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lunes, 13 de enero de 2014

Volumen XVIII: Escritos breves (1920-22)


En un nuevo libro de Havelock Ellis, el meritísimo investigador de temas sexuales y eminente crítico del psicoanálisis, titulado The Philosophy of Conflict {La filosofía del conflicto} (1919), se contiene un ensayo: «Psycho-Analysis in Relation to Sex» {El psicoanálisis con relación al sexo}, que se empeña en demostrar que la obra del creador del análisis no debería valorarse como una pieza de trabajo científico, sino como una producción artística. Vemos en esta concepción un nuevo giro de la resistencia y una repulsa del análisis, si bien disfrazados con unas maneras amistosas y aun demasiado halagadoras. Nos inclinarnos a contradecirla en la forma más terminante.
Empero, no es esa contradicción el motivo que nos lleva a ocuparnos del ensayo de Havelock Ellis, sino el hecho de que su vasta información bibliográfica le permite citar a un autor que practicó la asociación libre como técnica y la recomendó, si bien con otros fines, y por eso tiene derecho a que se lo califique de precursor del psicoanálisis en este aspecto.
«En 1857, el doctor J. J. Garth Wilkinson, más conocido corno místico de la orientación de Swedenborg y como poeta que como médico, publicó un volumen de versos místicos compuesto a manera de las coplas de ciegos mediante lo que consideraba "un nuevo método". el método de la "impresión". "Se escoge o se pone por escrito un tema", decía; "hecho esto, la primera ocurrencia (impression upon the mind(247)) que sucede al acto de escribir el título es el comienzo en la evolución de ese tema, no importa cuán extrañas o ajenas puedan parecer la palabra o frase". "El primer movimiento del espíritu { mental movement }, la primera palabra que sobreviene" es "la respuesta al deseo del espíritu de desplegar el asunto". Se continúa con el mismo método, y Garth Wilkinson agrega: "Siempre he hallado que lleva, por un instinto infalible, al interior del asunto". El método era, según Garth Wilkinson lo consideraba, una suerte de exaltado laíssezfaire, una orden para que las mociones {instincts} inconcientes más profundas se expresaran. Voluntad y reflexión {reason}, señalaba, se dejan de lado; uno se entrega a "un influjo" (influx), y las facultades del espíritu "apuntan a fines que ellas ignoran". Entiéndase bien: Garth Wilkinson, si bien era médico, usó este método con fines religiosos y literarios, y nunca con fines científicos 0 médicos; pero es fácil ver que esencialmente se trata del método del psicoanálisis que toma por objeto a la persona propia{applied to oneself}: una prueba más de lo mucho que el método de Freud es el de un artista (artist) ».
Los conocedores de la bibliografía psicoanalítica recordarán en este punto aquel hermoso pasaje de la correspondencia de Schiller con Körner(248) (de 1788) donde el gran poeta y pensador recomendaba, a quien quisiera ser productivo, el respeto por la ocurrencia libre. Es de presumir que la técnica pretendidamente nueva de Wilkinson ya había sido entrevista por muchos, y su aplicación sistemática en el psicoanálisis no nos parecerá, tanto una prueba de la naturaleza artística de Freud, cuanto una consecuencia de su convicción, mantenida a la manera de un prejuicio, sobre el estricto determinismo de todo acontecer anímico. Que la ocurrencia libre tuviera relación con el tema fijado se presentó entonces como la posibilidad más inmediata y probable, corroborada también por la experiencia en el análisis, en la medida en que resistencias hipertróficas no volvieran irreconocible el nexo presunto.
No obstante, puede suponerse con certeza que ni Schiller ni Garth Wilkínson influyeron sobre la elección de la técnica psicoanalítica. Un vínculo más personal parece insinuarse desde otro lado.
Hace poco, en Budapest, el doctor Hugo Dubowitz llamó la atención del doctor Ferenczi sobre un breve ensayo (comprende sólo cuatro páginas y media) de Ludwig Börne; redactado en 1823, fue impreso en el primer volumen de sus obras completas (edición de 1862). Lleva por título «Der Kunst, in drei Tagen ein Originalschriftsteller zu werden» {El arte de convertirse en escritor original en tres días}, y exhibe las conocidas peculiaridades del estilo de Jean Paul, al que Börne rendía tributo en esos años. Concluy e con estas frases:
«Y aquí viene la prometida recomendación. Tomen algunas hojas de papel y escriban tres días sucesivos, sin falsedad ni hipocresía, todo lo que se les pase por la mente. Consignen lo que piensan sobre ustedes mismos, sobre su mujer, sobre la guerra turca, sobre Goethe, sobre el proceso criminal de Fonk, sobre el Juicio Final, sobre sus jefes; y pasados los tres días, se quedarán atónitos ante los nuevos e inauditos pensamientos que han tenido. ¡He ahí el arte de convertirse en escritor original en tres días!».
Cuando el profesor Freud fue instado a leer este ensayo de Börne, hizo una serie de indicaciones que pueden resultar pertinentes para el problema aquí abordado, el de la prehistoria de la valoración de las ocurrencias por el psicoanálisis. Contó que teniendo él catorce años le habían obsequiado las obras de Börne, y que hoy, cincuenta años después, las poseía aún como el único libro que conservaba de sus años de muchacho. Dijo que este autor había sido el primero de cuyos escritos se había interiorizado. No podía acordarse del ensayo en cuestión, pero otros, como «En memoria de Jean Paul», «El artista en comer», «El loco en la Posada del Cisne Blanco», habían emergido repetidamente en su recuerdo durante largos años sin que hubiera razón discernible para ello. En las páginas dedicadas a indicar la manera de convertirse en escritor original, le asombró, en particular, hallar expresados algunos pensamientos que él mismo había cobijado y sustentado siempre. Por ejemplo: «Una vituperable cobardía para pensar nos refrena a todos. Más oprimente que la censura de los gobiernos es la censura que la opinión pública ejerce sobre nuestra labor espiritual». (Aquí, por lo demás, se menciona la «censura», que en el psicoanálisis reaparece como «censura onírica» ... ) «A la mayoría de los escritores no les falta, para ser mejores, espíritu, sino carácter. ( ... ) La sinceridad es la fuente de toda genialidad, y los hombres serían más penetrantes sí fueran más morales ... ».
No nos parece imposible, entonces, que esta referencia acaso pusiera en descubierto esa cuota de criptomnesia que en tantos casos es lícito suponer detrás de una aparente originalidad.
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Asociación de ideas de una niña de cuatro años (1920)

(Ver nota(249))
He aquí un fragmento tomado de la carta de una madre norteamericana:
«Tengo que contarte lo que la pequeña dijo ayer. Aún no salgo de mi asombro. La prima Emily estaba diciendo que tomaría una vivienda. Entonces la nena expresó: "Si Emily se casa, tendrá un bebé". Quedé muy sorprendida, y le pregunté: "¿De dónde sabes eso?", Y respondió: "Y. . . cuando alguien se casa, siempre tiene un bebé". Yo repetí: "Pero, ¿cómo puedes saberlo?". Y la pequeña: "¡Oh!, sé muchas cosas más, sé también que los árboles crecen en la tierra (inthe ground)"¡Mira tú la rara asociación de ideas! Era justamente lo que me proponía decirle algún día para su esclarecimiento. Pero ella continuó todavía: "Sé también que el buen Dios crea el mundo (makes the world)". Cuando le escucho decir tales cosas, me cuesta creer que apenas tiene cuatro años».
Parece que la madre ha comprendido por sí misma el tránsito de la primera manifestación de la niña a la segunda. La niña quiere decir: «Yo sé que los hijos crecen en la madre», y expresa ese saber, no de manera directa, sino simbólica, sustituyendo la madre por la Madre Tierra. Numerosas e indubitables observaciones nos han enseñado ya cuán temprano saben los niños servirse de símbolos. Pero tampoco la tercera manifestación de la pequeña carece de relación con las anteriores. No podemos menos que suponer que quiso comunicar otra parte de su saber sobre el origen de los niños: «Sé también que todo eso es la obra del padre». Pero esta vez sustituye las ideas directas por la sublimación que les corresponde: que el buen Dios crea al mundo.

Dr. Anton von Freund (1920)

(Ver nota(250))
El 20 de enero de 1920, pocos días después de cumplir cuarenta años, murió en un sanatorio de Viena el doctor Anton von Freund; había sido secretario general de la Asociación Psicoanalítica Internacional desde el Congreso de Budapest, celebrado en setiembre de 1918. Fue uno de los más esforzados promotores de nuestra ciencia, y era una de sus más bellas esperanzas. Nacido en Budapest en 1880, se doctoró en filosofía, consagrándose a la enseñanza; pero fue persuadido a ingresar en las empresas industriales de su padre. Empero, los grandes éxitos que obtuvo como fabricante y organizador no pudieron satisfacer las dos necesidades que alentaban en lo profundo de su ser: la ayuda social y el quehacer científico. Desinteresado para sí mismo, dotado con todas las virtudes que hechizan a los seres humanos y conquistan su amor, empleó sus recursos materiales para ayudar a otros, aliviarles las penas de su destino y acendrar por doquier el sentido de justicia social. Así se ganó un gran círculo de amigos, a quienes pesa su pérdida.
Cuando en los últimos años de su vida tomó conocimiento del psicoanálisis, parecióle vislumbrar el cumplimiento simultáneo de sus dos grandes deseos. Se impuso la tarea de auxiliar a las masas mediante el psicoanálisis, de aprovechar el poder terapéutico de esta técnica médica, que hasta entonces sólo había podido beneficiar a unos pocos ricos, para aliviar la miseria neurótica de los pobres. Puesto que el Estado no se ocupaba de las neurosis de la población y la mayoría de las clínicas desestimaban la terapia psicoanalítica sin poder ofrecer un sustituto de ella, y como por otra parte los psicoanalistas, en la necesidad de procurarse individualmente sus medios de subsistencia, no estaban en condiciones de emprender una tarea tan gigantesca, Anton von Freund quiso abrir por su iniciativa privada el camino que condujese al cumplimiento de un deber social tan importante para todos. En los años de la guerra había reunido una suma considerable (más de un millón y medio de coronas) para fines humanitarios en la ciudad de Budapest. De acuerdo con el doctor Stephan von Bárczy, a la sazón burgomaestre de la susodicha ciudad, destinó esa suma a fundar en ella un instituto psicoanalítico en el cual se cultivaría el análisis, se lo enseñaría y se lo pondría al
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alcance del pueblo. El propósito era formar un gran número de médicos en la práctica psicoanalítica, que luego recibirían un estipendio por el tratamiento ambulatorio de neuróticos pobres. Además, el instituto se convertiría en un centro para el perfeccionamiento científico en el análisis. El doctor Ferenczi sería su director científico, y el propio Von Freund se haría cargo de su organización y mantenimiento. El fundador asignó una suma menor para la creación de una Editorial Psicoanalítica Internacional.(251) Pero,
«¿Qué es de las esperanzas, de los proyectos del hombre, esa criatura transitoria?».
(Ver nota(252))
La prematura muerte de Von Freund puso término a estos planes humanitarios y tan prometedores para la ciencia. Si bien el fondo reunido por él existe todavía, la actitud de quienes hoy gobiernan en la capital húngara no permite esperar la realización de sus proyectos. Sólo la editorial psicoanalítica ha nacido en Viena.
A pesar de ello, el ejemplo que quiso dar el muerto ya ha producido su efecto. A pocas semanas de su fallecimiento se abrió en Berlín, merced a la energía y liberalidad del doctor Max Eitingon, la Primera policlínica psicoanalítica. Así, aunque la persona de Freund es insustituible e inolvidable, su obra tiene un continuador.

Prólogo a James J. Putnam, Addresses on Psycho-Analysis (1921)

(Ver nota(253)) El director de esta serie(254) debe sentir una particular satisfacción al poder publicar como volumen inaugural esta colección de escritos psicoanalíticos del profesor James J. Putnam, el distinguido neurólogo de la Universidad de Harvard. El profesor Putnam, fallecido en 1918 a los 72 años de edad, no sólo fue el primer norteamericano que se interesó por el psicoanálisis, sino que pronto se convirtió en su más decidido partidario y su representante más influyente en Estados Unidos. Como consecuencia de la sólida reputación que había ganado merced a su actividad docente, así como su importante obra en el campo de la enfermedad nerviosa orgánica, y gracias al respeto universal de que gozaba su personalidad, pudo hacer más que nadie quizá por la difusión del psicoanálisis en su país y protegerlo contra las calumnias que, del otro lado del Atlántico no menos que de este, inevitablemente le habrían sido dirigidas. Pero todos esos reproches debían silenciarse si un hombre con las elevadas normas éticas y la rectitud moral de Putnam se había sumado a los sostenedores de la nueva ciencia y de la terapia basada en ella.
Los trabajos aquí reunidos en un solo volumen, escritos por Putnam entre 1909 y el fin de su vida, ofrecen un buen cuadro de sus relaciones con el psicoanálisis. Muestran cómo al principio se dedicó a modificar un juicio provisional basado en un conocimiento insuficiente; cómo aceptó luego la esencia del análisis, reconociendo la capacidad que este tenía de echar clara luz sobre el origen de las imperfecciones y las fallas humanas, y lo atrajo la perspectiva de contribuir al mejoramiento de la humanidad siguiendo las líneas fijadas por el análisis; cómo se convenció luego, en su propia actividad médica, de la verdad de la mayoría de las conclusiones y postulados psicoanalíticos, y más tarde atestiguó a su vez que el médico que emplea el análisis comprende mu cho más sobre las dolencias de sus pacientes y puede hacer mucho más por ellos de lo que era posible con los métodos anteriores de tratamiento; y cómo, finalmente, comenzó a trascender los límites del análisis exigiendo que este último, en su carácter de ciencia, estuviese vinculado con un particular sistema filosófico y que su práctica se asociase explícitamente a un especial conjunto de doctrinas éticas.
De modo que no ha de sorprender que una mente con inclinaciones tan predominantemente éticas y filosóficas como la de Putnam desease, luego de que hubo penetrado en las profundidades del psicoanálisis, establecer la más estrecha relación entre este último y los propósitos que le eran más caros. Ahora bien, su entusiasmo, tan admirable en un hombre de su avanzada edad, no logró convocar a otros. La reacción de los más jóvenes fue de mayor frialdad. Ferenczi, en especial, expresó el punto de vista opuesto. La razón decisiva para el rechazo de las propuestas de Putnam era la duda acerca de cuál entre los incontables sistemas filosóficos debía aceptarse, ya que todos ellos parecían descansar en una base igualmente insegura y que hasta ese momento se había sacrificado todo en aras de la relativa certidumbre de los resultados psicoanalíticos. Parecía más prudente esperar, y ver si la propia investigación analítica nos imponía, con todo el peso de la necesidad, una determinada actitud hacia la vida.
Es nuestra obligación agradecer a la viuda del autor ' la señora de Putnam, la ayuda que nos proporcionó con respecto a los manuscritos y derechos de publicación, así como su apoyo financiero, sin los cuales habría sido imposible editar este volumen. En el caso de los trabajos numerados VI, VII y X no se disponía de manuscritos en inglés; fueron traducidos a este idioma, a partir de los originales en alemán del propio Putnam, por la doctora Katherine Jones.
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Este volumen mantendrá fresco en los círculos analíticos el recuerdo del amigo cuya pérdida tan hondamente deploramos. Tal vez sea el primero de una serie de publicaciones que tengan por finalidad promover la comprensión y aplicación del psicoanálisis entre quienes hablan la lengua inglesa, finalidad a la que james J. Putnam consagró los diez últimos años de su fructífera vida.
Enero de 1921

Introducción a J. Varendonck, The Psychology of Day-Dreams (1921)

(Ver nota(255))
El presente libro del doctor Varendonck contiene una importante novedad y despertará con justicia el interés de todos los filósofos, psicólogos y psicoanalistas. Tras años de esfuerzos, el autor ha logrado asir el modo de la actividad fantaseadora de pensamiento a que uno se entrega en los estados de distracción y en la que se cae con facilidad antes de dormirse o tras un despertar incompleto. Ha llevado a la conciencia las cadenas de pensamiento que en tales circunstancias se instalan sin la voluntad de la persona; las ha consignado por escrito, estudiando sus peculiaridades y sus diferencias respecto del pensar deliberado y conciente, obteniendo de ese modo una serie de importantes descubrimientos, que llevan a problemas todavía más vastos y dan origen a la formulación de preguntas aún más abarcadoras. Mediante las observaciones del doctor Varendonck hallan solución cierta muchos puntos de la psicología del sueño y de las operaciones fallidas.
No es mi propósito pasar revista aquí a los resultados del autor. Me contentaré con señalar la importancia de su trabajo, y sólo me permitiré hacer una acotación respecto de la terminología que ha adoptado. Se ocupa de la actividad de pensamiento que ha observado en el pensamiento autista de Bleuler, pero por regla general la denomina pensamiento preconciente, según se acostumbra en psicoanálisis. Sin embargo, el pensamiento autista de Bleuler en modo alguno se corresponde, en extensión y contenido, con lo preconciente, ni puedo yo aceptar que el nombre empleado por Bleuler sea el producto de una elección feliz. La propia designación de «pensamiento preconciente», como caracterización, me parece equívoca e insatisfactoria. Lo cierto es que la clase de actividad de pensamiento de la cual es un ejemplo el bien conocido sueño diurno -completa en sí misma, y que desarrolla una situación o acto llevados a su término- constituye el mejor ejemplo y el único estudiado hasta la fecha. Este sueño diurno no debe sus peculiaridades a la circunstancia de trascurrir en su mayor parte preconcientemente, ni se modifican las formas cuando se lo lleva a cabo concientemente. Desde otro punto de vista, sabemos también que incluso una reflexión estrictamente orientada puede obtenerse sin la cooperación de la conciencia, o sea, de manera preconciente. Por tal motivo, creo conveniente que al establecer una distinción entre las diferentes modalidades de actividad de pensamiento no se recurra en primer término a la relación con la conciencia, y considero preferible designar al sueño diurno, al igual que a las cadenas de pensamiento estudiadas por Varendonck, como pensamiento fantaseador o de libre discurrir, por oposición a la reflexión intencionalmente dirigida. Al mismo tiempo, debe tenerse en cuenta que ni siquiera el pensamiento fantaseador carece siempre de una meta y de representaciones-meta.

La cabeza de Medusa (1940 [1922])

(Ver nota(256))
No hemos intentado con frecuencia la interpretación de productos mitológicos singulares. Es palmaria en el caso de la horripilante cabeza decapitada de Medusa.
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Decapitar = castrar. El terror a la Medusa es entonces un terror a la castración, terror asociado a una visión. Por innumerables análisis conocemos su ocasión: se presenta cuando el muchacho que hasta entonces no había creído en la amenaza ve un genital femenino. Probablemente el de una mujer adulta, rodeado por vello; en el fondo, el de la madre.
Si el arte figura tan a menudo los cabellos de la cabeza de Medusa como serpientes, también estas provienen del complejo de castración y, cosa notable, por terrorífico que sea su efecto en sí mismas, en verdad contribuyen a mitigar el horror, pues sustituyen al pene, cuya falta es la causa del horror. Aquí se corrobora una regla técnica: la multiplicación de los símbolos del pene significa castración.(257)
La visión de la cabeza de Medusa petrifica de horror, trasforma en piedra a quien la mira. ¡El mismo origen en el complejo de castración y el mismo cambio del afecto! El petrificarse significa la erección, y en la situación originaria es, por tanto, el consuelo del que mira. Es que él posee, no obstante, un pene, y se lo asegura por su petrificación.
Atenea, la diosa virgen, lleva en su vestido este símbolo del horror. Y con justicia, pues eso la hace una mujer inabordable, que rechaza toda concupiscencia sexual. Deja ver, en efecto, los terroríficos genitales de la madre. A los griegos, en su generalidad fuertemente homosexuales, no podía faltarles la figuración de la mujer que aterroriza por su castración.
Si la cabeza de Medusa sustituye la figuración del genital femenino, y más bien aísla su efecto excitador de horror de su efecto excitador de lubricidad, puede recordarse que enseñar los genitales es conocido como acción apotropaica. Lo que excita horror en uno mismo provocará igual efecto en el enemigo con quien se lucha. Todavía en Rabelais el diablo emprende la huida después que la mujer le enseñó su vulva.
También el miembro masculino erecto sirve para provocar un efecto apotropaico, pero en virtud de otro mecanismo. Enseñar el pene -y todos sus subrogados- quiere decir: «No tengo miedo de ti, yo te desafío, tengo un pene». Por eso es otro modo de amedrentar al Espíritu Malo (ver nota(258)).
Ahora bien, para sustentar seriamente esta interpretación se debería perseguir por separado la génesis de este símbolo del horror en la mitología de los griegos y sus paralelos en otras mitologías (ver nota(259)).

Prólogo a Raymond de Saussure, La méthode psychinalytique (1922)

(Ver nota(260))
Con gran placer puedo asegurar al público que la presente obra del doctor De Saussure es valiosa y meritoria. Ha sido particularmente bien concebida para brindar a los lectores franceses una idea correcta acerca de lo que es el psicoanálisis y de lo que contiene.
El doctor De Saussure no sólo ha estudiado escrupulosamente mis escritos sino que ha hecho el sacrificio de someterse a un análisis conmigo durante varios meses. Esto le ha permitido formarse su propio juicio sobre la mayoría de las cuestiones que aún no han sido resueltas por el psicoanálisis, y evitar las numerosas distorsiones y errores a que nos tienen habituados las exposiciones tanto francesas como alemanas del psicoanálisis. Tampoco ha dejado de refutar ciertas afirmaciones falsas o negligentes que los comentaristas se trasmiten uno al otro, como por ejemplo que todos los sueños tienen significado sexual o que, según mi opinión, la única fuerza impulsora de nuestra vida psíquica es la libido sexual.
Como el doctor De Saussure dice en su prólogo que yo he corregido su obra, debo hacer esta salvedad: mi influencia sólo se ha dejado sentir en unas pocas correcciones y comentarios, y en modo alguno pretendí usurpar la independencia de criterio del autor. En la primera parte del libro, la teórica, yo habría expuesto las cosas en forma algo diferente de lo que él lo hace -p. ej., en el difícil tema del preconciente y el inconciente-. Y, sobre todo, habría tratado mucho más exhaustivamente el complejo de Edipo.
El excelente sueño que el doctor Odier puso a disposición del autor puede dar, aun al novato, una idea acerca de la riqueza de las asociaciones oníricas y de la relación entre la imagen onírica manifiesta y los pensamientos latentes que se ocultan tras ella. Demuestra, asimismo, la significación que el análisis de un sueño puede tener en el tratamiento de un paciente.
Por último, las observaciones que hace el autor a modo de conclusión sobre la técnica del psicoanálisis son espléndidas. Son por entero correctas y, pese a su brevedad, no dejan de lado nada esencial. Constituyen una prueba convincente de la fina captación del autor. Por supuesto, el lector no debe inferir que el conocimiento de estas reglas técnicas lo capacitará, por sí solo, para emprender un análisis.
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Hoy el psicoanálisis está comenzando a despertar en mayor medida el interés de los profesionales y legos también 6 Francia; sin duda, no encontrará allí menos resistencias que las que ya encontró antes en otros países. Esperemos que el libro del doctor De Saussure sea un importante aporte para la clarificación de las argumentaciones que tenemos por delante.
Viena, febrero de 1922
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Notas finales 1 (Ventana-emergente - Popup)
Más allá, del principio de placer (1920)
Jenseits des LustPrinzips
Ediciones en alemán 1920Leipzig, Viena y Zurích: Internationaler Psychoanalytischer Verlag, 60 págs. 1921 2ª ed. La misma editorial, 64 págs. 1923 3ª ed. La misma editorial, 94 págs. 1925 GS, 6, págs. 191-257. 1931 Theoretische Schrilten, págs. 178-247. 1940 GW, 13, págs, 3-69. 1975 SA, 3, págs. 213-72.
Traducciones en castellano
1923 Más allá del principio del placer. BN (17 vols.), 2, págs. 299-378. Traducción de Luis López-Ballesteros. 1943 Igual título. EA, 2, págs. 275-346. El mismo tra ductor. 1948 Igual título. BN (2 vols.), 1, págs. 1111-40. El mismo traductor. 1952 Igual título. SR, 2, págs. 217-75. El mismo tra ductor. 1967 Igual título. BN (3 vols.), 1, págs. 1097-126. El mismo traductor. 1974 Igual título. BN (9 vols.), 7, págs. 2507-41. El mismo traductor.
En la segunda edición, Freud introdujo una cierta cantidad de agregados; las modificaciones posteriores del texto fueron mínimas.
Como revela su correspondencia, Freud ya había comenzado a trabajar en el primer borrador de Más allá del principio de placer en marzo de 1919, y en el siguiente mes de mayo comunicó que lo había concluido. En esa misma fecha terminaba su artículo sobre «Lo ominoso» (1919h), en uno de cuyos párrafos se asienta en unas pocas frases gran parte del núcleo de la presente obra. Alude Freud en ese párrafo a la «compulsión de repetición» como fenómeno manifiesto en l a conducta de los niños y en el tratamiento psicoanalítico, sugiere que deriva de la naturaleza más íntima de las pulsiones y declara que es lo suficientemente poderosa como para hacer caso omiso del principio de placer. No hay empero allí ninguna referencia a las «pulsiones de muerte». Añade Freud que ya ha completado una exposición detallada del tema.
El artículo sobre «Lo ominoso», que incluía este resumen, fue publicado en el otoño de 1919. Como más tarde le informó Freud a Wittels, en setiembre de ese año dejó el manuscrito de Más allá del principio de placer a algunos amigos suyos en Berlín (Abraham y Eitingon) para que lo leyeran; a la sazón ya estaba completo (o sea, incluía el concepto de las pulsiones de muerte), con excepción del fragmento sobre la mortalidad o inmortalidad de los protozoos (ver nota). Pero Freud retuvo la obra todavía un año; a comienzos de 1920 estaba nuevamente trabajando en ella, y en una carta a Eitingon del 20 de febrero hay una referencia a las «pulsiones de muerte». En junio, seguía revisándola; el 16 de ese mes presentó un resumen del casi concluido libro en la Sociedad Psicoanalítica de Viena (vernota), y por fin lo terminó a mediados de julio. El 9 de setiembre pronunció una conferencia en el Congreso Psicoanalítico Internacional celebrado en La Haya, con el título «Complementos a la doctrina de los sueños», y en ella anunciaba la próxima aparición del libro, que tuvo lugar a comienzos de diciembre. La conferencia se publicó, «resumida por el autor», en Internationale Zeitschrift für Psychoanalyse, 6 (1920), págs. 397-8. Aunque no se tiene la certeza de que este resumen haya sido preparado por el propio Freud, tal vez interese reproducirlo aquí.
«Complementos a la doctrina de los sueños» (vernota)
«El orador se ocupó, en sus breves comentarios, de tres puntos relativos a la doctrina de los sueños. Los dos primeros concernían a la tesis según la cual los sueños son cumplimientos de deseo, exponiéndose algunas modificaciones indispensables de dicha tesis. El tercero se refería a un material que confirmó plenamente su rechazo de la presunta "tendencia prospectíva" de los sueños (ver nota).
»Explicó el orador que junto a los bien conocidos sueños de deseo y sueños de angustia, fácilmente asimilables dentro de la teoría, había motivos para admitir la existencia de una tercera categoría, a la que dio el nombre de "sueños de punición". Si se tiene en cuenta el justificado supuesto de la existencia en el yo de una instancia especial de crítica y observación de sí (el ideal del yo, el censor, la conciencia moral), también a estos sueños de punición debería subsumírselos en la teoría del cumplimiento de deseo, pues figurarían el cumplimiento de un deseo proveniente de esa instancia crítica. Tales sueños -sostuvo- son a los sueños de deseo ordinarios aproximadamente lo que los síntomas de la neurosis obsesiva, surgidos por formación reactiva, son a los de la histeria.
»Sin embargo, hay otra clase de sueños que plantean, a juicio del orador, una excepción más sería a la regla de que los sueños son cumplimientos de deseo; son ellos los denominados "sueños traumáticos", como los que tienen lugar en personas que han sufrido un accidente, pero también los que en el curso del psicoanálisis de neuróticos les vuelven a hacer presentes unos traumas olvidados de su infancia. En conexión con el problema de acomodar estos sueños dentro de la doctrina del cumplimiento d e deseo, el orador hizo referencia a una obra suya que habrá de publicarse próximamente con el título de Más allá del principio de placer.
»El tercer punto de la comunicación del orador se vinculó con una investigación todavía inédita del doctor Varendonck, de Gante. Este autor logró someter en vasta escala a su observación conciente el fantaseo inconciente en un estado de duermevela -proceso que denominó "pensamiento autista"- De esta indagación parecía desprenderse que prever lo que es posible que acontezca el día siguiente, preparar eventuales soluciones y adaptaciones, etc., pertenece cabalmente al campo de la actividad preconciente que también
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crea los pensamientos oníricos latentes, y, como ha mantenido siempre el orador, nada tiene que ver con el 8 (Ventana-emergente - Popup)trabajo del sueño» (vernota).
[Nota agregada en 1925:]
Dentro de la serie de escritos metapsicológicos de Freud, puede considerarse que Más allá del principia de placer inaugura la fase final de sus concepciones. Ya había llamado la atención sobre la «compulsión de repetición» como fenómeno clínico, pero aquí le atribuye las características de una pulsión; asimismo, por primera vez plantea la nueva dicotomía entre Eros y las pulsiones de muerte que tuvo cabal elaboración en El yo y el ello (1923b). En la presente obra encontramostambién indicios del nuevo cuadro estructural de la mente que habría de dominar todos los escritos posteriores de Freud. Por último, aquí hace su primera aparición explícita el problema de la destructividad, que tuvo un papel cada vez más prominente en sus obras teóricas.
Que varios elementos del presente trabajo proceden de escritos metapsicológicos anteriores -como «Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico» (1911b), «Introducción del narcisismo» (1914c) y «Pulsiones y destinos de pulsi ón» (1915c), resultará obvio; merece en cambio destacarse particularmente cuán de cerca siguen algunas de las primeras secciones el «Proyecto de psicología» (1950a) bosquejado por Freud veinticinco años antes, en 1895.
James Strachey
2 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Lo inconciente» (1915e), AE, 14, pág. 178.]
3 (Ventana-emergente - Popup)
[El examen más exhaustivo de los conceptos de «cantidad» y de «excitación ligada», de los que están penetrados todos los escritos de Freud, es quizás el efectuado en el temprano «Proyecto de psicología» de 1895 (1950a). Véase en especial el largo análisis del término «ligado» en la parte III de dicha obra, AE, 1, págs. 416-7. Cf. también AE, 18, págs. 34-5.]
4 (Ventana-emergente - Popup)
[Vuelve a hacerse mención a esto AE, 18, pág. 61, y se lo desarrolla en «El problema económico del masoquismo» (1924c). Véase también el «Proyecto» (1950a),AE, 1, pág. 354.]
5 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. el «Proyecto» (1950a), AE, 1, pág. 357. Aquí el adjetivo «estética» está usado en el antiguo sentido de «relativa a la sensación o a la percepción».]
6 (Ventana-emergente - Popup)
[El «principio de constancia» se remonta a los comienzos mismos de los estudios psicológicos de Freud. El primer examen publicado sobre él de cierta longitud es el que hace Breuer (en términos semifisiológicos) en su contribución teórica aEstudios sobre la histeria (Breuer y Freud, 1895), AE, 2, págs. 208-11. Allí lo define como «la tendencia a mantener constante la excitación intracerebral». En ese pasaje atribuye el principio a Freud, y en verdad el propio Freud sólo había hecho antes breve referencia a él en una o dos oportunidades, en escritos póstumos. (Cf. Freud, 1941a, y Breuer y Freud, 1940.) También lo examinó en detalle en el «Proyecto» (1950a), AE, 1, págs. 340-2, titulándolo allí «principio de inercia neuronal».]
7 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico» (1911b).]
Lo esencial es, sin duda, que placer y displacer están ligados al yo como sensaciones concientes. [Esto se elucida con más detalle en Inhibición, síntoma y angustia(1926d), AE, 20, pág. 87.]
9 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. la discusión sobre el psicoanálisis de las neurosis de guerra por Ferenczi, Abraham, Simmel y Jones (Ferenczi et al., 1919). [Freud redactó la introducción de este trabajo (1919d). Cf. también su «Informe sobre la electroterapia de los neuróticos de guerra», de edición póstuma (1955c).]
10 (Ventana-emergente - Popup)
[La palabra «pleno» fue agregada en 1921.]
11 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud dista mucho, en verdad, de hacer siempre el distingo que traza aquí. Con suma frecuencia usa la palabra «Angst» {«angustia»} para designar un estado de temor sin referencia alguna al futuro. No es improbable que en este pasaje comenzara a vislumbrar la distinción que haría luego, en Inhibición, síntoma y angustia (1926d), entre la angustia como reacción frente a una situación traumática -algo probablemente equivalente a lo que aquí se denomina «Schireck» {«terror»}- y como señal de advertencia de la proximidad de un suceso tal. Cf. también infra, pág. 31, su empleo de la frase «apronte angustiado».]
12 (Ventana-emergente - Popup)
[Sobre el mecanismo psíquico de fenómenos histéricos: comunicación preliminar» (1893a), AE, 2, pág. 33.]
13 (Ventana-emergente - Popup)
[Todo lo que sigue al punto y coma fue agregado en 1921. Para esto, cf. La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, págs. 543 y sigs.]
14 (Ventana-emergente - Popup)
Esta interpretación fue certificada plenamente después por otra observación. Un día que la madre había estado ausente muchas horas, fue saludada, a su regreso con esta comunicación: « ¡Bebé o-o-o-o! »; primero esto resultó incomprensible, pero pronto se pudo comprobar que durante esa larga soledad el niño había encontrado un medio para hacerse desaparecer a sí mismo. Descubrió su imagen en el espejo del vestuario, que llegaba casi hasta el suelo, y luego le hurtó el cuerpo de manera tal que laimagen del espejo «se fue». [Otra referencia a esta historia se hallará en La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 459, n. 3.]
15 (Ventana-emergente - Popup)
Teniendo el niño cinco años y nueve meses, murió la madre. Ahora que realmente «se fue» (o-o-o), el muchachito no mostró duelo alguno por ella. Es verdad que entretanto había nacido un segundo niño, que despertó sus más fuertes celos.
16 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. «Un recuerdo de infancia en Poesía y verdad » (1917b).
17 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta observación se repite en «Sobre la sexualidad femenina» (1931b), AE, 21, pág. 237.]
18 (Ventana-emergente -Popup)
{Aquí, «Spiel» en el sentido de representación escénica. Preferimos una traducción forzada para que no se pierda la asimilación con el juego infantil (también«Spiel»).}
19 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud había hecho un estudio provisional de esto en su trabajo póstumo «Personajes psicopáticos en el escenario» (1942a), cuya redacción data probablemente de 1905 o 1906.]
20 (Ventana-emergente - Popup)
83
Cf. mi trabajo «Recordar, repetir y reelaborar» (1914g). [También se hallará en ese trabajo una temprana referencia a la «compulsión de repetición», uno de los temas principales que se examinan en la presente obra. (Cf. asimismo mi «Nota introductoria»,AE, 18, pág. 6.) La frase «neurosis de trasferencia», en el sentido especial con que se la usa pocas líneas más adelante, aparece también en el trabajo mencionado.]
21 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase un examen de esto en mi «Introducción» aEl yo y el ello (1923b), AE, 19, pág. 8.]
22 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta formulación fue corregida en una nota al pie de El yo y el ello (1923b), AE, 19, pág. 30.]
23 (Ventana-emergente - Popup)
[En su forma actual, esta oración datade 1921. En la primera edición (1920), rezaba: «Es posible que en el yo sea mucho lo inconciente; probablemente abarcamos sólo una pequeña parte de eso con el nombre de preconciente».]
24 (Ventana-emergente - Popup)
[En el cap. XI de Inhibición, síntoma y angustia (1926d)se examinan en forma más completa y algo diferente las fuentes de la resistencia.]
25 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1923:] En otro lugar [1923c] expongo que aquí viene en ayuda de la compulsión de repetición el «efecto de sugestión», vale decir, la obediencia hacia el médico, profundamente arraigada en el complejo parental inconciente.
26 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase el empleo alegórico que hace Freud del cuento tradicional de los «tres deseos» en Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), AE, 15, pág. 198.]
27 (Ventana-emergente - Popup)
[Las dos últimas oraciones fueron agregadas en 1921.]
28 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. las oportunas observaciones que hace al respecto C. G. Jung (1909).
29 (Ventana-emergente - Popup)
[Antes de 1923 la última cláusula rezaba: «se diría que la compulsión de repetición es llamada en su auxilio por el yo, que quiere aferrarse al principio de placer».]
30 (Ventana-emergente - Popup)
{«TrieMaft»; véase la nota de la traducción castellana en AE, 18, página 35.}
31 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, págs. 598 y sigs., y «Lo inconciente» (1915e), sección II.]
32 (Ventana-emergente - Popup)
[El sistema P (percepción) fue descrito por primera vez por Freud en La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, págs. 531 y sigs. En un trabajo posterior (1917d) argumentó que dicho sistema coincidía con el sistema Cc.]
33 (Ventana-emergente - Popup)
Lo que sigue se basa en las opiniones expuestas por Breuer en Estudios sobre la histeria (Breuer y Freud, 1895) [AE, 2, págs. 203-14. Freud examinó el tema en La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, págs. 531-2, y ya antes lo había considerado cabalmente en el «Proyecto de psicología» de 1895 (1950a), AE, 1,págs. 343-6. Volvió a él más tarde en «Nota sobre la "pizarra mágica"» (1925a).]
34 (Ventana-emergente - Popup)
[AE5, pág. 532.]
35 (Ventana-emergente - Popup)
[Un preanuncio de este pasaje se hallará en el «Proyecto» (1950a), AE, 1, págs. 344-6.]
36 (Ventana-emergente - Popup)
Breuer y Freud, 1895. [Cf. la sección de la contribución teórica de Breuer, AE, 2, págs. 204 y sigs., esp. págs. 205-6n. Cf.. también AE, 18, pág. 7, n. 2.]
37 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. el «Proyecto» (1950a), AE, 1, págs, 349 y sigs., 356 y sigs.]
38 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. la sección V de «Lo inconciente» (1915e).]
39 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud vuelve a ocuparse del origen de la idea de tiempo en «Nota sobre la "pizarra mágica"» (1925a), AE, 19, págs. 246-7; ese mismo trabajo contiene un nuevo examen de la «protección antiestímulo»]
40 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. el «Proyecto» (1950a), AE, 1, págs. 359-61.]
41 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. el «Proyecto» (1950a), AE, 1, pág. 349.]
42 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. «Pulsiones y destinos de pulsión» (1915c). [Cf.. también el «Proyecto» (1950a), AE, 1, pág. 351, y el capítulo XI de Inhibición, síntoma y angustia (1926d),AE, 20, págs. 158-61.]
43 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. el « principio de la inexcitabilidad de los sistemas no investidos», en «Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños» (1917d), AE, 14, pág. 225, n.14, y 233, n, 38.]
44 (Ventana-emergente - Popup)
{Véase la nota de la traducción castellana en AE, 18, pág. 41.}
45 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 550, y la sección IX de «Observaciones sobre la teoría y la práctica de la interpretación de los sueños» (1923c).]
46 (Ventana-emergente - Popup)
[La frase entre paréntesis remplazó en 1923 a «no inconciente», que aparecía en las ediciones anteriores.]
47 (Ventana-emergente - Popup)
Véase mi «Introducción» (1919d) a Zur Psychoanalyse der Kriegsneurosen.
48 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. mis observaciones en otro lugar (Tres ensayos de teoría sexual [AE, 7, págs. 183-4]) sobre el efecto de los sacudimientos mecánicos y los viajes en ferrocarril.
49 (Ventana-emergente - Popup)
Véase mi trabajo «Introducción del narcisismo» (1914c) [AE, 14, págs. 80-1].
50 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. La interpretación de los sueños (1900a), cap. VII [AE, 5, págs, 578 y sigs., y Breuer y Freud (1895), AE, 2, págs, 204-14.]
51 (Ventana-emergente - Popup)
Triebbalt», aquí y al comienzo del párrafo siguiente. Es término de vieja raigambre en la literatura alemana desde fines del siglo xviii; traduce lo «impulsiv», lo «passioné» de la Ilustración francesa: lo impulsivo, apasionado, irreflexivo; lo opuesto a la conducta racional y esclarecida.}
52 (Ventana-emergente - Popup)
84
[Véanse algunas observaciones de Freud al respecto en su libro sobre el chiste (1905c), AE, 8, págs. 123 y 214.]
53 (Ventana-emergente - Popup)
[Las últimas seis palabras fueron agregadas en 1921.]
54 (Ventana-emergente - Popup)
No dudo de que conjeturas semejantes acerca de la naturaleza de las pulsiones ya se han formulado repetidas veces.
55 (Ventana-emergente - Popup)
Reproduktionsvermögen»; no se confunda con «reproducción» («Fortffianzung») en el sentido de multiplicación de la especie; cf. AE, 18, pág. 18, la diferencia implícita entre «reproducir» y «recordar». «Repetición» compulsiva y «repetición» (recapitulación) del desarrollo filogenético, por un lado, y «reproducción» (sin mediación reflexiva en el recuerdo) con el señalado correlato en el reino animal: he ahí unos paralelismos terminológicos que el texto sugiere y hemos cuidado de conservar.}
56 (Ventana-emergente - Popup)
[Lo que sigue al punto y coma fue agregado en 1921.]
57 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1925:] No se olvide que a continuación desarrollamos una argumentación extrema, la cual hallará restricción y enmienda cuando se tomen en cuenta las pulsiones sexuales.
58 (Ventana-emergente - Popup)
[En las ediciones anteriores a la de 1925 acompañaba a este pasaje la nota siguiente: «Más adelante se corrige esta concepción extrema de las pulsiones de autoconservación».]
59 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1923:] ¡Y a pesar de ello son lo único que podemos aducir en favor de una tendencia interna al «progreso» y ala evolución ascendente! (Cf. infra[AE, 18, págs. 41-2].)
60 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1925:] El contexto deja entender bien que aquí «pulsiones yoicas» es considerada una designación provisional, que retoma el primer bautismo que les dio el psicoanálisis. [Cf. AE, 18, págs. 49-50 y 59n. ]
61 (Ventana-emergente - Popup)
[Estas cinco palabras aparecen en bastardillas en las ediciones de 1921 en adelante.]
62 (Ventana-emergente - Popup)
Por otro camino, Ferenczi (1913c, pág. 137) llegó a la posibilidad de la misma concepción: «La aplicación consecuente de esta argumentación no puede menos que familiarizarnos con la idea de una tendencia a la perseveración, y alternativamente a la regresión, que gobierna también la vida orgánica; en cambio, la tendencia a la evolución ascendente, a la adaptación, etc., es animada sólo sobre la base de estímulos externos».
63 (Ventana-emergente - Popup)
Triebverdrängung»,«esfuerzo» de desalojo o de suplantación de las pulsiones. Obsérvese, líneas antes, la mención de las fuerzas externas que «esfuerzan»(«drängen»), la adaptación; luego, el «esfuerzo» («Drang») de perfeccionamiento cultural de una minoría.; y más adelante, el paralelismo entre la «pulsión» reprimida y el factor «pulsionante» que acicatea el perfeccionamiento. Cf. también AE, 18, pág. 53.}
64 (Ventana-emergente - Popup)
Mefistófeles en Fausto, parte I [escena 4]
65 (Ventana-emergente - Popup)
[Este último párrafo, agregado en 1923, anticipa la descripción de Ercs del próximo capítulo, págs. 49 y sigs.]
66 (Ventana-emergente - Popup)
[En lo que sigue, Freud parece emplear indistintamente los términos «protista» y «protozoo» para designar a los organismos unicelulares.]
67 (Ventana-emergente - Popup)
[Primera vez que apareció esta expresión en una obra publicada.]
68 (Ventana-emergente - Popup)
[Schiller, Die Braut von Messina, acto I, escena 8.]
69 (Ventana-emergente -Popup)
Weismann (1884).
70 (Ventana-emergente - Popup)
Weismann (1882, pág. 38).
71 (Ventana-emergente - Popup)
Weismann (1884, pág. 84).
72 (Ventana-emergente - Popup)
Weismann (1882, pág. 33).
73 (Ventana-emergente - Popup)
Weismann (1884, págs. 84-5).
74 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. Hartmann (1906), Lipschütz (1914) y Doflein (1919).
75 (Ventana-emergente - Popup)
Hartmann (1906, pág. 29).
76 (Ventana-emergente - Popup)
Para esto y lo que sigue, véase Lipschütz (1914, págs. 26 y 52 y sigs.).
77 (Ventana-emergente - Popup)
Schopenhauer (1851a) [Sämtlicbe Werke, ed. por Hübscher, 1938, 5, pág. 236)].
78 (Ventana-emergente - Popup)
[La última oración fue agregada en 1921.]
79 (Ventana-emergente - Popup)
[Como, por ejemplo, en el trabajo sobre la perturbación psicógena de la visión (1910i).]
80 (Ventana-emergente - Popup)
{Aparentemente, Freud. alude aquí a una frase de Schiller; cf. AE, 18, pág. 250.}
81 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta idea fue formulada cabalmente por Freud en la sección 1 de su trabajo sobre el narcisismo (1914c). Véase, sin embargo, su corrección posterior de este enunciado en El yo y el ello (1923b), AE, 19, pág. 32, n. 7, donde describe al ello como «el gran reservorio de la libido».]
82 (Ventana-emergente - Popup)
Véase mi trabajo sobre el narcisismo (1914c) [sección I.]
83 (Ventana-emergente - Popup)
[Las dos oraciones precedentes fueron agregadas en 1921.]
84 (Ventana-emergente - Popup)
[En la primera edición había este agregado, que luego se eliminó: «por "entrelazamiento" pulsional, para emplear un término de Adler [19081-»].
85 (Ventana-emergente - Popup)
Ya fue así en la primera edición de Tres ensayos de teoría sexual , de 1905 [AE, 7, págs. 143 y sigs.]
85
86 (Ventana-emergente - Popup)
[Un anticipo del examen de la «mezcla» pulsional realizado en El yo y el ello (1923b), AE, 19, págs. 41-3.]
87 (Ventana-emergente - Popup)
Véanse mis Tres ensayos (1905d) [AE, 7, pág. 144] y «Pulsiones y destinos de pulsión» (1915c).
88 (Ventana-emergente - Popup)
Sabina Spiclrein, en un trabajo sustancioso y rico en ideas (1912), aunque por desdicha no del todo comprensible para mí. ha anticipado un buen fragmento de esta especulación. Designa allí al componente sádico de la pulsión sexual como «destructivo». Y por otra parte, A. Starke (1914) intentó identificar el concepto mismo de libido con el concepto de impulsión hacia la muerte, que es preciso suponer en la teoría biológica. (Cf. también Rank, 1907.) Todos estos empeños, lo mismo que el del texto, son testimonios de un esfuerzo, que todavía no ha cuajado, por obtener claridad en la doctrina de las pulsiones. [Un posterior examen de la pulsión destructiva por parte del propio Freud ocupa el cap. VI de El malestar en la cultura (1930a).]
89 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. el informe de Lipschütz (1914) citado AE, 18, pág. 46, n. 11.
90 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. AE, 18, págs. 7 y sigs. El tema en su conjunto es reconsiderado en «El problema económico del masoquismo» (1924c).]
91 (Ventana-emergente - Popup)
No obstante, Weismann (1892) niega también esta ventaja: «La fecundación en manera alguna significa un rejuvenecimiento o renovación de la vida; ella no sería necesaria para la persistencia de la vida, no es más que un dispositivo que sirve para posibilitar la mezcla de dos diversas tendencias hereditarias». Empero, considera que un efecto de esa mezcla es cierto incremento de la variabilidad de los seres vivos.
92 (Ventana-emergente - Popup)
Traducción de U. v. Wilarnowitz-Müllendorff (Platon, I, págs. 366-7). [Agregado en 1921:] Al profesor Heinrich Gomperz (de Viena) debo las indicaciones siguientes acerca del origen del mito platónico, que reproduzco en parte con sus propias palabras: Querría llamar la atención sobre el hecho de que la misma teoría, en lo esencial, ya se encuentra en los Upanishad. En efecto, hallamos el siguiente pasaje en los Bribadâranyaka-upanishad , 1, 4, 3 [traducción de Max-Müller, 2, págs. 85-6], donde se describe el surgimiento del universo a partir del Atman (el Sí-mismo o Yo): « . . . Pero él [ el Atman (el Sí-mismo o Yo)] no tenía ninguna alegría. Efectivamente, uno no tiene alegría alguna cuando está solo. Por eso anhelaba un segundo. Y era él tan grande como una mujer y un hombre enlazados. Y dividió en dos partes este Sí-mismo suyo: de ahí nacieron marido y mujer. Por eso este cuerpo es en el Sí-mismo, por así decir, una mitad separada, como lo dijo Yajñavalkya. Por eso este espacio vacío, aquí, es llenado por la mujer».
ElBrihadâranyaka-upanishad es el más antiguo de todos los Upanishad, y ningún investigador competente lo sitúa después del año 800 a. C., aproximadamente. Oponiéndome a la opinión dominante, yo no daría de plano una respuesta negativa a la pregunta de si Platón pudo retornar esta idea hindú, siquiera en forma mediata; en efecto, no puede cuestionarse semejante posibilidad respecto de la doctrina de la trasmigración de las almas. Pero aun si se estableciera esa dependencia (por intermedio de los pitagóricos), la coincidencia conceptual difícilmente perdería significación. En efecto, Platón no habría hecho suya esta idea que la tradición oriental pudo aportarle, y menos aún le habría concedido un lugar de tanta importancia, si a su juicio no contenía un núcleo de verdad. En un metódico ensayo consagrado a la exploración de esta idea en el período anterior a Platón, Ziegler (1913) la hace remontar a representaciones babilónicas.
[Freud ya había aludido al mito platónico en sus Tres ensayos 1905d), AE, 7, pág. 124.]
93 (Ventana-emergente - Popup)
Agreguemos aquí algunas palabras destinadas a esclarecer nuestra terminología, que en el curso de estas elucidaciones ha tenido un cierto desarrollo. Supimos qué eran las «pulsiones» sexuales por su relación con los sexos y con la función de reproducción. Y después conservamos ese nombre cuando los resultados del psicoanálisis nos obligaron a aflojar el nexo de esas pulsiones con la reproducción. Con la tesis de la libido narcisista y la extensión del concepto de libido a la célula individual, la pulsión sexual se nos convirtió en Eros, que procura esforzar las partes de la sustancia viva unas hacia otras y cohesionarlas; y las comúnmente llamadas pulsiones sexuales aparecieron como la parte de este Eros vuelta hacia el objeto. Según la especulación, este Eros actúa desde el comienzo de la vida y, como «pulsión de vida», entra en oposición con la «pulsión de muerte», nacida por la animación de lo inorgánico. La especulación busca entonces resolver el enigma de la vida mediante la hipótesis de estas dos pulsiones que luchan entre sí desde los orígenes. [Agregado en 1921:] Menos abarcable es quizás el cambio experimentado por el concepto de «pulsiones yoicas». Originariamente llamamos así a todas aquellas orientaciones pulsionales que nos resultaban menos conocidas, que podían diferenciarse de las pulsiones sexuales dirigidas al objeto; pusimos las pulsiones yoicas en oposición a las pulsiones sexuales, cuya expresión es la libido. Más tarde entramos en el análisis del yo y discernimos que también una parte de las «pulsiones yoicas» es de naturaleza libidinosay ha tomado por objeto al yo propio. Estas pulsiones de autoconservación narcisistas debieron computarse, entonces, entre las pulsiones sexuales libidinosas. La oposición entre pulsiones yoicas y pulsiones sexuales se convirtió en la que media entre pulsiones yoicas y pulsiones de objeto, ambas de naturaleza libidinosa. Pero en su lugar surgió una nueva oposición entre pulsiones libidinosas (yoicas y de objeto) y otras que han de estatuirse en el interior del yo y quizá puedan pesquisarse en las pulsiones de destrucción. La especulación convirtió esta oposición en la que media entre pulsiones de vida (Eros) y pulsiones de muerte.
94 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. AE, 18, págs. 7-8. Estas cuestiones ya habían sido abordadas por Freud en el «Proyecto de psicología» (1950a), AE, 1, por ejemplo en págs. 356 y 416-8.]
95 (Ventana-emergente - Popup)
[Ultimos versos de «Die beiden GuIden», versión de uno de los Macamas {cuadros literarios} de Abu Hariri {escritor y filólogo árabe}, efectuada por Rückert. Freud citó estos versos, asimismo, en su carta a Fliess del 20 de octubre de 1895 (Freud, 1950a, Carta 32).]
96 (Ventana-emergente - Popup)
Psicología de las masas y análisis del yo (1921)
Massenpsychologie und Ich-Analyse
Ediciones en alemán
1921 Leipzig, V iena y Zurich: Internationaler Psychoanalytischer Verlag, iii + 140 págs.
1923 2ª ed. La misma editorial, iv + 120 págs.
1925 GS, 6, págs. 261-349.
1931 Theoretische Schrilten, págs. 248-337.
1940 GW, 13, págs. 71-161.
1974 SA, 9, págs. 61-134.
86
Traducciones en castellano
1924 Psicología de las masas y análisis del yo. BN (17 vols.), 9, págs. 3-105. Traducción de Luis López-Ballesteros.
1943 Igual título. EA, 9, págs. 7-104. El mismo traductor.
1948 Igual título. BN (2 vols.), 1, págs. 1141-80. El mismo traductor.
1953 Igual título. SR, 9, págs. 7-90. El mismo traductor.
1967 Igual título. BN (3 vols.), 1, págs. 1127-66. El mismo traductor.
1974 Igual título. BN (9 vols.), 7, págs. 2563-610. El mismo traductor.
En la primera edición alemana, algunos párrafos del texto principal de la obra fueron impresos en un tipo de letra más pequeño. Siguiendo instrucciones de Freud, cuando traduje esta obra al inglés {en 1922} convertí esos párrafos en notas de pie de página. Esta misma conversión se efectuó en todas las ediciones alemanas subsiguientes, salvo el caso mencionado [ AE, 18, pág. 91, n. 4]. En las ediciones posteriores a la primera Freud introdujo leves modificaciones y agregados.
Por las cartas de Freud sabemos que se le ocurrió por primera vez la «simple idea» de explicar la psicología de las masas en la primavera de 1919. En esa época no produjo nada al respecto, pero en febrero de 1920 ya estaba trabajando en el tema y en agosto de ese año tenía escrito un primer borrador. No obstante, no comenzó a darle su forma definitiva sino hasta febrero de 1921. El libro quedó terminado antes de fines de marzo y se publicó tres o cuatro meses más tarde.
Hay escasa conexión directa entre la presente obra y Más allá del principio de placer (1920g), que la precedió muy de cerca. Las ilaciones de pensamiento que Freud retoma aquí derivan más bien del cuarto de los ensayos de Tótem y tabú (1912-13), así como de su trabajo sobre el narcisismo (1914c) -en cuyo último párrafo se plantean, muy compendiadas, muchas de las cuestiones que aquí se examinan- y de «Duelo y melancolía» (1917e)Asimismo, Freud vuelve en esta oportunidad al hipnotismo y la sugestión, temas que ya habían atraído su interés en la temprana época de sus estudios con C harcot en 1885-86 (ver nota).
El título del presente libro nos está diciendo que su importancia apunta en dos distintas direcciones. Por un lado, explica la psicología de las masas sobre la base de los cambios que tienen lugar en la psicología de la mente individual; por el otro, lleva un paso más allá la investigación de Freud sobre la anatomía estructural de la psique, que había sido prefigurada en Más allá del principio de placer (1920g) y que fue desarrollada más cabalmente en El yo y el ello (1923b).
James Strachey
97 (Ventana-emergente - Popup)
Masse»:Freud traduce con esta palabra tanto el término «group» empleado por McDougall como «foule», de Le Bon.] {A su vez, McDougall tradujo al inglés el término de Le Bon como «crowd»; cf. AE, 18, pág, 79.}
98 (Ventana-emergente - Popup)
Traducido al alemán por el doctor Rudolf Eisler, 2ª ed., 1912. [Original en francés, Psychologie des foules, 1895.]
99 (Ventana-emergente - Popup)
[Como se apuntaba en una nota al pie de la edición de 1940 de las GW, el texto francés reza «inconscients»; en la versión alemana citada por Freud se lee, en cambio, «bewusster» («concientes»).]
100 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase «De guerra y muerte» (1915b), AE, 14, págs. 281-2.] Cierta diferencia entre la concepción de Le Bon y la nuestra viene determinada por el hecho de que su concepto de lo inconciente no coincide en todos sus puntos con el adoptado por el psicoanálisis. El inconciente de Le Bon contiene principalmente los rasgos más profundos del alma de la raza, algo que en verdad el psicoanálisis individual no considera. No desconocemos, por cierto, que el núcleo del yo (el ello, como lo he llamado más tarde), al que pertenece la «herencia arcaica» del alma humana, es inconciente, pero además distinguimos lo «reprimido inconciente», surgido de una parte de esta herencia. Este concepto de lo reprimido falta en Le Bon.
101 (Ventana-emergente -Popup)
Cf. el dístico de Schiller [«G. G.», uno de los «Sprüche» (aforismos)]:
«Cada cual, si se lo ve solo, es pasablemente listo y sabio; cuando están in corpore, os parecerán unos asnos».
102 (Ventana-emergente - Popup)
«Inconciente» es correctamente empleado aquí por Le Bon en el sentido descriptivo, toda vez que no tiene el particular significado de lo «reprimido».
103 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. el tercer ensayo de Tótem y tabú(1912-13) [AE, 13, págs. 88 y sigs.].
104 (Ventana-emergente - Popup)
En la interpretación de los sueños, a los que en verdad debemos nuestro mejor conocimiento de la vida anímica inconciente, obedecemos a esta regla técnica: prescindimos de toda duda o incerteza que aparezcan en el relato del sueño y tratamos a cada elemento del sueño manifiesto como igualmente certificado. Atribuimos las dudas e incertezas a la influencia de la censura a que está sometido el trabajo del sueño, y suponemos que los pensamientos oníricos primarios no conocen la duda ni la incerteza como operaciones críticas. En calidad de contenido pueden, desde luego, como cualquier otra cosa, preexistir entre los restos diurnos que conducen al sueño. (VéaseLa interpretación de los sueños (1900a) [AE, 5, pág. 511].)
105 (Ventana-emergente - Popup)
Idéntica intensificación extrema y desmedida de todas las mociones afectivas es inherente 'también a la afectividad del niño, y se reencuentra en la vida onírica, donde, merced al aislamiento {Isolierung} de las mociones afectivas singulares que predomina en el inconciente, un ligero enojo del día se expresa como deseo de muerte contra la persona culpable. o una leve tentación se convierte en la impulsora de una acción criminal figurada en el sueño. Hay una linda observación del doctor Harms Sachs sobre este hecho: «Eso que el sueño nos hizo notorio en materia de relaciones con el presente (realidad), queremos después rebuscarlo también en la conciencia, y no tenemos derecho a asombrarnos si lo enorme que vimos bojo la lente de aumento del análisis lo reencontramos después como un infusorio microscópico». (La interpretación de los sueños (1900a) [AE, 5, págs. 607-8; cf. Sachs (1912, pág. 569)].)
106 (Ventana-emergente - Popup)
En el niño pequeño, por ejemplo, durante largo tiempo coexisten actitudes afectivas ambivalentes hacia quienes lo rodean, sin que una de ellas perturbe la expresión de su contraria. Si después finalmente se llega al conflicto entre
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ambas, tiene el siguiente trámite: el niño cambia de vía el objeto, desplaza una de las mociones ambivalentes sobre un objeto sustitutivo. También en la historia genética de la neurosis de un adulto podemos averiguar que una moción sofocada se continuó, a menudo por largo tiempo, en fantasías inconcientes o aun concientes -cuyo contenido, desde luego, contrariaba directamente a una aspiración dominante-, sin que esa oposición tuviera por resultado una intervención del yo contra lo desestimado por él. La fantasía se tolera durante todo un período, hasta que de pronto, por lo común a consecuencia de su investidura afectiva, estalla el conflicto entre ella y el yo, con todas sus consecuencias.
En el proceso de desarrollo del niño en adulto, sobreviene en general una integración cada vez más amplia de la personalidad, una síntesis de las diversas mociones pulsionales y aspiraciones de meta que han crecido en ella independientemente unas de otras. Hace tiempo conocemos el proceso análogo en el ámbito de la vida sexual: la síntesis de todas las pulsiones sexuales en la organización genital definitiva. (Tres ensayos de teoría sexual (1905d) [AE, 7, pág. 1891.)Por lo demás, múltiples ejemplos (como el del naturalista que sigue creyendo en la Biblia) muestran que la unificación del yo puede experimentar las mismas perturbaciones que la de la libido. [Agregado en 1923:] Las diversas posibilidades de una posterior descomposición del yo constituyen un capítulo particular de la psicopatología.
107 (Ventana-emergente - Popup)
VéaseTótem v tabú (1912-13) [AE, 13, págs. .60-3].
108 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. texto y bibliografía en B. Kraskovic (1915).
109 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. Walter Moede (1915).
110 (Ventana-emergente - P opup)
{Como ya se habrá comprobado, Freud no traduce a McDougall sino que lo parafrasea; aquí la traducción literal sería: «el principio de inducción directa de la emoción por vía de la respuesta primitiva de simpatía».}
111 (Ventana-emergente - Popup)
{Acerca de este giro, véase nuestra nota de AE, 18, pág. 88.}
112 (Ventana-emergente - Popup)
VéaseInstincts of the Herd in Peace and War (1916). [Cf. AE, 18, págs. 112 y sigs.]
113 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1923:]En oposición a una crítica [al presente trabajo] de Hans KeIsen (1922), en lo demás comprensiva y aguda, no puedo admitir que el hecho de dotar al «alma de la masa» con una organización implique hipostasiarla, vale decir, reconocerle una existencia independiente de los procesos anímicos que se despliegan en el individuo.
114 (Ventana-emergente - Popup)
[Véanse, por ejemplo, algunas puntualizaciones en el historial clínico del pequeño Hans (1909b), AE, 10, pág. 85.]
115 (Ventana-emergente - Popup)
Konrad Richter, «Der deutsche St. Christoph», Acta Germánica, Berlín, 1896, 5. [Freud ya la había citado en su reseña (1889a) del libro de Forel (1889b). Cf. mi «Nota introductoria», AE, 18,pág. 66n.]
116 (Ventana-emergente - Popup)
{Probablemente se refiera al artículo «Tratamiento psíquico (tratamiento del alma)» (1890a). Véase la «Introducción» de Strachey a los «Trabajos sobre hipnotismo y sugestión»,AE, 1, pág. 70.}
117 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1925:] Por desdicha, este trabajo no se ha llevado a cabo.
118 (Ventana-emergente - Popup)
«Si yo hablo lenguas humanas y angélicas, y no tengo caridad {amor}, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe» {1 Corintios, 13:1. En la versión de Casiodoro de Reina publicada por Sociedades Bíblicas Unidas se lee «caridad», al igual que enla Biblia de Jerusalén, donde en nota al pie se agrega: «A diferencia del amor pasional y egoísta, la caridad (agapé) es un amor de benevolencia que quiere el bien ajeno».}
119 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. Más allá del principio de placer (1920g), AE, 18, pág. 49.]
120 (Ventana-emergente - Popup)
{«Ihnen zuliebe»: Es Freud mismo quien entrecomilla este giro, sugiriendo, además de su interpretación usual («por causa de»), otra en que se otorgue pleno valor a la palabra «amor» (o sea, que el individuo lo hace «movido por el amor».}
121 (Ventana-emergente - Popup)
[Ideas semejantes a las expresadas en los tres últimos párrafos se hallarán en el «Prólogo» a la cuarta edición de los Tres ensayos de teoría sexual (1905d), AE, 7, pág. 121, que fue redactado más o menos por la misma época que la presente obra.]
122 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1923:] En las masas parecen coincidir, o al menos mantener una relación íntima, las propiedades «estable» y «artificial».
123 (Ventana-emergente - Popup)
[Vale decir, en la distribución cuantitativa de las fuerzas psíquicas involucradas.]
124 (Ventana-emergente - Popup)
[Los «catorce puntos» que el presidente Woodrow Wilson propuso como base para el armisticio que puso término a la Primera Guerra Mundial.}
125 (Ventana-emergente - Popup)
[Por indicación de Freud este párrafo apareció como nota al pie en la traducción inglesa de 1922. No obstante, en todas las ediciones en alemán, anteriores y posteriores a dicha fecha, forma parte del texto, Cf. mi «Nota introductoria»,AE, 18, pág. 65.]
126 (Ventana-emergente - Popup)
Véase la 25ª de mis Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17). [Véase también, sin embargo, Inhibición, síntoma y angustia (1926d), AE, 20, págs. 150-2.]
127 (Ventana-emergente - Popup)
Véase sobre esto el ensayo sustancioso, algo fantástico, de Bela von Felszeghy, «Panik und Pankomplex» (1920).
128 (Ventana-emergente - Popup)
{Gota de cristal fundido que en contacto con el agua fría se templa y toma forma ovoide, pero si se le quiebra la punta se reduce a polvo con una ligera explosión.}
129 (Ventana-emergente - Popup)
[Libro de «Guy Thorne» (seudónimo de C. Ranger Gull) publicado en 1903 con gran éxito de venta.]
130 (Ventana-emergente - Popup)
Véase sobre esto la explicación de fenómenos parecidos tras la abolición de la autoridad paternal del soberano en P. Federn, Die vaterlose Gesellschalt (1919).
131 (Ventana-emergente - Popup)
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«Un helado día de invierno, los miembros de la sociedad de puercoespines se apretujaron para prestarse calor y no morir de frío. Pero pronto sintieron las púas de los otros, y debieron tomar distancias. Cuando la necesidad de calentarse los hizo volver a arrimarse, se repitió aquel segundo mal, y así se vieron llevados y traídos entre ambas desgracias, hasta que encontraron un distanciamiento moderado que les permitía pasarlo lo mejor posible». (Parerga und Paralipomena, parte II, 31, «Gleichnisse und Parabeln» {Símiles y parábolas} [Schopenhauer, 1851c].)
132 (Ventana-emergente - P opup)
Quizá con la única excepción del vínculo de la madre con el hijo varón, que, fundado en el narcisismo, no es perturbado por una posterior rivalidad y es reforzado por un amago de elección sexual de objeto.
133 (Ventana-emergente - Popup)
[En la primera edición (1921), esta frase decía: «De acuerdo con el testimonio del psicoanálisis, casi toda relación afectiva íntima deja como secuela ( ... ) un sedimento de sentimientos de desautorización y de hostilidad, que sólo puede eliminarse por represión».]
134 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «El narcisismo de las pequeñas diferencias», cap. V de El malestar en la cultura (1930a).]
135 (Ventana-emergente - Popup)
En un estudio publicado hace poco, Más allá del principio de placer (1920g) [ AE, 18, págs. 51 y sigs.], he intentado enlazar la polaridad de amar y odiar con la hipótesis de una oposición entre pulsiones de vida y de muerte, admitiendo que las pulsiones sexuales son los subrogados más puros de las primeras, de las pulsiones de vida.
136 (Ventana-emergente - Popup)
Véase mi trabajo sobre el narcisismo (1914c).
137 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. Tres ensayos (1905d), AE, 7, págs. 202-3.]
138 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud había examinado la identificación, aunque en forma menos exhaustiva, en La interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, págs. 167-8, y en «Duelo y melancolía» (1917e). Ya se había rozado el tema en la correspondencia con Fliess, por ejemplo en el Manuscrito N del 31 de mayo de 1897 (Freud, 1950a), AE, 1, págs. 296-8.]
139 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. la sección II de «Introducción del narcisismo» (1914c).]
140 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. mis Tres ensayos (1905d) [AE, 7, pág. 180] y Abraham (1916).
141 (Ventana-emergente - Popup)
[El complejo de Edipo «completo», incluyendo s us formas «positiva» y «negativa», fue examinado por Freud en el cap. III de El yo y el ello (1923b).]
142 (Ventana-emergente -Popup)
En mi «Fragmento de análisis de un caso de histeria» (1905e) [AE, 7, pág. 72].
143 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. el cap. III del estudio de Freud sobre Leonardo da Vinci (1910c). Para otros mecanismos en la génesis de la homosexualidad, cf. «Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina» (1920a), AE, 18, pág. 151, y «Sobre algunos mecanismos neuróticos en los celos, la paranoia y la homosexualidad» (1922b),AE, 18, págs. 224-5.]
144 (Ventana-emergente - Popup)
Marcuszewicz (1920).
145 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud emplea habitualmente el término «melancolía» para designar lo que ahora se describiría como «depresión».]
146 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. «Duelo y melancolía» (1917e) [AE, 14, pág. 246].
147 (Ventana-emergente - Popup)
En mi trabajo sobre el narcisismo (1914c) y en «Duelo y melancolía» (1917e) [AE, 14, págs, 92 y 246-7].
148 (Ventana-emergente - Popup)
Sección III de mi trabajo sobre el narcisismo (1914c).
149 (Ventana-emergente - Popup)
Sabemos muy bien que con estos ejemplos tomados de la patología no hemos agotado la esencia de la identificación, y por tanto hemos dejado una parte intactaen el enigma de la formación de masa. En este punto debería intervenir un análisis psicológico mucho más radical y abarcador. Hay un camino que lleva desde la identificación, pasando por la imitación, a la empatía, vale decir, a la comprensión del mecanismo que nos posibilita, en general, adoptar una actitud frente a la vida anímica de otro. Queda mucho por esclarecer también en cuanto a las exteriorizaciones de una identificación existente. Tiene como consecuencia, entre otras, que se restrinja la agresión hacía la persona con la que uno se ha identificado, se la perdone y se la ayude. El estudio de identificaciones como las que seencuentran, por ejemplo, en la base de la comunidad clánica proporcionó a Robertson Smith este sorprendente resultado: descansan en el reconocimiento de una sustancia común [poseída por los miembros del clan] (Kinshíp and Marriage, 1885), y por tanto pueden ser creadas por un banquete compartido. Este rasgo permite enlazar una identificación de esta clase con la historia primordial de la familia humana, tal. como yo la construí en Tótem y tabú (1912-13).
150 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. mis Tres ensayos (1905d) [AE, 7, pág. 182].
151 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. «Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa» (1912d).
152 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Introducción del narcisismo» (1914c), AE, 14, pág. 91.]
153 (Ventana-emergente - Popup)
[La «servidumbre enamorada» había sido examinada por Freud en «El tabú de la virginidad» (1918a), AE, 11, págs. 189-90.]
154 (Ventana-emergente - Popup)
[Esto ya se había señalado en una nota al pie de Tres ensayos (1905d), AE, 7, pág. 137, y en «Tratamiento psíquico (tratamiento del alma)» (1890a), AE, 1, pág. 127.]
155 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. «Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños» (1917d). -[Agregado en 1923:] No obstante, parece admisible dudar de la legitimidad de esta atribución, que requiere un examen más profundo. [Cf. El yo y el ello (1923b), AE, 19, pág. 30, n. 2,donde la función es atribuidadefinidamente al yo.]
156 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. Más allá del principio de placer (1920g) [ AE, 18, pág. 49]
157 (Ventana-emergente - Popup)
[«Animal político» (Aristóteles, Política, 1252b).]
158 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. las puntualizaciones sobre la angustia en la 25ª de mis Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17).
159 (Ventana-emergente - Popup)
Tótem y tabú (1912-13) [ensayo IV; Freud emplea el término «horda» para designar un conjunto relativamente pequeño de individuos].
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160 (Ventana-emergente - Popup)
[En la primera edición aparecía aquí el nombre «Kroeger», a todas luces una errata por «Kroeber», que, dicho sea de paso, era un célebre antropólogonorteamericano. - La reseña original de Tótem y tabúescrita por Kroeber para la American Anthropologist (1920, pág. 48), no se refería en ningún lugar a una «just-so story», como lo apuntó el propio Kroeber en otra reseña, casi veinte años más tarde (1939, pág. 446). En realidad, esa comparación fue efectuada en la reseña de lamisma obra por el antropólogo inglés R. R. Marett (1920, pág. 206), como alusión al libro de Rudyard Kipling escrito para niños con historias jocosas sobre la evolución. {« Just-so story» podría traducirse, aproximadamente, «una historia que es así porque es así».}]
161 (Ventana-emergente - Popup)
Los rasgos que hemos descrito en la caracterización general de los seres humanos tienen que ser válidos, en particular, para la horda primordial. La voluntad del individuo era demasiado débil, no se atrevía a la acción. No sobrevenían otros impulsos que los colectivos, existía sólo una voluntad común, no una singular. La representación no osaba trasponerse en voluntad cuando no se sentía fortalecida por la percepción de su difusión general. Esta debilidad de la representación encuentra su explicación en la intensidad de la ligazón afectiva común a todos, pero la semejanza de las circunstancias vitales y la falta de una propiedad privada se sumaban para determinar la uniformidad de los actos anímicos en los individuos. Tampoco las necesidades excrementicias excluyen la comunidad, según puede observarse en niños y soldados. La única gran excepción es el acto sexual, en que un tercero está de más en el mejor de los casos, y en el caso extremo es condenado a una penosa expectativa. En cuanto a la reacción de la necesidad sexual (de satisfacción genital) frente a lo gregario, véase infra [AE, 18, págs. 132-3].
162 (Ventana-emergente - Popup)
Acaso puede suponerse también que los hijos expulsados, separados del padre, hicieron el progreso desde la identificación entre ellos hasta el amor de objeto homosexual, y así obtuvieron la libertad para matar al padre. [Cf, Tótem y tabú (1912-13), AE, 13, pág. 146.]
163 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. «Lo ominoso» (1919h) [AE, 17, pág. 244].
164 (Ventana-emergente - Popup)
VéaseTótem y tabú (1912-13) [ensayo II] y las fuentes que allí se citan.
165 (Ventana-emergente - Popup)
[En su libro sobre el chiste (1905c), AE, 8, págs. 144-6, Freud se explaya sobre la distracción de la atención como parte de la técnica de los chistes. La posibilidad de que este mecanismo cumpla un papel en la «trasferencia de pensamiento» (telepatía) se menciona en «Psicoanálisis y telepatía» (1941d), AE, 18, pág. 176. Pero tal vez su más antigua alusión a ello sea la que se encuentra en el capítulo final de Estudios sobre la histeria (Breuer y Freud, 1895), AE, 2, págs. 277-8, donde sugiere que ese mecanismo posiblemente explique en parte la eficacia de su técnica de «presión sobre la frente». Véase también el «Proyecto de psicología» de 1895 (Freud, 1950a), AE, 1, pág. 383.]
166 (Ventana-emergente - Popup)
La situación en que la persona está inconcientemente suspensa del hipnotizador, mientras que concientemente se ocupa de percep-ciones monótonas, no interesantes, tiene una contrapartida en los epi-sodios del tratamiento psicoanalítico, que merece citarse aquí. En todo análisis sucede por lo menos una vez que el paciente asevera con obstinación que no se le ocurre absolutamente nada. Sus asocia-ciones libres cesan, y fracasan las impulsiones que suelen emplearse para ponerlas en marcha. Esforzado el paciente, se obtiene al fin la admisión de que piensa en el panorama que se ve por la ventana del consultorio, en el tapiz de la pared que tiene frente a sí, o en la lámpara de gas que pende en un rincón. Así sabernos enseguida que se halla empeñado en la trasferencia, reclamado por pensamientos todavía inconcientes referidos al médico, y tan pronto se le da dicho esclarecimiento desaparece esa detención de sus ocurrencias.
167 (Ventana-emergente - Popup)
Creo digno de señalarse que las elucidaciones de esta sección nos mueven a abandonar la concepción de Bernheim sobre la hipnosis para volver a la concepción ingenua más antigua. Según Bernheim, todos los fenómenos hipnóticos derivan de un factor, la sugestión, que ya no es susceptible de ulterior esclarecimiento. Nosotros llegamos a la conclusión de que la sugestión es un fenómeno parcial del estado hipnótico, que tiene su buen fundamento en una disposición que se conserva inconciente desde la historia primordial de la familia humana. [Freud ya había expresado su escepticismo acerca de las opiniones de Bernheim sobre la sugestión en el «Prólogo» a su traducción del libro de aquel sobre el tema (1888-89), AE, 1, págs. 84 y sigs. Véase mi «Nota introductoria», AE, 18, pág. 66.]
168 (Ventana-emergente - Popup)
«Duelo y melancolía» (1917e) [AE, 14, pág. 255].
169 (Ventana-emergente - Popup)
Tótem y tabú (1912-13) [AE, 13, pág. 142].
170 (Ventana-emergente - Popup)
Trotter hace arrancar la represión de la pulsión gregaria. Lo que yo he dicho en mi trabajo sobre el narcisismo (1914c) [AE, 14, pág. 90] es más una traducción a otra terminología que una contradicción: «La formación de ideal sería, de parte del yo, la condición de larepresión».
171 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. Abraham (1912)
172 (Ventana-emergente - Popup)
Dicho más precisamente: se ocultan tras los reproches dirigidos al yo propio, y le prestan la fijeza, tenacidad y carácter imperativo que distinguen a los autorreproches de los melancólicos.
173 (Ventana-emergente - Popup)
[Se hallará un examen ulterior de la melancolía en el cap. V de El yo y el ello (1923b).]
174 (Ventana-emergente - Popup)
[Escena 6 de la obra de Schiller.]
175 (Ventana-emergente - Popup)
Lo que sigue fue escrito bajo el influjo de un intercambio de ideas con Otto Rank. [Agregado en 1923:] Véase también Rank (1922). [Léase este pasaje junto con las secciones 5, 6 y 7 del ensayo IV de Tótem y tabú (1912-13), AE, 13, págs. 142 y sigs.]
176 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. Hanns Sachs (1920).
177 (Ventana-emergente - Popup)
En esta exposición abreviada hemos renunciado a todo material proveniente de las sagas, los mitos, los cuentos populares, la historia de las costumbres, etc., que podría venir en apoyo de la construcción.
178 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. mis Tres ensayos (1905d) [AE, 7, pág. 181].
179 (Ventana-emergente - Popup)
Los sentimientos hostiles se edifican, sin duda, de manera un poco más complicada. [En la primera edición, esta nota decía: «Los sentimientos hostiles, edificados de una manera más complicada, no constituyen una excepción».]
180 (Ventana-emergente - Popup)
Quoi monsieur sait du grec! Ah! permettez, de grâce,
Que, pour l’amour du grec, monsieur, on vous embrasse».
{«¿Qué, el señor sabe griego? ¡Ah, señor, conceded la gracia
de que se os abrace por amor al griego! ».}
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(Les femmes savantes, acto III, escena 5.)]
181 (Ventana-emergente - Popup)
Véase «Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa» (1912d) [AE, 11, págs. 174 y sigs.].
182 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Las perspectivas futuras de la terapia psicoanalítica» (Freud, 1910d), AE, 11, pág. 138.]
183 (Ventana-emergente - Popup)
VéaseTótem y tabú (1912-13), hacia el final del segundo ensayo [AE, 13, pág. 78].
184 (Ventana-emergente - Popup)
Véanse mis Tres ensayos (1905d) [AE, 7, pág. 214].
185 (Ventana-emergente - Popup)
Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina (1920)
«Über die Psychogenese einies Falles von weiblicher Homosexualität»
Ediciones en alemán
1920 Int. Z. Psychoanal., 6, n° 1, págs. 1-24.
1922 SKSN, 5, págs. 159-94.
1924 GS, 5, págs. 312-43.
1926 Psychoanalyse der Neurosen, págs. 87-124.
1931 Sexualtheorie und Traumlehre , págs. 155-88.
1947 GW, 12, págs. 271-302.
1973 SA, 7, págs. 255-81.
Traducciones en castellano *
1929 «Sobre la psícogénesis de un caso de homosexualidad femenina». BN (17 vols.), 13, págs. 199-231. Tra ducción de Luis López-Ballesteros.
1943 Igual título. EA, 13, págs. 207-39. El mismo tra ductor.
1948 Igual título. BN (2 vols.), 1, págs. 1016-29. El mismo traductor.
1953 Igual título. SR, 13, págs. 160-84. El mismo tra ductor.
1967 Igual título. BN (3 vols.), 1, págs. 1004-17. El mismo traductor.
1974 Igual título. BN (9 vols.), 7, págs. 2545-61. El mismo traductor.
Según Ernest Jones (1957, pág. 42), este artículo fue terminado en enero de 1920 y se publicó en marzo de ese mismo año.
Freud acometió aquí otra vez, luego de un intervalo de casi veinte años, el relato detallado (aunque incompleto) del historial de una paciente mujer; pero si en el caso «Dora» (1905e [1901]), y en sus contribuciones a Estudios sobre la histeria (1895d), se había ocupado casi con exclusividad de la histeria, ahora comenzó a considerar más en profundidad toda la cuestión de la sexualidad en la mujer. Sus investigaciones en este ámbito lo llevarían más tarde a escribir sus trabajos sobre la diferencia anatómica entre los sexos (1925j) y sobre la sexualidad femenina (1931b), así como también la 33ª de sus Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (1933a). El presente artículo contiene, además, una exposición de algunas de las concepciones posteriores de Freud sobre la homosexualidad en general, y ciertas interesantes puntualizaciones técnicas.
James Strachey
186 (Ventana-emergente - Popup)
[Para un examen más amplio de esto, cf. «Recordar, repetir y reelaborar» (1914g).]
187 (Ventana-emergente -Popup)
[La cuestión se considera en Tres ensayos (1905d), AE, 7, págs. 128 y sigs.]
188 (Ventana-emergente - Popup)
No veo progreso ni ventaja alguna en introducir la expresión «complejo de Electra», y no quiero promover su uso. [Dicha expresión había sido introducida por Jung (1913, pág. 370). Véase un comentario similar de Freud en «Sobre la sexualidad femenina» (1931b), AE, 21, págs, 230-1.]
189 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. Sadger (1914).
190 (Ventana-emergente - Popup)
No es raro que alguien rompa un vínculo amoroso identificándose con su objeto, lo cual corresponde a una especie de regresión al narcisismo. Cumplido esto, lapersona puede fácilmente, mediante una nueva elección de objeto, investir con su libido al sexo opuesto al anterior.
191 (Ventana-emergente - Popup)
Los desplazamientos de la libido aquí descritos son, sin duda, notorios para todo analista por la exploración de las anamnesis de neuróticos. Sólo que en estos últimos se producen en la primera infancia, en la época del florecimiento de la vida amorosa; en cambio, en nuestra muchacha, que en modo alguno era neurótica, se consuman en los primeros años que siguen a la pubertad, aunque por lo demás, como en aquellos, de manera totalmente inconciente. ¿Acaso este factor temporal se revelará un día como muy sustancial?
192 (Ventana-emergente - Popup)
Como hasta ahora ese «hacerse a un lado» no se había señalado entre las causas de la homosexualidad, ni tampoco con relación al mecanismo de la fijación libidinal, quiero traer a colación aquí una observación analítica similar, interesante por una particular circunstancia. Conocí cierta vez a dos hermanos mellizos, dotados ambos de fuertes impulsos libidinosos. Uno de ellos tenía mucha suerte con las mujeres, y mantenía innumerables relaciones con señoras y señoritas. El otro siguió al comienzo el mismo camino, pero después se le hizo desagradable cazar en coto ajeno, ser confundido con aquel en ocasiones íntimas en razón de su parecido, y resolvió la dificultad convirtiéndose en homosexual. Abandonó las mujeres a su hermano, y así «se hizo a un lado» con respecto a él. Otra vez traté a un
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hombre joven, artista y de disposición inequívocamente bisexual, en quien la homosexualidad se presentó contemporánea a una perturbación en su trabajo. Huyó al mismo tiempo de las mujeres y de su obra. El análisis, que pudo devolverle ambas, reveló que el motivo más poderoso de las dos perturbaciones -renuncias, en verdad- era el horror al padre. En su representación, todas las mujeres pertenecían al padre, y se refugió en los hombres por resignación, para «hacerse a un lado» del conflicto con el padre. Esta clase de motivación de la elección homosexual de objeto tiene que ser frecuente; en las épocas primordiales del género humano fue realmente así: todas las mujeres pertenecían al padre y jefe de la horda primordial.
En hermanos no mellizos, ese «hacerse a un lado» desempeña un importante papel también en otros ámbitos, no sólo en el de la elección amorosa. Por ejemplo, si el hermano mayor cultiva la música y goza de reconocimiento, el menor, musicalmente más dotado, pronto interrumpe sus estudios musicales, a pesar de que anhela dedicarse a ellos, y es imposible moverlo a tocar un instrumento. No es más que un ejemplo de un hecho muy común, y la indagación de los motivos que llevan a hacerse a un lado en lugar de aceptar la competencia descubre condiciones psíquicas muy complejas.
193 (Ventana-emergente - Popup)
{«Que espera poco y nada pide».}
194 (Ventana-emergente - Popup)
[Juego de palabras con «niederkommen», que significa tanto «caer» como «parir». También en inglés el verbo «to fall», «caer», se utiliza coloquialmente en el sentido de quedar embarazada una mujer o parir.] Todos los analistas están familiarizados desde hace tiempo con estas interpretaciones de los diversos métodos de suicidio como cumplimientos de deseos sexuales. (Envenenarse quedar embarazada; ahogarse = dar a luz; arrojarse desde lo alto parir.)
195 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. «De guerra y muerte» (1915b).
196 (Ventana-emergente - Popup)
[Sobre «sueños hipócritas», cf. La interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, pág. 163, n. 11 y 5, págs. 469 y sigs., donde se hallarán otras referencias.]
197 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Sobre algunos mecanismos neuróticos en los celos, la paranoia y la homosexualidad» (1922b), AE, 18, pág. 223, y la sección V de «Observaciones sobre la teoría y la práctica de la interpretación de los sueños» (1923c).]
198 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. la admisión de Crimilda en los Nibelungos[I, 15. Crimilda declaró a su madre que jamás permitiría que un hombre la amase, pues ello significaría la pérdida de su belleza.]
199 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. Lipschütz (1919).
200 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. también el examen de estos dos conceptos en Tres ensayos (1905d), AE, 7pág. 200n.]
201 (Ventana-emergente - Popup)
[Véanse las consideraciones sobre la homosexualidad en Tres ensayos (1905d), AE, 7, págs. 124-34, donde además de la larga nota al pie agregada en 1920 (luego de la redacción del presentetrabajo) Freud vuelve a referirse a la obra de Steinach. Retomó el tema en su artículo sobre los celos, la paranoia y la homosexualidad (1922b), AE, 18, pág. 224.]
202 (Ventana-emergente - Popup)
Psicoanálisis y telepatía (1941 [1921])
«Psychoanalyse und T elepathie»
Ediciones en alemán
(1921 Agosto. Fecha del manuscrito.)
1941 GW, 17, págs. 27-44.
Traducciones en castellano
1955 «Psicoanálisis y telepatía». SR, 21, págs. 33-50. Traducción de Ludovico Rosenthal.
1968 Igual título. BN (3 vols.), 3, págs. 372-84.
1974 Igual título. BN (9 vols.), 7, págs. 2648-59.
El manuscrito está fechado al comienzo «2 de agosto de 1921» y al final «Gastein, 6 de agosto de 1921». No tiene título, y el que aquí adoptamos es el que le pusieron los editores de las Gesammelte Werke.
En una nota preliminar a la edición alemana se establece que el trabajo «fue escrito con motivo de la reunión del Consejo Directivo Central de la Asociación Psicoanalítica Internacional, celebrada en las montañas del Harz a comienzos de setiembre de 1921». Ernest Jones, quien era a la sazón el presidente de dicho Consejo, nos dice empero que en esa fecha no celebró ninguna reunión en las montañas del Harz; hubo, sí, un encuentro de los colaboradores más inmediatos de Freud: Abraham, Eitingon, Ferenczi, Rank y Sachs, además del propio Jones. Al parecer, el trabajo fue leído ante este grupo oficioso.
El propósito de Freud era informar sobre tres casos, pero cuando se puso a preparar el manuscrito en Gastein descubrió que había olvidado en Viena el material del tercer caso, y se vio obligado a remplazarlo por otro material, de índole diferente. Ese «tercer caso», cuyo original sobrevivió como manuscrito separado, lleva el siguiente encabezamiento: «Apéndice. He aquí el informe, omitido por causa de la resistencia, sobre un caso de trasferencia de pensamiento durante la práctica analítica». Este caso es el relacionado con el doctor Forsyth y la saga de los Forsyth {de Galsworthy}, el último de los registrados en la 30ª de las Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (1933a), AE, 22, págs. 44 y sigs. Las dos versiones del caso se asemejaban mucho; sólo se modificaron algunas palabras aisladas. Por ello, no me pareció necesario incluirlo aquí.
Este trabajo, el primero que escribió Freud sobre la telepatía, no fue publicado nunca en vida de él, aunque en su mayor parte se lo incluyó, en diversas formas, en sus escritos posteriores acerca de este tema. El primero de ellos en ser publicado es el que le sigue en este volumen, «Sueño y telepatía» (1922a), que versa sobre un tópico algo distinto. Poco después escribió una breve nota titulada «El significado o cultista del sueño», incluida en «Algunas notas adicionales a la interpretación de los sueños en su conjunto» (1925i), AE, 19, págs. 137-40. Al parecer, su intención era incorporarla a La interpretación de los sueños (1900a) y, de hecho, se la publicó por primera vez formando parte de un apéndice al volumen III de los Gesammelte Schriften, el que contiene dicha obra; pero no fue incluida en ninguna de las ediciones
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posteriores. Por último, tenemos la confe-rencia antes mencionada, sobre «Sueños y ocultismo», en las Nuevas conferencias (1933a). Cabe señalar que en esta última ocasión ya no se sentía asaltado por la duda en cuanto a l a conveniencia de ocuparse del tema, tan evidente en el presente artículo; y en verdad, hacia el final de la conferencia se retracta expresamente del temor aquí expresado en cuanto a que la perspectiva científica de los psicoanalistas podría verse amenazada si se estableciera la verdad de la trasferencia de pensamiento.
James Strachey
203 (Ventana-emergente - Popup)
[Se refiere a Adler y a Jung.]
204 (Ventana-emergente - Popup)
[Se informa más sucintamente sobre este caso en la 30ª de las Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (1933a), AE, 22, págs. 40-1.]
205 (Ventana-emergente - Popup)
{El pico más alto de los Alpes del Tiro], en el distrito de Alta Baviera.}
206 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. Psicología de las masas y análisis del yo (1921c), AE, 18, pág. 120, n. 7.]
207 (Ventana-emergente - Popup)
[Tal vez haga referencia a la «premonición onírica» anotada por Freud en 1899, pero que se publicó después de su muerte (1941c). Ese sueño no contenía, empero, una profecía específica.]
208 (Ventana-emergente - Popup)
[Se informa sobre este caso, con menos detalle, en la 30ª de las Nuevas conferencias (1933a), AE, 22, págs. 38-9, y más brevemente aún en «Algunas notas adicionales a la interpretación de los sueños en su conjunto (1925i), AE, 19, págs. 139-40.]
209 (Ventana-emergente - Popup)
[Cuarenta y tres años, según las otras dos comunicaciones.]
210 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud relata la historia del rabino de penetrante mirada en su libro sobre el chiste (1905c), AE, 8, págs. 60-1.]
211 (Ventana-emergente - Popup)
[«16 años» en las otras comunicaciones.]
212 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf.. mi «Nota introduct oria», supra, págs. 167-8.]
213 (Ventana-emergente - Popup)
[También sobre el caso siguiente informa Freud en la 30ª de las Nuevas conferencias (1933a), AE, 22, págs. 42-3. Unos fragmentos de la historia son narrados allí con más detalle, otros más resumidamente.]
214 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase el pasaje incorporado en 1907 a Psicopatología de la vida cotidiana(1901b), AE, 6, págs. 253 y sigs.]
215 (Ventana-emergente - Popup)
{«En tales casos, lo único que cuesta es dar el primer paso».}
216 (Ventana-emergente - Popup)
[El dicho era de Marie du Deffand; véase su carta a Walpole del 6 de junio de 1767.]
217 (Ventana-emergente - Popup)
Sueño y telepatía (1922)
«Traum und Telepathie»
Ediciones en alemán
1922 Imago, 8, n° 1, págs. 1-22.
1925 GS, 3, págs. 278-304.
1925 Traumlebre, págs. 22-48.
1931 Sexualtheorie und Traumlebre, págs. 326-54.
1940 GW , 13, págs. 165-91.
Traducciones en castellano
1944 «El sueño y la telepatía». EA, 19, págs. 165-97. Traducción de Ludovico Rosenthal.
1955 Igual título. SR, 19, págs. 139-63. El mismo traductor.
1968 Igual título. BN (3 vols.), 3, págs. 96-115.
1974 Igual título. BN (9 vols.), 7, págs. 2631-47.
Aunque redactado luego de «Psicoanálisis y telepatía» (1941d [1921]), este trabajo fue, de todos los de Freud sobre el tema, el primero en publicarse. No puede haber sido escrito mucho antes de fines de noviembre de 1921, ya que en el material examinado figura una fecha ocho semanas posterior al 27 de setiembre de ese año. Del propio texto surge que fue planeado como una conferencia, y en el manuscrito original (así como en las ediciones de 1922 y 1925) se leía, debajo del título: «Conferencia pronunciada ante la Sociedad Psicoanalítica de Viena». Pese a ello, las actas publicadas de la Sociedad de Viena no contienen ningún dato que confirme que el trabajo fue alguna vez leído allí. Parece probable que Freud abandonara, por alguna razón, su propósito de hacerlo cuando ya estaba en composición el primer número deImago de 1922.
James Strachey
218 (Ventana-emergente - Popup)
[Este sueño se examina en forma extensa en un pasaje agregado en 1919 a La interpretación de los sueños(1900a), AE, 5, págs. 551 y sigs. Señalemos que lo que aquí se llama un objeto «algo elevado corno un taburete» es allí una «cesta».]
219 (Ventana-emergente - Popup)
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En dos publicaciones del ya mencionado W. Stekel (Der telepathische Traum, Berlín [1920], y Die Sprache des Traumes, 2ª ed. [1911a], se encuentran por lo menos esbozos de aplicación de la técnica analítica a sueños presuntamente telepáticos. El autor expresa su creencia en la realidad de la telepatía.
220 (Ventana-emergente - Popup)
[Este ejemplo se relata más sucintamente en la 30ª de las Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (1933a), AE, 22, págs. 35-6.]
221 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 573.]
222 (Ventana-emergente - Popup)
[La presunta función «prospectiva» de los sueños es examinada en detalle en dos notas agregadas en 1914 y 1925 a La interpretación de los sueños (1900a),AE, 5, págs. 502 y 570-1.]
223 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. Más allá del principio de placer (1920g), AE, 18, pág. 13.]
224 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. La interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, pág. 336.]
225 (Ventana-emergente - Popup)
[Se encontrarán otras consideraciones sobre el uso de la palabra «sueño» en la 14ª de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), AE, 15, págs. 203-4.]
226 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 406.1]
227 (Ventana-emergente - Popup)
[Des Meeres und der Liebe Wellen, título de una obra de Grillparzer sobre la leyenda de Hero y Leandro.]
228 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud examina este punto con cierto detenimiento en el análisis del caso «Dora» (1905e), AE, 7, pág. 81.]
229 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase el trabajo de Freud «Sobre los recuerdos encubridores» (1899a) y el cap. IV de Psicopatología de la vida cotidiana (1901b).]
230 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase el pasaje agregado en 1919 a La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 518.]
231 (Ventana-emergente - Popup)
[En todas las ediciones alemanas se lee «el señor G.», un error evidente (cf. AE, 18, pág. 194) señalado por Devereux (1953).]
232 (Ventana-emergente - Popup)
«A propósito de un caso de neurosis obsesiva» (1900d) [AE, 10, pág. 183].
233 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 567.]
234 (Ventana-emergente - Popup)
Sobre algunos mecanismos neuróticos en los celos, la paranoia y la homosexualidad. (1922 [1921])
«Über einige neurotische Mechanismen bei Elfersucht, Paranoia und Homosexualität»
Ediciones en alemán
1922 Int. Z. Psychoanal., 8, n° 3, págs. 249-58. 1924 GS, 5, p ágs. 387-99. 1924 Psychoanalyse der Neurosen, págs. 125-39. 1931 Neurosenlehre und Technik, págs. 173-86. 1940 GW, 13, págs. 195-207. 1973 SA, 7, págs. 217-28.
Traducciones en castellano
1929 «Sobre algunos mecanismos neuróticos en los celos, la paranoia y la homosexualidad». BN (17 vols.), 13, págs. 277-90. Traducción de Luis López-Ballesteros. 1943 Igual título. EA, 13, págs. 288-99. El mismo tra ductor. 1948 Igual título. BN (2 vols.), 1, págs. 1030-5. El mismo traductor. 1953 Igual título. SR, 13, págs. 219-29. El mismo traductor. 1967 Igual título. BN (3 vols.), 1, págs. 1018-22. El mismo traductor. 1974 Igual título. BN (9 vols.), 7, págs. 2611-8. El mismo traductor.
Sabemos por Ernest Jones (1957, págs. 85-6) que este trabajo fue escrito probablemente en enero de 1921 y leídopor Freud ante un pequeño grupo de amigos en setiembre de ese año en las montañas del Harz, en la misma ocasión que «Psicoanálisis y telepatía» (1941d [1921]) (cf. mi «Nota introductoria» a este último trabajo, AE, 18, pág. 167). El examen de los delirios paranoicos (AE, 18, pág. 220) se remonta en parte a observaciones similares contenidas en el capítulo XII dePsicopatología de la vida cotidiana (1901b), AE, 6, págs. 248-9.
James Strachey
235 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. el canto de Desdémona [Otelo, acto IV.escena 3]:
«He llamado a mi amor amor perjuro, pero, ¿qué dijo entonces? Si cortejo a otras mujeres, dormiréis con otros hombres».
236 (Ventana-emergente - Popup)
Véase el análisis de Schreber (1911c) [parte III]
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237 (Ventana-emergente - Popup)
[La idea que está en la base de esto se remonta al cuadro del aparato psíquico que Freud ya había trazado en su «Proyecto de psicología» de 1895 (1950a).]
238 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina» (1920a), AE, 18, pág. 158.]
239 (Ventana-emergente - Popup)
[Descrito por Freud en el cap. III de su estudio sobre Leonardo da Vinci (1910c).]
240 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. mi Psicología de las masas y análisis del yo (1921c) [AE, 18, págs. 113 y sigs.]
241 (Ventana-emergente - Popup)
Dos artículos de enciclopedia: « Psicoanálisis» y «Teoría de la libido» (1923 [1922])
«"Psychoanalyse" und "Libidotheorie"»
Ediciones en alemán
1923 En Handwörterbuch der Sexualwissenschaft, M. Marcuse, ed., Bonn, págs. 296-308 y 377-83.
1928 GS, 11, págs. 201-23.
1940 GW, 13, págs. 211-33.
Traducciones en castellano
1934«Sistemática» y «Teoría de la libido». BN (17 vols.), 17, págs. 265-(?). Traducción de Luis López-Ballesteros.
1943 «La psicoanálisis» y «La teoría de la libido». EA, 17, págs. 241-64 y 265-70. El mismo traductor.
1948«Sistemática» y «Teoría de la libído». BN (2 vols.), 2, págs. 19-29 y 29-32. El mismo traductor.
1953 «La psicoanálisis» y «La teoría de la libido». SR, 17, págs. 183-201 y 201-4. El mismo traductor.
1967 «Sistemática» y «Teoría de la libido». BN (3 vols.), 2, págs. 111-21 y 121-3. El mismo traductor.
1974 «Psicoanálisis» y «Teoría de la libido». BN (9 vols.), 7, págs. 2661-74 y 2674-6. El mismo traductor.
Según una nota que aparece en los Gesammelte Schriften, 11, pág. 201, estos artículos fueron escritos en el verano de 1922, vale decir, antes de que Freud formulara sus nuevos puntos de vista sobre la estructura de la mente en El yo y el ello (1923b)Si bien esos puntos de vista no se expresan en estos artículos, debe haberlos tenido claramente presentes mientras los escribía, pues fue en setiembre de 1922, en el Congreso Psicoanalítico Internacional de Berlín (mencionado en uno de los artículos, AE, 18, pág. 244), cuando hizo públicas sus nuevas concepciones acerca del yo, el superyó y el ello. Un artículo de carácter didáctico que escribió poco después para una publicación norteamericana (1924f), delineado de manera algo similar, toma en cuenta esas nuevas ideas.
James Strachey
242 (Ventana-emergente - Popup)
[En La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 486, la eloboración secundaria es considerada una parte del trabajo del sueño.]
243 (Ventana-emergente - Popup)
{En verdad, este congreso tuvo lugar en abril de 1908.}
244 (Ventana-emergente - Popup)
[En verdad, el propio Freud empleó el término «libido» en su primer trabajo sobre la neurosis de angustia (1895b) y en su correspondencia con Fliess (1950a) donde lo había utilizado ya en los Manuscritos E y F, este último de agosto de 1894,AE, 1, págs, 228 y 235.]
245 (Ventana-emergente - Popup)
[Parece ser esta la primera vez que Freud usó este término; el concepto se discute con más extensión en Elyo y el ello (1923b), AE, 19, págs. 32 y 42.]
246 (Ventana-emergente - Popup)
[«Zur Vorgeschichte der analytischen Technik». Publicado por primera vez, anónimamente, con la firma «F.». Ediciones en alemán: 1920:Int. Z. Psychoanal., 6, págs. 79-81; 1922: SKSN, 5, págs. 141-5; 1924: Technik und Metapsychol., págs. 148-51; 1925: GS, 6, págs. 148-51; 1931: Neurosentebre und Technik, págs. 423-6; 1947: GW, 12, págs. 309-12. { SA, «Ergänzungsband» (Volumen complementario), págs. 251-5. Traducciones en castellano (cf. la «Advertencia sobre la edición en castellano»): 1930: «Para la prehistoria de la técnica psicoanalítica»,BN (17 vols.), 14, págs, 211-4, trad. de L. López-Ballesteros; 1943: Igual título, EA, 14, págs. 219-22, el mismo traductor; 1948: Igual título,BN (2 vols.), 2, págs. 361-4, el mismo traductor; 1953: Igual título, SR, 14, págs. 168-70, el mismo traductor; 1 967: Igual título, BN (3 vols.), 21 págs. 453-6, el mismo traductor; 1974: Igual título, BN (9 vols.), 7, págs. 2463-4, el mismo traductor.}]
247 (Ventana-emergente - Popup)
{Los agregados en inglés entre paréntesis pertenecen a Freud; entre llaves consignamos otros términos o frases en inglés cuando la versión de Freud se aparta de la literalidad.}
248 (Ventana-emergente - Popup)
Señalado, por Otto Rank y citado en [la edición de 1909 de] La interpretación de los sueños (1900a) [AE, 4, pág. 124].
249 (Ventana-emergente - Popup)
[«Gedankenassoziation eines vierjährigen Kindes». Ediciones en alemán: 1920:Int. Z. Psychoanal., 6, pág. 157; 1924: GS, 5, pág. 244; 1926: Psychoanalyse der Neurosen, pág. 85; 1931: Neurosenlebre und Technik, pág. 172; 1947: GW, 12, pág. 305. {Traducciones en castellano (cf. la «Advertencia sobre la edición en castellano»): 1929: «Asociación de ideas de una niña de cuatro años», BN (17 vols.), 13, págs. 131-2, trad. de L. López-Ballesteros; 1943: Igual título, EA, 13, págs. 135-6, el mismo traductor; 1948: Igual título, BN (2 vols.), 1, pág. 1208, el mismo traductor; 1953: Igual título, SR, 13, pág. 107, el m ismo traductor; 1967: Igual título, BN, (3 vols.), 1, pág. 1194, el mismo traductor; 1974: Igual título, BN (9 vols.), 7, pág. 2481, el mismo traductor.}]
250 (Ventana-emergente - Popup)
[«Dr. Anton v. Freund». Publicado por primera vez con la firma «Redaktion und Herausgeber {la redacción y el director} der Internationaler Zeitschrift für Psychoanalyse». Ediciones en alemán: 1920:Int. Z. Psychoanal., 6, pág. 95; 1928: GS, 11, pág. 280; 1940: GW,13, pág. 435. Posiblemente escrito en colaboración con Otto Rank. {Traducciones en castellano (cf. la «Advertencia sobre la edición en castellano»): 1955: «En memoria de Anton von
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Freund»,SR, 20, págs. 204-5, trad. de L. Rosenthal; 1968: Igual título, BN (3 vols.), 3, págs. 326-7; 1974: Igual título, BN (9 vols.), 7, págs. 2825-6.}]
251 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «La Editorial Psicoanalítica Internacional y los premios para trabajos psicoanalíticos» (Freud, 1919c).]
252 (Ventana-emergente - Popup)
[Schiller, Die Braun von Messina, acto III, escena 5.]
253 (Ventana-emergente - Popup)
[El manuscrito original en alemán no ha podido encontrarse. La versión inglesa de Ernest Jones apareció por primera vez en J. J. Putnam, Addresses on Psycho-Analysis {Alocuciones sobre psicoanálisis}, Londres: The International Psychoanalytical Press, 1921. Ediciones en alemán: 1928:GS, 11, pág. 262; 1940: GW, 13, pág. 437. - Véase también la nota necrológica de Freud sobre Putnam (1919b). {Traducciones en castellano (cf. la «Advertencia sobre la edición en castellano»): 1955: «Prólogo para un libro de J. J. Putnam», SR, 20, págs. 164-5, trad. de L. Rosenthal; 1968: Igual título,BN (3 vols.), 3, págs. 305-6; 1974: Igual título, BN (9 vols.), 7, págs. 2818-9.}]
254 (Ventana-emergente - Popup)
[La International Psychoanalytical Library, dirigida por Ernest Jones.]
255 (Ventana-emergente - Popup)
{La psicología de los sueños diurnos.}
[Primera edición en inglés: 1921: Londres: Allen & Unwin. Es probable que esta «Introducción» haya sido escrita por Freud en inglés. El libro de Varendonck fue traducido al alemán por Anna Freud con el título Über das vorbewusste phantasierende Denken (Viena, 1922), y esta traducción incluyó la versión en alemán (también escrita probablemente por Freud) del primer párrafo, únicamente, de la presente introducción. Este párrafo fue reimpreso (en alemán) en 1928:GS, 11, pág. 264, y en 1940: GW, 13, pág. 439. En GW figura, además, la versión inglesa del segundo párrafo (del cual no existe original en alemán). {Traducciones en castellano (cf. la «Advertenciasobre la edición en castellano»): 1955: «Prólogo para un libro de J. Varendonck», SR, 20, págs. 167-8, trad. de L. Rosenthal; 1968: Igual título,BN (3 vols.), 3, págs. 307-8; 1974: Igual título, BN (9 vols.), 7, págs. 2816-7.} Hay una breve alusión al libro de Varendonck en el resumen, titulado «Complementos a la doctrina de los sueños» (1920f), de la conferencia que pronunció Freud en el Congreso de La Haya; cf. mi «Nota introductoria» a Más allá del principio de placer (1920g), AE, 18, págs. 5-6.]
256 (Ventana-emergente - Popup)
[«Das Medusenhaupt».Ediciones en alemán: Publicado por primera vez, póstumamente, en 1940: Int. Z. Psychoanal.-Imago, 25, pág. 105; 1941: GW, 17, pág. 47. El manuscrito está fechado el 14 de mayo de 1922 y parece ser el bosquejo de una obra más amplia. {Traducciones en castellano (cf. la «Advertencia sobre la edición en castellano»): 1955: «La cabeza de Medusa», SR, 21, págs. 51-4, trad. de L. Rosenthal; 1968: Igual título, BN (3 vols.), 3, págs. 385-6; 1974: Igual título,BN (9 vols.), 7, pág. 2697.}]
257 (Ventana-emergente - Popup)
[Se hace referencia a esto en el trabajo de Freud sobre «Lo ominoso» (1919b), sección II.]
258 (Ventana-emergente - Popup)
[Tal vez valga la pena citar aquí una nota al pie agregada por Freud (1911h) aun artículo de Stekel sobre la psicología del exhibicionismo (1911b): «El doctor Stekel propone aquí reconducir el exhibicionismo a fuerzas impulsoras narcisistas inconcientes. Creo probable que la misma explicación se aplique al papel apotropaico del desnudamiento, que hallamos entre los pueblos antiguos». {Traducción anterior en castellano: 1974: BN (9 vols.), 7, pág. 2697n.}]
259 (Ventana-emergente - Popup)
[De este tema se ocupó Ferenczi (1923) en un muy breve trabajo, a su vez comentado por Freud en «La organización genital infantil» (1923e), AE, 19, pág. 148.]
260 (Ventana-emergente - Popup)
{El método psicoanalítico
[Primera edición en francés: 1922: Lausana y Ginebra, págs. vii-viii. El texto alemán no ha sido publicado y la versión francesa parece no haber sido nunca reimpresa. No figura ni en GS ni en GW. Gracias a la gentileza del doctor De Saussure hemos podido ver el manuscrito original en alemán, y nuestra traducción se basa en él. Por ello difiere levemente, en dos o tres puntos, de la versión francesa. {Este prólogo apareció en el volumen 19 de la Standard Edition, págs. 283-4; allí, el propio Strachey consigna que por la fecha en que fue escrito correspondía incluirlo en el volumen anterior, pero que ello no fue posible porque tomó conocimiento del escrito cuando ese volumen ya estaba en prensa. - La presente traducción ha sido efectuada de la versión inglesa de Strachey.}]