicoanálisis» (1917a), AE, 17, págs. 130-1. Posteriormente corrigió algunos de los puntos de vista expresados aquí. Cf. mi «Nota introductoria», supra, pág. 69.
107 (Ventana-emergente - Popup)
Freud traza esta distinción por primera vez aquí.
108 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. supra, pág. 72, n. 5.] Este «fin del mundo» presenta dos mecanismos: cuando toda investidura libidinal se drena sobre el objeto amado, y cuando toda refluye en el yo.
109 (Ventana-emergente - Popup)
La evolución de las opiniones de Freud sobre las pulsiones se describe parcialmente en mi «Nota introductoria» a «Pulsiones y destinos de pulsión» (1915c), infra, págs. 109 y sigs.
110 (Ventana-emergente - Popup)
Véase el segundo de los Tres ensayos (1905d), AE, 7, págs. 164-6.
111 (Ventana-emergente - Popup)
Véase una observación sobre este pasaje en mi «Nota introductoria» a «Pulsiones y destinos de pulsión» (1915c), infra, pág. 111.
112 (Ventana-emergente - Popup)
95
Freud amplía esta línea de pensamiento en el pasaje inicial de I«Pulsiones y destinos de pulsión» (1915c), infra, pág. 113.
113 (Ventana-emergente - Popup)
Esta idea aparece también en El yo y el ello (1923b), AE, 19, pág. 45.
114 (Ventana-emergente - Popup)
Las implicaciones psicológicas de la teoría del plasma germinal de Weismann se abordan mucho más extensamente en Más allá del principio de placer (1920g),AE, 18, págs. 44 y sigs.
115 (Ventana-emergente - Popup)
«Ersterwählte» («escogido en primer término») en las ediciones anteriores a 1924. Las ediciones posteriores dicen «ersterwähnte» («mencionado en primer término»), lo cual no parece tan adecuado al contexto y puede ser un error de imprenta.
116 (Ventana-emergente - Popup)
La frase pertenece a Janet (1909): «La fonction du réel». Véanse las frases con que Freud comienza sus «Formulaciones sobre los dos principios del acaecer, psíquico» (1911b).]
117 (Ventana-emergente - Popup)
{«Es una petición de principio». }
118 (Ventana-emergente - Popup)
Todas las ediciones alemanas dicen «Seiten» («páginas»), error de imprenta por «Zeilen»
119 (Ventana-emergente - Popup)
Balduin Bählamm, capítulo 8.
120 (Ventana-emergente - Popup)
La primera alusión a esto figura, al parecer, en una nota al pie del caso Schreber (1911c), AE, 12, pág. 53, n. 38. Freud lo volvió a mencionar brevemente, aunque de manera más explícita, en su contribución al debate sobre el onanismo llevado a cabo en la Sociedad Psicoanalítica de Viena (1912f). Retomó el tema más tarde, en la 24° de sus Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), AE, 16, págs. 351 y sigs.Había tratado ya la relación entre la hipocondría y las otras neurosis «actuales» en un período muy anterior; véase su primer artículo sobre las neurosis de angustia (1895b), AE, 3, págs, 93-4.
121 (Ventana-emergente - Popup)
Cf.Tres ensayos de teoría sexual (1905d), AE, 7, págs. 166-7.
122 (Ventana-emergente - Popup)
Cf.[las páginas iniciales de] «Sobre los tipos de contracción de neurosis» (1912c).
123 (Ventana-emergente - Popup)
Toda esta cuestión se aborda más cabalmente en «Pulsiones y destinos de pulsión» (1915c), infra, págs. 115 y sigs. Sobre el empleo del término «cantidad» en la oración anterior, véase el «Proyecto de psicología» (Freud, 1950a), AE, 1, págs. 339-41.
124 (Ventana-emergente - Popup)
Un tratamiento mucho más elaborado de este problema se encontrará en «Pulsiones y destinos de pulsión» (1915c), infra, págs. 129 y sigs.
125 (Ventana-emergente - Popup)
Neue Gedichte, «Schöpfungslieder VII».
«Erschaffen», «crear», puede significar, asimismo, «criar» en sentido orgánico; y «genesen», «convalecer», puede entenderse como «dar a luz un hijo». Los versos son susceptibles, pues, de una doble lectura.
126 (Ventana-emergente - Popup)
Véanse algunos comentarios adicionales sobre este punto al final del artículo sobre «Lo inconciente» (1915e), infra, pág. 200.
127 (Ventana-emergente - Popup)
«Anlehnungstypus». El término ha sido traducido al inglés como «anaclitic type» {«tipo anaclítico»} por analogía con el término gramatical «enclitic» {«enclítico»}, que designa a las partículas que no pueden ser la primera palabra de una frase, sino que deben agregarse a, o apuntalarse en, una más importante; por ejemplo el latín
«enim» o el griego «de». {En castellano, sólo conservan esta característica los pronombres personales en dativo y acusativo: «Díselo tú», «Tráemela».} Esta parece ser la primera vez que figura en una publicación el término «Anlehnungstypus». La idea de que un niño alcanza su primer objeto sexual sobre la base de su pulsión de nutrición se encuentra ya en la primera edición de los Tres ensayos (1905d), AE, 7, págs. 202-3; pero las dos o tres menciones explícitas al «Anlehnungstypus» que figuran en ese trabajo se agregaron recién en la edición de 1915. El concepto se preanuncia muy claramente en «Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa» (1912d), AE, 11, pág. 174. El término «angelehnte» («apuntalado») se emplea en un sentido similar en el historial clínico de Schreber (1911e), AE, 12, pág. 57, pero allí no se enuncia la hipótesis subyacente. Debe señalarse que el apuntalamiento {attachment} indicado por el término es de las pulsiones sexuales en las pulsiones yoicas, no del niño en su madre.
128 (Ventana-emergente - Popup)
La solución adoptada por Strachey se ha extendido a la literatura psicoanalítica en idioma castellano: «tipo anaclítico». Empero, en la presente edición hemos optado por traducir siempre «Anlehnung» por «apuntalamiento» y «anlehnen» por «apuntalar». Con respecto a la observación final que hace Strachey, debe señalarse que él emplea «attachment type» como sinónimo de «analitic type» y la palabra «attachment» tiene el sentido de un vínculo afectivo.
129 (Ventana-emergente - Popup)
Freud vuelve sobre esto en el examen del enamoramiento que efectúa en el capítulo VIII de Psicología de las masas y análisis del yo(1921c), AE, 18, págs. l06-7.
130 (Ventana-emergente - Popup)
Freud desarrolló sus puntos de vista sobre la sexualidad femenina en una cantidad de artículos posteriores: «Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina» (1920a), «Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos» (1925j), «Sobre la sexualidad femenina» (1931b), y en la 33° de sus Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (1933a).]
131 (Ventana-emergente - Popup)
Freud ya había planteado este punto en su estudio sobre Leonardo (1910c),AE, 11, págs. 92 y sigs.
132 (Ventana-emergente - Popup)
Es posible que Freud haga referencia, con esta frase, a un conocido cuadro de la época eduardiana, expuesto en la Royal Academy, que llevaba ese título y mostraba a dos policías londinenses deteniendo el farragoso tráfico para que una niñera pudiera cruzar la calle empujando un cochecito de bebé. «Su Majestad el Yo» aparece {en alemán} en un artículo anterior, «El creador literario y el fantaseo» (1908e), AE, 9, pág. 132.
133 (Ventana-emergente - Popup)
{«Die von der Realität hart bedrängte... »: el verbo «drängen» y sus derivados (en este caso, «bedrängen») remiten a las «fuerzas» que mueven los procesos; por eso traducimos libremente «la fuerza de la realidad»}
134 (Ventana-emergente - Popup)
En una carta fechada el 30 de setiembre de 1926 en respuesta a una pregunta del doctor Edoardo Weiss (quien amablemente nos ha informado sobre aquella), Freud escribió: «Su pregunta referente a lo que yo digo en "Introducción del narcisismo", acerca de si existen neurosis en que el complejo de castración no desempeñe papel alguno, me deja perplejo. Ya no sé en qué pensaba yo en esa época. Hoy no sabría indicar neurosis alguna en que no se encontrara este complejo, y por cierto no escribiría así esa oración. Pero como nuestro panorama sobre la totalidad de este campo es todavía imperfecto, preferiría no pronunciarme de manera definitiva en ninguno de ambos sentidos» (Freud, 1970a). Para otras críticas a los puntos de vista de Adler sobre la «protesta masculina», cf. «Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico» (1914d), supra, págs. 52-3.
135 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. «La represión» (1915d), infra, pág. 145.
96
136 (Ventana-emergente - Popup)
Véase un comentario sobre esta frase en una nota al pie de Psicología de las masas (1921c),AE, 18, pág. 124, n.
3.
137 (Ventana-emergente -Popup)
En las ediciones anteriores a 1924 decía: « ... es sólo el sustituto ... »
138 (Ventana-emergente - Popup)
Freud vuelvesobre el tema de la idealización en Psicología de las masas (1921c), AE, 18, págs. 106-7.
139 (Ventana-emergente - Popup)
La posible relación entre la sublimación y la trasformación de la libido de objeto en libido narcisista es abordada por Freud en El yoy el ello (1923b),AE, 19, pág. 32.
140 (Ventana-emergente - Popup)
Freud desarrollaría más tarde el concepto de superyó a partir de una combinación de esta instancia con el ideal del yo. Cf. el capítulo XI de Psicología de las masas(1921c), AE, 18, págs. 122 y sigs., y el capítulo II de El yo y el ello (1923b), AE, 19, págs. 21 y sigs.
141 (Ventana-emergente - Popup)
Agregaré, sólo a modo de conjetura, que la formación y refuerzo de esta instancia observadora podrían contener en su interior también la posterior génesis de la memoria (subjetiva) y del factor temporal, que no rige para los procesos inconcientes. [Estos puntos se aclaran más en «Lo inconciente» (1915e), infra, págs. 186 y 184.]
142 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. Silberer, 1909 y 1912. En 1914, cuando escribió el presente artículo, Freud agregó un examen mucho más extenso de este fenómeno a La interpretación de los s ueños (1900a), AE, 5, págs. 499-501.
143 (Ventana-emergente - Popup)
Aquí y al comienzo de la frase siguiente, así como también infra, pág. 97, Freud utiliza la forma personal, «Zensor», en lugar de la que emplea casi siempre(«Zensur», «censura»). Véase una nota al pie del pasaje de La interpretación de los sueños citado en la nota anterior (AE, 5, pág, 501, n. 23). La diferencia entre ambas palabras es claramente establecida en la 26° de sus Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), AE, 16, pág. 390: «A la instancia de observación de sí la conocemos como el censor yoico, la conciencia moral; es la misma que por las noches ejerce la censura sobre los sueños».
144 (Ventana-emergente - Popup)
No puedo decidir aquí si la separación de esta instancia censora del resto del yo puede proporcionar un fundamento psicológico a la división filosófica entre conciencia y autoconciencia.
145 (Ventana-emergente - Popup)
Este tema se amplia en Psicología de las masas (1921c), AE, 18, págs. 107-8.
146 (Ventana-emergente - Popup)
«Darstellt». En la primera edición, «hersiellt», «establecer».
147 (Ventana-emergente - Popup)
La importancia de la homosexualidad en la estructura de los grupos sociales se había insinuado ya en Tótem y tabú (1912-13), AE, 13, pág. 146, y vuelve a mencionarse en Psicología de las masas (1921c), AE, 18, págs. 118n. y 134.
148 (Ventana-emergente - Popup)
Trabajos sobre metapsicología. (1915)
Freud publicó la primera exposición extensa de sus concepciones sobre teoría psicológica en el c apítulo VII de La interpretación de los sueños (1900a), que incorporó -en forma modificada- gran parte de lo esencial contenido en su anterior «Proyecto de psicología» de 1895 (1950a), inédito en vida de él. A excepción de algunas breves disquisiciones ocasionales, como las del capítulo VI de su libro sobre el chiste (1905c), hubieron de pasar diez años antes de que Freud volviera a ahondar en problemas teóricos. Un artículo exploratorio, «Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico» (1911b), fue seguido por otras aproximaciones más o menos tentativas: en la tercera parte del análisis de Schreber (1911c), en su «Nota sobre el concepto de lo inconciente en psicoanálisis» (1912g), escrita en inglés, y en el extenso examen del narcisismo (1914c). Finalmente, en la primavera y el verano de 1915, emprendió una vez más una exposición completa y sistemática de sus teorías psicológicas.
Los cinco trabajos que siguen constituyen una serie interrelacionada. Como se nos informa en una nota al pie en el cuarto de ellos (cf. AE, 14, pág. 221), integran una recopilación que Freud había planeado publicar originalmente en forma de libro, bajo el título de Zur Vorbereítung einer Metapsyhologie {Trabajos preliminares para una metapsicología}. Agrega allí que la intención de la serie era proporcionar un
fundamento teórico estable para el psicoanálisis.
Aunque los tres primeros artículos se publicaron en 1915 y los dos últimos en 1917, Ernest Jones (1955, pág. 208) nos dice que en realidad todos ellos fueron escritos en un período de unas siete semanas, entre el 15 de marzo y el 4 de mayo de 1915. También dice que en los tres meses siguientes se agregaron a la serie siete artículos más, quedando la colección de doce artículos completa para el 9 de agosto. Sin embargo, Freud nunca publicó esos otros siete artículos, y parece probable que los haya destruido posteriormente, ya que no se ha encontrado rastro alguno de ellos y, de hecho, su existencia misma fue desconocida u olvidada hasta que Jones examinó las cartas d e Freud. Mientras los estaba escribiendo, en 1915, mantenía informados de sus progresos a sus corresponsales (Abraham, Ferenczi y Jones); pero después sólo parece haber una única referencia a ellos, en una carta a Abraham de noviembre de 1917. Freud debe d e haber escrito esta carta en la época en que se publicaron los dos últimos artículos, y por lo que dice en ella se infiere que los otros siete todavía existían y que él seguía teniendo la intención de publicarlos, aunque pensaba que aún no había llegado el momento oportuno. (Cf. Freud, 1965a.)
Conocemos los temas de cinco de esos siete artículos: la conciencia, la angustia, la histeria de conversión, la neurosis obsesiva y las neurosis de trasferencia en general; y podemos detectar posibles remisiones a ellos en los artículos que sobrevivieron. Incluso cabe conjeturar que los temas examinados en los dos artículos no especificados eran la sublimación y la proyección (o la paranoia), porque hay alusiones bastante directas a estos temas. La recopilación de doce artículos habría sido, entonces, muy amplia, abarcando los procesos que están en la base de la mayoría de las neurosis y psicosis principales (histeria de conversión, histeria de angustia, neurosis obsesiva, locura maníaco-depresiva y paranoia) y en los sueños; los mecanismos psíquicos de la represión, la sublimación, la introyección y la proyección, y los dos sistemas psíquicos de la conciencia y el inconciente.
Difícilmente pueda exagerarse la pérdida que significa la desaparición de esos artículos. E n la época en que Freud los escribió se daba una conjunción única de factores favorables. Su anterior trabajo teórico importante (el capítulo VII de La interpretación de los sueños) había sido escrito quince años antes, en una etapa relativamente temprana de sus estudios psicológicos. Ahora, en cambio, tenía a sus espaldas veinticinco años de experiencia psicoanalítica sobre la cual basar sus construcciones teóricas, y sus facultades intelectuales estaban en su apogeo. La circunstancia accidental de que su práctica profesional se redujera debido al estallido de la Primera Guerra Mundial le permitió disponer, durante cinco meses, del tiempo libre necesario para llevar adelante su intento. Sin duda, podemos consolarnos pensando que buena parte del contenido de los artículos perdidos debe de haber encontrado cabida en los escritos posteriores de Freud, pero daríamos mucho por contar, en cuestiones tales como la conciencia y la sublimación, con exámenes que se extendieran en una trama argumental única, en lugar d e las alusiones dispersas y relativamente magras con las que tenemos que contentarnos.
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Varios pasajes de la correspondencia de Freud atestiguan la existencia de dichos artículos. Por ejemplo, en una carta a J. J. Putnam del 8 de julio de 1915,escribe: «Estoy aprovechando la interrupción en mi tarea [causada por la Primera Guerra Mundial] para terminar un libro que contendrá una s erie de doce ensayos psicológicos» (Freud, 1960a)Asimismo, en una carta a Lou Andreas-Salomé del 30 de julio de 1915 dice: «El fruto de esta época probablemente cobrará la forma de un libro de 12 ensayos, comenzando por el que versa sobre las pulsiones y los destinos de pulsión. [ . . . ] El libro está concluido, salvo la necesaria revisión para acomodar y adecuar entre sí los diferentes ensayos». Y en otra carta a Lou Andreas-Salomé, del 25 de mayo de 1916, afirma: «Mi libro con los 12 ensayos de este tipo no puede publicarse antes de que termine la guerra, y quién sabe cuánto tiempo después de esa anhelada fecha» (Freud, 1966a).También a Binswanger, en una carta del 17 de diciembre de 1915 (Freud, 1955f), le mencionó la existencia de los «doce» ensayos y su intención de publicarlos luego de la guerra. La hipótesis de que desestimara en definitiva por insatisfactorios los últimos siete trabajos es fuertemente corroborada en su intercambio epistolar con Lou Andreas-Salomé. El 18 de marzo de 1919 esta le escribía: «¿Dónde está su Metapsicología, ahora que los capítulos publicados fueron incluidos en el cuarto volumen de la "NI" [SKSN]¿Dónde están los restantes, que ya estaban terminados?». A lo cual Freud replica el 2 de abril: «¿Dónde está mi Metapsicología? En primer lugar, no ha sido escrita aún. No me es posible elaborar el material de manera sistemática; la índole fragmentaria de mis observaciones y el carácter esporádico de mis ideas no lo permitirían. Sin embargo, si vivo diez años más, puedo seguir trabajando durante todo ese tiempo, no me muero de hambre, no soy asesinado, no quedo demasiado sumergido por la desdicha de mi familia o de quienes me rodean -y es pedir que se den muchas condiciones-, entonces prometo hacer ulteriores contribuciones a ella. En esta línea, una primera estará contenida en mi ensayo "Más allá del principio de placer" ... ». (Cf. Freud, 1966a.)
En vista de la especial importancia de esta serie de artículos, nos ha parecido conveniente incluir notas introductorias más extensas que las habituales, así como una generosa cantidad de notas de pie de página; en particular, damos amplias remisiones a otros escritos de Freud que pueden arrojar luz sobre algunos puntos oscuros. Se hallará una lista de las obras teóricas más importantes de Freud en un «Apéndice» al final de la serie (AE, 14, págs. 257-8).
James Strachey
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Pulsiones y destinos de pulsión. (1915)
«Triebe und Triebschicksale»
Ediciones en alemán
1915 Int. Z. ärztl. Psychoanal., 3, nº 2, págs. 84-100.
1918 SKSN, 4, págs. 252-78. (1922, 2° ed.)
1924 GS, 5, págs. 443-65.
1924 Technik und Metapsychol., págs. 165-87.
1931 Theoretische Schriften, págs. 58-82.
1946 GW, 10, págs. 210-32.
1975 SA, 3, págs. 75-102.
Traducciones en castellano
1924 «Los instintos y sus vicisitudes». BN (17 vols.), 9, págs. 119-43. Traducción de Luis López-Ballesteros.
1943 «Los instintos y sus destinos». EA, 9, págs. 116-39El mismo traductor.
1948 «Los instintos y sus vicisitudes». BN (2 vols.), 1, págs. 1047-57El mismo traductor.
1953 «Los instintos y sus destinos». SR, 9, págs. 100-19. El mismo traductor.
1967 Igual título. BN (3 vols.), 1, págs. 1035-45. El mismo traductor.
1972 Igual título. BN (9 vols.)., 6, págs. 2039-52. El mismo traductor.
Freud comenzó a escribir este artículo el 15 de marzo de 1915; junto con el siguiente («La represión»), había sido completado para el 4 de abril.
En aras de una comprensión más clara, es preciso llamar la atención sobre una ambigüedad en el uso de los términos «Trieb» {«pulsión»} y «Triebrepräsentanz» {«agencia representante de pulsión»}. En la página 117 (AE, 14), Freud define a la pulsión como «un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático, como unrepresentante psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma». En dos oportunidades anteriores la había definido casi en los mismos términos. Unos pocos años antes, hacia el final de la sección III de su estudio del caso Schreber (1911c), AE, 12, pág. 68, definió a la pulsión como «el concepto fronterizo de lo somático respecto de lo anímico, [ ... ] el representante psíquico de poderes orgánicos». Y en un pasaje escrito probablemente pocos meses antes que el presente artículo y agregado a la tercera edición (publicada en 1915, pero con un prólogo fechado en octubre de 1914) de sus Tres ensayos de teoría sexual (1905d), AE, 7, pág. 153, la definió como «la agencia representante psíquica de una fuente de estímulos intrasomática en continuo fluir [ ... ] uno de los conceptos del deslinde de lo anímico respecto de lo corporal». Estas tres caracterizaciones parecen dejar en claro que Freud no trazaba distinción alguna entre una pulsión y su «agencia representante psíquica». Aparentemente consideraba a la pulsión misma como el representante psíquico de fuerzas somáticas. Sin embargo, si nos volvemos ahora a los artículos posteriores de esta serie, parecería que Freud traza allí una distinción muy neta entre la pulsión y su representante psíquico. El e jemplo más claro es quizás un pasaje de «Lo inconciente» (AE, 14, pág. 173): «Una pulsión nunca puede pasar a ser objeto de la conciencia; sólo puede serlo la representación que es su representante. Ahora bien, tampoco en el interior de lo inconciente puede estar representada si no es por la representación. [ ... ] Entonces, cada vez que pese a eso hablamos de una moción pulsional inconciente o de una moción pulsional reprimida, no [ ... ] podemos aludir sino a una
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moción pulsional cuya agencia representanterepresentación es inconciente». El mismo punto de vista aparece en muchos otros pasajes. Por ejemplo, en el artículo sobre la represión (AE, 14, pág. 143), Freud habla de la «agencia representante psíquica (agencia representante-representación) de la pulsíón», y continúa: « ... la agencia representante en cuestión persiste inmutable y la pulsión sigue ligada a ella»; en el mismo artículo (AE, 14, pág. 147) escribe luego que una agencia representante de pulsión es «una representación o un grupo de representaciones investidas desde la pulsión con un determinado monto de energía psíquica (libido, interés) », y sigue diciendo que «junto a la representación interviene algo diverso, algo que representa {räpresentieren} a la pulsión». En este segundo grupo de citas, por lo tanto, la pulsión ya no es considerada como agencia representante psíquica de mociones somáticas, sino más bien como nopsíquica en sí misma. Ambos puntos de vista aparentemente diferentes, se encuentran en otros lugares en los escritos posteriores de Freud, si bien el segundo de ellos es el que predomina. Puede ser, empero, que la contradicción sea más aparente que real, y que su solución resida precisamente en la ambigüedad
del concepto mismo -en su carácter de concepto fronterizo entre lo físico y lo anímico-.
En una cantidad de pasajes, Freud expresó su insatisfacción con el estado del conocimiento psicológico acerca de las pulsiones. No mucho antes, por ejemplo, en «Introducción del narcisismo» (1914c, AE, 14, pág. 75), se había quejado de «la total inexistencia de una doctrina de las pulsiones que de algún modo nos oriente». Más tarde, en Más allá del principio de placer .(1920g), AE, 18, pág. 34, aludió a las pulsiones como «el elemento más importante y oscuro de la investigación psicológica», y en su artículo para la Encyclopaedia Britannica (1926f), AE, 20, pág. 253, confesó que «la doctrina de las pulsiones es para el psicoanálisis, sin duda, un ámbito oscuro». El presente artículo es un temprano intento de abordar el tema con amplitud. Muchos trabajos posteriores lo corrigieron y completaron en varios puntos, pero de todos modos perdura como la exposición más clara sobre qué entendía Freud por «pulsión», y cómo pensaba que ella operaba. Es cierto que reflexiones posteriores lo llevaron a m odificar sus puntos de vista sobre la clasificación de las pulsiones y sus determinantes más profundos; pero este artículo es una base
indispensable para comprender los desarrollos que habían de seguir.
Quizá convenga resumir aquí el curso de sus cambiantes puntos de vista sobre la clasificación de las pulsiones. Un hecho sorprendente es que estas hicieron su aparición en un momento relativamente tardío de la secuencia de sus escritos. La palabra «Trieb» apenas si se encuentra en los trabajos del período d e Breuer, en la correspondencia con Fliess e incluso en La interpretación de los sueños (1900a). Recién en los Tres ensayos (1905d) se menciona ampliamente a la «pulsión sexual» como tal; en cuanto a «Triebregungen» {«mociones pulsionales»}, que sería una de las expresiones más comunes de Freud, parece no haber existido antes del artículo sobre «Acciones obsesivas y prácticas religiosas» (1907b). Pero estas son meras consideraciones terminológicas: por supuesto, las pulsiones estaban presentes con otros nombres. Su lugar lo ocupaban en gran medida cosas tales como las «excitaciones», las « representaciones afectivas», las «mociones de deseo», los «estímulos endógenos», etc. Por ejemplo, aquí (AE, 14, pág. 114) Freud distingue entre un «estímulo», fuerza que opera «de un solo golpe», y una «pulsión», que siempre actúa como una fuerza constante. Esta precisa distinción había sido trazada por él veinte años antes, sólo que en lugar de «estímulo» y «pulsión» hablaba entonces de «excitación exógena» y «endógena» (ver nota). De modo similar, poco más adelante (pág. 115) señala que el organismo primitivo puede eludir los estímulos externos p ero no las necesidades pulsionales. También en este caso había adelantado la idea veinte años antes, aunque una vez más el término usado en esa oportunidad fue «estímulos endógenos». Nos referimos a un pasaje del «Proyecto de psicología» de 1895 (1950a), A E, 1, pág. 341, donde prosigue diciendo que estos estímulos endógenos «provienen de células del cuerpo y dan por resultado las g randes necesidades: hambre, respiración, sexualidad», pero en ninguna parte se
encuentra allí la palabra «pulsión».
En este período inicial, el conflicto subyacente en las psiconeurosis se describía a veces como un conflicto entre «el yo» y «la sexualidad»; y si bien se usaba con frecuencia el término «libido», se lo conceptualizaba como manifestación de la «tensión sexual somática», que a su vez era considerada un fenómeno químico. Recién en los Tres ensayos se estableció explícitamente que la libido era una expresión de la pulsión sexual. El otro participante del conflicto («el yo») permaneció indefinido durante mucho más tiempo. Se examinaron principalmente sus funciones -en particular la «represión», la «resistencia» y el «examen de realidad»-, pero poco se dijo (fuera de un intento muy temprano en el «Proyecto», AE, 1, págs. 366-9) sobre su estructura o su dinámica (ver nota). Las pulsiones de «autoconservación» habían sido escasamente mencionadas, salvo de modo indirecto y en relación con la teoría de que la libido se apuntalaba en ellas en las fases más tempranas de su desarrollo (ver nota); y no parecía haber razones obvias para vincularlas con el papel desempeñado por el yo como agente represor en los conflictos neuróticos. Luego, aparentemente en forma súbita, en un breve trabajo sobre la perturbación psicógena de la visión (1910i), Freud introdujo la expresión «pulsiones yoicas», a las que identificó, por una parte, con las pulsiones de autoconservación y, por otra, con la función represora. De ahí en más el conflicto se presentó regularmente como un conflicto entre dos series de pulsiones: la libido y las pulsiones yoicas.
No obstante, la introducción del concepto de «narcisismo» suscitó una complicación. En el artículo correspondiente (1914c), Freud planteó la noción de «libido yoica» (o «Libido narcisista»), que inviste al yo, por contraste con la «libido de objeto», que inviste a los objetos (AE, 14, págs. 73-4). Un pasaje de ese artículo (loc. cit.) y una acotación en este trabajo (AE, 14, págs. 119-20) muestran que Freud ya presentía que esta clasificación «dualista» de las pulsiones quizá no fuera válida. Es cierto que en el análisis de Schreber (1911c) insistió en la diferencia entre «Investiduras yoicas» y «libido», y entre el «interés emanado de fuentes eróticas» y el «interés en general» -distinción que reaparece, en una réplica a Jung, en el artículo sobre el narcisismo. En el presente artículo volvió a emplear el término «interés»; y en la 26ª de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), «interés yoico» o simplemente «interés» aparecen regularmente por oposición a «libido». Con todo, permanecía o scura la naturaleza exacta de estas pulsiones no libidinales. El punto decisivo en la clasificación de las pulsiones se alcanzó en Más allá del principio de placer (1920g). En el capítulo VI de ese trabajo, Freud reconoce francamente que se había llegado a una situación difícil, y declara de manera explícita que «desde luego, la libido narcisista es una exteriorización de fuerzas d e pulsiones sexuales», y que «es preciso identificarla con las "pulsiones de autoconservación"» (AE, 18, págs. 49 y sigs.). Todavía sostiene, sin embargo, que hay pulsiones yoicas y pulsiones de objeto que no son libidinales, y continuando con su postura d ualista introduce su hipótesis de la pulsión de muerte. Al final del capítulo VI de Más allá del principio de placer, una larga nota al pie (AE, 18, pág. 59) da cuenta de la evolución que habían tenido hasta entonces sus puntos de vista sobre la clasificación de las pulsiones; y vuelve a abordar el tema, a la luz de su recientemente completado cuadro de la estructura de la psique, en el capítulo IV de El yo y el ello (1923b). En el capítulo VI de El malestar en la cultura (1930a), Freud recorre una vez más todo este territorio, prestando especial consideración, por primera vez, a las pulsiones agresivas y destructivas. Hasta entonces les había concedido escasa atención, excepto en aquellos casos (como en el sadismo y el masoquismo) en que, aparecían fusionadas con elementos libidinales; pero en ese capítulo las aborda en su forma pura y las explica como retoños de la pulsión de muerte. La 32ª de las Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (1933a), AE, 22, págs. 95 y sigs., incluye otra revisión del tema, y el resumen final está contenido en el capítulo II de su obra póstuma Esquema del psicoanálisis (1940a), AE, 23, págs. 146-9 ( ver nota).
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[Una línea de pensamiento similar había sido desarrollada en el artículo sobre el narcisismo (1914c).]
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Suponiendo, desde luego, que estos procesos internos sean las bases orgánicas de las necesidades de la sed y el hambre.
152 (Ventana-emergente - Popup)
[La hipótesis que sigue, relativa a la conducta de un organismo vivo primitivo, y la postulación de un «principio de constancia» fundamental había sido enunciada en términos similares en algunos trabajos psicológicos muy tempranos de Freud. Véase, por ejemplo, el capítulo VII de La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, págs. 557 y sigs., 588 y sigs.; pero antes todavía se las había expresado en términos neurológicos en el «Proyecto de psicología» de 1895 (1950a), AE, 1, págs. 340-1, así como también -más brevemente- en la conferencia intitulada «Sobre el mecanismo psíquico de fenómenos histéricos » (1893h) y en el artículo escrito en francés acerca de las parálisis histéricas (1893c). Freud volvió nuevamente a esta hipótesis en Más allá del principio de placer (1920g), AE, 18, págs. 1 y sigs., 26 y sigs.; y la reconsideró en «El problema económico del masoquismo» (1924c), AE, 19, págs. 165 y sigs. Cf. la nota 6.]
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[Freud volvió a ocuparse del tema en su artículo sobre «La negación» (1925h), AE, 19, pág. 255, y en el capítulo I de El malestar en la cultura (1930a), AE, 21, pág. 68.]
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[Este es el «principio de constancia».]
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[Como se verá, acá están involucrados dos principios. Uno de ellos es el «principio de constancia», el cual vuelve a enunciarse en Más allá del principio de placer(1920g), AE, 18, págs. 8-9en l os siguientes términos: «... la hipótesis de que el aparato anímico se afana por mantener lo más baja posible, o al menos constante, la cantidad de excitación presente en él». Para este principio Freud adoptó en el mismo trabajo (ibid., pág. 54) la expresión «principio de Nirvana». El segundo principio implicado es el «principio de placer», que también vuelve a formularse en Más allá del principio de placer (ibid., pág. 7): «En la teoría psicoanalítica adoptamos sin reservas el supuesto de que el decurso de los procesos anímicos es regulado automáticamente por el principio de placer. Vale decir, creemos que en todos los casos lo pone en marcha una tensión displacentera, y después adopta tal orientación que su resultado final coincide con una disminución de aquella, esto es, con una evitación de displacer o una producción de placer». Freud parece haber supuesto en un comienzo que estos principios guardaban entre sí una estrecha correlación, e incluso que eran idénticos. Así, en su «Proyecto de psicología» (1950a), AE, 1, pág. 356, escribe: «Siendo consabida para nosotros una tendencia de la vida psíquica, la de evitar displacer, estamos tentados a identificarla con la tendencia primaria a la inercia [la tendencia a evitar excitación]». Un punto de vista similar se adopta en el capítulo VII de La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 588. En el pasaje al que se refiere esta nota, sin embargo, parece dudarse de que la correlación entre ambos principios sea completa. Esta duda es ampliada en Más allá del principio de placer (AE, 18, págs. 8 y 61), y sediscute con cierta extensión en «El problema económico del masoquismo» (1924c), AE, 19, págs. 165 y sigs. Freud arguye allí que los dos principios no pueden ser idénticos, ya que incuestionablemente hay estados de tensión creciente que son placenteros (v. gr., la excitación sexual), y prosigue sugiriendo (como ya había insinuado en los dos pasajes de Más allá del principio de placer a que acabamos de aludir) que la cualidad placentera o displacentera de un estado puede ser relativa a la característica temporal (o ritmo) de los cambios en la cantidad de excitación presente. Concluye que, en todo caso, los dos principios no pueden considerarse idénticos: el principio de placer es una modificación del principio de Nirvana. Este último debe atribuirse a la «pulsión de muerte», y su modificación en Principio de placer se debe a la influencia de la «pulsión de vida» o libido.]
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[Cf. mi «Nota introductoria»Este último punto también se trata en el agregado hecho en 1915a los Tres ensayos de teoría sexual (1905d), AE, 7, pág. 153, y en elEsquema del psicoanálisis (1940a), AE, 23, pág. 146.]
157 (Ventana-emergente - Popup)
[Se hallarán algunas observaciones sobre la naturaleza activa de las pulsiones en una nota agregada en 1915 a los Tres ensayos (1905d), AE, 7, pág. 200. Una crítica a Adler, por su incomprensión de este carácter «esforzante» de las pulsiones, aparece en el análisis del pequeño Hans (1909b), AE, 10, págs. 112-3.]
158 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud da dos ejemplos de esto en el análisis del pequeño Hans]
159 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «La represión» (1915d)]
160 (Ventana-emergente - Popup)
[No queda claro cuál es el «contexto posterior» al que alude Freud.]
161 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Introducción del narcisismo» (1914c), AE, pág. 76 y n. 17. Algo similar dice al comienzo de la 26ªde las Conferencias de introducción al psicoanálisis(1916-17), AE, 16, pág. 376.]
162 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud había anunciado esta hipótesis en la primera edición de sus Tres ensayos (1905d), AE, 7, pág. 197n., pero ya la sustentaba diez años antes, por lo menos, de la publicación de ese trabajo. Véase, por ejemplo, el Manuscrito I de la correspondencia con Fliess (1950a), AE, 1, pág. 254.]
163 (Ventana-emergente - Popup)
[La expresión «placer de órgano» (es decir, el placer adscrito a un órgano específico del cuerpo) parece ser usada aquí por primera vez. El término se discute extensamente en la 21ª de las Conferencias de introducción(1916-17), AE , 16, págs. 295-6. La idea subyacente, por supuesto, data de mucho antes. Véase, verbigracia, el último de los Tres ensayos (1905d), AE, 7, pág. 189.]
164 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Introducción del narcisismo» (1914c)]
165 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Introducción del narcisismo» (1914c)]
166 (Ventana-emergente - Popup)
[La sublimación había sido examinada ya en el artículo sobre el narcisismo (1914c), supra, págs. 91-2; pero posiblemente era el tema de uno de los trabajos metapsicológicos perdidos. (Véase mi, «Introducción»]
167 (Ventana-emergente - Popup)
[Aunque el sentido general de estos pasajes es claro, puede haber alguna confusión en el empleo de la palabra «sujeto». Por regla general, «sujeto» y «objeto» se utilizan para designar, respectivamente, a la persona en quien se origina una pulsión (u otro estado psíquico) y a la persona o cosa a la cual aquella se dirige. Aquí, sin embargo, «sujeto» parece designar a la persona que desempeña el papel activo en la relación -el agente-. La palabra se utiliza más claramente en este segundo sentido un poco más adelante, y en otros lugares del artículo.]
168 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1924:] En trabajos posteriores -véase «El problema económico del masoquismo» (1924c)- me he declarado partidario de una concepción opuesta en relación con problemas de la vida pulsional.
169 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud alude aquí a las voces del verbo en la lengua griega]
170 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. Tres ensayos (1905d), AE, 7, págs. 185-6.]
171 (Ventana-emergente - Popup)
[No resulta claro a qué pasaje remite Freud aquí -a menos que estuviera incluido en un artículo, perdido, sobre la
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sublimación-, De hecho, se menciona el asunto en «De guerra y muerte» (1915b), AE, pág. 283Pero no puede ser esta la referencia en que pensaba Freud, porque originalmente ese artículo se publicó en otro volumen. En una nota agregada a los Tres ensayos (1905d) en 1915 (año en que escribió el presente trabajo), Freud insiste en. que la sublimación y la formación reactiva han de considerarse procesos distintos (AE, 7, pág. 162, n. 10). - La palabra alemana para «compasión» es «Mitleid», literalmente «sufrir con». Otro punto de vista sobre el origen de este sentimiento se expresa en el análisis del «Hombre de los Lobos» (1918b), AE, 17, pág. 81, que en realidad fue escrito, con toda probabilidad, afines de 1914, pocos meses antes que el presente artículo]
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[Es decir, un nuevo agente]
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[Nota agregada en 1924.]
174 (Ventana-emergente - Popup)
Jener ».En la primera edición decía aquí «jeder», «toda».]
175 (Ventana-emergente - Popup)
[El término «ambivalencia», acuñado por Bleuler (1910b, y 1911, págs. 43 y 305), no parece haber sido usado por él en este sentido. Bleuler distinguía tres tipos de ambivalencia: 1) la emocional, o sea, la oscilación entre el amor y el odio; 2) la volitiva, o sea, la incapacidad de decidir acerca de una acción, y 3) la intelectual, o sea, la creencia en proposiciones contradictorias. Freud generalmente utiliza el término en el primero de estos sentidos. Véase, por ejemplo, la primera ocasión en que parece haberlo adoptado, en, «Sobre la dinámica de la trasferencia» (1912b), AE, 12, pág. 104, y más adelante en el presente artículo (págs. 128 y 133). El pasaje actual es uno de los pocos en que Freud aplica el término a la actividad y la pasividad. Otro ejemplo de este uso excepcional se hallará en el historial clínico del «Hombre de los Lobos» (1918b), AE, 17, pág. 26.]
176 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. Tótem y tabú (1912-13), AB, 13, págs. 71-2.]
177 (Ventana-eme rgente - Popup)
{Es decir, el trastorno de una pulsión en cuanto a su contenido}
178 (Ventana-emergente - Popup)
[En las ediciones alemanas anteriores a 1924 dice «la trasposición de amor y odio».]
179 (Ventana-emergente - Popup)
[Este punto se aborda con mucho mayor extensión en una nota agregada en 1915 (año en que Freud escribió el presente artículo) a los Tres ensayos (1905d), AE, 7, págs. 200-1. Cf. también «Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico» (1914d), supra, pág. 53.]
180 (Ventana-emergente - Popup)
Una parte de las pulsiones sexuales es, como sabemos, susceptible de esta satisfacción autoerótica, y por tanto apta para servir de sustento al desarrollo [del «yo-realidad» originario hacia el «yo-placer»] descrito a continuación [en el texto], regido por el principio de placer. Las pulsiones sexuales, que desde el comienzo reclaman un objeto, así como las necesidades de las pulsiones yoicas, que nunca se satisfacen de manera autoerótica, perturban desde luego este estado [el estado narcisista primordial] y preparan los ulteriores progresos. Por cierto, el estado narcisista primordial no podría seguir aquel desarrollo si todo individuo no pasara por un período en que se encuentra desvalido y debe ser cuidado, y durante el cual sus urgentes necesidades le fueron satisfechas por aporte desde afuera, frenándose así su desarrollo. [Esta nota, muy condensada, seríamás fácil de comprender si se la hubiera ubicado dos o tres párrafos más adelante. Quizá se la pueda ampliar de la siguiente manera: En sus «Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico» (1911b), AE, 12, págs. 228-9, Freud había introducido la idea de la trasformación de un temprano «yo-placer» en un «yo-realidad». En el siguiente pasaje del presente texto, sostiene que en verdad hay un yo-realidad inicial, más antiguo todavía. Este «yo-realidad» inicial, en lugar de convertirse directamente en el «yo-realidad» definitivo, es remplazado -bajo la influencia dominante del principio de placer- por un «yo-placer». La nota enumera, por una parte, los factores que favorecerían este último desenlace, y, por otra parte, los que obrarían en su contra. La existencia de pulsiones libidinosas autoeróticas alentaría la desviación hacia un «yo-placer», mientras que las pulsiones libidinosas no-autoeróticas y las pulsiones de autoconservación probablemente promoverían, en cambio, una transición directa haciael «yo-realidad» definitivo del adulto. Freud observa que, de hecho, este último sería el resultado si no fuera porque el cuidado parental del bebé desvalido satisface al segundo grupo de pulsiones, prolonga artificialmente el estadio narcisista primordial, y de esa manera contribuye a hacer posible el establecimiento del «yo-placer».]
181 (Ventana-emergente - Popup)
[Anteriormente, Freud enumeró en el siguiente orden los opuestos al amar: 1) odiar, 2) ser amado y 3) indiferencia.
En el presente párrafo adopta otro orden: 1) indiferencia, 2) odiar y 3) ser amado.
Probablemente en este segundo ordenamiento otorga el primer lugar ala indiferencia por ser esta la primera que se presenta en el curso del desarrollo.]
182 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta parece ser la primera vez que Freud utiliza el término.]
183 (Ventana-emergente - Popup)
[Se refiere a un párrafo de «Lo inconciente» (1915e), y a otro de «Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños» (1917d), infra, págs. 222-3.]
184 (Ventana-emergente - Popup)
[En alemán, «Beziehungen». En la primera edición, esta palabra era «Bezeichnungen»{«designaciones»}, lo que parece más coherente.]
185 (Ventana-emergente - Popup)
[La primera exposición de la etapa oral en un trabajo publicado por Freud figura en un párrafo agregado por él a la tercera edición (1915) de sus Tres ensayos(1905d), AE, 7, pág. 180. El «Prólogo» a esa edición está fechado en octubre de 1914, algunos meses antes de que Freud escribiera el presente artículo.]
186 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «La predisposición a la neurosis obsesiva» (1913i).]
187 (Ventana-emergente - Popup)
[La relación entre el amor y el odio es ulteriormente tratada por Freud, a la luz de su hipótesis de la pulsión de muerte, en el capítulo IV de El yo y elello (1923b),AE, 19, págs. 41 y sigs.]
188 (Ventana-emergente - Popup)
La represión. (1915)
«Die Verdrängung»
Ediciones en alemán
101
1915 Int. Z. ärztl. Psychoanal., 3, n° 3, págs. 129-38. 1918 SKSN, 4, págs. 279-93. (1922, 2ª ed.) 1924 GS, 5, págs. 466-79. 1924 Technik und Metapsychol., págs. 188-201. 1931 Theoretische Schriften, págs. 83-97. 1946 GW, 10, págs. 248-611975 SA, 3, págs. 103-18.
Traducciones en castellano
1924«La represión». BN (17 vols.), 9, págs. 145-58. Traducción de Luis López-Ballesteros. 1943Igual título. EA, 9, págs. 140-53. El mismo tra ductor. 1948Igual título. BN (2 vols.), 1, págs. 1057-63. El mismo traductor. 1953Igual título. SR, 9, págs. 121-31. El mismo tra ductor. 1967Igual título. BN (3 vols.), 1, págs. 1045-51. El mismo traductor. 1972Igual título. BN (9 vols.), 6, págs. 2053-60. El mismo traductor.
todos ellos se destaca que el concepto de represión fue sugerido i mperiosamente por el fenómeno clínico de la resistencia, que a su vez salió a relucir a raíz de una innovación técnica: el abandono de la hipnosis en el tratamiento catártico de la histeria.
En el relato incluido en losEstudios sobre la histeria, la palabra utilizada para describir el proceso no es en realidad «represión» sino «defensa». En esa temprana época Freud empleaba ambos términos indistintamente, casi como equivalentes, aunque tal vez «defensa» era más común. Pronto, sin embargo, como señala en su trabajo sobre el papel de la sexualidad en la etiología de las neurosis (1906a), AE, 7, págs. 267-8, comenzó a remplazar este último por aquel. Así, por ejemplo, en el historial clínico del «Hombre de las Ratas» (1909d) examinó el mecanismo de la «represión» en las neurosis obsesivas -o sea, el desplazamiento de la investidura afectiva de la representación chocante, a diferencia de su destierro total de la conciencia en la histeria- y aludió a «dos tipos de represión» (AE, 10, pág. 154). De hecho, en el presente artículo el término es usado en este sentido amplio, como se ve en el examen de los diversos mecanismos de represión en las distintas variedades de psiconeurosis que efectúa hacia el final. Parece bastante claro, sin embargo, que la forma de represión a la que Freud aludía fundamentalmente aquí era la que se presenta en la histeria; y mucho después, en Inhibición, síntoma y angustia (1926d), AE, 20, págs. 152-3, propuso restringir el término «represión» a este mecanismo en particular y restaurar el uso de «defensa» como «designación general para todas las técnicas de que se sirve el yo en los conflictos que eventualmente llevan a la neurosis». La importancia de este distingo fue más tarde ejemplificada por él en «Análisis terminable e interminable» ( 1937c), AE, 23, págs. 238 y sigs.
La índole de la fuerza impulsora que pone en marcha a la represión constituyó un permanente p roblema para Freud, aunque en este trabajo apenas alude a él. Se planteaba, en particular, el interrogante acerca del vínculo entre la represión y la vida sexual; en sus primeros tiempos, Freud dio variables respuestas a esto, como puede verse en muchos lugares en su correspondencia con Fliess (1950a)pero más tarde rechazó firmemente todo intento de «sexualizar» la represión. Se hallará una amplia discusión de esta cuestión (con especial referencia a los puntos de vista de Adler) en «Pegan a un niño"» (1919e), AE, 17, págs. 196 y sigs. Más adelante aún, en Inhibición, síntoma y angustia (1926d), AE, 20, esp. págs. 152 y sigs., y en la 32ª de las Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (1933a),AE, 22, pág. 79, arrojó nueva luz sobre el asunto sosteniendo que la angustia no era, como había afirmado antes (y como lo hace en este trabajo), una consecuenciade la represión sino una de sus principales fuerzas impulsoras (ver nota).
En su «Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico» (1914d)Freud declaró que la doctrina de la represión es «el pilar fundamental sobre el que descansa el edificio del psicoanálisis»; en el presente artículo, así como también en la sección IV de «Lo inconciente» (1915e), hizo la formulación más elaborada de dicha doctrina.
Históricamente, el concepto de represión se retrotrae a los comienzos mismos del psicoanálisis. La primera publicación en que se lo mencionó {en la bibliografía de Freud} fue «Sobre el mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos: comunicación preliminar», de Breuer y Freud (1893), AE, 2, pág. 36. El término«Verdrüngung» ya había sido utilizado por Herbart, psicólogo de comienzos del siglo XIX, y probablemente llegó a conocimiento de Freud a través de su maestro Meynert, quien era un admirador de Herbart (vernota). No obstante, en la «Contribución» ya citada, Freud insistió en que sin lugar a dudas él había concebido esa doctrina independientementeEn su Presentación autobiográfica (1925d) escribió: «Fue una novedad, y nada semejante se había reconocido antes en la vida anímica».
Hay en los escritos de Freud varios relatos acerca de la forma en que se produjo el descubrimiento; por ejemplo, en los Estudios sobre la histeria (1895d), AE, 2, págs. 275-6, y también en la «Contribución». En James Strachey
189 (Ventana-emergente - Popup)
[El dolor y los métodos de que dispone el organismo para hacerle frente son tratados en Más allá del principio de placer (1920g), AE, 18, págs. 29-30. El tema ya había sido planteado en el «Proyecto de psicología» (1950a), AE, 1, pág. 351, y se lo retomó en Inhibición, síntoma y angustia (1926d), AE, 20, págs. 158-61]
190 (Ventana-emergente - Popup)
[En el «Proyecto» (1950a), AE, 1, pág. 341, se da a esto el nombre de «acción específica».]
191 (Ventana-emergente - Popup)
[Se encontrará una modificación de esta fórmula en «Lo inconciente» (1915e), AE, pág. 199.]
192 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Pulsiones y destinos de pulsión» (1915c), AE, pág. 122.]
193 (Ventana-emergente - Popup)
[«Nachdrängen». Freud utiliza el mismo término en su descripción del análisis de Schreber (ver nota), así como
102
también en su artículo sobre «Lo inconciente». Pero veinte años después, al aludir a este punto en «Análisis terminable e interminable» (1937c), AE, 23, pág. 230, empleó la palabra «Nachverdrängung» («pos-represión»).]
194 (Ventana-emergente - Popup)
[La descripción de las dos etapas de la represión que se ofrece en los dos últimos párrafos había sido adelantada por Freud cuatro años antes (aunque en forma algo diferente), en el análisis de Schreber (1911c), AE, 12, págs. 62-3, y en una carta a Ferenczi del 6 de diciembre de 1910 (Jones, 1955, pág. 499). Véase también La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 541, n. 21, y Tres ensayos de teoría sexual (1905d), AE, 7, pág. 159 y n. 4.]
195 (Ventana-emergente - Popup)
[Lo que sigue en este párrafo es objeto de un tratamiento más extenso en «Lo inconciente»]
196 (Ventana-emergente - Popup)
[En las ediciones alemanas anteriores a 1924, la última parte de esta frase decía: «... welches sich mittels dieser Bildungen den ihm versagten Zugang vom Bewusstsein endlicb erkämpft hat» (« ... que, por intermedio de estas formaciones, ha terminado por arrancar a la conciencia el acceso que se le denegaba»). En las ediciones de 1924 y siguientes la contracción «vom» fue sustituida por «zum», alterándose así el sentido de la frase.]
197 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Introducción del narcisismo» (1914c)]
198 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase el primero de los Tres ensayos de teoría sexual (1905d), AE, 7, págs. 139-41 y notas al pie.]
199 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase el segundo capítulo del libro sobre el chiste (1905c).]
200 (Ventana-emergente - Popup)
[Esto vuelve a abordarse en «Lo inconciente» (1915e)]
201 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 559.Cf. también «Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños»(1917d)]
202 (Ventana-emergente - Popup)
Affektbetrag». Este término se remonta al período de Breuer. Véanse, por ejemplo, los últimos párrafos de «Las neuropsicosis de defensa» (1894a),y mi «Apéndice» a dicho trabajo,AE, 3, págs. 66-8.]
203 (Ventana-emergente - Popup)
Este símil, aplicable al proceso de la represión, puede extenderse también a un carácter de la represión, ya mencionado. Sólo me resta agregar que tengo que poner custodia permanente ante la puerta prohibida al huésped, pues de lo contrario el rechazado la descerrajaría. [Este símil había sido elaborado por Freud en la segunda de sus Cinco conferencias sobre psicoanálisis (1910a), AE, 11, págs. 22-4.]
204 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud enuncia una modificación de este último punto de vista en Inhibición, síntoma y angustia (1926d), AE, 20, esp. págs, 105 y 150-3.]
205 (Ventana-emergente - Popup)
[El concepto de un «retorno de lo reprimido» aparece muy tempranamente en los escritos de Freud. Se lo encuentra ya en «Nuevas puntualizaciones sobre las neuropsicosis de defensa» (1896b), AE, 3, pág. 170, y hasta en un borrador de ese artículo enviado a Fliess el l° de enero de 1896 (1950a, Manuscrito K), AE, 1, págs. 262-3.]
206 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud encara la tarea en «Lo inconciente» (1915e)]
207 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta es, por supuesto, una referencia al historial clínico del «Hombre de los Lobos» (1918b), que si bien se publicó tres años después que el presente artículo, ya estaba completo en lo esencial para esta época.]
208 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Lo i nconciente» (1915e)]
209 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud ya había citado esto en Estudios sobre la histeria (1895d), AE , 2, pág. 151.]
210 (Ventana-emergente - Popup)
[Puede tratarse de una referencia al extraviado artículo metapsicológico sobre la histeria de conversión.]
211 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase el análisis del «Hombre de las Ratas» (1909d), AE, 10, pág. 188.]
212 (Ventana-emergente - Popup)
Lo inconciente. (1915).
«Das Unbewusste»
Ediciones en alemán
1915 Int. Z. ärztl. Psychoanal., 3, nº 4, págs. 189-203, y nº 5, págs. 257-69.
1918 SKSN, 4, págs. 294-338. (1922, 21 ed.)
1924 GS, 5, págs. 480-519.
1924 Technik und Metapsychol., págs. 202-41.
1931 Theoretische Schrilten, págs. 98-140.
1946 GW, 10, págs. 264-303.
1975 SA3, págs. 119-73.
Traducciones en castellano
1924«Lo inconciente». BN (17 vols.), 9, págs. 159-200. Traducción de Luis López-Ballesteros.
1943Igual título. EA, 9, págs. 154-94. El mismo tra ductor
1948Igual título. BN (2 vols.), 1, págs. 1063-81. El mismo traductor.
1953Igual título. SR, 9, págs. 133-63. El mismo tra ductor.
1967Igual título. BN (3 vols.), 1, págs. 1051-68. El mismo traductor.
1972Igual título. BN (9 vols.), 6, págs. 2061-82. El mismo traductor.
103
Aparentemente, este artículo fue escrito en menos de tres semanas, entre el 4 y el 23 de abril de 1915. Se publicó ese mismo año en el Internationale Zejtschríft, en dos entregas: la primera incluía las secciones I a IV, y la segunda, las secciones V a VII. En las ediciones anteriores a 1924 el artículo no estaba dividido en secciones, pero los actuales títulos de estas aparecían al margen del texto. La única excepción es la frase «y el punto de vista tópico», que actualmente forma parte del título de la sección II, y que originalmente figuraba, en el margen, al comienzo del segundo párrafo, junto a las palabras «Dentro de una exposición positiva... » (pág. 169). En la edición de 1924 se introdujeron también unas pocas modificaciones menores en el texto.
Si la serie de «Trabajos sobre metapsicología» es quizá lo más importante entre los escritos teóricos de Freud, no cabe duda de que el presente ensayo sobre «Lo inconciente» es la culminación de esa serie.
El concepto de que existen procesos anímicos inconcientes es, desde luego, fundamental en la teoría psicoanalítica. Freud nunca dejó de insistir, incansablemente, en los argumentos en favor de ello, n i de combatir las objeciones que se le oponían. De hecho, el último fragmento inconcluso de su pensamiento teórico, el escrito d e 1938 al que tituló «Algunas lecciones elementales sobre psicoanálisis» (1940b), es una reivindicación de aquel concepto.
Debeaclararse enseguida, sin embargo, que el interés de Freud por este supuesto nunca fue de naturaleza filosófica -aunque, sin duda, los problemas filosóficos aguardaban inevitablemente a la vuelta de la esquina-. Su interés era práctico. Encontró que sin ese supuesto le resultaba imposible explicar o aun describir una gran variedad de fenómenos que le salían al paso. Formulándolo, p or el contrario, se le abría el camino a una región, inmensamente fértil, de nuevos conocimientos.
En los comienzos del pensamiento freudiano, no puede haber habido en el medio que lo rodeaba grandes resistencias contra esta idea. Los maestros inmediatos de Freud (p. e¡., Meynert) (ver nota) se regían fundamentalmente, hasta donde llegaba su interés por la psicología, por los puntos de vista de J. F. Herbart (1776-1841); y parece ser que en la escuela secundaria a la que asistió Freud se utilizaba un libro de texto que contenía los principios herbartianos (Jones, 1953, págs. 409-10). El reconocimiento de la existencia de procesos anímicos inconcientes desempeñaba un papel esencial en el sistema de Herbart. A pesar de esto, Freud no adoptó la hipótesis de inmediato en las primeras etapas de sus investigaciones psicopatológicas. Es cierto que desde el principio parece haber sentido la fuerza del argumento puesto de relieve en las páginas iniciales del presente artículo: a saber, que restringir los sucesos anímicos a los que son concientes, y entremezclarlos con los sucesos puramente físicos, neurológicos, es algo que «quiebra la continuidad psíquica» e introduce brechas ininteligibles en la cadena de los fenómenos observados. Pero esta dificultad podía encararse de dos maneras distintas. Podemos desentendernos de los sucesos físicos y adoptar la hipótesis de que las brechas están cubiertas por sucesos anímicos inconcientes; o, por el contrario, podemos desentendernos de los sucesos anímicos concientes y construir una cadena puramente física, sin solución de continuidad, que abarcaría todos los hechos de la observación, Para Freud, que en los comienzos de su carrera científica había estado totalmente dedicado a la fisiología, esta segunda posibilidad resultó al principio irresistiblemente atractiva. Sin duda esto se vio reforzado por las opiniones de Hughlings-Jackson, cuya obra Freud admiraba -como lo demostró en su monografía sobre las afasias (1891b)- (ver nota) Por lo tanto, el método de descripción de los fenómenos psicopatológicos que Freud adoptó al principio fue el neurológico, y todos sus escritos del período de Breuer se basan expresamente en ese método. La posibilidad de construir una «psicología» a partir de elementos puramente neurológicos ejerció gran fascinación intelectual sobre él, y consagró muchos meses del año 1895 a dar cumplimiento a esa hazaña. Así, el 27 de abril (Freud, 1950a, Carta 23), escribió a Fliess: «Me encuentro tan atollado en la "Psicología para neurólogos" que me consume por completo, al punto de que estoy trabajando en exceso y me veo obligado a interrumpir. Jamás he estado tan intensamente preocupado por cosa alguna. ¿Y qué saldrá de todo esto? Espero que algo resulte ... ». Algo salió, por cierto, mucho después: el «torso» que conocemos como «Proyecto de psicología», enviado a Fliess en setiembre y octubre de 1895. Esta sorprendente producción se propone describir y explicar todo el ámbito de la conducta humana, normal y patológica, por medio de un complicado manejo de dos entidades materiales: la neurona y la «cantidad fluyente», una energía física o química no especificada. De esta manera, Freud evitó por entero la necesidad de postular cualesquiera procesos anímicos inconcientes: la cadena de sucesos físicos era ininterrumpida y completa.
Sin duda, son muchas las razones por las que el «Proyecto» nunca se terminó y toda la línea de pensamiento subyacente fue al poco tiempo abandonada. Pero la principal es que el neurólogo Freud fue desplazado y sustituido por el psicólogo: cada vez se hizo más evidente que aun la elaborada maquinaria de los sistemas neuronales resultaba demasiado incómoda y burda para lidiar con las sutilezas que el «análisis psicológico» estaba trayendo a la luz, y que sólo podían describirse en el lenguaje de l os procesos anímicos. En realidad, el interés de Freud había ido desplazándose muy gradualmente. Su tratamiento del caso de Emmy von N. fue dos o tres años anterior a la publicación de su monografía sobre las afasias, y el historial clínico correspondiente fue escrito más de un año antes que el «Proyecto». Estampó por primera vez en letra impresa la expresión «lo inconciente» en una nota al pie de ese historial clínico (AE, 2, pág. 96); y aunque la teoría ostensible que sirve de base a su participación en l os Estudios sobre la histeria (1895d)sea neurológica, ya se insinuaba firmemente allí la psicología, y con ella la necesidad de los procesos anímicos inconcientes. Por cierto, los cimientos mismos de la hipótesis de la represión en la histeria y del método catártico clamaban por una explicación psicológica, y su fundamentación neurológica en la segunda parte del «Proyecto» sólo se hizo posible mediante acrobáticos esfuerzos (ver nota). Pocos años más tarde, en La interpretación de los sueños ( 1900a), había ocurrido una extraña trasformación: no sólo desapareció por completo la explicación neurológica de la psicología, sino que buena parte de lo que Freud escribiera en el «Proyecto» en términos del sistema nervioso resultaba ser ahora válido, y mucho más inteligible, al traducírselo a términos anímicos. El inconciente quedó, de tal modo, establecido de una vez para siempre.
Pero, d ebe repetírselo, Freud no estableció una mera entidad metafísica. Lo que hizo en el capítulo VII de La interpretación de los sueños fue, por así decir, convertir la entidad metafísica en algo de carne y hueso. Por primera vez mostró cómo era el inconciente, cómo trabajaba, cómo difería de otras partes de la psique y cuáles eran sus relaciones recíprocas con ellas. En el artículo que sigue volvió a esos descubrimientos, ampliándolos y profundizándolos.
No obstante, ya antes de eso se había hecho evidente que el término «inconciente» era ambiguo. Tres años atrás, en el artículo que escribió en inglés para la Society for Psychical Research (1912g), y que en muchos sentidos es un prólogo a este, había investigado cuidadosamente tales ambigüedades, y diferenciado entre los usos «descriptivo», «dinámico» y «sistemático» de la palabra. Repite estas distinciones en la sección II del presente artículo, aunque en forma algo diferente; y volvería de nuevo sobre ellas en el capítulo I de El yo y el ello (1923b), y con m ayor extensión todavía en la 31ª de las Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (1933a). La desprolijidad con que s e acomoda el contraste entre «conciente» e «inconciente» a las diferencias entre los diversos sistemas de la psique se expone con toda claridad; pero su posición completa no fue puesta en perspectiva sino en El yo y el ello, donde Freud introdujo un nuevo cuadro estructural de la psique. Pese a la insatisfactoria aplicabilidad del criterio para distinguir «conciente o inconciente», Freud insistió siempre (como lo hace aquí en dos lugares, y de nuevo enEl yo y el ello y en las Nuevas conferencias) en que ese criterio «es en definitiva la única antorcha en la oscuridad de la psicología de las profundidades». (Vernota)
104
James Strachey
213 (Ventana-emergente - Popup)
Das Unbewusst»Hemos traducido «lo inconciente», salvo en los casos en que el texto se refiere al «sistema inconciente», donde recurrimos al artículo masculino. Esto implica cierta cuota de interpretación, pues el término alemán siempre es neutro, como lo son también «das Bewusstsein» («la conciencia») y «das Vorbewusst» («lo preconciente»; en este caso también aplicamos el criterio antes expuesto). Lo importante es advertir que no corresponde asociar este problema del género gramatical con el de averiguar si para Freud «inconciente» es cualidad
o cosa; esto último debe discernirse por el contexto. La aclaración no es ociosa, pues en castellano el artículo neutro sugiere una cualidad, lo que no es válido para el alemán.}
214 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud mismo parece haberse inclinado en algún momento a aceptar esta teoría, como lo sugiere un pasaje de su libro sobre las afasias, que el lector encontrará en el «Apéndice B» de esta edición.]
215 (Ventana-emergente -Popup)
Träume sind Schäume» {literalmente, «los sueños son quimera»}. Cf. La interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, pág. 152.]
216 (Ventana-emergente - Popup)
[En su último tratamiento de este tema, Freud se ocupó con cierta amplitud de las pruebas proporcionadas por la sugestión poshipnótica; véase el trabajo inconcluso «Algunas lecciones elementales sobre psicoanálisis» (1940b).]
217 (Ventana-emergente - Popup)
[En algunos de sus escritos iniciales el propio Freud utilizó el término «subconciente»; por ejemplo, en su artículo en francés sobre los parálisis histéricas (1893c),AE, 1, pág. 209, y en los Estudios sobre la histeria (1895d), AE, 2, pág. 89n. Pero ya en La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág, 603, recomienda que no se lo emplee. Vuelve a aludir a este punto en la 19ª de sus Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), AE, 16, pág. 271, y lo discute en forma algo más completa en ¿Pueden los legos ejercer el análisis? (1926e), AE, 20, pág. 185.]
218 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta idea había sido abordada ya con cierta extensión en La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, págs, 602-4.]
219 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud ya había introducido estas abreviaturas en La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, págs. 533 y sigs.]
220 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. Breuer y Freud, Estudios sobre la histeria (1895), AE, 2, pág. 235.]
221 (Ventana-emergente - Popup)
[De parte de Bleuler (1914). CL «Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico» (1914d), supra, pág. 40.]
222 (Ventana-emergente - Popup)
[El concepto de una representación presente en la psique en más de una «trascripción» fue enunciado por primera vez en una carta a Fliess del 6 de diciembre de 1896 (Freud, 1950a, Carta 52), AE, 1, págs. 274 y sigs. Lo emplea en relación con la teoría de la memoria en el capítulo VII de La interpretación de los sueños(1960a), AE, 5, pág. 532 (donde habla de las diversas «fijaciones») y vuelve a aludir a él más adelante en ese mismo capítulo (ibid., pág. 598), con una argumentación que anticipa a la presente.]
223 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud mismo se había interesado mucho en la localización de las funciones cerebrales, en su trabajo sobre las afasias (1891b).]
224 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud ya había insistido sobre esto en el prólogo a su traducción de De la suggestion, de Bernheim (Freud, 1888-89).]
225 (Ventana-emergente - Popup)
Ablebnung»; vale decir, el paciente no se convence de lo comunicado por el analista, desautoriza lo que este le dice.}
226 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud presenta una imagen tópica de la distinción entre representaciones concientes e inconcientes en el caso del pequeño Hans (1909b), AE, 10, págs. 98-9, y más extensamente en su artículo técnico «Sobre la iniciación del tratamiento» (1913c), AE, 12, pág. 142.]
227 (Ventana-emergente - Popup)
SchuIdbesstsein», un equivalente habitual de «SchuIdgefühI», «sentimiento de culpa».]
228 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase el principal examen de los afectos en La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, págs. 458-84.]
229 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta cuestión vuelve a tratarse en el capítulo II de El yo y el ello (1923b). La naturaleza de los afectos es objeto de un examen más claro en la 25ª de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), AE, 16, págs. 360-1, y también en Inhibición, síntoma y angustia (1926d), AE, 20, págs. 125-6.]
230 (Ventana-emergente - Popup)
La afectividad se exterioriza esencialmente en una descarga motriz (secretoria, vasomotriz) que provoca una alteración (interna) del cuerpo propio sin relación con el mundo exterior; la motilidad, en acciones destinadas a la alteración del mundo exterior.
231 (Ventana-emergente - Popup)
[En la edición de 1915 no figura «(Prcc)».]
232 (Ventana-emergente - Popup)
[Sobre el empleo de «libido» aquí, véase tres párrafos más adelante.]
233 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud había empleado este término por primera vez unos veinte años antes, en una carta a Fliess del 13 de febrero de 1896 ( Freud, 1950a, Carta 41), pero en sus trabajos publicados sólo lo había utilizado en una oportunidad, en Psicopatología de la vida cotidiana (1901b), AE, 6, pág. 251.]
234 (Ventana-emergente - Popup)
[Ya lo había hecho tres párrafos atrás.]
235 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta es la «segunda fase» del proceso.]
236 (Ventana-emergente - Popup)
[En la edición de 1915 no figura «(Prcc)».]
237 (Ventana-emergente - Popup)
[La «tercera fase».]
238 (Ventana-emergente - Popup)
[La noción de que un pequeño desprendimiento de displacer actúa como «señal» para impedir un desprendimiento mucho mayor figura ya en el «Proyecto de psicología» de 1895 (1950a), AE, 1, págs. 404-6, y en La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 592. Por supuesto, esta idea se desarrolla mucho más en Inhibición, síntoma y
105
angustia (1926d), por ejemplo en el capítulo XI, AE, ZO, págs. 150-2.]
239 (Ventana-emergente - Popup)
[Probablemente una referencia al artículo metapsicológico extraviado sobre la histeria de conversión. Freud ya había tocado la cuestión en Estudios sobre la histeria (1895d), AE, 2, págs. 179-81.]
240 (Ventana-emergente - Popup)
[En la edición de 1915 no figura «(Prcc)».]
241 (Ventana-emergente - Popup)
[«La represión» (1915d)]
242 (Ventana-emergente - Popup)
[Los temas de la presente sección fueron reconsiderados por Freud en Inhibición, síntoma y angustia (1926d), AE, 20, esp. págs. 120 y sigs., 134n. y 137-8.]
243 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud ya había afirmado esto en su libro sobre el chiste (1905c), AE, 8, pág. 167. Véase, sin embargo, su trabajo posterior sobre la negación (1925h).]
244 (Ventana-emergente - Popup)
Véase mi examen de este punto en el capítulo VII de La interpretación de los sueños (1900a) [AE, 5, págs. 578 y sigs.], que se basa en ideas desarrolladas por Breuer en Estudios sobre la histeria (Breuer y Freud, 1895). [En mi «Introducción» a esta última obra (AE, 2, pág. 21) y en una nota al pie de la misma (ibid.,pág. 206) se hallará un comentario sobre el hecho de que Freud atribuyera estas hipótesis a Breuer.]
245 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud había expresado esta idea, con palabras muy similares, en La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág.
594. El punto se trata más detenidamente en su libro sobre el chiste (1905c), AE, 8, esp. págs. 189-206.]
246 (Ventana-emergente - Popup)
[En la edición de 1915 decía «Prcc». La «atemporalidad» de lo inconcientese menciona de manera dispersa a lo largo de los escritos de Freud. La primera mención es quizás una frase que data de 1897 (Freud, 1950a, Manuscrito M), donde declara que «el descuido del carácter temporal es sin duda esencial para el distingo entre la actividad en lo preconciente y en lo inconciente». Alude a esto en «La etiología de la histeria» (1895c), AE, 3,pág. 216, y vuelve a hacerlo indirectamente en La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, págs. 568-70, pero la primera mención explícita que apareció publicada parece ser una nota agregada en 1907 a la Psicopatología de la vida cotidiana (1901b), AE, 6, pág. 266n. Otra alusión al pasar es la que figura en una nota al artículo sobre el narcisismo (1914c), supra, pág. 93n. Freud volvió al temamás de una vez en sus escritos posteriores; particularmente en Más allá del principio de placer (1920g), AE, 18, pág. 28, y en la 31ª de lasNuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (1933a), AE, W, pág. 69. El tema se trató en una reunión de l a Sociedad Psicoanalítica de Viena el 8 de noviembre de 1911, y las actas publicadas (Zentralblatt für psychoanalyse, 2, págs. 476-7) ofrecen un resumen muy breve de algunas observaciones que Freud hizo en esa ocasión.]
247 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase el apartado 8 de «Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico» (1911b), AE, 12, pág. 230. El «examen de realidad» se aborda con alguna extensión en «Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños» (1917d), infra, págs. 230 y sigs.]
248 (Ventana-emergente - Popup)
Reservamos para otro contexto la mención de otro notable privilegio del Icc. [En una carta aGroddeck del 5 de junio de 1917, Freud escribe: «En mi ensayo sobre el Icc que usted menciona hallará una nota apenas visible: "Reservamos' para otro contexto la mención de otro notable privilegio del Icc". Le revelaré a qué se refiere esta nota: a la tesis de que el acto inconciente tiene sobre los procesos somáticos una intensa influencia plástica que nunca posee el acto conciente» (Freud, 1960a).]
249 (Ventana-emergente - Popup)
[Probable referencia al artículo extraviado sobre la conciencia.]
250 (Ventana-emergente - Popup)
[Se alude al mecanismo mediante el cual el Prcc efectúa esto en «Nota sobre la "pizarra mágica"» (1925a), AE, 19, pág. 247.]
251 (Ventana-emergente - Popup)
[En la edición de 1915 decía «Cc».]
252 (Ventana-emergente - Popup)
[Una de las escasísimas observaciones de Freud sobre la metapsicología de los animales puede encontrarse en su Esquema del psicoanálisis (1940a), AE, 23, pág.145.]
253 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta cuestión se trata con más detalle en una nota agregada en 1920 a Tres ensayos de teoría sexual (1905d), AE, 7, pág. 2016, n. 28.]
254 (Ventana-emergente - Popup)
[Otra probable alusión al artículo extraviado sobre la conciencia.]
255 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud ya había planteado esto en La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, págs. 602 y 605.]
256 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta frase, bastante oscura, tal vez resultaría más clara si contáramos con el artículo extraviado sobre la conciencia. La laguna es aquí particularmente exasperante, porque parece probable que la referencia aluda a un examen de la función de «atención» -un tema sobre el cual los escritos posteriores de Freud arrojan muy poca luz- En La interpretación de los sueños (1900a) hay dos o tres pasajes que parecen pertinentes en este contexto: «Los procesos de excitación habidos en él [el preconciente] pueden alcanzar sin más demora la conciencia, siempre que sesatisfagan ciertas condiciones; por ejemplo, [ ... ] que se alcance cierta distribución de aquella función que recibe el nombre de atención» (AE, 5, pág. 534)«El devenir-conciente se entrama de manera íntima con la aplicación de una determinada función psíquica, la atención» (ibid., pág. 582)«El sistemaPrcc no sólo bloquea el acceso a la conciencia, sino que [...] dispone sobre el envío de una energía de investidura móvil, una parte de la cual nos es familiar como atención» (ibid., pág. 602)Contrastando con la parquedad de las alusiones al tema en escritos posteriores de Freud, el «Proyecto de psicología» de 1895 (1950a), incluye un extenso tratamiento de la atención, como una de las fuerzas principales en el aparato psíquico (AE, 1, esp. págs. 408-20). Allí, como así también en «Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico» (1911b), la relaciona en particular con la función de «examen de realidad». Véase mi «Nota introductoria» a «Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños» (1917d), donde se considera la vinculación de la atención con el sistema P.]
257 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud insiste en la complicación abordada en este párrafo en el capítulo I de El yo y el ello (1923b), AE, 19, págs. 19-20, y en el capítulo II, donde propuso su nuevo modelo estructural de la psique, que tanto simplificaría la descripción que hizo en sus escritos de los procesos de esta última.]
258 (Ventana-emergente - Popup)
[En todas las ediciones en alemán anteriores figura aquí «Vbw» {Prcc}Como lo corroboró una consulta al manuscrito original, se trata de un error de imprenta; debe decir «Ubw»{Icc}.]
259 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase un ejemplo de esto en «La predisposición a la neurosis obsesiva» (1913i), AE, 12, pág. 340.]
260 (Ventana-emergente - Popup)
106
[Freud abordaría la cuestión de la herencia de las formaciones psíquicas poco después, en la 23ª de sus Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17) y en su historial clínico del «Hombre de los Lobos» (1918b), AE, 17, pág. 89.]
261 (Ventana-emergente - Popup)
[El proceso se describe detalladamente en el apartado a de «Sobre los tipos de contracción de neurosis» (1912c), AE, 12, págs. 239-41.]
262 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «La represión» (1915d)]
263 (Ventana-emergente - Popup)
[Tausk publicó más tarde un artículo sobre la misma paciente (Tausk, 1919).]
264 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase el examen que hace Freud de la hipocondría en su artículo sobre el narcisismo (1914c)]
265 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 585.]
266 (Ventana-emergente - Popup)
También el trabajo del sueño, ocasionalmente, trata a las palabras como cosas, y así crea frases o neologismos «esquizofrénicos» muy similares. [Cf. La interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, págs. 301 y sigs. Sin embargo, en «Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños» (1917d), infra, págs. 227-8, se traza una distinción entre lo que sucede en los sueños y en la esquizofrenia.]
267 (Ventana-emergente - Popup)
[En «Duelo y melancolía» (1917e), infra, pág. 253, Freud remplazó «Sachvorstellung» por el sinónimo «Dingvorstellung», que ya había usado antes, en La interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, pág. 302, y en su libro sobre el chiste (1905c), AE, 8, pág. 115. La distinción entre «representación-palabra» y «representación -cosa» estaba ya presente cuando Freud escribió esas obras más tempranas, y sin duda deriva de sus estudios sobre las afasias. El asunto fue tratado con cierta extensión en su monografía sobre ese tema (1891b), aunque utilizando una terminología algo distinta. El pasaje pertinente de ese trabajo se incluye en el «Apéndice C» de esta edición.]
268 (Ventana-emergente - Popup)
[La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, págs. 604-5. Cf. también ibid., pág. 566. En realidad, esta hipótesis había sido propuesta (aunque no publicada) en una época todavía anterior, en el «Proyecto de psicología» de 1895 (1950a), AE, 1, págs. 413 y sigs.; asimismo, había sido mencionada por Freud poco tiempo atrás en «Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico» (1911b), AE, 12, pág. 226.]
269 (Ventana-emergente -Popup)
[Freud retomó este tema en El yo y el ello (1923b), AE, 19, pág. 22.]
270 (Ventana-emergente - Popup)
[Parece muy probable que esta sea otra referencia al artículo no publicado sobre la conciencia.]
271 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «La represión» (1915d).]
272 (Ventana-emergente - Popup)
[Vease el análisis de Schreber (Freud, 1911c), AE, 12, págs. 65 y 71. Otro intento de restablecimiento en la esquizofrenia se menciona en «Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños» (1917d)]
273 ( Ventana-emergente - Popup)
[Freud ya había destacado esto en Tótem y tabú (1912-13), AE, 13, pág. 78.]
274 (Ventana-emergente -Popup)
[La frase es de Hughlings-Jackson.]
275 (Ventana-emergente - Popup)
Hughlings-Jackson ha puesto en guardia con extrema energía contra confusiones de esta clase entre lo físico y lo psíquico en el proceso del lenguaje: «In all our studies ofdiseases of the nervous system the must be on our guard against the fallacy that what are physical states in lower centres fine away into psychical states in bigher centres; that, for example, vibrations ol sensory nerves become sensations, or that somehow or another an idea produces a movement» (1878, pág. 306). {«En todos nuestros estudios sobre enfermedades del sistema nervioso tenemos que estar en guardia contra la falacia según la cual los que son estados físicos en centros inferiores se sutilizan en estados psíquicos en centros superiores; que, por ejemplo, vibraciones de nervios sensoriales se convierten en sensaciones, o que de un modo u otro una idea produce un movimiento».}
276 (Ventana-emergente - Popup)
[«Antaño se suponía que los movimientos iniciados en forma activa implicaban un tipo especial de sensación, directamente conectada a la descarga de impulsos nerviosos de las áreas motoras del cerebro a los músculos. [ ... ] La existencia de este "sentimiento de inervación", o sentimiento de energía puestaen juego, es por lo común negada en la actualidad» (Stout, 1938, pág. 258). Esta última observación es confirmada por Freud unas líneas más adelante.]
277 (Ventana-emergente - Popup)
[La segunda imagen sonora corresponde a la palabra que emitimos por nuestra propia cuenta, y la primera (la mencionada a comienzos del párrafo), a la palabra que imitamos]
278 (Ventana-emergente - Popu p)
[Un término sinónimo, «überdeterminiert» {sobredeterminado}, es el tan frecuentemente utilizado en los escritos posteriores de Freud para expresar la idea de la causación múltiple. Cf. Estudios sobre la histeria (1895d), AE, 2, pág. 223, n. 17.]
279 (Ventana-emergente - Popup)
{«Objektvorstellung». En la tradición filosófica alemana, Objekt denota más bien el objeto construido en el proceso del conocer; Gegenstand, en cambio (cf. infra,en este mismo párrafo), designa eso que está ahí, enfrente: un objet o del mundo. Por otra parte, Ding indica la cosa material, en tanto que Sache es la cosa del pensar, la cosa humana, y tiene además la connotación de «escorzo concreto» (visual, táctil, etc.).}
280 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. John Stuart Mill, A System of Logic(1843), 1, libro 1, cap. III, y también An Examination of Sir William Hamilton's Philosophy (1865).
281 (Ventana-emergente - Popup)
Citado por Spamer (1876). [El término fue acuñado por Finkelnburg (1870).]
282 (Ventana-emergente - Popup)
Los dos ensayos que siguen provienen de una colección que originariamente yo me proponía publicar en forma de libro bajo el título de Zur Vorbereitung einer Metapsychologie{Trabajos preliminares para una metapsicología}. Son la continuación de trabajos que se imprimieron en el volumen 3 de laInternationale Zeitschrift tür ärztliche Psychoanalyse(«Pulsiones y destinos de pulsión», «La represión» y «Lo inconciente»). Esta serie tiene como propósito aclarar y profundizar las hipótesis teóricas que podrían ponerse en la base de un sistema psicoanalítico.
283 (Ventana-emergente - Popup)
Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños (1917 [1915])
«Metapsychologische Ergänzung zur Traumlehre»
Ediciones en alemán
107
1917 Int. Z. ärztl. Psychoanal., 4, n° 6, págs. 277-87.
1918 SKSN, 4, págs. 339-55. (1922, 21 ed.)
1924 GS, 5, págs. 520-34.
1924 Technik und Metapsychol., págs. 242-56.
1931 Theoretische Schriften, págs. 141-56.
1946 GW, 10, págs. 412-26.
1975 SA, 3, págs. 175-91.
Traducciones en castellano
1924 «Adición metapsicológica a la teoría de los sueños». BN (17 vols.), 9, págs. 201-15. Traducción de Luis López-Ballesteros.
1943 Igual título. EA, 9, págs. 195-208. El mismo tra ductor.
1948 Igual título. BN (2 vols.), 1, págs. 1081-7. El mismo traductor.
1953 Igual título. SR, 9, págs. 165-75. El mismo tra ductor.
1967 Igual título. BN (3 vols.), 1, págs. 1069-75. El mismo traductor.
1972 Igual título. BN (9 vols.), 6, págs. 2083-90. El mismo traductor.
Este artículo, junto con el siguiente («Duelo y melancolía»), parece haber sido escrito en un lapso de once días, entre el 23 de abril y el 4 de mayo d e 1915. No se publicaron hasta dos años después. Como lo indica el título, se trata en esencia de una aplicación del esquema teórico que Freud acababa de reformular a las hipótesis propuestas en el capítulo VII de La interpretación de los sueños (1900a); pero en gran medida consiste en una discusión sobre los efectos producidos por el estado del dormir en los diferentes «sistemas» de la psique. Y esta discusión, a su vez, se centra fundamentalmente en el problema de la alucinación y en una investigación sobre cómo es que en nuestro estado normal podemos distinguir entre fantasía y realidad.
Freud se había ocupado de este problema d esde época muy temprana. Le dedicó mucho espacio en el «Proyecto de psicología» de 1895 (1950a), AE, 1, esp. págs. 370-5 y 408 y sigs. Y la solución que allí propuso se asemeja visiblemente a la enunciada aquí -aunque la terminología usada es diferente-. I ncluía dos líneas principales de pensamiento. Freud sostenía que los «procesos psíquicos primarios», por sí mismos, no hacen distinción alguna entre una representación y una percepción; primero tienen que ser inhibidos por los «procesos psíquicos secundarios», los cuales sólo pueden operar cuando hay un «yo» con una reserva de investiduras lo suficientemente grande como para proveer la energía necesaria para efectuar la inhibición. El fin de la inhibición es dar tiempo a que los «signos de realidad» lleguen desde el aparato perceptual. Pero, en segundo lugar, además de esta función de inhibición y posposición, el yo también es responsable de dirigir las investiduras de «atención» hacia el mundo exterior, sin lo cual los signos de realidad no podrían observarse.
En La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, págs. 558 y sigs., y 587 y sigs., Freud insistió nuevamente en la función de inhibición y posposición, como un factor esencial en el proceso de juzgar si las cosas son reales o no, y una vez más atribuyó esa función al «proceso secundario», aunque sin mencionar al yo como tal. El siguiente tratamiento detenido del tema corresponde a «Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico» ( 1911b), donde por primera vez Freud utilizó la frase «examen de realidad». Nuevamente puso énfasis allí en que el proceso se caracterizaba por la posposición, pero además se ocupó de la función de atención, describiéndola como un examen periódico del mundo externo, y vinculándola en particular con los órganos de los sentidos y la conciencia. Este último aspecto del problema -el papel desempeñado por los sistemas P y Cc- es el único al que se da preponderancia en el artículo que sigue.
Pero el interés de Freud por el tema de ninguna manera quedó agotado tras el p resente estudio. En Psicología de las masas y análisis del yo (1921c)por ejemplo, atribuyó al ideal del yo la función de examen de realidad ( AE, 18, pág. 108) -atribución de la que, sin embargo, se retractó poco después, en una nota al pie de El yo y el ello (1923b), AE, 19, pág. 30, n. 2-. Y ahora, por primera vez desde los tempranos días del «Proyecto», el examen de realidad fue adscrito definitivamente al yo. En un tratamiento posterior y particularmente interesante de este tema -en «La negación» (1925h), AE, 19, pág. 256-, se presenta a la prueba de realidad como dependiente de la estrecha relación genética del yo con los instrumentos de la percepción sensorial. También en ese artículo (al igual que en «Nota sobre la "pizarra mágica"» (1925a), casi contemporáneo) hay ulteriores referencias al envío periódico, por parte del yo, de investiduras exploratorias hacia el mundo exterior -evidentemente una alusión, en distintos términos, a lo que originalmente se había descrito como «atención»-. Pero en «La negación» Freud lleva más lejos su análisis del examen de realidad, y reconduce el curso de su desarrollo hasta los más tempranos v ínculos de objeto del individuo.
En sus últimos años, el creciente interés de Freud por la psicología del yo lo llevó a examinar con más detenimiento las relaciones entre el yo y el mundo externo. En dos artículos breves (1924b y 1924e), publicados poco d espués de El yo y el ello, abordó la distinción entre la relación del yo con la realidad en las neurosis y las psicosis. Y en su artículo sobre el fetichismo (1927e)describió por primera vez en forma detallada un método de defensa del yo -la «Verleugnung» (desmentida)- que hasta ese momento no había sido diferenciado nítidamente de la represión, y que designaba la reacción del yo ante una realidad externa intolerable. El tema fue objeto de ulterior desarrollo en algunos de los escritos finales de Freud, sobre todo en el capítulo VIII del póstumo Esquema del psicoanálisis (1940a), AE, 23, págs. 197 y sigs.
James Strachey
284 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf, La interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, págs. 276 y sigs. Véase, sin embargo, el agregado hecho en 1925 a una nota al pie, ibid., pág. 279]
285 (Ventana-emergente - Popup)
[Se hallará un tratamiento más extenso de la relación entre narcisismo y egoísmo en la 26ª de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), AE, 16, págs. 379-80.]
286 (Ventana-emergente - Popup)
108
[Cf. La interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, págs. 30-1 y 59-60.]
287 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Lo inconciente» (1915e).]
288 (Ventana-emergente - Popup)
[Posible referencia a un artículo perdido sobre laparanoia.]
289 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, págs. 546-8.]
290 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 520.]
291 (Ventana-emergente - Popup)
[No resulta claro a qué remite esto.]
292 (Ventana-emergente - Popup)
[La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 559. Cf. también «La represión» (1915d), supra, pág. 146.]
293 (Ventana-emergente - Popup)
[La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 571.]
294 (Ventana-emergente - Popup)
[No resulta claro a qué remite esto.]
295 (Ventana-emergente - Popup)
[La primera es «el carácter refractario de las mociones reprimidas».]
296 (Ventana-emergente - Popup)
[El «principio de la inexcitabilidad de sistemas no investidos» parece aludido en uno o dos pasajes de los escritos posteriores de Freud; por ejemplo, en Más allá delprincipio de placer ( 1920g), AE, 18, pág. 30, y en el trabajo sobre la «pizarra mágica» ( 1925a) , AE, 19, pág. 247. Ya había sido anticipado en términos neurológicos en el «Proyecto de psicología» de 1895 (1950a), AE, 1, pág. 364, donde se establece que «una cantidad pasa más fácilmente de una neurona a una neurona investida que a una no investida». Y en ibid., pág. 383, Freud aplica de hecho esta hipótesis al problema de la descarga motriz en los sueños, el mismo tema que el del presente pasaje. Escribe en ese lugar: «Los sueños están privados de descarga motriz, así como, las más de las veces, de elementos motores. En el sueño uno está paralizado. La explicación más cómoda de este carácter es la ausencia de la preinvestidura espinal. [ ... ] La excitación motriz no puede sobrepasar la barrera con neuronas no investidas». Pocos párrafos más adelante (ibid., págs. 385-6) examina la naturaleza «retrocedente» de la característica alucinatoria de los sueños, tal como lo hace en la última parte del presente pasaje.]
297 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase un párrafo agregado en 1914 al capítulo VII de La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 541, donde se distinguen tres tipos de regresión, y otro tratamiento de la regresión en la 22ª de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), AE, 16, págs. 310-12. Véase también mi «Apéndice A» al «Proyecto de psicología» (1950a), AE, 1, págs. 390 y sigs.]
298 (Ventana-emergente - Popup)
[AE, 5, págs. 536 y sigs.]
299 (Ventana-emergente - Popup)
Al miramiento por la figurabilidad adscribo también el hecho, destacado por Silberer [1914] y quizá sobrestimado por él, de que muchos sueños admiten dos interpretaciones simultáneamente válidas y, no obstante, de diferente naturaleza. Silberer llama a la una analítica y a la otra anagógica. En todos los casos se trata de pensamientos de índole muy abstracta, que por fuerza ofrecieron grandes dificultades para su figuración en el sueño. A modo de comparación, considérese la tarea que importaría sustituir el artículo editorial de una gaceta política por ilustraciones.
En tales circunstancias el trabajo del sueño tiene que sustituir primero el texto de pensamientos abstractos por uno más concreto, enlazado con aquel de algún modo por comparación, simbolismo, alusión alegórica y, en el mejor de los casos, genéticamente. Sólo después puede usar este último, en remplazo de aquel, como material del trabajo del sueño. Los pensamientos abstractos producen la interpretación llamada anagógica, que en el trabajo interpretativo colegimos con mayor facilidad que la genuinamente analítica. Según una acertada observación de Otto Rank, ciertos «sueños sobre la cura» de pacientes bajo tratamiento analítico son los mejores modelos para entender esos sueños de interpretación múltiple. [En 1919 Freud agregó un parágrafo sobre interpretaciones anagógicas aLa interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 518. Cf. también «Sueño y telepatía» (1922a), AE, 18, pág. 207.]
300 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Lo inconciente» (1915e).]
301 (Ventana-emergente - Popup)
[En el resto del artículo debe entenderse que el término «amentia» alude a este estado.]
302 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. La interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, pág. 149n.]
303 (Ventana-emergente - Popup)
En el ensayo sobre «Lo inconciente» (1915e) tomamos conocimiento de la sobreinvestidura de las representaciones-palabra como un ensayo de esa índole.
304 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta observación fue hecha por Breuer en su contribución teórica a los Estudios sobre la histeria (1895), AE, 2, págs. 200 y 201, n 2. El parece atribuir la idea a Meynert.]
305 (Ventana-emergente - Popup)
[La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, págs. 538-9.]
306 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase mi «Nota introductoria»]
307 (Ventana-emergente - Popup)
[AE, 5, págs. 527 y sigs.]
308 (Ventana-emergente - Popup)
[Otra probable remisión al artículo perdido que trataría sobre la conciencia.]
309 (Ventana-emergente - Popup)
A manera de complemento agrego que un ensayo de explicar la alucinación no debería partir de la alucinación positiva, sino más bien de lanegativa.
310 (Ventana-emergente - Popup)
«Pulsiones y destinos de pulsión» (1915c)
311 (Ventana-emergente - Popup)
[«Kennzeicken der Realität». Cf. «Realítätszeichen» («sígno de realidad objetiva») en el «Proyecto de psicología» (1950a), AE, 1, pág. 371 y passim. ]
312 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase el tratamiento ulterior del «afuera» y el «adentro» en el artículo muy posterior sobre «La negación» (1925h) y en El malestar en la cultura (1930a), AE, 21, pág. 68.]
313 (Ventana-emergente - Popup)
Acerca de la diferenciación entre un examen de la actualidad {Aktualitätsprüfung} y un examen de la realidad {Realitätsprüfung}, véase un pasaje posterior. [En ninguna otra parte parece hacerse referencia a la primera; quizá se trate, una vez más, de una alusión a un ensayo
109
perdido.]
314 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Duelo y melancolía» (1917e).]
315 (Ventana-emergente - Popup)
A partir de esto puede conjeturarse que también las alucinosis tóxicas, por ejemplo el delirio alcohólico, han de entenderse de manera análoga. La pérdida insoportable infligida por la realidad sería justamente la del alcohol. Cuando se suministra este último, las alucinaciones cesan.
316 (Ventana-emergente - Popup)
[La palabra alemana es aquí «Positionen», «puestos militares». El uso de la metáfora fue sugerido sin duda por el hecho de que «Beseizung» {«investidura»} puede ser también utilizado en el sentido de «ocupación milítar».]
317 (Ventana-emergente - Popup)
El principio de la inexcitabilidad de sistemas no investidos aparece aquí invalidado para la Cc (P); pero sólo puede tratarse de una cancelación parcial de la investidura, y justamente para el sistema de la percepción tendremos que suponer cierto numero de condiciones de excitación que se apartan mucho de las de otros sistemas. Desde luego, de ninguna manera puede ocultarse o embellecerse el carácter tentativo, inseguro, de estas elucidaciones metapsicológicas. Sólo una ulterior profundización puede aportarnos cierto grado de probabilidad.
318 (Ventana-emergente - Popup)
[Citado en La interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, pág. 30.]
319 (Ventana-emergente - Popup)
Duelo y melancolía. (1917 [1915]).
«Trauer und Melancholie»
Ediciones en alemán
1917 Int. Z. ärztl. Psychoanal., 4, nº 6, págs. 288-301.
1918 SKSN, 4, págs. 356-77. (1922, 2º ed.)
1924 GS, 5, págs. 535-53.
1924 Technik und Metapsychol., págs. 257-75.
1931 Theoretische Schriften, págs. 157-77.
1946 GW, 10, págs. 428-46.
1975 SA, 3, págs. 193-212.
Traducciones en castellano * 1948Igual título. BN (2 vols.), 1, págs. 1087-95. El mismo traductor.
1953Igual título. SR, 9, págs. 177-90. El mismo tra ductor.
1967Igual título. BN (3 vols.), 1, págs. 1075-82. El mismo traductor.
1972«Duelo y melancolía». BN (9 vols.), 6, págs. 2091-100. El mismo traductor.
Ernest Jones (1955, págs. 367-8) nos informa que Freud le expuso el tema del presente artículo en enero de 1914, y habló sobre él en la Sociedad Psicoanalítica de Viena el 30 de diciembre de ese año. En febrero de 1915 escribió un primer borrador. Lo remitió a Abraham (cf. Freud, 1965a, págs. 206-7 y 211-2), quien le envió extensos comentarios; entre ellos, la importante sugerencia de una conexión entre la melancolía y la etapa oral de la libido. El borrador final quedó completado el 4 de mayo de 1915, pero, como el del artículo anterior, fue publicado dos años después.
En época muy temprana (probablemente en enero de 1895), Freud había enviado a Fliess un detallado intento de explicar la melancolía (término bajo el cual Freud incluía, por lo común, l o que ahora suele describirse como estados de depresión) en términos puramente neurológicos (Freud, 1950a, Manuscrito G), AE, 1, págs. 239-46.
Este intento no resultó muy fructífero, y pronto fue remplazado por un enfoque psicológico. Apenas dos años más tarde, nos encontramos con uno de los casos más notables de anticipación de los hechos por parte de Freud. Ocurre en un manuscrito, también dirigido a Fliess y titulado «Anotaciones III». Consignemos que en este manuscrito, fechado el 31 de mayo de 1897, a parece prefigurado por primera vez el complejo de Edipo (Freud, 1950a, Manuscrito N), AE, 1, pág. 296. El pasaje en cuestión, tan denso en significado que por momentos resulta oscuro, merece ser citado en forma completa:
«Los impulsos hostiles hacia los padres (deseo de que mueran) son, de igual modo, un elemento integrante de la neurosis. añoran concientemente como representación obsesiva. En la paranoia les corresponde lo más insidioso del delirio de persecución (desconfianza patológica de los gobernantes y los monarcas). Estos impulsos son reprimidos en tiempos en que se suscita compasión por los padres: enfermedad, muerte de e llos. Entonces es una exteriorización del duelo hacerse reproches por su muerte (las llamadas melancolías), o castigarse histéricamente, mediante la idea de la retribución, con los mismos estados [de enfermedad] que ellos han tenido. La identificación que así sobreviene no es otra cosa, como se ve, que un modo del pensar, y no vuelve superflua la búsqueda del motivo».
Freud parece haber dejado totalmente de lado la aplicación ulterior a la melancolía de la línea de pensamiento bosquejada en este pasaje. D e hecho, muy rara vez volvió a mencionar este estado antes del presente artículo, si se exceptúan algunas observaciones suyas incluidas en un debate sobre el suicidio que tuvo lugar en 1910 en la Sociedad Psicoanalítica de Viena (véase Freud (1910g), AE, 1 1, pág. 232); en esa oportunidad destacó la importancia de establecer una comparación entre la melancolía y los estados normales de duelo, pero declaró que el problema psicológico, allí involucrado era todavía insoluble.

1924«La aflicción y la melancolía». BN (17 vols.), 9, págs. 217-35. Traducción de Luis López-Ballesteros.
Lo que permitió a Freud reabrir el tema fue, por supuesto, la introducción de los conceptos del narcisismo y de un ideal del yo. El presente artículo puede considerarse, en verdad, una extensión del trabajo sobre el 1943Igual título. EA, 9, págs. 209-26. El mismo tra ductor.
narcisismo que Freud escribiera un año antes (1914c). Así como en ese trabajo había descrito el
110
funcionamiento de la «instancia crítica»en este se ve la misma instancia operando en la melancolía.
Pero las implicaciones de este artículo -que no fueron evidentes de inmediato- estaban destinadas a ser más importantes que la explicación del mecanismo de un estado patológico particular. El material aquí contenido llevó a la ulterior consideración de la «instancia crítica», en Psicología de las masas y análisis del yo(1921c), AE, 18, págs. 122 y sigs.; y esto a su vez condujo a la hipótesis del superyó, en El yo y el ello (1923b), y a una nueva evaluación del sentido de culpa.
Desde otro punto de vista, este artículo exigió someter a examen toda la cuestión de la naturaleza de la identificación. Freud parece haberse inclinado primero por considerarla estrechamente asociada a la fase oral o canibálica del desarrollo de la libido, y quizá dependiente de ella. Así, en Tótem y tabú (1912-13), AE, 13, págs. 143-4, había escrito acerca de la relación entre los hijos y el padre de la borda primordial: «En el acto de la devoración consumaban la identificación con él». Y en un pasaje agregado a la tercera edición de los Tres ensayos de teoría sexual (1905d), publicado en 1915 pero escrito algunos meses antes que el presente artículo, describió la fase oral o canibálica como «el paradigma de lo que más tarde, en calidad de identificación, desempeñará un papel psíquico tan importante» (AE, 7, pág. 180). Aquí se refiere a la identificación como «la etapa previa de la elección de objeto [ ... ] el primer modo [ ... ] como el yo distingue a un objeto», y agrega que el yo «querría incorporárselo, en verdad, por la vía de la devoración, de acuerdo con la fase oral o canibálica del desarrollo libidinal» (ver nota). Y ciertamente, aunque haya sido Abraham quien sugirió la relevancia de la fase oral para la melancolía, el propio Freud había comenzado ya a interesarse por ello, como lo muestra el historial clínico del «Hombre de los Lobos» (1918b), escrito durante el otoño de 1914 y en el que esa fase dese mpeña un papel prominente. (Cf. AE, 17, pág. 97.) Pocos años después, en Psicología de las masas (1921c), AE, 18, págs. 99 y sigs., donde se retoma el tema de la identificación como continuación explícita del examen que aquí se hace de él, parece haber un cambio respecto del punto de vista anterior -o quizá solamente una elucidación-. Allí leemos que la identificación es algo que precede a la investidura de objeto y se distingue de ella, aunque todavía se nos dice que «se comporta como un retoño de la primera fase, la fase oral». En muchos de sus escritos posteriores, Freud hizo reiterado énfasis en esta concepción de la identificación; por ejemplo, en El yo y el ello (1923b), donde escribe que la identificación con los padres «no parece ser, en el comienzo, el resultado
o el desenlace de una investidura de objeto; es una identificación directa e inmediata, y más temprana que cualquier investidura de objeto» (AE, 19, pág. 33).
Más tarde, sin embargo, lo más significativo de este artículo parece haber sido para Freud su exposición del proceso a través del cual una investidura de objeto es remplazada en la melancolía por una identificación. En el capítulo III de El yo y el ello, Freud argüiría que ese proceso no se restringe a la melancolía sino que es bastante general. Estas identificaciones regresivas, señaló, son en buena medida la base de lo que llamamos el «carácter» de una persona. Pero, lo que es mucho más importante, indicó que las más tempranas de estas identificaciones regresivas -las que provienen del sepultamiento del complejo de Edipo- pasan a ocupar una posición muy especial, y forman de hecho el núcleo del superyó.
JamesStrachey
320 (Ventana-emergente - Popup)
[El término alemán «Trauer», como el inglés «mourning» {y el castellano «duelo»}, puede significar tanto el afecto penoso como su manifestación exterior.]
321 (Ventana-emergente - Popup)
Abraham (1912), a quien debemos el más importante entre los escasos estudios analíticos sobre este tema, también adoptó esta comparación como punto de partida. [El propio Freud la había hecho en 1910 e incluso antes, (Cf. mi «Nota introductoria».]
322 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf«La represión» (1915d).]
323 (Ventana-emergente - Popup)
Véase el artículo precedente.
324 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta idea parece haber sido expresada ya en Estudios sobre la histeria (1895d): Freud describe un proceso similar en su discusión del historial clínico de Elisabeth von R. (AE, 2, págs. 175-6).]
325 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase más adelanteun examen de laeconomía de este proceso.]
326 (Ventana-emergente - Popup)
«Dad a cada hombre el trato que se merece, y ¿quién se salvaría de ser azotado?» (HamIet, acto II, escena 2).
327 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños» (1917d).]
328 (Ventana-emergente - Popup)
[En la primera edición (1917), esta palabra no aparecía.]
329 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf «Pulsiones y destinos de pulsión» (1915c)Cf. también mi «Nota introductoria»]
330 (Ventana-emergente - Popup)
[Abraham llamó por primera vez la atención de Freud sobre esto en una carta que le dirigió el 31 de marzo de 1915. Cf. Sigmund Freud / Karl Abraham. Briefe 1907 bis 1926 (Freud, 1965a, pág. 208).]
331 (Ventana-emergente - Popup)
[El tema de la identificación fue abordado luego por Freud en Psicología de las masas (1921c), AE, 18, págs. 99 y sigs. Sobre la identificación histérica hay una descripción temprana enLa interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, págs. 167-8.]
332 (Ventana-emergente - Popup)
[Gran parte de lo que sigue es examinado con más detalle en el capítulo V de El yo y el ello(1923b).]
333 (Ventana-emergente - Popup)
Sobre la distinción entre ambas, véase mi artículo «Pulsiones y destinos de pulsión» (1915c)
334 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud vuelve sobre el tema del suicidio en el capítulo V de El yo y el ello(1923b), AE, 19, pág. 54, y en «El problema económico del masoquismo» (1924c), AE, 19, págs. 175-6.]
335 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta analogía de la herida abierta aparece ya (ilustrada con dos diagramas) en un temprano apunte sobre la melancolía, probablemente escrito en enero de 1895 (Freud, 1950a, Manuscrito G), AE, 1, págs. 245-6. Cf. mi «Nota introductoria».]
336 (Ventana-emergente - Popup)
[La «impresión psicoanalítica» y la «experiencia económica general».]
337 (Ventana-emergente - Popup)
El punto de vista económico ha recibido hasta ahora poca atención en los escritos psicoanalíticos. Mencionaré como excepción un artículo de Víctor Tausk (1913a) sobre la desvalorización, por recompensa, de los motivos de la represión.
338 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Lo inconciente» (1915e).
111
{Véase también la nota de la traducción castellana.]
339 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «La represión» (1915d).]
340 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1925:] Cfuna continuación de este examen de la manía en Psicología de las masas y análisis del yo (1921c) AE, 18, págs. 123-6].
341 (Ventana-emergente - Popup)
Un caso de paranoia que contradice la teoría psicoanalítica. (1915)
«Mitteilung eines der psychoanalytischen Theorie wiclersprechenden Falles von Paranoia»
Ediciones en alemán
1915 Int. Z. ärztl. Psychoanal., 3, nº 6, págs. 321-9. 1918 SKSN, 4, págs. 125-38. (1922, 2ª ed.) 1924 GS, 5, págs. 288-300. 1926 Psychoanalyse der Neurosen, págs. 23-37. 1931 Neurosenlehre und Technik, págs. 23-36. 1946 GW, 10, págs. 234-46. 1973 SA, 7, págs. 2 05-16.
Traducciones en castellano
1929«Comunicación de un caso de paranoia contrario a la teoría psicoanalítica». BN (17 v ols.), 13, págs. 175-87. Traducción de Luis López-Ballesteros. 1943Igual título. EA, 13, págs. 181-93. El mismo tra ductor. 1948Igual título. BN (2 vols.), 1, págs. 1006-11. El mismo traductor. 1953Igual título. SR, 13, págs. 141-50. El mismo tra ductor.
1967Igual título. BN (3 vols.), 1, págs. 994-9. El mismo traductor. 1972 «Un caso de paranoia contrarío a la teoría psicoanalítica». BN (9 vols.), 6, págs. 2010-6. El mismo traductor.
Freud en su análisis de Schreber (1911c), en el sentido de que hay una estrecha relación entre la paranoia y la homosexualidad. Incidentalmente, es una demostración práctica dirigida a los profesionales acerca del peligro de emitir una opinión apresurada sobre un caso basándose en un conocimiento superficial de los hechos. Las últimas páginas contienen algunas interesantes observaciones de un tipo más general, sobre los procesos que operan durante un conflicto neurótico.
James Strachey
342 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase una nota al pie en el mismo sentido, agregada en 1924 al historial clínico de «Katharina» (Freud), en Breuer y Freud, Estudios sobre la histeria (1895), AE, 2, pág. 149, y algunas observaciones en la «Introducción» al caso del «Hombre de las Ratas» (1909d), AE, 10, págs. 123-4.]
343 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase la tercera parte del análisis de Schreber (Freud, 1911c), AE, 12, págs. 55 y sigs.]
344 (Ventana-emergente - Popup)
{El juego de palabras con «ella» es un recurso estilístico deliberado para sugerir identificación.}
345 (Ventana-emergente - Popup)
[El tema de las «fantasías primordiales» se trata por extenso en la 23ª de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), AE, 16, págs. 336-8, y en el historial del «Hombre de los Lobos» (1918b), AE, 17, págs. 56-7 y 89.]
346 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase la regresión similar del amor de objeto a la identificación descrita en «Duelo y melancolía»]
347 (Ventana-eme rgente - Popup)
[Véase un caso similar en la 17ª de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), AE, 16, págs. 243-4.]
348 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud había aludido a esta tendencia a la fijación -o, como la llama en otro lugar, a la«viscosidad de la libido»- en la primera edición de sus Tres ensayos de teoría sexual (1905d), AE, 7, págs. 221-2. Prosiguió examinándola en el historial clínico del «Hombre de los Lobos» (1918b), AE, 17, pág. 105, y en la 22ª de susConferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), AE, 16, págs. 310-311; estos dos últimos trabajos fueron más o menos contemporáneos del presente artículo. Volvió a ella mucho más tarde, en «Análisis terminable e interminable» (1937c), AE, 23, pág. 243, donde él mismo utiliza la frase «inercia psíquica» y relaciona este fenómeno con la «resistencia del ello» -encontrada en el tratamiento psicoanalítico-, y que en Inhibición, síntoma y angustia (1926d), AE, 20, págs. 149-50, había atribuido a la fuerza de la compulsión de repetición. Una última alusión a la «inercia psíquica» aparece en Esquema del psicoanálisis (1940a), AE, 23, pág. 182, publicado póstumamente. Se hace referencia al caso especial de «inercia de la libido» en El malestar en la cultura (1930a), AE, 21, pág. 105.]
349 (Ventana-emergente - Popup)
De guerra y muerte. Temas de actualidad. (1915)
«Zeitgemässes über Krieg und Tod»
Ediciones en alemán

El historial clínico presentado en este artículo sirve como confirmación del punto de vista enunciado por
1915 Imago, 4, nº 1, págs. 1-21.
112
1918 SKSN, 4, págs. 486-520. (1922, 21 ed.)
1924 GS, 10, págs. 315-46.
1924Leipzig, Viena y Zurich: Internationaler.Psychoanalytischer Verlag, 35 págs.
1946 GW, 10, págs. 324-55.
1974 SA, 9, págs. 33-60.
Traducciones en castellano
1943 «Sobre la guerra y la muerte». EA, 18, págs. 277- 312. Traducción de Ludovico R osenthal.
1948«Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte». BN (2 vols.), 2, págs. 1002-16. Traducción de LuisLópez-Ballesteros.
1954 «Sobre la guerra y la muerte». SR, 18, págs. 219-44. Traducción de Ludovico Rosenthal.
1968«Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte». BN (3 vols.), 2, págs. 1094-108. Traducción de Luis López-Ballesteros.
1972Igual título. BN (9 vols.), 6, págs. 2101-17. El mismo traductor.
Estos dos ensayos se escribieron alrededor de marzo y abril de 1915, unos seis meses después del estallido de la Primera Guerra Mundial, y expresan algunas de las meditadas opiniones d e Freud acerca de ella. Sus reacciones más personales se describen en el capítulo VII del segundo volumen de Ernest Jones (1955)Aquí se incluye como apéndice una carta escrita por Freud a un holandés conocido suyo, el doctor Frederik van Eeden, publicada poco antes que el presente trabajo. Hacia el final del mismo año (1915), Freud escribió otro ensayo sobre un tema análogo, «La transitoriedad», que también se hallará. Muchos años más tarde volvió sobre el tema, en su carta abierta a Einstein, ¿Por qué la guerra? (1933b)El segundo de los dos ensayos que siguen, sobre la muerte, fue al parecer leído por primera vez en una reunióndel B'nai B'rith -el club judío de Viena al que Freud perteneció durante gran parte de su vida-, en abril de 1915 (cf. 1941e)Este ensayo, por supuesto, se basa en gran medida en el mismo material que la segunda sección de Tótem y tabú (1912-13).
JamesStrachey
350 (Ventana-emergente - Popup)
{El uso nos obliga a veces a decir en castellano «civilizado» donde lo literal sería«culto».}
351 (Ventana-emergente - Popup)
[Dos de los famosos frescos de Rafael en las cámaras papales del Vaticano. Uno de ellos representa a un grupo de grandes poetas del mundo y el otro a un grupo similar de sabios. En La interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, pág. 320, Freud recurre a los mismos cuadros para trazar una analogía con una de las técnicas empleadas por el trabajo onírico.]
352 (Ventana-emergente - Popup)
[Hay una remisión a este pasaje en laPresentación autobiográfica (1925d), AE, 20, pág. 46.]
353 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud había dado ya una concepción, menos simplificada, de la naturaleza de la conciencia moral en su artículo sobre el narcisismo (1914c). ]
354 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Pulsiones y destinos de pulsión» (1915c)]
355 (Ventana-emergente - Popup)
[Más tarde, Freud formuló reservas a este punto de vista, en un agregado hecho en 1925 a una nota al pie de La interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, pág. 279 donde también narra la anécdota que sigue. El «amigo inglés», como allí se aclara, era Ernest Jones.]
356 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico» (1914d).]
357 (Ventana-emergente - Popup)
[Los efectos del conflicto entre la cultura y la vida pulsional fueron abordados por Freud en muchas ocasiones, desde su temprano trabajo «La moral sexual "cultural" y la nerviosidad moderna» (1908d) hasta su tardío El malestar en la cultura (1930a).]
358 (Ventana-emergente - Popup)
[Reminiscencia de las palabras del príncipe Hal a Falstaff en 1 Henry IV(acto V, escena 1) «Thou owest God a death» {«Debes a Dios una muerte»}. Esta errónea cita era una de las favoritas de Freud. Véase, por ejemplo, La interpretación de los sueños, AE, 4, pág. 219, y una carta a Fliess del 6 de febrero de 1899 (Freud, 1950a, Carta 104), donde la atribuye explícitamente a Shakespeare.]
359 (Ventana-emergente - Popup)
[Es decir, pensar que algo es improbable o increíble.]
360 (Ventana-emergente - Popup)
[Los Asra del poema de Heine («Der Asta», en Romanzero, basado en un pasaje de De Vamour, de Stendhal) eran una tribu de árabes que «mueren cuando aman»..]
361 (Ventana-emergente - Popup)
{«Urmensch»; tres párrafos más adelante, Freud vuelve a emplear varios términos con el prefijo «Ur», que hemos traducido siempre por «primordial»:«Urgeschichte», «historia primordial»;«Urzeiten», «tiempos primordiales»; «UrschuId», «culpa primordial».}
362 (Ventana-emergente - Popup)
Véase el ensayo IV de Tótem y tabú(1912-13) [AE, 13, págs. 147 y sigs.]
363 (Ventana-emergente - Popup)
Véase el ensayo II de Tótem y tabú [AE, 13, págs. 66 y sigs.]
364 (Ventana-emergente - Popup)
Odisea, XI, 484-91.
365 (Ventana-emergente - Popup)
[Versos finales de «Der Scheidende», uno de los últimos poemas de Heine.]
366 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. Tótem y tabú (1912-13) [AE, 13, págs. 71 y sigs.]
367 (Ventana-emergente - Popup)
113
Véase el brillante argumento de Frazer citado en Tótem y tabú(1912-13) [AE, 13, pág. 126.]
368 (Ventana-emergente - Popup)
[«Steinkloplerhanns», personaje de una comedia del dramaturgo vienés Ludwig Anzengruber (1839-1889).]
369 (Ventana-emergente - Popup)
[Tratamientos más amplios de la angustia de muerte se incluyen en los párrafos finales de El yo y el ello (1923b), AE, 19, págs. 58-9, y en Inhibición, síntoma y angustia (1926d), AE, 20, pág. 123.]
370 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. Tótem y tabú (1912-13)ensayo IV [AE, 13, págs. 88-9.]
371 (Ventana-emergente - Popup)
[Esto es citado también en La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág, 481.]
372 (Ventana-emergente - Popup)
[Este nombre fue modificado más tarde por De Groene Amsterdammer.]
373 (Ventana-emergente - Popup)
{Traducciones en castellano (cf. la «Advertencia sobre la edición en castellano»): 1956: «Carta al doctor F. van Eeden», RP, 13, nº 3, págs. 284-5, trad. de L. Rosenthal. La versión castellana de la biografía de Jones, que incluye esta carta, es de fecha posterior (Buenos Aires: Asociación Psicoanalítica Argentina, 3 vols., 1960, 2, págs. 387-8, trad. de M. Carlisky; 2ª ed., Buenos Aires: Hormé, 3 vols., 1976, 2, págs. 387-8, el mismo traductor).}
374 (Ventana-emergente - Popup)
La transitoriedad. (1916 [1915])
«Vergänglichkeit»
Ediciones en alemán
1916 En Das Land Goethes, 1914-1916, Stuttgart: Deutsche Verlagsanstalt, págs. 37-8.
1926 Almanach 1927, págs. 39-42.
1928 GS, 11, págs. 291-4.
1946 GW, 10, págs. 358-61.
1975 SA, 10, págs. 223-7.
Traducciones en castellano
1944 «Lo perecedero». EA, 19, págs. 289-93. Traducción de Ludovico Rosenthal.
1955Igual título. SR, 19, págs. 253-6. El mismo tra ductor.
1968Igual título. BN (3 vols.), 3, págs. 172-5.
1972Igual título. BN (9 vols.), 6, págs. 2118-20.
Este ensayo fue escrito en noviembre de 1915, aceptando una invitación de la Berliner Goethebund (Sociedad Goethe de Berlín) para colaborar en un volumen conmemorativo que fue editado al año :siguiente bajo el título de Das Land Goethes {El país de Goethe}. Este volumen, de cuidadosa preparación, incluía gran cantidad de contribuciones de conocidos autores y artistas del pasado y del presente, tales como Bernhard von Bülow, Clemens von Brentano, Ricarda Huch, Gerbard Hauptmann y Max Liebermann. El original alemán (aparte del cuadro que ofrece sobre los sentimientos de Freud acerca de la guerra, l a cual se hallaba entonces en su segundo año) constituye una excelente muestra de su talento literario.
Interesa hacer notar q ue el presente ensayo incluye una enunciación de la teoría del duelo contenida en el artículo «Duelo y melancolía» (1917e), que Freud había escrito algunos meses antes pero que no fue publicado hasta dos años después.
James Strachey
375 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud pasó parte del mes de agosto de 1913 en los Dolomitas, pero la identidad de sus compañeros no ha podido estab lecerse.]
376 (Ventana-emergente - Popup)
Algunos tipos de carácter dilucidados por el trabajo psicoanalítico (1916)
«Einige Charaktertypen aus der psychoanalytischen Arbeit»
Ediciones en alemán
1916 Imago, 4, nº 6, págs. 317-36.
1918 SKSN, 4, págs. 521-52. (1922, 2º ed.)
1924 GS, 10, págs. 287-314.
1924 Dichtung und Kunst, págs. 59-86.
1925 Almanach 1926, págs. 21-6. (1° ensayo solamente.)
1935 Psychoan. Pädagog., 9, págs. 193-4. (3° ensayo solamente.)
1946 GW, 10, págs. 364-91.
1975 SA, 10, págs. 229-53.
Traducciones en castellano
1943«Algunos tipos caractéricos revelados por el psi`coanálísis». EA, 18, págs. 131-62. Traducción de
114
Ludovico Rosenthal.
1948 «Varios tipos de carácter descubiertos en la labor analítica». BN (2 vols.), 2, págs. 990-1002. Traducción de Luis López-Ballesteros.
1954 «Algunos tipos caractéricos revelados por el psicoanálisis». SR, 18, págs. 111-34. Traducción de Ludovico Rosenthal.
1968 «Varios tipos de carácter descubiertos en la labor analítica». BN (3 vols.), 2, págs. 1082-94. Traducción de Luis López-Ballesteros.
1974Igual título. BN (9 vols.), 7, págs. 2413-28. El mismo traductor.
Estos tres ensayos se publicaron en el último número de 1916 de la revista Imago. El tercero de ellos, a pesar de ser el más breve, ha tenido tanta repercusión como cualquiera de los otros escritos no médicos de Freud, puesto que echó una luz totalmente nueva sobre los problemas de la psicología del delito.
James Strachey
377 (Ventana-emergente - Popup)
{La grafía antigua de «GIoster»}
378 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Sobre los tipos de contracción de neurosis» (1912c).]
379 (Ventana-emergente - Popup)
[Alusión a dos versos de Die Braut von Messina (acto IV, escena 5), de Schiller.]
380 (Ventana-emergente - Popu p)
Cf. Macbeth (acto III, escena 1): «Ciñeron sobre mi cabeza una corona infructífera, y me dieron a empuñar un cetro estéril que me arrancará una mano extraña, pues no tengo hijo que me suceda ... ».
381 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud ya había sugerido esto en la primera edición de La interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, pág. 274.]
382 (Ventana-emergente - Popup)
Darmesteter (1881, pág. 1xxv).
383 (Ventana-emergente - Popup)
Como en el cortejo de Ricardo III a Ana junto al féretro del rey por él asesinado.
384 (Ventana-emergente - Popup)
[Este trabajo no parece haberse publicado. En un artículo posterior sobre Macbeth, JekeIs (1917) apenas alude a esta teoría, fuera de la cita de este párrafo. En otro trabajo, «Zur Psychologie der Kombdie» (1926), Jekels vuelve sobre el tema, pero, una vez más, muy someramente.]
385 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. Darmesteter (1881, pág. 1xxv).
386 (Ventana-emergente - Popup)
{Se refiere a Ibsen, cuyo dramaRosmersholm examina a continuación.}
387 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase el caso de Lucy R. en Estudios sobre la histeria (1895d), AE, 2, págs. 133 y sigs.]
388 (Ventana-emergente -Popup)
La presencia del tema del incesto en Rosmersholm ya fue demostrada, con argumentos idénticos a los míos, en la muy profu sa obra de Otto Rank Das Inzest-Motiv in Dichtung und Sage (1912c [págs. 404-5]).
389 (Ventana-emergente - Popup)
[Unos veinte años después, en su carta a Romain Rolland describiendo su primera visita a la Acrópolis de Atenas (1936a), Freud compararía la sensación de que algo es «demasiado bueno para ser cierto» con la situación analizada en el presente artículo.]
390 (Ventana-emergente - Popup)
[En las ediciones anteriores a 1924, «oscuros aforismos». La idea de que el sentimiento de culpa es una motivación para cometer fechorías se insinúa ya en el historial clínico del pequeño Hans (1909b), AE, 10, pág. 37, así como también en el del «Hombre de los Lobos» (1918b), AE, 17, pág. 27 -el cual, aunque publicado después que el presente artículo, fue escrito en su mayor parte en 1914- En este último pasaje se introduce, complicando el cuadro. el factor del masoquismo.]
391 (Ventana-emergente - Popup)
[La carta, de la que se trascriben aquí algunos fragmentos, fue escrita el 27 de abril de 1915. Estos fragmentos se incluyeron en el prefacio de la doctora Von Hug-Hellmuth a su edición del diario íntimo que se menciona en la carta: Tagebuch eines halbwücbsigen Mädchens {Diario íntimo de una jovencita}, el cual fue publicado por la Internationaler Psychoanalytischer Vetlag (Leipzig, Viena y Zurich, 1919; 1921, 2ª ed.; 1922, 3ª ed.), y se reprodujeron en 1928: GS, 11, pág. 261, y en 1946: GW, 10, pág. 456. Una traducción inglesa del diario (incluyendo el prefacio), a cargo de Eden y Cedar Paul, fue publicada en Londres por George Allen and Unwin y en Nueva York por Seltzer (1921; 1936, 2ª ed.), con el título de A Young Girl's Diary. Cabe agregar que luego de su publicación se insinuó que el diario podría haber sido retocado por la persona no identificada que confió el manuscrito a la doctora Von Hug-Hellmuth. La edición alemana fue entonces retirada de circulación, no así la inglesa. {Traducciones en castellano (cf. la «Advertencia sobre la edición en castellano»,supra, pág. xiii y n6): 1955: «Carta a la doctora Von Hug-Hellmuth»,SR, 20, págs. 152-3, trad. de L. Rosenthal; 1968: Igual título, BN (3 vols.), 3, pág, 297; 1972: «Carta a la doctora Hermine von Hug-Hellmuth», BN (9 vols.), 6, pág. 2121.}]
392 (Ventana-emergente - Popup)
[«Mythologische Parallele zu einer plastischen Zwangsvorstellung».Ediciones en alemán: 1916: Int. Z. ärztl. Psychoanal., 4, nº 2, págs. 110-1; 1918: SKSN, 4, págs. 195-7 (1922, 2º ed.); 1924: GS, 10, págs. 240-2; 1946: GW, 10, págs. 398-400. {1973: SA, 7, págs. 119-22. Traducciones en castellano (cf. la «Advertencia sobre la edición en castellano»,supra, pág. xiii y n6): 1943: «Símil mitológico de una representación obsesiva plástica»,EA, 18, págs. 163-7,trad. de L. Rosenthal; 1948:«Un paralelo mitológico a una representación obsesivaplástica», BN (2 vols.), 2, pág. 970, trad. de L. López-Ballesteros; 1954: «Símil mitológico de una representación obsesiva plás tica», SR, 18, págs. 135-8, trad. de L. Rosenthal; 1968: «Un paralelo mitológico a una representación obsesiva plástica», BN (3 vols.), 2, pág. 1062, trad. de L. López-Ballesteros; 1974: «Un paralelo mitológico a una imagen obsesiva plástica»,BN (9 vols.), 7, págs. 2429-30, el mismo traductor]
393 (Ventana-emergente - Popup)
[Las dos palabras suenan parecidas en alemán.]
394 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. «Das unanstándige Albion» [«Vimpudique Albion»], caricatura de Inglaterra, dibujada en 1901 por Jean Véber y reproducida en Eduard Fuchs, Das erotische Element in der Karikatur, 1904. [Incluido en Fuchs (1908, pág. 384).]
395 (Ventana-emergente - Popup)
{La actual Sarasun}.
115
396 (Ventana-emergente - Popup)
[«Eine Beziehung zwischen cinem Symbol und einem. Symptom». Ediciones en alemán: 1916:Int. Z. ärztl. Psychoanal., 4, nº 2, pág. 111; 1918: SKSN, 4, pág. 198 (1922, 29 ed.); 1924: GS, 5, pág. 310; 1926: Psychoanalyse der Neurosen, pág. 38; 1931: Neurosenlehre und Technik, pág. 21; 1946:GW, 10, pág. 394. {Traducciones en castellano (cf. la «Advertencia sobre la edición en castellano»,supra, pág. xiii y n. 6): 1929: «Una relaciónentre un símbolo y un síntoma»,BN (17 vols.), 13, págs. 197-8, trad. de L. López-Ballesteros; 1943: Igual título, EA, 13, págs. 205-6, el mismo traductor; 1948: Igual título, BN (2 vols.), 1, pág. 1015, el mismo traductor; 1953: igual título, SR, 13, págs. 158-9, el mismo traductor; 1967: Igual título, BN (3 vols.), 1, págs. 1003-4, el mismo traductor; 1974: Igual título, BN (9 vols.), 7, pág. 2431, el mismo traductor}]
397 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud informa sobre un sueño de sombrero en La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, págs. 366-7.]
398 (Ventana-emergente - Popup)
[Este caso se relata detalladamente en la 17ª de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), AE, 16, págs. 241-5.]