Sobre los «abejorros», lo que dice Käthchen:
«Estás enamorado de mí como un abejorro(345)»
Y en medio de esto, Tannhäuser:
«Porque tú, animado de un maligno placer... ». (ver nota)(346)
Vive en angustia y cuidado por su marido ausente. El temor de que le suceda en el viaje alguna desgracia se exterioriza en innumerables fantasías diurnas. Poco antes había descubierto en sus pensamientos inconcientes, durante el análisis, una queja por la «senilidad» de su marido. El pensamiento-deseo que este sueño encubre se discernirá quizá mejor si cuento que varios días antes del sueño se espantó de pronto, mientras hacía sus tareas, al oírse dirigir este imperativo a su marido: «¡Ahórcate!». Era que horas antes había leído en alguna parte que a los ahorcados les sobrevenía una poderosa erección. Y fue el deseo de esta erección lo que retornó de lo reprimido con esta vestidura que movía a espanto. «¡Ahórcate!» significa tanto como «¡Procúrate una erección a cualquier precio!». Las píldoras de arsénico del doctor Jenkins en Le Nabab armonizan con esto; pero la paciente también sabe que el afrodisíaco más poderoso, la cantaridina, se prepara aplastando unos abejorros (las llamadas «moscas de España»). Este es el sentido al que apunta el elemento principal del contenido onírico.
El abrir o cerrar la ventana es motivo de permanente querella con su marido. Ella es, para dormir, aerófila, y él aerófobo. El agotamiento es el principal síntoma de que se había quejado por esos días.
En los tres sueños que acabo de comunicar he destacado, con las bastardillas, los lugares en que un elemento del sueño reaparece en los pensamientos oníricos, a fin de hacer patente la múltiple pertenencia del primero. Pero como en ninguno de estos sueños el análisis se lleva hasta el final, bien vale la pena que nos volvamos hacia un sueño cuyo análisis hayamos comunicado con detalle, a fin de mostrar en él la sobredeterminación del contenido del sueño. Escojo para ello el sueño de la inyección de Irma. En este ejemplo advertiremos sin dificultad que en la formación de los sueños el trabajo de condensación no se sirve de un medio único sino de varios.
La persona principal del contenido onírico fue mi paciente Irma, a quien vi con todos los rasgos que le pertenecen en la vida real; por tanto, en primer término se "figura a ella mismo.. Pero la situación en que yo la examino junto a la ventana está tomada de la reminiscencia de otra persona, aquella dama por quien querría permutar a mi paciente, según muestran los pensamientos oníricos. En la medida en que Irma presenta una placa difterítica, que me lleva a recordar el cuidado que me inspiró mí hija mayor, ella figura también a esta hija mía, tras la cual, enlazada por la identidad del nombre, se oculta la persona de una paciente que murió por intoxicación. En el discurrir del sueño va cambiando el significado de la personalidad de Irma (pero sin que se modifique la imagen suya que veo en el sueño): se convierte en uno de los niños que examinamos en el consultorio externo del instituto pediátrico, y que fue motivo para que mis amigos mostraran la diversidad de sus disposiciones espirituales. Esa transición, es evidente, se vio facilitada por la representación de mi hijita. Debido a su renuencía en abrir la boca, esta misma Irma pasa a aludir a otra señora que yo examiné una vez, y además, en el mismo contexto, a mi propia mujer. Y en las alteraciones patológicas que descubro en su garganta también he reunido alusiones a una serie de otras personas.
Todas estas personas a que llego pesquisando a «Irma» no aparecen en el sueño en su figura propia; se ocultan tras la persona onírica «Irma», que así es constituida como una imagen de acumulación {Sammelbild}, dotada por cierto de rasgos contradictorios. Irma deviene la subrogada de estas otras personas sacrificadas en el trabajo de condensación, en la medida en que hago que ocurra en ella todo lo que, rasgo por rasgo, me recuerda a esas personas.
Hay otro modo por el que puedo crearme una persona de acumulación a los fines de la condensación onírica: reuniendo rasgos actuales de dos o más personas en una imagen onírica. De tal suerte se engendró el doctor M. de mi sueño: lleva el nombre del doctor M., habla y actúa como él; sus características corporales y su dolencia son las de otra persona, mi hermano mayor; un rasgo singular, la palidez del rostro, está determinado doblemente, puesto que en la realidad es común a ambas personas.
Una persona mixta {Mischperson} similar a la mencionada es la del doctor R. del sueño sobre mi tío. Pero aquí la imagen onírica se preparó de otro modo. No reuní rasgos pertenecientes a uno con los del otro, suprimiendo para ello ciertos rasgos de la imagen mnémica de ambos; adopté el procedimiento mediante el cual Galton producía sus retratos de familia, a saber, proyectando las dos imágenes una sobre la otra; de ese modo; los rasgos comunes cobran realce, y los discordantes se borran y se vuelven desdibujados en la imagen. En el sueño sobre mi tío se realza la barba dorada como rasgo destacado de un rostro que pertenece a dos personas y es por tanto borroso. Además, ese rasgo contiene una alusión a mi padre y a mí mismo, por intermedio del encanecimiento `
La creación de personas de acumulación y de personas mixtas es uno de los principales recursos con que trabaja la condensación onírica. Pronto se nos ofrecerá la ocasión de tratarlo en otro contexto.
La ocurrencia de la «disentería» en el sueño de la inyección también está determinada de manera múltiple, de un lado por la homofonía con «difteria», y del otro por la relación con el enfermo que envié al Oriente y cuya histeria despistó al médico.
Un caso interesante de condensación resulta también la mención de «propileno» en ese mismo sueño.
Los pensamientos oníricos no contenían '«propileno», sino «amilo». Podría creerse que aquí se ha producido un simple desplazamiento en la formación del sueño. Y así es, sólo que ese desplazamiento sirve a los fines de la condensación, como lo muestra la siguiente anotación mía sobre el análisis del sueño: si mi atención se demorase otro poco sobre la palabra

89
«propileno», se me pasaría por la cabeza la homofonía con la palabra «propileo». Ahora bien, los propíleos no se encuentran sólo en Atenas, sino también en Munich. (ver nota)(347) En esta ciudad examiné, un año antes del sueño, a un amigo entonces gravemente enfermo, cuya mención en el sueño es inequívoca por la trimetilamina que sigue al propilcio.
Paso por alto la llamativa circunstancia de que aquí, como en otros análisis de sueños, se aprovechan para la conexión de pensamientos asociaciones de la valencia más dispar como si tuvieran igual valor, y cedo a la tentación de representarme de una manera por así decir plástica el proceso de la sustitución del amilo en los pensamientos oníricos por el propiloen el contenido onírico.
Por un lado tenemos el grupo de representaciones en torno de mi amigo Otto, quien no me entiende, no me da la razón y me obsequia un licor que hiede a amilo; por el otro, y ligado por oposición, el de mi amigo de Berlín [Wilhelm Fliess], quien me entiende, me daría la razón y a quien debo tantas comunicaciones valiosas, también sobre la química de los procesos sexuales.
Lo que del grupo Otto ha de excitar particularmente mi atención viene comandado por las ocasiones recientes, excitadoras del sueño; el amilo pertenece a estos elementos destacados, predestinados al contenido onírico. El rico grupo de representaciones «Wilhelm» es animado directamente por oposición a Otto, y dentro de él se convoca a los elementos consonantes con los ya suscitados en Otto. En todo este sueño recurro, en contra de una persona que se ha atraído mi mala voluntad, a otra que yo puedo oponerle según mi deseo; invoco rasgo por rasgo al amigo contra el opositor. Así, el amilo relativo a Otto despierta en el otro grupo reminiscencias que también pertenecen al círculo de la química; la trimetilamina, que recibe apoyo de muchas partes, llega al contenido onírico, También «amilo» podría alcanzar sin cambio alguno el contenido onírico pero sufre la influencia del grupo «Wilhelm», puesto que de todo el conjunto de reminiscencias que este nombre evoca se escoge un elemento que puede proporcionar una determi nación doble para amilo. En la proximidad de amilo se encuentra, proclive a la asociación, «propileno»; y del círculo de «Wilhelm» le conviene Munich con los propileos. En propilo-propileos se encuentran los dos círculos de representaciones. Entonces, este elemento intermediario es el que llega al contenido del sueño como por un compromiso. Así se ha creado algo común intermediario que admite determinación múltiple. En ello tenemos la prueba palmaria de que la determinación {determinismo} múltiple tiene que facilitar el acceso [de un elemento] al contenido del sueño. Y a los fines de esa formación intermediaria se cumplió subrepticiamente un desplazamiento de la atención desde lo mentado propiamente hasta algo que le es próximo en la asociación.
El estudio del sueño de la inyección ya nos permite obtener cierto panorama sobre los procesos de la condensación durante la formación de los sueños. Como particularidades del trabajo de condensación pudimos reconocer la elección de elementos que están presentes de manera múltiple en los pensamientos oníricos, la formación de nuevas unidades (personas de acumulación, productos mixtos) y la producción de elementos comunes intermediarios. ¿Para qué sirve la condensación y por qué razón se la procura? He ahí preguntas que sólo podremos hacernos cuando nos propongamos aprehender en su trabazón los procesos psíquicos que operan en la formación de los sueños. Por ahora démonos por satisfechos comprobando que la condensa~ión onírica es una notable relación entre pensamientos oníricos y contenido del sueño.

Paso por alto la llamativa circunstancia de que aquí, como en otros análisis de sueños, se aprovechan para la conexión de pensamientos asociaciones de la valencia más dispar como si tuvieran igual valor, y cedo a la tentación de representarme de una manera por así decir plástica el proceso de la sustitución del amilo en los pensamientos oníricos por el propiloen el contenido onírico.
Por un lado tenemos el grupo de representaciones en torno de mi amigo Otto, quien no me entiende, no me da la razón y me obsequia un licor que hiede a amilo; por el otro, y ligado por oposición, el de mi amigo de Berlín [Wilhelm Fliess], quien me entiende, me daría la razón y a quien debo tantas comunicaciones valiosas, también sobre la química de los procesos sexuales.
Lo que del grupo Otto ha de excitar particularmente mi atención viene comandado por las ocasiones recientes, excitadoras del sueño; el amilo pertenece a estos elementos destacados, predestinados al contenido onírico. El rico grupo de representaciones «Wilhelm» es animado directamente por oposición a Otto, y dentro de él se convoca a los elementos consonantes con los ya suscitados en Otto. En todo este sueño recurro, en contra de una persona que se ha atraído mi mala voluntad, a otra que yo puedo oponerle según mi deseo; invoco rasgo por rasgo al amigo contra el opositor. Así, el amilo relativo a Otto despierta en el otro grupo reminiscencias que también pertenecen al círculo de la química; la trimetilamina, que recibe apoyo de muchas partes, llega al contenido onírico, También «amilo» podría alcanzar sin cambio alguno el contenido onírico pero sufre la influencia del grupo «Wilhelm», puesto que de todo el conjunto de reminiscencias que este nombre evoca se escoge un elemento que puede proporcionar una determi nación doble para amilo. En la proximidad de amilo se encuentra, proclive a la asociación, «propileno»; y del círculo de «Wilhelm» le conviene Munich con los propileos. En propilo-propileos se encuentran los dos círculos de representaciones. Entonces, este elemento intermediario es el que llega al contenido del sueño como por un compromiso. Así se ha creado algo común intermediario que admite determinación múltiple. En ello tenemos la prueba palmaria de que la determinación {determinismo} múltiple tiene que facilitar el acceso [de un elemento] al contenido del sueño. Y a los fines de esa formación intermediaria se cumplió subrepticiamente un desplazamiento de la atención desde lo mentado propiamente hasta algo que le es próximo en la asociación.
El estudio del sueño de la inyección ya nos permite obtener cierto panorama sobre los procesos de la condensación durante la formación de los sueños. Como particularidades del trabajo de condensación pudimos reconocer la elección de elementos que están presentes de manera múltiple en los pensamientos oníricos, la formación de nuevas unidades (personas de acumulación, productos mixtos) y la producción de elementos comunes intermediarios. ¿Para qué sirve la condensación y por qué razón se la procura? He ahí preguntas que sólo podremos hacernos cuando nos propongamos aprehender en su trabazón los procesos psíquicos que operan en la formación de los sueños. Por ahora démonos por satisfechos comprobando que la condensa~ión onírica es una notable relación entre pensamientos oníricos y contenido del sueño.
El trabajo de condensación del sueño se muestra con la máxima evidencia cuando ha escogido como objetos palabras y nombres. Las palabras son manejadas por el sueño con la misma frecuencia que las cosas, y experimentan idénticas urdimbres que las representaciones-cosa del mundo. (ver nota)(348) Cómicas y raras creaciones léxicas son el resultado de tales sueños. (ver nota)(349)
I
Cierta vez un colega me envió un ensayo del que era autor, en que a mi juicio concedía importancia excesiva a un descubrimiento fisiológico reciente y, sobre todo, trataba el asunto con expresiones hiperbólicas; la noche siguiente soñé con una frase que sin duda se refería a ese tratado: «Es un estilo verdaderamente "norekdal"». La resolución de ese producto léxico me resultó trabajosa al comienzo; era indudable que se había creado parodiando superlativos como «colosal, piramidal»; pero no era fácil señalar su origen. Por fin el engendro se me separó en los dos nombres de Nora y Ekdal, tomados de dos conocidos dramas de lbsen(350). En un periódico había leído yo antes un ensayo sobre lbsen, del mismo autor cuya última obra criticaba en el sueño.
II
Una de mis pacientes me comunica un breve sueño que acaba en una disparatada combinación léxica. Asiste con su marido a una fiesta campestre, y dice: «Esto terminará en un "Maistollmütz" general». Con relación a esto, el sueño trae la vaga idea de que sería un plato hecho con maíz, una suerte de polenta. El análisis separa la palabra en Mais {maíz} -toll {loco}
-mannstoll {ninfómana} - Olmütz [ciudad de Moravia], fragmentos todos que se reconocen como restos de una conversación que mantuvo estando a la mesa con sus parientes. Tras maíz se ocultan, además de la alusión a la Exposición del jubileo que acaba de inaugurarse(351), las palabras: Meissen (una figura de porcelana de Meissen [Dresde], que representa un pájaro), miss (la institutriz inglesa de sus parientes había viajado a Olmütz), mies = asqueroso, malo, empleado con intención burlesca en la jerga judía; y una larga cadena de pensamientos y de anudamientos parte de cada una de las sílabas de esta palabra compuesta.
III

90
Un joven a cuya casa había llamado un conocido al anochecer para dejarle una tarjeta de visita, sueña esa noche: Un operario espera hasta el anochecer para arreglar el timbre. Después que se ha marchado, sigue sonando todavía, no de manera continua, sino a golpes intermitentes. El criado va a buscar de nuevo al hombre, y este dice: «Es asombroso que aun personas que, por lo demás, son "tutelrein" no sepan manejar estas cosas».
La ocasión indiferente del sueño no recubre, como vemos, más que uno de los elementos del sueño. Y ella cobró significado únicamente porque se enhebró con una vivencia temprana del soñante, vivencia que, en sí también indiferente, fue dotada* por su fantasía de un significado {intencionalidad} vicario. De muchacho, viviendo en casa de su padre, medio dormido derramó cierta vez un vaso de agua por el piso, de tal suerte que el cable del timbre se mojó y su sonar continuado molestó a su padre que dormía. Puesto que el sonar continuado corresponde al mojarse, los «golpes intermitentes» se emplean para figurar el gotear. Ahora bien, la palabra «tutelrein» se separa en tres direcciones, y así apunta a tres de las materias subrogadas dentro de los pensamientos oníricos: «Tutela» = curatela; «Tutel» (quizá «Tuttel») es también un nombre vulgar del pecho femenino; y el elemento «rein» se une con las primeras sílabas de «Zimmertelegraph» {«timbre»} para formar «zimmerrein» J«limpieza de la habitación»}, que tiene mucho que ver con la mojadura del piso y además suena parecido al apellido de un miembro de la familia del soñante. (ver nota)(352)
En un :sueño mío largo y desordenado, cuyo núcleo es aparentemente un viaje en barco, sucede que la próxima estación se llama Hearsing, y la que le sigue, Fliess. Este último es el nombre de mi amigo de B. {Berlín}, quien muchas veces ha sido el objetivo de mis viajes. Ahora bien, Hearsing se ha combinado a partir de los topónimos de las estaciones próximas a Viena, que tan a menudo terminan en «ing»: Hietzing, Liesing, Mödling (Medelitz, meae deliciac, es su nombre antiguo, o sea, «meine Freud»), y a partir del inglés Hearsay = Hörensagen {saber algo de oídas}. Este último apunta a «calumnia» y establece la relación con el excitador -diurnoindiferente del sueño, una poesía aparecida en Fliegende Blätter sobre un enano calumniador, llamado «Sagter Hatergesagt» {el decidor de lo dicho por odio}. Adicionando la sílaba final «ing» al nombre de Fliess obtenemos «Vlissingen», que es de hecho la estación marítima en que mi hermano recala cuando viene a visitarnos desde Inglaterra. El nombre inglés de Vlissingen suena Flushing, que en lengua inglesa significa «sonrojo» y alude a una paciente con eritrofobia que yo traté, y también a una publicación reciente de Bechterew sobre esta neurosis y que me provocó sentimientos de desagrado.
Otra vez tuve un sueño compuesto de dos fragmentos separados. El primero es la palabra «Autodidasker», que recuerdo vívidamente, y el otro coincide fielmente con una fantasía breve e inocente, engendrada días antes; he aquí su contenido: La próxima vez que vea al profesor N., tengo que decirle: «El paciente sobre cuyo estado hace poco lo consulté a usted sufre en realidad de una neurosis, tal como usted supuso». Ahora bien, la neoformación «Autodidasker» no sólo tiene que cumplir el requisito de contener o subrogar un sentido comprimido, sino que ese sentido tiene que compaginar bien con mi designio, que el sueño repite de la vigilia, de dar aquella satisfacción al profesor N. Ahora bien, «Autodidasker» se descompone con facilidad en autor, autodidacta y Lasker, al que se asocia el nombre de Lassalle(353). Las primeras de estas palabras llevan a la ocasión del sueño, significativa esta vez: Había yo obsequiado a mi mujer varios volúmenes de un conocido autor con quien mi hermano mantiene lazos de amistad y que, según me he enterado, es oriundo del mismo lugar que yo (J. J. David). Platicábamos con mi mujer una tarde sobre la profunda impresión que le había hecho la conmovedora y triste historia de un talento malogrado, que David cuenta en una de sus novelas, y nuestra conversación recayó sobre las señales de talento que percibíamos en nuestros propios hijos. Subyugada por su reciente lectura, ella exteriorizó una aprensión con respecto a los niños, y yo la consolé haciéndole notar que esos precisamente son los peligros que pueden evitarse mediante la educación. Esa noche proseguí la ilación de mis pensamientos, recogí la aprensión de mi mujer y con ello urdí algo enteramente diverso. Una observación que el escritor había hecho a mi hermano acerca del matrimonio indicó a mis pensamientos un camino lateral por el que podían figurarse en el sueño. Ese camino llevaba a Breslau, donde se había casado una dama que tiene gran amistad con nosotros. Y para la aprensión de perderse por culpa de una mujer, que constituía el núcleo de mis pensamientos oníricos, encontré en Breslau los ejemplos de Lasker y de Lassalle, que me permitieron figurar al mismo tiempo los dos modos en que esa influencia fatal puede ejercerse. (ver nota)(354) El «cherchez la femme» en que estos pensamientos pueden resumirse me lleva, en otro sentido, hasta mi hermano todavía soltero, de nombre Alexander. Ahora reparo en que Alex, que es como abreviamos su nombre, suena casi como un anagrama de Lasker, y este factor tiene que haber cooperado para imponer a mis pensamientos el desvío por Breslau.
Pero el jugueteo con nombres y sílabas que cultivo aquí tiene todavía otro sentido. Es subrogado del deseo de que mi hermano tenga una vida familiar dichosa, y ello por el siguiente camino: En la novela L'oeuvre, sobre la vida de un artista, que tiene que haberse insinuado a mis pensamientos oníricos por su tema, es notorio que el autor [Zola] se pintó episódicamente a sí mismo y a su dicha familiar presentándose bajo el nombre de Sandoz. Es verosímil que recorriera el siguiente camino para tal cambio de nombre: Zola, invirtiéndolo (como suelen hacerlo los niños), da Aloz. Pero esto lo descubría demasiado; por eso sustituyó la sílaba Al, que inicia el nombre de Alexander, por la tercera sílaba de este, sand, y así obtuvo Sandoz. De manera parecida se engendró también mi Autodidasker.
Mi fantasía de contarle al profesor N. que el enfermo examinado por ambos padece en efecto de una neurosis llegó al sueño del siguiente modo. Poco antes que terminase mi año de labor, recibí a un paciente cuyo diagnóstico me hizo dudar. Cabía suponer una grave enfermedad orgánica, quizás una alteración de la médula espinal, pero no era posible comprobarla. Habría

91
sido seductor diagnosticar una neurosis, y ello resolvería todas las dificultades, si el enfermo no hubiera puesto en entredicho tan enérgicamente la anamnesis sexual, sin la cual no puedo reconocer neurosis alguna. Perplejo, llamé a consulta al médico a quien más estimo como hombre (y no soy el único en hacerlo) y ante cuya autoridad me inclino por sobre todas. Escuchó mis dudas, las juzgó justificadas, y opinó después: «Manténgalo bajo observación, ha de ser una neurosis». Como yo sé que él no comparte mis puntos de vista sobre la etiología de las neurosis, me abstuve de contradecirlo, pero no le oculté mi incredulidad. Días después comuniqué al enfermo que yo no atinaba a nada con él, y le aconsejé que se dirigiese a otro. Para mi enorme asombro, él empezó a disculparse por haberme mentido; es que era tanta su vergüenza ... Y me reveló justamente el fragmento de etiología sexual que yo había esperado y que necesitaba para conjeturar una neurosis. Ello fue para mí un alivio, pero también motivo de bochorno; debía confesar que mi consejero, sin dejarse engañar por el relato de la anamnesis, había visto más claro que yo. Me propuse decírselo cuando lo volviese a ver: le diría que él, tenía razón y yo estaba equivocado.
Es precisamente lo que hago en el sueño. Ahora bien, ¿qué cumplimiento de deseo puede ser ese, el de confesar que me había equivocado? Pero ese es mi deseo; me gustaría andar equivocado con mis temores, y correlativamente me gustaría que lo anduviera también mi mujer con los suyos, que yo me apropio en los pensamientos oníricos. El tema a que se refiere en el sueño el tener razón o el estar equivocado no se halla muy lejos de lo que realmente interesa a los pensamientos oníricos. Es la misma alternativa que media entre deterioro orgánico o deterioro funcional por causa de la mujer, o más propiamente por causa de la vida sexual: parálisis tabética o neurosis. Y el fin de Lassalle puede asimilarse laxamente a esta última.
El profesor N. desempeña un papel en este sueño bien compaginado (y en un todo trasparente para una interpretación cuidadosa), no sólo por esta analogía ni por mi deseo de estar equivocado (tampoco por sus incidentales relaciones con Breslau y con la familia de nuestra amiga, la que se casó y estableció allí), sino por un pequeño episodio que siguió a nuestra consulta. Después que terminó su tarea médica formulando la conjetura que dije, dirigió su interés a los asuntos personales: «¿Cuántos hijos tiene usted ahora?». «Seis». Hizo un gesto de admiración y preguntó, caviloso: «¿Niñas, varones?». «Tres y tres, son mi orgullo y mi riqueza». «Pero tenga usted cuidado, con las niñas todo va fácil, pero los varones más adelante le crean a uno dificultades en la educación». Le objeté que hasta ahora se comportaban con mucha docilidad; es manifiesto que este segundo diagnóstico sobre el futuro de mis hijos varones me gustó tan poco como el que pronunció primero, a saber, que mi paciente no tenía sino una neurosis. Es tas dos impresiones se conectaron entonces por contigüidad, porque se vivenciaron de un mismo tirón, y cuando en el sueño recojo la historia de la neurosis, con ella sustituyo lo que se dijo sobre la educación, que muestra una trabazón más estrecha con los pensamientos oníricos por rozar tan de cerca las aprensiones exteriorizadas después por mi mujer. Así logra entrar también en el contenido del sueño mi angustia por el eventual acierto de las observaciones de N. acerca de las dificultades pedagógicas que oponen los varones; lo hace ocultándose tras la figuración de mi deseo de que yo ande equivocado con tales temores. Esta fantasía, sin cambio alguno, sirve para figurar los dos extremos opuestos de la alternativa.
VI
«Hoy temprano vivencié(355), entre el sueño y la vigilia, una linda condensación léxica. En el discurrir de una multitud de residuos oníricos apenas recordables me apoyé, por así decir, en una palabra que vi frente a mí en parte como escrita, en parte como impresa. Era "erzefilisch" y pertenece a una frase que se coló en mi recuerdo conciente enteramente aislada, fuera de todo nexo; hela aquí: "Esto operará 'erzefilisch' sobre el sentimiento sexual". Supe enseguida que, hablando con propiedad, debía decir "erzieherisch" {pedagógicamente), pero anduve todavía otro poco cavilando si no sería más correcto "erzifilisch(356)" En relación con ello se me ocurre la palabra "sífilis", y me devano los sesos cuando empiezo a analizar, todavía en duermevela, cómo pudo haberse infiltrado eso en mi sueño, puesto que ni personalmente ni por mi oficio tengo contacto alguno con esa enfermedad. Después se me ocurre un "erzeblerisch" [otro vocablo sin sentido], que explica la e y es al mismo tiempo esclarecedor; es que ayer tarde nuestra institutriz ("Erzieberin") me movió a hablar sobre el tema de la prostitución, y con ese motivo le di un libro de Hesse, Über die Prostitution, para influir "pedagógicamente" ("erzieherisch' ) sobre su vida sentimental, cuyo desarrollo no es del todo normal; y se lo di después de contarle ("erzählen") muchas cosas sobre el problema. Ahora me queda en claro que la palabra "sífilis" no debe tomarse en sentido literal, sino que vale por "veneno", desde luego que en relación con la vida sexual. La frase es entonces totalmente lógica, traduciéndola: «Mediante mi relato {Erzählung} quise influir pedagógicamente {erzíeherísch} sobre la vida sentimental de mi institutriz {Erzieherin), pero temo que al mismo tiempo él pueda obrar en ella como un veneno (vergiltend)". Erzefilísch = erzäh- (erzieh-) (erzefilisch)».
Las deformaciones léxicas del sueño se asemejan mucho a las que conocemos en la paranoia, pero que tampoco faltan en la histeria y en las ideas obsesivas. Tanto para el sueño como para las psiconeurosis la fuente común son los artificios verbales de los niños(357), que en ciertos períodos tratan de hecho a las palabras como si fuesen objetos e inventan lenguajes nuevos y formaciones sintácticas artificiales.
El análisis de las formaciones léxicas carentes de sentido que aparecen en los sueños(358) es particularmente apto para mostrar la operación condensadora del trabajo onírico. Aquí hemos seleccionado unos pocos ejemplos, pero no debe inferirse que ese material es raro u observable sólo por excepción. Más bien es muy frecuente, pero ocurre que la interpretación de los sueños depende del tratamiento psicoanalítico y ello trae por consecuencia que los ejemplos registrados y comunicados sean los menos, y que los análisis que se comunican resulten comprensibles, las más de las veces, únicamente para los expertos en patología de las neurosis. Es lo que sucede con un sueño del doctor Von Karpiriska (1914), que contiene la formación léxica sin sentido «Svingnum elvi». Digno de mención es el caso en que aparece en el sueño una palabra que en sí no carece de significado, pero que fue extrañada del que le es propio y reunió otros diversos, respecto de los cuales se presenta como una palabra «sin sentido». Tal el sueño de un niño de diez años sobre la «categoría», comunicado por V. Tausk (1913b). «Categoría» significa aquí los genitales femeninos, y «categorí . zar» equivale a orinar.

Es precisamente lo que hago en el sueño. Ahora bien, ¿qué cumplimiento de deseo puede ser ese, el de confesar que me había equivocado? Pero ese es mi deseo; me gustaría andar equivocado con mis temores, y correlativamente me gustaría que lo anduviera también mi mujer con los suyos, que yo me apropio en los pensamientos oníricos. El tema a que se refiere en el sueño el tener razón o el estar equivocado no se halla muy lejos de lo que realmente interesa a los pensamientos oníricos. Es la misma alternativa que media entre deterioro orgánico o deterioro funcional por causa de la mujer, o más propiamente por causa de la vida sexual: parálisis tabética o neurosis. Y el fin de Lassalle puede asimilarse laxamente a esta última.
El profesor N. desempeña un papel en este sueño bien compaginado (y en un todo trasparente para una interpretación cuidadosa), no sólo por esta analogía ni por mi deseo de estar equivocado (tampoco por sus incidentales relaciones con Breslau y con la familia de nuestra amiga, la que se casó y estableció allí), sino por un pequeño episodio que siguió a nuestra consulta. Después que terminó su tarea médica formulando la conjetura que dije, dirigió su interés a los asuntos personales: «¿Cuántos hijos tiene usted ahora?». «Seis». Hizo un gesto de admiración y preguntó, caviloso: «¿Niñas, varones?». «Tres y tres, son mi orgullo y mi riqueza». «Pero tenga usted cuidado, con las niñas todo va fácil, pero los varones más adelante le crean a uno dificultades en la educación». Le objeté que hasta ahora se comportaban con mucha docilidad; es manifiesto que este segundo diagnóstico sobre el futuro de mis hijos varones me gustó tan poco como el que pronunció primero, a saber, que mi paciente no tenía sino una neurosis. Es tas dos impresiones se conectaron entonces por contigüidad, porque se vivenciaron de un mismo tirón, y cuando en el sueño recojo la historia de la neurosis, con ella sustituyo lo que se dijo sobre la educación, que muestra una trabazón más estrecha con los pensamientos oníricos por rozar tan de cerca las aprensiones exteriorizadas después por mi mujer. Así logra entrar también en el contenido del sueño mi angustia por el eventual acierto de las observaciones de N. acerca de las dificultades pedagógicas que oponen los varones; lo hace ocultándose tras la figuración de mi deseo de que yo ande equivocado con tales temores. Esta fantasía, sin cambio alguno, sirve para figurar los dos extremos opuestos de la alternativa.
VI
«Hoy temprano vivencié(355), entre el sueño y la vigilia, una linda condensación léxica. En el discurrir de una multitud de residuos oníricos apenas recordables me apoyé, por así decir, en una palabra que vi frente a mí en parte como escrita, en parte como impresa. Era "erzefilisch" y pertenece a una frase que se coló en mi recuerdo conciente enteramente aislada, fuera de todo nexo; hela aquí: "Esto operará 'erzefilisch' sobre el sentimiento sexual". Supe enseguida que, hablando con propiedad, debía decir "erzieherisch" {pedagógicamente), pero anduve todavía otro poco cavilando si no sería más correcto "erzifilisch(356)" En relación con ello se me ocurre la palabra "sífilis", y me devano los sesos cuando empiezo a analizar, todavía en duermevela, cómo pudo haberse infiltrado eso en mi sueño, puesto que ni personalmente ni por mi oficio tengo contacto alguno con esa enfermedad. Después se me ocurre un "erzeblerisch" [otro vocablo sin sentido], que explica la e y es al mismo tiempo esclarecedor; es que ayer tarde nuestra institutriz ("Erzieberin") me movió a hablar sobre el tema de la prostitución, y con ese motivo le di un libro de Hesse, Über die Prostitution, para influir "pedagógicamente" ("erzieherisch' ) sobre su vida sentimental, cuyo desarrollo no es del todo normal; y se lo di después de contarle ("erzählen") muchas cosas sobre el problema. Ahora me queda en claro que la palabra "sífilis" no debe tomarse en sentido literal, sino que vale por "veneno", desde luego que en relación con la vida sexual. La frase es entonces totalmente lógica, traduciéndola: «Mediante mi relato {Erzählung} quise influir pedagógicamente {erzíeherísch} sobre la vida sentimental de mi institutriz {Erzieherin), pero temo que al mismo tiempo él pueda obrar en ella como un veneno (vergiltend)". Erzefilísch = erzäh- (erzieh-) (erzefilisch)».
Las deformaciones léxicas del sueño se asemejan mucho a las que conocemos en la paranoia, pero que tampoco faltan en la histeria y en las ideas obsesivas. Tanto para el sueño como para las psiconeurosis la fuente común son los artificios verbales de los niños(357), que en ciertos períodos tratan de hecho a las palabras como si fuesen objetos e inventan lenguajes nuevos y formaciones sintácticas artificiales.
El análisis de las formaciones léxicas carentes de sentido que aparecen en los sueños(358) es particularmente apto para mostrar la operación condensadora del trabajo onírico. Aquí hemos seleccionado unos pocos ejemplos, pero no debe inferirse que ese material es raro u observable sólo por excepción. Más bien es muy frecuente, pero ocurre que la interpretación de los sueños depende del tratamiento psicoanalítico y ello trae por consecuencia que los ejemplos registrados y comunicados sean los menos, y que los análisis que se comunican resulten comprensibles, las más de las veces, únicamente para los expertos en patología de las neurosis. Es lo que sucede con un sueño del doctor Von Karpiriska (1914), que contiene la formación léxica sin sentido «Svingnum elvi». Digno de mención es el caso en que aparece en el sueño una palabra que en sí no carece de significado, pero que fue extrañada del que le es propio y reunió otros diversos, respecto de los cuales se presenta como una palabra «sin sentido». Tal el sueño de un niño de diez años sobre la «categoría», comunicado por V. Tausk (1913b). «Categoría» significa aquí los genitales femeninos, y «categorí . zar» equivale a orinar.
Dondequiera que en un sueño ocurran dichos que como tales sean expresamente distintos de pensamientos, vale sin excepción la regla de que el dicho onírico tiene, su origen en un dicho

92
recordado dentro del material onírico. La literalidad de los dichos es conservada sin cambios o bien sufre ligeros desplazamientos en la expresión; a menudo, el dicho onírico es un emparchado de diversas reminiscencias verbales; la literalidad es lo que se mantiene idéntico, pero su sentido se altera en lo posible haciéndolo diverso o multívoco. El dicho onírico no pocas veces sirve como mera alusión al acontecimiento a raíz del cual se pronunció el dicho recordado. (ver nota)(359)
El trabajo de desplazamiento {descentramiento}.
Otra relación, probablemente no menos importante, hubo de llamarnos la atención ya cuando reuníamos los ejemplos de condensación onírica. Pudimos observar que los elementos que en el contenido [manifiesto] del sueño se imponen como los ingredientes esenciales, en modo alguno desempeñan el mismo papel en los pensamientos oníricos. Como correlato puede formularse también la proposición inversa. Lo que en los pensamientos oníricos constituye evidentemente el contenido esencial ni siquiera necesita estar presente en el sueño. El sueño está por así decir diversamente centrado, y su contenido se ordena en torno de un centro constituido por otros elementos que los pensamientos oníricos. Por ejemplo, en el sueño de la monografía botánica, el centro del contenido onírico es sin duda el elemento «botánica», mientras que en los pensamientos oníricos entran en juego complicaciones y conflictos que resultan de las obligaciones profesionales entre colegas y, más allá de eso, el reproche de que yo sacrifico demasiado a mis aficiones. El elemento «botánica» no encuentra sitio alguno dentro de este núcleo de los pensamientos oníricos, como no sea conectado a él laxamente por oposición, pues la botánica nunca ocupó un lugar entre mis estudios preferidos. En el sueño de Safo, de un paciente mío, el subir a las alturas y el caer bajo, el estar arriba y el estar abajo, se sitúan en el centro; pero el sueño versa(360) sobre los peligros de mantener relaciones sexuales con personas de baja posición, de modo tal que sólo uno de los elementos de los pensamientos oníricos (y aun este con una extensión abusiva) parece haber penetrado en el contenido onírico. Algo parecido sucede en el sueño de los abejorros, cuyo tema son las relaciones entre sexualidad y crueldad: el factor de la crueldad reaparece sin duda en el contenido onírico, pero dentro de un enlace de otra índole y sin mención de lo sexual; por tanto, desprendido de su contexto y convertido así en algo extraño. También en el sueño sobre mi tío, la barba dorada que configura su centro aparece fuera de todo nexo visible de sentido con los deseos de grandeza que reconocimos como el núcleo de los pensamientos oníricos. Por eso tales sueños nos dejan la justificada impresión de estar «desplazados»{descentrados}. En total oposición a estos ejemplos, el sueño de la inyección de Irma nos muestra que en el proceso de la formación del sueño los elementos singulares muy bien pueden mantenerse en el lugar que ocupan en los pensamientos oníricos. El descubrimiento de esta nueva relación, cuyo sentido es por completo inconstante, entre pensamientos oníricos y contenido del sueño ha de provocarnos al principio asombro. Cuando en un proceso psíquico de la vida normal hallamos que una representación ha sido privilegiada sobre otras, adquiriendo particular vivacidad para la conciencia, solemos ver en este resultado la prueba de que a la representación triunfante le corresponde una valencia psíquica particularmente elevada (un cierto grado de interés). Ahora bien, la experiencia nos dice que esa valencia de cada uno de los elementos incluidos en los pensamientos oníricos no es conservada o no es tomada en cuenta en la formación de los sueños. Determinar los elementos más valiosos entre los pensamientos oníricos no ofrece duda alguna; nuestro juicio nos lo dice inmediatamente. Pero en la formación del sueño estos elementos esenciales, sobre los que recae un interés intenso, pueden ser tratados como si tuviesen valor ínfimo, y en su lugar aparecen en el sueño otros elementos que con seguridad eran de valor ínfimo en los pensamientos oníricos. La primera impresión que obtenemos es que la intensidad psíquica(361) de las representaciones singulares no es tomada para nada en cuenta en la selección onírica: sólo lo es la mayor o menor multilateralidad de su determinación. No llega al sueño lo que es importante en los pensamientos oníricos, sino, podríamos decir, lo que está contenido en ellos de manera múltiple; ahora bien, con esta hipótesis no avanzamos mucho en la comprensión de los sueños, pues a primera vista no parece creíble que esos dos factores, la determinación múltiple y la valencia intrínseca, puedan producir efectos de sentido diverso. Aquellas representaciones que son las más importantes en los pensamientos oníricos serán también, casi con certeza, las que retornen en ellos con la mayor frecuencia, puesto que desde esas representaciones, como desde otros centros, irradian los pensamientos oníricos singulares. Y sin embargo el sueño puede desechar estos elementos acentuados con intensidad y apoyados desde múltiples lados, y recoger en su contenido otros elementos a los que sólo conviene la segunda de esas propiedades.
Para resolver esta dificultad recurriremos a otra impresión que obtuvimos en el estudio de la sobredeterminación del contenido onírico [en la sección anterior]. Quizá muchos lectores de ese estudio han pensado que la sobredeterminación de los elementos oníricos no es un descubrimiento importante, por trivial. Pues en el análisis se parte de los elementos oníricos y se van delineando todas las ocurrencias que se enlazan con ellos; no es maravilla entonces que en el material de pensamientos así adquirido aquellos elementos reaparezcan con particular frecuencia. No podría yo admitir esta objeción, pero formularé algo que se le parece: entre los pensamientos que el análisis saca a luz hay muchos que están alejados del núcleo del sueño y que aparecen como interpolaciones artificiosas que persiguen cierto fin. Ese fin se averigua con facilidad; precisamente son ellos los que establecen una conexión, a menudo forzada y rebuscada, entre contenido y pensamientos oníricos, y si estos elementos se eliminasen del análisis, los ingredientes del contenido onírico casi siempre perderían, no sólo su sobredeterminación, sino en general toda determinación suficiente por parte de los pensamientos oníricos. Así, nos vemos llevados a inferir que la determinación múltiple, decisiva para la selección de lo que se incluirá en el sueño, no ha de ser un factor primario de la formación de los sueños, sino con frecuencia un resultado secundario de un poder psíquico que todavía no conocemos. Pero en todo caso debe de tener importancia para el ingreso de los elementos singulares en el sueño, pues podemos observar que se la establece con un cierto gasto toda vez que el material onírico no la proporciona sin ayuda.

El trabajo de desplazamiento {descentramiento}.
Otra relación, probablemente no menos importante, hubo de llamarnos la atención ya cuando reuníamos los ejemplos de condensación onírica. Pudimos observar que los elementos que en el contenido [manifiesto] del sueño se imponen como los ingredientes esenciales, en modo alguno desempeñan el mismo papel en los pensamientos oníricos. Como correlato puede formularse también la proposición inversa. Lo que en los pensamientos oníricos constituye evidentemente el contenido esencial ni siquiera necesita estar presente en el sueño. El sueño está por así decir diversamente centrado, y su contenido se ordena en torno de un centro constituido por otros elementos que los pensamientos oníricos. Por ejemplo, en el sueño de la monografía botánica, el centro del contenido onírico es sin duda el elemento «botánica», mientras que en los pensamientos oníricos entran en juego complicaciones y conflictos que resultan de las obligaciones profesionales entre colegas y, más allá de eso, el reproche de que yo sacrifico demasiado a mis aficiones. El elemento «botánica» no encuentra sitio alguno dentro de este núcleo de los pensamientos oníricos, como no sea conectado a él laxamente por oposición, pues la botánica nunca ocupó un lugar entre mis estudios preferidos. En el sueño de Safo, de un paciente mío, el subir a las alturas y el caer bajo, el estar arriba y el estar abajo, se sitúan en el centro; pero el sueño versa(360) sobre los peligros de mantener relaciones sexuales con personas de baja posición, de modo tal que sólo uno de los elementos de los pensamientos oníricos (y aun este con una extensión abusiva) parece haber penetrado en el contenido onírico. Algo parecido sucede en el sueño de los abejorros, cuyo tema son las relaciones entre sexualidad y crueldad: el factor de la crueldad reaparece sin duda en el contenido onírico, pero dentro de un enlace de otra índole y sin mención de lo sexual; por tanto, desprendido de su contexto y convertido así en algo extraño. También en el sueño sobre mi tío, la barba dorada que configura su centro aparece fuera de todo nexo visible de sentido con los deseos de grandeza que reconocimos como el núcleo de los pensamientos oníricos. Por eso tales sueños nos dejan la justificada impresión de estar «desplazados»{descentrados}. En total oposición a estos ejemplos, el sueño de la inyección de Irma nos muestra que en el proceso de la formación del sueño los elementos singulares muy bien pueden mantenerse en el lugar que ocupan en los pensamientos oníricos. El descubrimiento de esta nueva relación, cuyo sentido es por completo inconstante, entre pensamientos oníricos y contenido del sueño ha de provocarnos al principio asombro. Cuando en un proceso psíquico de la vida normal hallamos que una representación ha sido privilegiada sobre otras, adquiriendo particular vivacidad para la conciencia, solemos ver en este resultado la prueba de que a la representación triunfante le corresponde una valencia psíquica particularmente elevada (un cierto grado de interés). Ahora bien, la experiencia nos dice que esa valencia de cada uno de los elementos incluidos en los pensamientos oníricos no es conservada o no es tomada en cuenta en la formación de los sueños. Determinar los elementos más valiosos entre los pensamientos oníricos no ofrece duda alguna; nuestro juicio nos lo dice inmediatamente. Pero en la formación del sueño estos elementos esenciales, sobre los que recae un interés intenso, pueden ser tratados como si tuviesen valor ínfimo, y en su lugar aparecen en el sueño otros elementos que con seguridad eran de valor ínfimo en los pensamientos oníricos. La primera impresión que obtenemos es que la intensidad psíquica(361) de las representaciones singulares no es tomada para nada en cuenta en la selección onírica: sólo lo es la mayor o menor multilateralidad de su determinación. No llega al sueño lo que es importante en los pensamientos oníricos, sino, podríamos decir, lo que está contenido en ellos de manera múltiple; ahora bien, con esta hipótesis no avanzamos mucho en la comprensión de los sueños, pues a primera vista no parece creíble que esos dos factores, la determinación múltiple y la valencia intrínseca, puedan producir efectos de sentido diverso. Aquellas representaciones que son las más importantes en los pensamientos oníricos serán también, casi con certeza, las que retornen en ellos con la mayor frecuencia, puesto que desde esas representaciones, como desde otros centros, irradian los pensamientos oníricos singulares. Y sin embargo el sueño puede desechar estos elementos acentuados con intensidad y apoyados desde múltiples lados, y recoger en su contenido otros elementos a los que sólo conviene la segunda de esas propiedades.
Para resolver esta dificultad recurriremos a otra impresión que obtuvimos en el estudio de la sobredeterminación del contenido onírico [en la sección anterior]. Quizá muchos lectores de ese estudio han pensado que la sobredeterminación de los elementos oníricos no es un descubrimiento importante, por trivial. Pues en el análisis se parte de los elementos oníricos y se van delineando todas las ocurrencias que se enlazan con ellos; no es maravilla entonces que en el material de pensamientos así adquirido aquellos elementos reaparezcan con particular frecuencia. No podría yo admitir esta objeción, pero formularé algo que se le parece: entre los pensamientos que el análisis saca a luz hay muchos que están alejados del núcleo del sueño y que aparecen como interpolaciones artificiosas que persiguen cierto fin. Ese fin se averigua con facilidad; precisamente son ellos los que establecen una conexión, a menudo forzada y rebuscada, entre contenido y pensamientos oníricos, y si estos elementos se eliminasen del análisis, los ingredientes del contenido onírico casi siempre perderían, no sólo su sobredeterminación, sino en general toda determinación suficiente por parte de los pensamientos oníricos. Así, nos vemos llevados a inferir que la determinación múltiple, decisiva para la selección de lo que se incluirá en el sueño, no ha de ser un factor primario de la formación de los sueños, sino con frecuencia un resultado secundario de un poder psíquico que todavía no conocemos. Pero en todo caso debe de tener importancia para el ingreso de los elementos singulares en el sueño, pues podemos observar que se la establece con un cierto gasto toda vez que el material onírico no la proporciona sin ayuda.

93
Entonces, nos es sugerida esta idea: en el trabajo onírico se exterioriza un poder psíquico que por una parte despoja de su intensidad a los elementos de alto valor psíquico, y por la otra procura a los de valor ínfimo nuevas valencias por la vía de la sobredeterminación, haciendo que estos alcancen el contenido onírico. Si esto se concede, en la formación de los sueños ocurre entonces una trasferencia y un desplazamiento de las intensidades psíquicas de los elementos singulares, de lo cual deriva la diferencia de texto entre contenido y pensamientos oníricos. El proceso que con esto suponemos es lisa y llanamente la pieza esencial del trabajo onírico: merece el nombre de desplazamiento onírico. El desplazamiento y la condensación oníricos son los dos maestros artesanos a cuya actividad podemos atribuir principalmente la configuración del sueño.
Creo que también nos resultará fácil reconocer el poder psíquico que se exterioriza en los hechos del desplazamiento onírico. Resultado de este desplazamiento es que el contenido del sueño ya no presenta el mismo aspecto que el núcleo de los pensamientos oníricos, y que el sueño sólo devuelve {refleja} una desfiguración {dislocación} del deseo onírico del inconciente. Ahora bien, la desfiguración onírica nos es ya conocida; la reconducimos a la censura que una instancia psíquica ejerce sobre la otra en la vida pensante. El desplazamiento onírico es uno de los medios principales para alcanzar esta desfiguración. «Is fecit cui proluit(362)». Podemos suponer que el desplazamiento onírico se produce por la influencia de esa censura, la de la defensa endopsíquica. (ver nota)(363)
Reservaremos para indagaciones posteriores el averiguar los modos en que estos factores del desplazamiento, la condensación y la sobredeterminación juegan unos con otros en la formación del sueño, y cuál es el factor principal y cuál el accesorio. Provisionalmente podemos indicar, como una segunda condición que deben satisfacer los elementos que llegan al sueño, que tienen que haberse sustraído de la censura de la resistencia. (ver nota)(364) Pero al desplazamiento onírico lo tomaremos en cuenta, para lo que sigue, como un hecho indubitable en la interpretación de los sueños.
Los medios de figuración del sueño. Además de los dos factores del desplazamiento y la condensación oníricos, que, según descubrimos, operan en la mudanza del material de pensamientos latentes en el contenido onírico manifiesto, tropezaremos, avanzando en esta investigación, con otras dos condiciones que ejercen indudable influencia sobre la selección del material que llega al sueño. Antes quisiera, aun a riesgo de que parezca que nos detenemos en nuestro camino, echar una primera ojeada sobre los procesos que se cumplen cuando se ejecuta la interpretación de un sueño. No se me escapa que el mejor modo de esclarecerlos y de poner a salvo de objeciones su confiabilidad sería tomar por modelo un determinado sueño, desarrollar su interpretación (tal como la expuse en la segunda sección [el capítulo III con el sueño de la inyección de Irma), pero después componer los pensamientos oníricos que he descubierto y reconstruir desde ellos la formación del sueño; por tanto, completar el análisis de los sueños con una síntesis de ellos. He cumplido este trabajo con varios ejemplos para mi coleto; pero aquí no puedo retomarlos, pues múltiples miramientos por el material psíquico, que toda persona sensata aprobará, me impiden publicar esa demostración. En el análisis de los sueños esos miramientos molestan menos, pues él puede quedar incompleto y basta que agregue algo a la urdimbre del sueño para que conserve su valor. De la síntesis, todo cuanto cabe decir es que, para ser convincente, ha de ser completa. Y yo sólo podría proporcionar una síntesis completa de sueños de personas que sean desconocidas para el público lector. Pero los únicos que me ofrecen los medios para ello son mis pacientes, neuróticos, por lo cual esta pieza de la figuración del sueño tiene que posponerse hasta que -en otro trabajo- pueda y o hacer avanzar la explicación psicológica de las neurosis hasta establecer el enlace con nuestro tema.(ver nota)(365)
Por mis intentos de reconstruir sueños mediante síntesis desde los pensamientos oníricos, sé que el material que se obtiene en el curso de la interpretación es de valor desigual. Una parte de él son los pensamientos oníricos esenciales: los que son el sustituto cabal del sueño y se bastarían solos para esa sustitución si en el sueño no hubiera censura. A la otra parte suele asignársele poca significación. Tampoco se atribuye valor alguno a la afirmación de que todos estos pensamientos han participado en la formación del sueño; más bien, entre ellos pueden encontrarse ocurrencias que se anudaron a vivencias posteriores al sueño, sobrevenidas entre el momento en que se lo soñó y aquel en que se lo interpreta. Esta parte abarca todas las vías de conexión que llevaron desde el contenido onírico manifiesto hasta los pensamientos oníricos latentes, pero además las asociaciones mediadoras y aproximadoras por las cuales se obtuvo el conocimiento de estas vías conectivas durante el trabajo interpretativo. (ver nota)(366)
En este lugar nos interesan exclusivamente los pensamientos oníricos esenciales. La mayoría de las veces se revelan como un complejo de pensamientos y de recuerdos, de construcción en extremo intrincada, y que poseen todas las propiedades de las ilaciones de pensamiento que conocemos durante la vigilia. No es raro que sean itinerarios de pensamientos que no arrancan de un centro solo, sino de varios, aunque no faltan los puntos de contacto; casi regularmente, junto a una ilación de pensamientos se presenta su contrarreflejo contradictorio, conectado con ella por asociación de contraste.
Los fragmentos singulares de este complicado producto mantienen entre sí, desde luego, las más variadas relaciones lógicas. Configuran primeros y segundos planos, digresiones y elucidaciones condiciones, demostraciones y objeciones. Y después, cuando toda la masa de estos pensamientos oníricos es prensada por el trabajo del sueño, con lo cual los fragmentos se dan vuelta, se hacen añicos y vuelven a soldarse como témpanos a la deriva, cabe preguntar por lo ocurrido con los lazos lógicos que hasta entonces habían configurado la ensambladura. ¿Qué figuración reciben en el sueño los «si, porque, así como, o bien ... o bien ... » y todas las otras preposiciones(367) sin las cuales no podemos comprender oraciones ni discursos?

94
Debe responderse, en primer lugar, que el sueño no dispone de medio alguno para figurar estas relaciones lógicas entre los pensamientos oníricos. Las más de las veces omite todas estas preposiciones y sólo recoge, para elaborarlo, el contenido sustantivo de los pensamientos onírico. Será la interpretación del sueño la que habrá de restaurar la trama que el trabajo del sueño aniquiló.
La falta de esta capacidad de expresión tiene que deberse al material psíquico con que el sueño se elabora. Una restricción semejante encontramos en las artes figurativas, la pintura y la plástica, a diferencia de la poesía, que puede servirse del habla; y también en ellas el fundamento de esa incapacidad está en el material mediante cuya elaboración aspiran a expresar algo. Antes de alcanzar el conocimiento de las leyes de expresión que la rigen, la pintura se esforzaba todavía por compensar esa desventaja. En antiguos cuadros, de la boca de las personas retratadas pendían rotulillos donde se leía lo que el pintor desesperaba de figurar.
Quizá se levante aquí una objeción contra mi tesis de que el sueño renuncia a figurar las relaciones lógicas. Hay sin duda sueños en que se cumplen las más complejas operaciones del espíritu; en ellos, como en el pensamiento despierto, se alegan razones y se impugna, se ironiza y se compara. Pero también aquí engañan las apariencias; cuando abordamos la interpretación de tales sueños nos enteramos de que todo eso es material onírico, no figuración de un trabajo intelectual dentro del sueño. Lo que el aparente pensar del sueño refleja es el contenido de los pensamientos oníricos, no la relación recíproca entre los pensamientos oníricos, en cuyo establecimiento consiste el pensar. He de aportar ejemplos de ello. Pero es harto difícil demostrar que todos los dichos que ocurren en sueños y que expresamente se caracterizan como tales son copias, literales o muy poco modificadas, de dichos que ya se encontraban entre los recuerdos del material onírico. El dicho es a menudo mera alusión a un acontecimiento incluido entre los pensamientos oníricos; y el sentido del sueño es por completo diverso.
Por otra parte, no negaré que también participa en la formación del sueño un trabajo de pensamiento crítico, que no repite simplemente un material tomado de los pensamientos oníricos. Al final de estas elucidaciones habré de echar luz sobre la influencia de ese factor. Veremos entonces que tal trabajo de pensamiento no es provocado por los pensamientos oníricos, sino por el sueño mismo después que en cierto sentido ya está terminado.
Tenemos pues, como conclusión provisional, que las relaciones lógicas entre los pensamientos oníricos no encuentran en el sueño una figuración particular. Donde, por ejemplo, hallamos en el sueño una contradicción, esta o bien es una contradicción al sueño(368), o bien está tomada del contenido de uno de los pensamientos oníricos; sólo por una mediación en extremo indirecta puede corresponder a una contradicción entre los pensamientos oníricos.
Pero así como la pintura logró finalmente expresar por otros medios (que no el rótulo tremolante) al menos la intención que las personas figuradas ponen en lo que dicen -ternura, amenaza, advertencia, etc.-, también el sueño se procuró la posibilidad de mirar por algunas de las relaciones lógicas entre sus pensamientos oníricos, mediante una modificación conveniente de la figuración que le es propia. Podemos convencernos por la experiencia de que, en este sentido, no todos los sueños proceden igual; mientras que uno pasa enteramente por alto la ensambladura lógica de su material, otro busca indicarla de la manera más completa posible. En esto, el sueño se aleja a mayor o menor distancia del texto que se le presenta para elaborar. Y con pareja variabilidad se comporta el sueño, además, respecto de la ensambladura temporal de los pensamientos oníricos en los casos en que ella se halla establecida en lo inconciente (sirva de ejemplo el sueño de la inyección de Irma)

La falta de esta capacidad de expresión tiene que deberse al material psíquico con que el sueño se elabora. Una restricción semejante encontramos en las artes figurativas, la pintura y la plástica, a diferencia de la poesía, que puede servirse del habla; y también en ellas el fundamento de esa incapacidad está en el material mediante cuya elaboración aspiran a expresar algo. Antes de alcanzar el conocimiento de las leyes de expresión que la rigen, la pintura se esforzaba todavía por compensar esa desventaja. En antiguos cuadros, de la boca de las personas retratadas pendían rotulillos donde se leía lo que el pintor desesperaba de figurar.
Quizá se levante aquí una objeción contra mi tesis de que el sueño renuncia a figurar las relaciones lógicas. Hay sin duda sueños en que se cumplen las más complejas operaciones del espíritu; en ellos, como en el pensamiento despierto, se alegan razones y se impugna, se ironiza y se compara. Pero también aquí engañan las apariencias; cuando abordamos la interpretación de tales sueños nos enteramos de que todo eso es material onírico, no figuración de un trabajo intelectual dentro del sueño. Lo que el aparente pensar del sueño refleja es el contenido de los pensamientos oníricos, no la relación recíproca entre los pensamientos oníricos, en cuyo establecimiento consiste el pensar. He de aportar ejemplos de ello. Pero es harto difícil demostrar que todos los dichos que ocurren en sueños y que expresamente se caracterizan como tales son copias, literales o muy poco modificadas, de dichos que ya se encontraban entre los recuerdos del material onírico. El dicho es a menudo mera alusión a un acontecimiento incluido entre los pensamientos oníricos; y el sentido del sueño es por completo diverso.
Por otra parte, no negaré que también participa en la formación del sueño un trabajo de pensamiento crítico, que no repite simplemente un material tomado de los pensamientos oníricos. Al final de estas elucidaciones habré de echar luz sobre la influencia de ese factor. Veremos entonces que tal trabajo de pensamiento no es provocado por los pensamientos oníricos, sino por el sueño mismo después que en cierto sentido ya está terminado.
Tenemos pues, como conclusión provisional, que las relaciones lógicas entre los pensamientos oníricos no encuentran en el sueño una figuración particular. Donde, por ejemplo, hallamos en el sueño una contradicción, esta o bien es una contradicción al sueño(368), o bien está tomada del contenido de uno de los pensamientos oníricos; sólo por una mediación en extremo indirecta puede corresponder a una contradicción entre los pensamientos oníricos.
Pero así como la pintura logró finalmente expresar por otros medios (que no el rótulo tremolante) al menos la intención que las personas figuradas ponen en lo que dicen -ternura, amenaza, advertencia, etc.-, también el sueño se procuró la posibilidad de mirar por algunas de las relaciones lógicas entre sus pensamientos oníricos, mediante una modificación conveniente de la figuración que le es propia. Podemos convencernos por la experiencia de que, en este sentido, no todos los sueños proceden igual; mientras que uno pasa enteramente por alto la ensambladura lógica de su material, otro busca indicarla de la manera más completa posible. En esto, el sueño se aleja a mayor o menor distancia del texto que se le presenta para elaborar. Y con pareja variabilidad se comporta el sueño, además, respecto de la ensambladura temporal de los pensamientos oníricos en los casos en que ella se halla establecida en lo inconciente (sirva de ejemplo el sueño de la inyección de Irma)
Ahora bien, ¿cuáles son los medios de que puede valerse el trabajo del sueño para figurar las relaciones del material onírico, tan difíciles de figurar? Procuraré pasarles revista uno por uno.
En primer lugar, el sueño da satisfacción al nexo que innegablemente existe entre todos los fragmentos de los pensamientos oníricos, por cuanto unifica este material en una síntesis, como situación o proceso. Refleja una conexión lógica como simultaneidad; en eso obra a semejanza del pintor, quien en un cuadro sobre la Escuela de Atenas o sobre el Parnaso reúne a todos los filósofos o todos los poetas que, aunque nunca estuvieron juntos en ese pórtico o en la cumbre de ese monte, configuran una comunidad para la consideración reflexiva. (ver nota)(369)
Este es el modo de figuración que el sueño continúa hasta los detalles. Toda vez que muestra a dos elementos como vecinos, atestigua que sus correspondientes entre los pensamientos oníricos mantienen un nexo particularmente íntimo. Es como en nuestro sistema de escritura: ab significa que las dos letras deben proferirse en una sílaba; en cambio, si entre a y b hay un espacio en blanco, debe verse en a la última letra de una palabra y en b la primera de otra. (ver nota)(370) A semejanza de ello, las combinaciones del sueño no se configuran desde ingredientes cualesquiera, dispares por completo, del material onírico, sino desde aquellos que también en los pensamientos oníricos mantienen entre sí un nexo más íntimo.
Para figurar las relaciones causales el sueño posee dos procedimientos, que en esencia desembocan en lo mismo. Cuando los pensamientos oníricos rezan, por ejemplo, «Porque esto era así y así, debió ocurrir esto y esto otro», lo más frecuente es que se figure la prótasis como sueñoprólogo, y la apódosis como sueño principal. Si lo he entendido bien, la serie temporal puede ser también la inversa, pero siempre a la apódosis le corresponde la parte más detallada del sueño.
Un bello ejemplo de esa figuración de la causalidad me lo brindó una paciente, cuyo sueño después comunicaré por extenso." Se componía de un breve preludio y de un fragmento onírico muy difuso, que presentaba un centro muy marcado y podía llevar este título: «Por la flor(371)». El sueño prólogo decía así: Ella va a la cocina y reprocha a las dos muchachas que no tengan preparado ese «bocadito»; allí ve mucha vajilla vuelta hacia abajo para que se escurra, vajilla tosca amontonada. Las dos muchachas van por agua y para eso tienen que entrar como en un río, que llega has a la casa o hasta el patio.
Después sigue el sueño principal, que empieza así: Desciende desde lo alto, por extraños barandales, y le alegra que su vestido con todo eso no se haya desgarrado en ninguna parte,
etc. El sueño-prólogo se refiere a la casa paterna de esta señora. Las palabras dichas en la cocina las oyó muchas veces de labios de su madre. Los montones de vajilla tosca provienen del comercio de vajilla ordinaria establecido en la misma casa. La otra parte del sueño contiene

95
una alusión al padre, que importunaba mucho a las muchachas de servicio y después, en una inundación -la casa estaba próxima al río-, contrajo una enfermedad mortal. He aquí el pensamiento que se oculta tras ese sueño-prólogo: «Puesto que yo provengo de esta casa, de una condición tan ínfima y poco edificante ... ». El sueño principal recoge este mismo pensamiento y lo pone bajo una forma modificada por el cumplimiento de deseo: «Soy de alta cuna». De modo que el genuino pensamiento es: «Puesto que vengo de cuna tan baja, mi vida fue así y así».
Por lo que yo sé, la partición del sueño en dos fragmentos desiguales no siempre significa una relación causal entre los pensamientos correspondientes a cada uno de ellos. Muchas veces parece como si en los dos sueños el mismo material se figurase desde diversos puntos de vista. (Con seguridad esto es válido cuando una serie de sueños de una noche culmina en una polución, una serie en que la necesidad somática va imponiendo una expresión cada vez más clara.) (ver nota)(372) O bien los dos sueños partieron de centros separados en el material onírico y se traslaparon en su contenido, de manera que en uno es centro lo que en otro concurre como alusión, y a la inversa. No obstante, en cierto número de sueños la escisión en un prólogo más breve y un sueño posterior más largo significa de hecho una relación causal entre ambos fragmentos.
El otro modo de figuración del nexo causal se aplica a un material de menor alcance, y consiste en que una figura del sueño, sea persona o cosa, se muda en otra. Sólo donde veamos llevarse a cabo en el sueño esta mudanza afirmaremos con seriedad el nexo causal; no donde meramente observemos que ahora en lugar de una aparece la otra. Dije que los dos procedimientos de figurar la relación causal desembocaban en lo mismo; en los dos casos la causación es figurada por una sucesión; en el primero porque los dos sueños se suceden, y en el segundo porque una imagen se muda directamente en otra. Comoquiera que sea, en la gran mayoría de los casos la relación causal no es figurada en modo alguno, sino que se pierde en la sucesión de los elementos, inevitable en el proceso del soñar.
En cuanto a la alternativa «o bien ... o bien ... », el sueño no puede expresarla; suele recoger en una trama sus dos términos como igualmente justificados. El sueño de la inyección de Irma contiene un ejemplo clásico de ello. En sus pensamientos latentes [págs. 139-401 se afirma sin duda: «No tengo la culpa de que los dolores de Irma continúen; la tiene, o bien su renuencia a aceptar la solución, o bien el que viva en condiciones sexuales desfavorables, que yo no puedo modificar, obien sus dolores no son para nada histéricos, sino de naturaleza orgánica». Ahora bien, el sueño realiza todas esas posibilidades, casi excluyentes entre sí, \ no le molesta añadir una cuarta de tales soluciones, tomada del deseo onírico. Sólo después, hecha la interpretación del sueño, introduje el «o bien ... o bien ... » en la trabazón de los pensamientos oníricos.
Toda vez que el relator, cuando reproduce su sueño, utiliza un «o bien ... o bien. . . »: «Era o bien un jardín o la habitación de una casa, etc.», en los pensamientos oníricos no ocurre una alternativa sino una «y», una simple coordinación conjuntiva. Con un «o bien ... o bien ... » describimos las más de las veces el carácter borroso, todavía no resuelto por nosotros, de un elemento onírico. La regla interpretativa para este caso dice: Equiparar entre sí los términos de la aparente alternativa y enlazarlos con una «V». Un ejemplo: después que durante mucho tiempo esperé en vano la dirección de un amigo mío que permanecía en Italia, soñé que recibía un telegrama donde se me comunicaba esa dirección. La veo impresa en azul sobre la banda de papel del telegrama; la primera palabra es confusa:
tal vez «Via»
o «Villa» la segunda es clara: «Sezerno».
o aun («Casa»)
La segunda palabra, que suena a nombre italiano y me recuerda las conversaciones que tuvimos con mi amigo sobre cuestiones etimológicas, expresa también mi enfado por el hecho de que me haya mantenido tanto tiempo secreta su residencia; pero cada uno de los miembros de la terna que se me propone para la primera palabra puede reconocerse en el análisis como punto de partida, independiente y con igual derecho que los otros, de la cadena de pensamientos. (ver nota)(373)
La noche anterior al entierro de mi padre soñé con una pizarra, un mural o un cartel anunciador impresos -como la placa que en la sala de espera de los ferrocarriles anuncia la prohibición de fumar-, donde se leía
- o bien «Se ruega cerrar los ojos»,
los «Se ruega cerrar ojo(s)
un
Cada una de esas dos versiones tiene su sentido particular y lleva a la interpretación del sueño por un camino diverso. Había yo escogido el ceremonial más sencillo posible, porque sabía lo que el muerto pensaba sobre tales protocolos. Pero otros miembros de mi familia no estaban de acuerdo con semejante sencillez puritana; opinaban que de suyo los haría avergonzarse ante los condolientes. Por eso uno de los textos del sueño ruega «cerrar un ojo», o sea, mostrar indulgencia. El significado de la borrosidad que describimos con «o bien ... o bien» se capta aquí con particular facilidad. El trabajo del sueño no logró establecer un texto único, pero de doble sentido, para los pensamientos oníricos. Por eso las dos líneas de pensamiento principales se separan una de la otra ya en el contenido [manifiesto] del sueño.(ver nota)(374)

96
En algunos casos la bipartición del sueño en dos fragmentos de igual tamaño es expresión de una alternativa difícil de figurar.
En extremo llamativa es la conducta del sueño hacia la categoría de la oposición y la contradicción. Lisa y llanamente la omite, el «no» parece no existir para el sueño. (ver nota)(375) Tiene notable predilección por componer los opuestos en una unidad o figurarlos en idéntico elemento. Y aun se toma la libertad de figurar un elemento cualquiera mediante su opuesto en el orden del deseo, por lo cual de un elemento que admita contrario no se sabe a primera vista si en los pensamientos oníricos está incluido de manera positiva o negativa. (ver nota)(376) En uno de los sueños citados en último término, cuya prótasis ya indicamos («Puesto que soy de baja cuna»), la soñante desciende por un barandal y en eso lleva en las manos una rama florida. Puesto que frente a esa imagen se le ocurren el ángel que en los cuadros de la Anunciación de María (ella se llama María) lleva en la mano una vara de azucenas y las niñas que van vestidas de blanco en la procesión de Corpus Christi, mientras las calles se adornan con verdes ramos, la rama florida del sueño es una inequívoca alusión a la inocencia sexual, Pero la rama está cargada de nutridas flores rojas, cada una de las cuales es idéntica a una camelia. Al final de su camino, sigue diciéndose en el sueño, las flores ya están bastante deshojadas; después siguen innegables alusiones al período. Y así esa misma rama que es llevada como una azucena y como por una niña inocente se convierte, al mismo tiempo, en una alusión a la dama de las camelias, que, según se sabe, siempre lleva una camelia blanca, pero en la época del período lleva una roja. El mismo ramo florido («las flores de la niña» de las canciones de la molineta en Goethe(377)) figura la inocencia sexual y también su opuesto. Y entonces ese mismo sueño en que ella expresa la alegría de haber podido marchar inmaculada por la vida, deja traslucir en algunos pasajes (como el deshojarse de las flores) la ilación de pensamiento opuesta: ella se ha hecho culpable de diversos pecados contra la pureza sexual (a saber, en la infancia). En el análisis del sueño podemos distinguir con claridad las dos ilaciones de pensamiento; de ellas, la consoladora parece situada en un estrato superficial, y la de los reproches, en uno profundo; ambas son directamente contrarias entre sí, y sus elementos iguales pero de sentido opuesto han encontrado su figuración en los mismos elementos del sueño [manifiesto].
Entre las relaciones lógicas, una sola es extremadamente favorecida por el mecanismo de la formación del sueño. Es la relación de la semejanza, la concordancia, el contacto, el «así como», que en los sueños puede figurarse como ninguna otra con diversos medios. (ver nota)(378) Las congruencias existentes en el material de los pensamientos oníricos o los casos de «así como» son, por cierto, los primeros puntos de apoyo para la formación del sueño, y una parte no desdeñable del trabajo del sueño consiste en crear nuevas congruencias de esa índole cuando las existentes no pueden abrirse camino hasta el sueño por causa de la censura de la resistencia. El afán de condensación del trabajo del sueño viene en ayuda de la figuración de la relación de semejanza.
Semejanza, concordancia, comunidad son figuradas por el sueño en todos los casos por reunión en una unidad que ya estaba dada en el material onírico o que se crea nueva. Al primer caso puede llamárselo identificación, y al segundo, formación mixta. La identificación se emplea cuando se trata de personas; la formación mixta, cuando el material reunido son cosas, aunque también se establecen -formaciones mixtas de personas. Los lugares son a menudo tratados como personas.
La identificación consiste en que sólo una de las personas enlazadas por algo común alcanza a figurarse en el contenido [manifiesto] del sueño, mientras que la otra u otras parecen sofocadas para él. Ahora bien, esta única persona encubridora entra en el s ueño en todas las relaciones y situaciones que se derivan de ella o de las personas encubiertas. En la formación mixta, cuando se extiende a personas, la figura onírica incluye rasgos que son peculiares de una u otra de las personas en cuestión, pero no comunes a ellas, de manera que por la unificación de estos rasgos aparece bien definida una nueva unidad, una persona mixta. La mezcla misma puede producirse por diversos caminos. La persona onírica puede llevar el nombre de una de las personas con que se la relaciona -y entonces sabemos que se mienta a esta o estotra persona, de un modo por entero análogo a nuestro saber de vigilia, mientras que los rasgos visuales pertenecen a la otra; o la imagen onírica puede estar compuesta por rasgos visuales que en la realidad se distribuyen entre ambas. En lugar de los rasgos visuales, la participación de la segunda persona puede estar subrogada por los ademanes que se le atribuyen, las palabras que se le hacen decir o la situación en que se la pone. Con este último modo de la caracterización empieza a esfumarse el distingo nítido entre identificación y formación mixta de persona. (ver nota)(379) Pero también puede ocurrir que la formación de una tal persona mixta fracase. Entonces la escena del sueño se atribuye a una persona, y la otra -por regla general la más importante- aparece meramente presente, como si no participase en cosa alguna. El soñante cuenta, por ejemplo: «Mi madre estaba también allí» (Stekel). Un elemento así del contenido onírico es entonces comparable a un determinativo de la escritura jeroglífica, no destinado a la elocución, sino a la aclaración de otro signo.
Lo común que justifica la reunión de las dos personas (vale decir, que la ocasiona) puede estar figurado en el sueño o faltar. Por lo general, la identificación o la formación de una persona mixta sirve para ahorrarse la figuración de eso común. En lugar de repetir: A me es hostil, y B también, formo en el sueño una persona mixta de A y de B, o me represento a A en una acción de otra índole, que caracteriza a B para mí. La persona onírica así lograda me sale al paso en el sueño en cualquier enlace nuevo, y la circunstancia de que ella significa tanto A como B me proporciona el justificativo para introducir en el lugar correspondiente de la interpretación del sueño lo común a ambas, o sea, su relación hostil conmigo. De este modo logro con frecuencia una condensación de todo punto extraordinaria en cuanto al contenido del sueño; puedo ahorrarme la figuración directa de relaciones muy complejas que se entraman con una persona si he hallado para ella otra que, con igual derecho, puede reclamar una parte de esas relaciones. Fácilmente se comprende que este modo de figurar por identificación puede contribuir mucho también a eludir la censura de la resistencia, que tan duras condiciones impone al trabajo del sueño. Lo repugnante para la censura puede residir precisamente en aquellas representaciones que dentro del material están enlazadas con una persona en particular; pues bien, hallo una segunda persona que igualmente tiene relaciones con el material objetado, pero sólo con una parte de este. Y el contacto en aquellos puntos no exentos de censura me da ahora el derecho a formar una persona mixta caracterizada por rasgos indiferentes de ambas. Esta persona. mixta o de identificación, es apta, por cuanto está exenta de censura, para que se la acoja en el contenido del sueño; así, usando de la condensación onírica he satisfecho los requisitos de la censura onírica.
Donde en el sueño es figurado algo común a las dos personas, suele esto ser indicio de que

En extremo llamativa es la conducta del sueño hacia la categoría de la oposición y la contradicción. Lisa y llanamente la omite, el «no» parece no existir para el sueño. (ver nota)(375) Tiene notable predilección por componer los opuestos en una unidad o figurarlos en idéntico elemento. Y aun se toma la libertad de figurar un elemento cualquiera mediante su opuesto en el orden del deseo, por lo cual de un elemento que admita contrario no se sabe a primera vista si en los pensamientos oníricos está incluido de manera positiva o negativa. (ver nota)(376) En uno de los sueños citados en último término, cuya prótasis ya indicamos («Puesto que soy de baja cuna»), la soñante desciende por un barandal y en eso lleva en las manos una rama florida. Puesto que frente a esa imagen se le ocurren el ángel que en los cuadros de la Anunciación de María (ella se llama María) lleva en la mano una vara de azucenas y las niñas que van vestidas de blanco en la procesión de Corpus Christi, mientras las calles se adornan con verdes ramos, la rama florida del sueño es una inequívoca alusión a la inocencia sexual, Pero la rama está cargada de nutridas flores rojas, cada una de las cuales es idéntica a una camelia. Al final de su camino, sigue diciéndose en el sueño, las flores ya están bastante deshojadas; después siguen innegables alusiones al período. Y así esa misma rama que es llevada como una azucena y como por una niña inocente se convierte, al mismo tiempo, en una alusión a la dama de las camelias, que, según se sabe, siempre lleva una camelia blanca, pero en la época del período lleva una roja. El mismo ramo florido («las flores de la niña» de las canciones de la molineta en Goethe(377)) figura la inocencia sexual y también su opuesto. Y entonces ese mismo sueño en que ella expresa la alegría de haber podido marchar inmaculada por la vida, deja traslucir en algunos pasajes (como el deshojarse de las flores) la ilación de pensamiento opuesta: ella se ha hecho culpable de diversos pecados contra la pureza sexual (a saber, en la infancia). En el análisis del sueño podemos distinguir con claridad las dos ilaciones de pensamiento; de ellas, la consoladora parece situada en un estrato superficial, y la de los reproches, en uno profundo; ambas son directamente contrarias entre sí, y sus elementos iguales pero de sentido opuesto han encontrado su figuración en los mismos elementos del sueño [manifiesto].
Entre las relaciones lógicas, una sola es extremadamente favorecida por el mecanismo de la formación del sueño. Es la relación de la semejanza, la concordancia, el contacto, el «así como», que en los sueños puede figurarse como ninguna otra con diversos medios. (ver nota)(378) Las congruencias existentes en el material de los pensamientos oníricos o los casos de «así como» son, por cierto, los primeros puntos de apoyo para la formación del sueño, y una parte no desdeñable del trabajo del sueño consiste en crear nuevas congruencias de esa índole cuando las existentes no pueden abrirse camino hasta el sueño por causa de la censura de la resistencia. El afán de condensación del trabajo del sueño viene en ayuda de la figuración de la relación de semejanza.
Semejanza, concordancia, comunidad son figuradas por el sueño en todos los casos por reunión en una unidad que ya estaba dada en el material onírico o que se crea nueva. Al primer caso puede llamárselo identificación, y al segundo, formación mixta. La identificación se emplea cuando se trata de personas; la formación mixta, cuando el material reunido son cosas, aunque también se establecen -formaciones mixtas de personas. Los lugares son a menudo tratados como personas.
La identificación consiste en que sólo una de las personas enlazadas por algo común alcanza a figurarse en el contenido [manifiesto] del sueño, mientras que la otra u otras parecen sofocadas para él. Ahora bien, esta única persona encubridora entra en el s ueño en todas las relaciones y situaciones que se derivan de ella o de las personas encubiertas. En la formación mixta, cuando se extiende a personas, la figura onírica incluye rasgos que son peculiares de una u otra de las personas en cuestión, pero no comunes a ellas, de manera que por la unificación de estos rasgos aparece bien definida una nueva unidad, una persona mixta. La mezcla misma puede producirse por diversos caminos. La persona onírica puede llevar el nombre de una de las personas con que se la relaciona -y entonces sabemos que se mienta a esta o estotra persona, de un modo por entero análogo a nuestro saber de vigilia, mientras que los rasgos visuales pertenecen a la otra; o la imagen onírica puede estar compuesta por rasgos visuales que en la realidad se distribuyen entre ambas. En lugar de los rasgos visuales, la participación de la segunda persona puede estar subrogada por los ademanes que se le atribuyen, las palabras que se le hacen decir o la situación en que se la pone. Con este último modo de la caracterización empieza a esfumarse el distingo nítido entre identificación y formación mixta de persona. (ver nota)(379) Pero también puede ocurrir que la formación de una tal persona mixta fracase. Entonces la escena del sueño se atribuye a una persona, y la otra -por regla general la más importante- aparece meramente presente, como si no participase en cosa alguna. El soñante cuenta, por ejemplo: «Mi madre estaba también allí» (Stekel). Un elemento así del contenido onírico es entonces comparable a un determinativo de la escritura jeroglífica, no destinado a la elocución, sino a la aclaración de otro signo.
Lo común que justifica la reunión de las dos personas (vale decir, que la ocasiona) puede estar figurado en el sueño o faltar. Por lo general, la identificación o la formación de una persona mixta sirve para ahorrarse la figuración de eso común. En lugar de repetir: A me es hostil, y B también, formo en el sueño una persona mixta de A y de B, o me represento a A en una acción de otra índole, que caracteriza a B para mí. La persona onírica así lograda me sale al paso en el sueño en cualquier enlace nuevo, y la circunstancia de que ella significa tanto A como B me proporciona el justificativo para introducir en el lugar correspondiente de la interpretación del sueño lo común a ambas, o sea, su relación hostil conmigo. De este modo logro con frecuencia una condensación de todo punto extraordinaria en cuanto al contenido del sueño; puedo ahorrarme la figuración directa de relaciones muy complejas que se entraman con una persona si he hallado para ella otra que, con igual derecho, puede reclamar una parte de esas relaciones. Fácilmente se comprende que este modo de figurar por identificación puede contribuir mucho también a eludir la censura de la resistencia, que tan duras condiciones impone al trabajo del sueño. Lo repugnante para la censura puede residir precisamente en aquellas representaciones que dentro del material están enlazadas con una persona en particular; pues bien, hallo una segunda persona que igualmente tiene relaciones con el material objetado, pero sólo con una parte de este. Y el contacto en aquellos puntos no exentos de censura me da ahora el derecho a formar una persona mixta caracterizada por rasgos indiferentes de ambas. Esta persona. mixta o de identificación, es apta, por cuanto está exenta de censura, para que se la acoja en el contenido del sueño; así, usando de la condensación onírica he satisfecho los requisitos de la censura onírica.
Donde en el sueño es figurado algo común a las dos personas, suele esto ser indicio de que

97
hemos de buscar otro elemento común, escondido, cuya figuración fue imposibilitada por la censura. Aquí, por así decir, se ha producido un desplazamiento respecto de eso común, en aras de la figurabilidad. Puesto que la persona mixta me exhibe en el sueño algo común indiferente, yo debo descubrir en los pensamientos oníricos algo común que no es en absoluto indiferente.
Según esto, la identificación o la formación de una persona mixta sirve en el sueño a diversos fines: en primer lugar, a la figuración de algo común a las dos personas; en segundo lugar, a la figuración de una comunidad desplazada, y por último, a la expresión de una comunidad meramente deseada. Como el deseo de que exista una comunidad entre dos personas muchas veces coincide con una permutación entre ellas, también esta relación se expresa en el, sueño mediante identificación. En el sueño de la inyección de Irma yo deseo permutar esta paciente por otra, y en consecuencia deseo que la otra sea mi paciente, que es la misma cosa; el sueño atiende a este deseo, puesto que me muestra a una persona que se llama Irma, pero que es examinada en una posición en que sólo a la otra tuve ocasión de ver. En el sueño sobre mi tío, hice de esa permutación el centro del sueño; me identifico con el ministro en cuanto no trato ni juzgo a mis colegas mejor que lo haría él.
La experiencia nos dice, y no he hallado excepción alguna, que todo sueño versa sobre la persona que sueña. Los sueños son absolutamente egoístas(380). Toda vez que en el contenido onírico no se presenta mi yo, sino sólo una persona extraña, tengo derecho a suponer tranquilamente que mi yo se ocultó tras esa persona, por identificación. Estoy autorizado a agregar mi yo. Otras veces mi yo aparece en el sueño, pero la situación en que se encuentra me enseña que tras él, por identificación, se esconde otra persona. El sueño me avisa entonces que en la interpretación debo trasferir a mí algo referido a esa persona, y eso es lo común oculto. Hay sueños en que mi yo se presenta junto a otras personas, que, resuelta la identificación, se revelan también como mi yo. Debo entonces, por medio de esa identificación, unir con mi yo ciertas representaciones a cuya aceptación la censura se opuso. Por tanto, puedo figurar mi yo en un sueño varias veces, una vez directamente, y otras por medio de la identificación con personas extrañas. Y con varias de tales identificaciones puede condensarse un material de pensamientos enormemente rico. (ver nota)(381) Que el yo propio aparezca en un sueño varias veces o se presente en diversas configuraciones no es, en el fondo, más asombroso que el hecho de que esté contenido varias veces en un pensamiento conciente, y en diferentes lugares o dentro de diversas relaciones, por ejemplo, en esta oración: «Si yo pienso en el niño sano que yo fui». (ver nota)(382)
En el caso de lugares designados con nombres propios, la resolución de las identificaciones se perfila con mayor claridad todavía que en el de las personas. En efecto, aquí desaparece la perturbación que introduce el yo prepotente en el sueño. En uno de mis sueños sobre Roma, el lugar en que me encuentro se llama Roma; pero me asombra la multitud de carteles en alemán que hay fijados en una esquina. Esto último es un cumplimiento de deseo, respecto del cual enseguida me acuerdo de Praga; y el deseo mismo quizá nació en un período juvenil, hoy superado, de nacionalismo alemán. Para la época en que soñé, tenía en vista un encuentro en Praga con mi amigo [Fliess]; la identificación entre Roma y Praga se explica entonces por una relación de comunidad deseada; me gustaría más encontrar a mi amigo en Roma que en Praga, me gustaría permutar Praga por Roma para ese encuentro.
La posibilidad de crear formaciones mixtas está en primera línea entre los rasgos que tan a menudo confieren a los sueños un cuño fantástico, por cuanto introducen en el contenido onírico elementos que nunca podrían ser objeto de percepción. (ver nota)(383) El proceso psíquico que se sigue en la creación de formaciones mixtas de los sueños es manifiestamente el mismo que el de la vigilia cuando nos representamos o dibujamos un centauro o un dragón. La única diferencia está en que la creación fantástica de la vigilia se rige por la impresión que intencionadamente quiere alcanzarse con el producto nuevo, mientras que la formación mixta del sueño está determinada por un factor extrínseco a su configuración: lo común en los pensamientos oníricos. La formación mixta del sueño puede producirse de maneras muy diversas. En la variedad lograda con menos arte, sólo se figuran las propiedades de una cosa, y además se sabe que esta figuración vale también para otro objeto. Una técnica más puntillosa reúne rasgos de uno y de otro objeto en una nueva figura, valiéndose para ello habilidosamente, por ejemplo, de las semejanzas que ambos objetos ya presentan en la realidad. La nueva formación puede parecer por entero absurda o bien un logro de la fantasía, según el material y el ingenio de la composición. Si los objetos que han de condensarse en una unidad son demasiado dispares, el trabajo del sueño suele limitarse a crear una formación mixta dotada de un núcleo más nítido al que se añaden determinaciones más desdibujadas. En tal caso, la reunión en una sola imagen ha fracasado, por así decir; las dos figuraciones se superponen y producen como una competencia entre las imágenes visuales. Podríamos obtener figuraciones parecidas en una representación gráfica sí nos empeñáramos en ilustrar la formación de un concepto a partir de imágenes perceptivas individuales.
Desde luego, los sueños son almácigo de tales productos mixtos; ya comuniqué algunos ejemplos en los sueños analizados hasta aquí; ahora agregaré otros. En el sueño que describe «con una metáfora» {«durch die Blume»} o «alegóricamente» («verblümt»} la peripecia de vida de la paciente, sobre el cual se informa infra el yo del sueño lleva en la mano una rama florida, que, como averiguamos, significa al mismo tiempo inocencia y pecaminosidad sexual. Además, y por el modo en que tiene las flores, esa rama recuerda a flores de cerezo; las flores mismas, tomadas por separado, son camelias, por lo cual el todo deja todavía la impresión de una planta exótica. Lo común a los elementos de este producto mixto resulta de los pensamientos oníricos. La rama florida se compone de alusiones a obsequios que la movieron o quisieron moverla a mostrarse complaciente. En la niñez fueron las cerezas, y en años posteriores una planta de camelias; lo exótico alude a un naturalista que había viajado mucho y que quiso conquistar sus favores dibujando unas flores. Otra paciente se crea en el sueño una cosa intermedia entre las casetas de los baños de mar, los escusados del campo y los desvanes de nuestras viviendas urbanas. Los dos primeros elementos tienen en común la relación con la desnudez y el desvestirse; por su composición con el tercer elemento se infiere que también un desván fue (en la infancia) el escenario de un desnudamiento. Un soñante(384) se procura un lugar mixto combinando dos sitios donde se practica la Kur: mi consultorio y el local público donde conoció a su mujer(385). Una muchacha, luego de que su hermano mayor le prometió convidarla con caviar, sueña que este hermano tiene las piernas como brotadas con las huevas negras del caviar. Los elementos «contagio» en sentido moral y el recuerdo de una erupción que, siendo niña, hizo que sus piernas apareciesen brotadas de puntitos no negros sino rojos, se reúnen aquí con las huevas de caviar en un nuevo concepto: el de «lo que ella ha recibido de su hermano». Partes del cuerpo humano son tratadas en este sueño como objetos, como por lo demás suele ocurrir en los sueños. En uno comunicado por Ferenczi [1910a](386) aparece un producto mixto compuesto por la persona de un médico y un caballo, y que además llevaba una

Según esto, la identificación o la formación de una persona mixta sirve en el sueño a diversos fines: en primer lugar, a la figuración de algo común a las dos personas; en segundo lugar, a la figuración de una comunidad desplazada, y por último, a la expresión de una comunidad meramente deseada. Como el deseo de que exista una comunidad entre dos personas muchas veces coincide con una permutación entre ellas, también esta relación se expresa en el, sueño mediante identificación. En el sueño de la inyección de Irma yo deseo permutar esta paciente por otra, y en consecuencia deseo que la otra sea mi paciente, que es la misma cosa; el sueño atiende a este deseo, puesto que me muestra a una persona que se llama Irma, pero que es examinada en una posición en que sólo a la otra tuve ocasión de ver. En el sueño sobre mi tío, hice de esa permutación el centro del sueño; me identifico con el ministro en cuanto no trato ni juzgo a mis colegas mejor que lo haría él.
La experiencia nos dice, y no he hallado excepción alguna, que todo sueño versa sobre la persona que sueña. Los sueños son absolutamente egoístas(380). Toda vez que en el contenido onírico no se presenta mi yo, sino sólo una persona extraña, tengo derecho a suponer tranquilamente que mi yo se ocultó tras esa persona, por identificación. Estoy autorizado a agregar mi yo. Otras veces mi yo aparece en el sueño, pero la situación en que se encuentra me enseña que tras él, por identificación, se esconde otra persona. El sueño me avisa entonces que en la interpretación debo trasferir a mí algo referido a esa persona, y eso es lo común oculto. Hay sueños en que mi yo se presenta junto a otras personas, que, resuelta la identificación, se revelan también como mi yo. Debo entonces, por medio de esa identificación, unir con mi yo ciertas representaciones a cuya aceptación la censura se opuso. Por tanto, puedo figurar mi yo en un sueño varias veces, una vez directamente, y otras por medio de la identificación con personas extrañas. Y con varias de tales identificaciones puede condensarse un material de pensamientos enormemente rico. (ver nota)(381) Que el yo propio aparezca en un sueño varias veces o se presente en diversas configuraciones no es, en el fondo, más asombroso que el hecho de que esté contenido varias veces en un pensamiento conciente, y en diferentes lugares o dentro de diversas relaciones, por ejemplo, en esta oración: «Si yo pienso en el niño sano que yo fui». (ver nota)(382)
En el caso de lugares designados con nombres propios, la resolución de las identificaciones se perfila con mayor claridad todavía que en el de las personas. En efecto, aquí desaparece la perturbación que introduce el yo prepotente en el sueño. En uno de mis sueños sobre Roma, el lugar en que me encuentro se llama Roma; pero me asombra la multitud de carteles en alemán que hay fijados en una esquina. Esto último es un cumplimiento de deseo, respecto del cual enseguida me acuerdo de Praga; y el deseo mismo quizá nació en un período juvenil, hoy superado, de nacionalismo alemán. Para la época en que soñé, tenía en vista un encuentro en Praga con mi amigo [Fliess]; la identificación entre Roma y Praga se explica entonces por una relación de comunidad deseada; me gustaría más encontrar a mi amigo en Roma que en Praga, me gustaría permutar Praga por Roma para ese encuentro.
La posibilidad de crear formaciones mixtas está en primera línea entre los rasgos que tan a menudo confieren a los sueños un cuño fantástico, por cuanto introducen en el contenido onírico elementos que nunca podrían ser objeto de percepción. (ver nota)(383) El proceso psíquico que se sigue en la creación de formaciones mixtas de los sueños es manifiestamente el mismo que el de la vigilia cuando nos representamos o dibujamos un centauro o un dragón. La única diferencia está en que la creación fantástica de la vigilia se rige por la impresión que intencionadamente quiere alcanzarse con el producto nuevo, mientras que la formación mixta del sueño está determinada por un factor extrínseco a su configuración: lo común en los pensamientos oníricos. La formación mixta del sueño puede producirse de maneras muy diversas. En la variedad lograda con menos arte, sólo se figuran las propiedades de una cosa, y además se sabe que esta figuración vale también para otro objeto. Una técnica más puntillosa reúne rasgos de uno y de otro objeto en una nueva figura, valiéndose para ello habilidosamente, por ejemplo, de las semejanzas que ambos objetos ya presentan en la realidad. La nueva formación puede parecer por entero absurda o bien un logro de la fantasía, según el material y el ingenio de la composición. Si los objetos que han de condensarse en una unidad son demasiado dispares, el trabajo del sueño suele limitarse a crear una formación mixta dotada de un núcleo más nítido al que se añaden determinaciones más desdibujadas. En tal caso, la reunión en una sola imagen ha fracasado, por así decir; las dos figuraciones se superponen y producen como una competencia entre las imágenes visuales. Podríamos obtener figuraciones parecidas en una representación gráfica sí nos empeñáramos en ilustrar la formación de un concepto a partir de imágenes perceptivas individuales.
Desde luego, los sueños son almácigo de tales productos mixtos; ya comuniqué algunos ejemplos en los sueños analizados hasta aquí; ahora agregaré otros. En el sueño que describe «con una metáfora» {«durch die Blume»} o «alegóricamente» («verblümt»} la peripecia de vida de la paciente, sobre el cual se informa infra el yo del sueño lleva en la mano una rama florida, que, como averiguamos, significa al mismo tiempo inocencia y pecaminosidad sexual. Además, y por el modo en que tiene las flores, esa rama recuerda a flores de cerezo; las flores mismas, tomadas por separado, son camelias, por lo cual el todo deja todavía la impresión de una planta exótica. Lo común a los elementos de este producto mixto resulta de los pensamientos oníricos. La rama florida se compone de alusiones a obsequios que la movieron o quisieron moverla a mostrarse complaciente. En la niñez fueron las cerezas, y en años posteriores una planta de camelias; lo exótico alude a un naturalista que había viajado mucho y que quiso conquistar sus favores dibujando unas flores. Otra paciente se crea en el sueño una cosa intermedia entre las casetas de los baños de mar, los escusados del campo y los desvanes de nuestras viviendas urbanas. Los dos primeros elementos tienen en común la relación con la desnudez y el desvestirse; por su composición con el tercer elemento se infiere que también un desván fue (en la infancia) el escenario de un desnudamiento. Un soñante(384) se procura un lugar mixto combinando dos sitios donde se practica la Kur: mi consultorio y el local público donde conoció a su mujer(385). Una muchacha, luego de que su hermano mayor le prometió convidarla con caviar, sueña que este hermano tiene las piernas como brotadas con las huevas negras del caviar. Los elementos «contagio» en sentido moral y el recuerdo de una erupción que, siendo niña, hizo que sus piernas apareciesen brotadas de puntitos no negros sino rojos, se reúnen aquí con las huevas de caviar en un nuevo concepto: el de «lo que ella ha recibido de su hermano». Partes del cuerpo humano son tratadas en este sueño como objetos, como por lo demás suele ocurrir en los sueños. En uno comunicado por Ferenczi [1910a](386) aparece un producto mixto compuesto por la persona de un médico y un caballo, y que además llevaba una

98
camisa de dormir. Lo común a estos tres ingredientes se reveló en el análisis, después que la camisa de dormir se reconoció como alusión al padre de la soñante en una escena infantil. En los tres casos :se trataba de objetos de su curiosidad sexual. De pequeña, muchas veces su niñera la había llevado consigo a la caballeriza militar, donde tuvo oportunidad de satisfacer abundantemente su curiosidad -por entonces no inhibida aún-.
Antes afirmé que el sueño no tiene ningún medio de expresar la relación de la contradicción, la oposición, el «no». Ahora paso a contradecir por primera vez esa afirmación. Según vimos, una parte de los casos que pueden agruparse bajo «oposición» son figurados simplemente por vía de identificación: ello sucede cuando a la contraposición puede conectarse una permutación, un remplazo. Repetidas veces hemos citado ejemplos de esto. Otra parte de las oposiciones incluidas en los pensamientos oníricos, que cae bajo la categoría de «lo inverso, lo contrario», logra figurarse en el sueño de la siguiente manera, asombrosa y casi se diría chistosa. Lo «inverso» no llega como tal al contenido onírico, sino que exterioriza su presencia en el material por el hecho de que se invierte -como con posterioridad- un fragmento ya configurado del contenido onírico, que fue arrimado a este por otras razones. Ilustrar este proceso es más fácil que describirlo. En el bello sueño «trepar a lo alto y descender bajo», la figuración onírica del trepar está invertida respecto del modelo incluido en los pensamientos oníricos, a saber, la escena introductoria de Safo, de Daudet; en el sueño se avanza primero con dificultad y después aliviadamente, mientras que en aquella escena el ascenso es primero liviano, y después cada vez más pesado. También el «arriba» y el «abajo» respecto del hermano se figuran en el sueño trastornados. Esto apunta a una relación de inversión o de oposición existente entre dos fragmentos del material incluido en los pensamientos oníricos, y la descubrimos en lo siguiente: en la fantasía infantil del soñante él era cargado en brazos por su nodriza, a la inversa que en la novela, donde el héroe lleva a su amada. También mi sueño sobre el ataque de Goethe al señor M. contiene un «a la inversa» semejante, que es preciso enderezar para lograr la interpretación del sueño. En este, Goethe ha atacado a un joven, el señor M.; en la realidad, según está contenido en los pensamientos oníricos, un hombre importante, mi amigo [Fliess], fue atacado por un joven autor desconocido. En el sueño cuento desde la fecha de la muerte de Goethe; en la realidad, la cuenta parte del año de nacimiento del paralítico. El pensamiento decisivo en el material onírico resulta ser la contradicción a la idea de que Goethe sea tratado como si fuese un mentecato. A la inversa, dice el sueño,' si tú no comprendes el libro, eres tú [el crítico] el imbécil, no lo es el autor. En todos estos sueños de inversión paréceme contenida una referencia al giro despectivo «volver la espalda a uno» (cf. la inversión con respecto al hermano, en el sueño de Safo. Digna de señalarse, por otra parte(387), es la frecuencia con que se usa la inversión precisamente en sueños sugeridos por mociones homosexuales reprimidas.
La inversión(388) mudanza en lo contrario, es por lo demás uno de los medios de figuración preferidos por el trabajo del sueño, y susceptible del uso más multilateral. Ante todo, sirve para imponer la vigencia del cumplimiento de deseo respecto de un elemento determinado de los pensamientos oníricos. «¡Ojalá hubiera ocurrido lo inverso!» es a menudo la mejor forma de expresar la reacción del yo frente a un recuerdo penoso. Pero, además, la inversión cobra valor particular al servicio de la censura: ella infunde a lo que ha de figurarse una medida de desfiguración {dislocación} que al comienzo paraliza sin más la comprensión del sueño. Por eso, cuando un sueño nos niega con obstinación su sentido, estamos autorizados, en todos los casos, a tantear con la inversión de determinados fragmentos de su contenido manifiesto; haciéndolo, no raras veces todo se aclara enseguida.
Junto a la inversión del contenido, no ha de descuidarse la inversión temporal. Una técnica muy común de la desfiguración onírica consiste en figurar el final del asunto o la conclusión de la ilación de pensamiento al inicio del sueño, y en diferir hasta el final de este las premisas del razonamiento o las causas de lo acontecido. Por eso la tarea de interpretar el sueño sumirá en la perplejidad a quien no haya reparado en este recurso técnico de la desfiguración onírica. (ver nota)(389)
Y aun en muchos(390) casos sólo se recupera el sentido de] sueño tras practicar múltiples inversiones siguiendo relaciones diferentes. Por ejemplo, en el sueño de un joven neurótico obsesivo el recuerdo del deseo infantil de muerte del padre temido se oculta tras el siguiente texto: Su padre lo increpa porque él llega a casa a hora demasiado tardía. Pero sucede que el contexto de la cura psicoanalítica y las ocurrencias del soñante prueban que debió decir primero que está enojado con el padre, y después que el padre en todo caso llegó demasiado temprano (es decir, demasiado pronto) a casa. Habría preferido que el padre no llegara nunca a casa, lo que es idéntico al deseo de que el padre muera. Es que el soñante, de pequeño, durante una larga ausencia del padre se había hecho culpable de una agresión sexual contra otra persona, y lo castigaron entonces con esta amenaza: «¡Espera a que vuelva tu padre y verás! ».
Si queremos seguir ahondando en la relación entre contenido y pensamientos oníricos, lo mejor que podemos hacer es tomar ahora al sueño mismo como punto de partida y preguntarnos por la intencionalidad de ciertos caracteres formales de la figuración onírica con respecto a los pensamientos del sueño. Entre estos caracteres formales que no pueden menos que llamarnos la atención en el sueño se cuentan, ante todo, las diferencias de intensidad sensorial entre productos oníricos singulares, y de nitidez entre partes de sueños o entre sueños enteros, comparados entre sí. Las diferencias de intensidad entre productos oníricos singulares recorren toda una escala: desde un fuerte realce, que nos inclinamos -aunque sin certeza- a poner por encima del de la realidad, hasta una enfadosa borrosidad, que suele juzgarse característica del sueño porque en verdad no puede asimilársela por completo a ninguno de los grados de desdibujamiento que ocasionalmente percibimos en los objetos de la realidad. Además, solemos calificar la impresión que recibimos de un objeto onírico desdibujado como «fugaz», mientras que de las imágenes oníricas más nítidas creemos que se han mantenido durante mayor tiempo en la percepción. Cumple buscar ahora las condiciones del material onírico que han engendrado esta diferencia en la vivacidad de los fragmentos singulares del contenido onírico.
Primero tenemos que salir al paso de ciertas expectativas que parecen inevitables. Puesto que entre el material del sueño pueden contarse también sensaciones reales sobrevenidas mientras se duerme, probablemente se supondrá que ellas, o los elementos oníricos que engendran, han de resaltar en el contenido del sueño con particular intensidad; o a la inversa, que aquello que en el sueño resulte llamativo por su particular intensidad habrá de remontarse a esas sensaciones reales. Mi experiencia nunca ha corroborado esto. No es cierto que los elementos del sueño que son retoños de impresiones reales sobrevenidas mientras se duerme (estímulos nerviosos) descuellen por su vivacidad sobre los otros, los que provienen de recuerdos. El factor de la realidad no cuenta para la determinación de la intensidad de las imágenes oníricas.

Antes afirmé que el sueño no tiene ningún medio de expresar la relación de la contradicción, la oposición, el «no». Ahora paso a contradecir por primera vez esa afirmación. Según vimos, una parte de los casos que pueden agruparse bajo «oposición» son figurados simplemente por vía de identificación: ello sucede cuando a la contraposición puede conectarse una permutación, un remplazo. Repetidas veces hemos citado ejemplos de esto. Otra parte de las oposiciones incluidas en los pensamientos oníricos, que cae bajo la categoría de «lo inverso, lo contrario», logra figurarse en el sueño de la siguiente manera, asombrosa y casi se diría chistosa. Lo «inverso» no llega como tal al contenido onírico, sino que exterioriza su presencia en el material por el hecho de que se invierte -como con posterioridad- un fragmento ya configurado del contenido onírico, que fue arrimado a este por otras razones. Ilustrar este proceso es más fácil que describirlo. En el bello sueño «trepar a lo alto y descender bajo», la figuración onírica del trepar está invertida respecto del modelo incluido en los pensamientos oníricos, a saber, la escena introductoria de Safo, de Daudet; en el sueño se avanza primero con dificultad y después aliviadamente, mientras que en aquella escena el ascenso es primero liviano, y después cada vez más pesado. También el «arriba» y el «abajo» respecto del hermano se figuran en el sueño trastornados. Esto apunta a una relación de inversión o de oposición existente entre dos fragmentos del material incluido en los pensamientos oníricos, y la descubrimos en lo siguiente: en la fantasía infantil del soñante él era cargado en brazos por su nodriza, a la inversa que en la novela, donde el héroe lleva a su amada. También mi sueño sobre el ataque de Goethe al señor M. contiene un «a la inversa» semejante, que es preciso enderezar para lograr la interpretación del sueño. En este, Goethe ha atacado a un joven, el señor M.; en la realidad, según está contenido en los pensamientos oníricos, un hombre importante, mi amigo [Fliess], fue atacado por un joven autor desconocido. En el sueño cuento desde la fecha de la muerte de Goethe; en la realidad, la cuenta parte del año de nacimiento del paralítico. El pensamiento decisivo en el material onírico resulta ser la contradicción a la idea de que Goethe sea tratado como si fuese un mentecato. A la inversa, dice el sueño,' si tú no comprendes el libro, eres tú [el crítico] el imbécil, no lo es el autor. En todos estos sueños de inversión paréceme contenida una referencia al giro despectivo «volver la espalda a uno» (cf. la inversión con respecto al hermano, en el sueño de Safo. Digna de señalarse, por otra parte(387), es la frecuencia con que se usa la inversión precisamente en sueños sugeridos por mociones homosexuales reprimidas.
La inversión(388) mudanza en lo contrario, es por lo demás uno de los medios de figuración preferidos por el trabajo del sueño, y susceptible del uso más multilateral. Ante todo, sirve para imponer la vigencia del cumplimiento de deseo respecto de un elemento determinado de los pensamientos oníricos. «¡Ojalá hubiera ocurrido lo inverso!» es a menudo la mejor forma de expresar la reacción del yo frente a un recuerdo penoso. Pero, además, la inversión cobra valor particular al servicio de la censura: ella infunde a lo que ha de figurarse una medida de desfiguración {dislocación} que al comienzo paraliza sin más la comprensión del sueño. Por eso, cuando un sueño nos niega con obstinación su sentido, estamos autorizados, en todos los casos, a tantear con la inversión de determinados fragmentos de su contenido manifiesto; haciéndolo, no raras veces todo se aclara enseguida.
Junto a la inversión del contenido, no ha de descuidarse la inversión temporal. Una técnica muy común de la desfiguración onírica consiste en figurar el final del asunto o la conclusión de la ilación de pensamiento al inicio del sueño, y en diferir hasta el final de este las premisas del razonamiento o las causas de lo acontecido. Por eso la tarea de interpretar el sueño sumirá en la perplejidad a quien no haya reparado en este recurso técnico de la desfiguración onírica. (ver nota)(389)
Y aun en muchos(390) casos sólo se recupera el sentido de] sueño tras practicar múltiples inversiones siguiendo relaciones diferentes. Por ejemplo, en el sueño de un joven neurótico obsesivo el recuerdo del deseo infantil de muerte del padre temido se oculta tras el siguiente texto: Su padre lo increpa porque él llega a casa a hora demasiado tardía. Pero sucede que el contexto de la cura psicoanalítica y las ocurrencias del soñante prueban que debió decir primero que está enojado con el padre, y después que el padre en todo caso llegó demasiado temprano (es decir, demasiado pronto) a casa. Habría preferido que el padre no llegara nunca a casa, lo que es idéntico al deseo de que el padre muera. Es que el soñante, de pequeño, durante una larga ausencia del padre se había hecho culpable de una agresión sexual contra otra persona, y lo castigaron entonces con esta amenaza: «¡Espera a que vuelva tu padre y verás! ».
Si queremos seguir ahondando en la relación entre contenido y pensamientos oníricos, lo mejor que podemos hacer es tomar ahora al sueño mismo como punto de partida y preguntarnos por la intencionalidad de ciertos caracteres formales de la figuración onírica con respecto a los pensamientos del sueño. Entre estos caracteres formales que no pueden menos que llamarnos la atención en el sueño se cuentan, ante todo, las diferencias de intensidad sensorial entre productos oníricos singulares, y de nitidez entre partes de sueños o entre sueños enteros, comparados entre sí. Las diferencias de intensidad entre productos oníricos singulares recorren toda una escala: desde un fuerte realce, que nos inclinamos -aunque sin certeza- a poner por encima del de la realidad, hasta una enfadosa borrosidad, que suele juzgarse característica del sueño porque en verdad no puede asimilársela por completo a ninguno de los grados de desdibujamiento que ocasionalmente percibimos en los objetos de la realidad. Además, solemos calificar la impresión que recibimos de un objeto onírico desdibujado como «fugaz», mientras que de las imágenes oníricas más nítidas creemos que se han mantenido durante mayor tiempo en la percepción. Cumple buscar ahora las condiciones del material onírico que han engendrado esta diferencia en la vivacidad de los fragmentos singulares del contenido onírico.
Primero tenemos que salir al paso de ciertas expectativas que parecen inevitables. Puesto que entre el material del sueño pueden contarse también sensaciones reales sobrevenidas mientras se duerme, probablemente se supondrá que ellas, o los elementos oníricos que engendran, han de resaltar en el contenido del sueño con particular intensidad; o a la inversa, que aquello que en el sueño resulte llamativo por su particular intensidad habrá de remontarse a esas sensaciones reales. Mi experiencia nunca ha corroborado esto. No es cierto que los elementos del sueño que son retoños de impresiones reales sobrevenidas mientras se duerme (estímulos nerviosos) descuellen por su vivacidad sobre los otros, los que provienen de recuerdos. El factor de la realidad no cuenta para la determinación de la intensidad de las imágenes oníricas.

99
Además, alguien podría presuponer que la intensidad sensorial (vivacidad) de las imágenes oníricas singulares tiene alguna relación con la intensidad psíquica de los elementos que les corresponden dentro de los pensamientos oníricos. En estos últimos, intensidad coincide con valencia psíquica; los elementos más intensos no serían otros que los más significativos, los que constituyen el centro de los pensamientos oníricos. Ahora bien, nosotros sabemos que precisamente estos elementos, por causa de la censura, casi nunca son acogidos en el contenido onírico. Pero podría suceder que sus retoños más inmediatos que los subrogan en el sueño cobrasen un alto grado de intensidad sin que por eso hubieran de constituir el centro de la figuración onírica. También este presupuesto, no obstante, es destruido por el estudio comparativo del sueño y el material onírico. La intensidad de los elementos en uno nada tiene que ver con esa intensidad en el otro; entre material onírico y sueño ocurre de hecho una total «subversión de todos los valores psíquicos». (ver nota)(391) Y aun es frecuente que un retoño directo de lo que en los pensamientos oníricos ocupa un lugar dominante pueda descubrirse en un elemento del sueño, vaporoso y fugitivo, tapado por imágenes más potentes.
La intensidad de los elementos del sueño se muestra determinada de otro modo, y por dos factores independientes entre sí. Primero, es fácil ver que se figuran con particular intensidad aquellos elementos por los cuales se expresa el cumplimiento de deseo. Y después el análisis enseña que de los elementos más vívidos del sueño parten la mayoría de las ilaciones de pensamiento; que esos elementos más vívidos son, al mismo tiempo, los más determinados. No alteramos el sentido de este último enunciado, que obtuvimos empíricamente, si le damos la siguiente forma: Máxima intensidad muestran aquellos elementos del sueño para cuya formación se precisó del más vasto trabajo de condensación. Tenemos derecho a esperar, entonces, que esta condición, junto con la otra, la del cumplimiento de deseo, se expresen en una fórmula única.
Quisiera que el problema que ahora empecé a tratar, el de las causas de la mayor o menor intensidad o nitidez de los elementos oníricos singulares, no se embrollase con un problema distinto, el que se refiere a la variable nitidez de sueños enteros o de tramos de sueños. En un caso, nitidez se opone a borrosidad, y en el otro, a confusión. Empero, es innegable que el incremento y el decremento de las cualidades ocurren al mismo paso en las dos escalas. Una parte del sueño, que se nos presenta clara, contiene las más de las veces elementos intensos; un sueño oscuro se compone, al contrario, de elementos menos intensos. No obstante, el problema que ofrece la escala que va desde lo que aparece claro hasta lo oscuro-confuso es más complejo que el de las variaciones de los elementos oníricos en cuanto a vivacidad todavía no podemos abordar aquí su elucidación, por razones que después detallaremos.
En algunos casos se observa, no sin asombro, que la impresión de claridad o de falta de nitidez que nos deja un sueño nada significa respecto de su ensambladura, sino que brota del material onírico como un ingrediente de este. Así, recuerdo un sueño que, cuando cobré el sentido, me pareció tan bien ensamblado, tan claro y sin lagunas, que aún no del todo despierto me propuse crear una nueva categoría de sueños que no estarían sometidos al mecanismo de la condensación y del desplazamiento, sino que podrían designarse como «fantasías sobrevenidas durante el dormir». Un examen más atento reveló que este sueño raro mostraba en su ensambladura los mismos desgarramientos y saltos que cualquier otro; abandoné, pues, la categoría de las fantasías oníricas(392). Sintetizo el contenido del sueño: yo proponía a mi amigo [Fliess] una teoría sobre la bisexualidad, teoría difícil y largamente buscada, y al deseo que pugnaba por cumplirse en el sueño debe imputarse que dicha teoría (que por lo demás no se comunicaba en el sueño) nos pareciese clara y sin lagunas. Lo que yo tuve por un juicio sobre el sueño terminado no era sino un fragmento, y por cierto el fragmento esencial, del contenido onírico. El trabajo del sueño invadió en ese caso, por así decir, los primeros pensamientos de la vigilia, y me trasmitió como juicio sobre el sueño aquel fragmento del material onírico cuya figuración precisa no había logrado en el sueño. Un perfecto correspondiente de esto me lo proporcionó una paciente: primero por nada del mundo quiso contarme un sueño que tuvo durante el tratamiento, porque «es tan oscuro y tan confuso ... », y por último lo contó bajo repetidas protestas de que no estaba segura de lo que exponía; en el sueño -entraban varias personas -ella, su marido y su padre- y era como si no hubiera sabido a ciencia cierta si su marido era su padre o quién era verdaderamente su padre o algo así. La confrontación de este sueño con las ocurrencias que ella tuvo en la sesión reveló sin lugar a dudas que se trataba de la historia, bastante corriente, de una muchacha de servicio que debió confesar que esperaba un hijo y hubo que oírle decir que estaba en duda sobre «quién era el verdadero padre (de la criatura(393))». Por consiguiente, la falta de claridad que mostraba el sueño era también un fragmento del material que lo suscitó. Un fragmento de ese contenido había sido fígurado en la forma del sueño. La forma del sueño o del soñar se usa con asombrosa frecuencia para figurar el contenido oculto. (ver nota)(394)
Glosas sobre el sueño, observaciones en apariencia inofensivas sobre él, sirven harto a menudo para ocultar de la manera más refinada un fragmento de lo soñado, al par que en verdad lo revelan. Por ejemplo, un soñante manifiesta: «Aquí el sueño se borra {verwischen; wischen: restregar, limpiar}», y el análisis saca a luz la reminiscencia infantil de una vez que espió con las orejas a una persona que se limpiaba después de defecar. También lo ilustra otro caso, que merece comunicarse con detalle: Un hombre joven tiene un sueño muy claro; le recuerda fantasías de sus épocas de muchachito, que han permanecido concientes en él: anochece, él se encuentra en un hotel de vacaciones, equivoca el número de su habitación y entra en una pieza donde una señora mayor y sus dos hijas se desvisten para meterse en cama. Y prosigue: «Entonces hay unas lagunas en el sueño, ahí falta algo, y al final apareció un hombre en la habitación; quiso echarme de allí y tuve que pelear con él». En vano se empeña en recordar el contenido y el propósito de aquella fantasía de muchachito a que el sueño manifiestamente alude. Pero al final caemos en la cuenta de que el contenido buscado ya está presente en la manifestación sobre el pasaje oscuro del sueño. Las «lagunas» son las aberturas genitales de las mujeres que están por meterse en cama: «ahí falta algo» describe el carácter principal de los genitales femeninos. De muchacho lo consumía el apetito de saber {Wissbegierde}, de ver los genitales de una mujer, y entonces todavía se inclinaba a creer en la teoría sexual infantil que atribuye a la mujer la posesión del miembro masculino.
De manera enteramente parecida se revistió una reminiscencia análoga de otro soñante. (ver nota)(395) He aquí su sueño: Voy con la señorita K. al restaurante del Volksgarten ... viene luego un pasaje oscuro, una interrupción. . ., después me encuentro en la sala de un burdel, donde veo a dos o tres mujeres, una de ellas en camisa y calzón.

La intensidad de los elementos del sueño se muestra determinada de otro modo, y por dos factores independientes entre sí. Primero, es fácil ver que se figuran con particular intensidad aquellos elementos por los cuales se expresa el cumplimiento de deseo. Y después el análisis enseña que de los elementos más vívidos del sueño parten la mayoría de las ilaciones de pensamiento; que esos elementos más vívidos son, al mismo tiempo, los más determinados. No alteramos el sentido de este último enunciado, que obtuvimos empíricamente, si le damos la siguiente forma: Máxima intensidad muestran aquellos elementos del sueño para cuya formación se precisó del más vasto trabajo de condensación. Tenemos derecho a esperar, entonces, que esta condición, junto con la otra, la del cumplimiento de deseo, se expresen en una fórmula única.
Quisiera que el problema que ahora empecé a tratar, el de las causas de la mayor o menor intensidad o nitidez de los elementos oníricos singulares, no se embrollase con un problema distinto, el que se refiere a la variable nitidez de sueños enteros o de tramos de sueños. En un caso, nitidez se opone a borrosidad, y en el otro, a confusión. Empero, es innegable que el incremento y el decremento de las cualidades ocurren al mismo paso en las dos escalas. Una parte del sueño, que se nos presenta clara, contiene las más de las veces elementos intensos; un sueño oscuro se compone, al contrario, de elementos menos intensos. No obstante, el problema que ofrece la escala que va desde lo que aparece claro hasta lo oscuro-confuso es más complejo que el de las variaciones de los elementos oníricos en cuanto a vivacidad todavía no podemos abordar aquí su elucidación, por razones que después detallaremos.
En algunos casos se observa, no sin asombro, que la impresión de claridad o de falta de nitidez que nos deja un sueño nada significa respecto de su ensambladura, sino que brota del material onírico como un ingrediente de este. Así, recuerdo un sueño que, cuando cobré el sentido, me pareció tan bien ensamblado, tan claro y sin lagunas, que aún no del todo despierto me propuse crear una nueva categoría de sueños que no estarían sometidos al mecanismo de la condensación y del desplazamiento, sino que podrían designarse como «fantasías sobrevenidas durante el dormir». Un examen más atento reveló que este sueño raro mostraba en su ensambladura los mismos desgarramientos y saltos que cualquier otro; abandoné, pues, la categoría de las fantasías oníricas(392). Sintetizo el contenido del sueño: yo proponía a mi amigo [Fliess] una teoría sobre la bisexualidad, teoría difícil y largamente buscada, y al deseo que pugnaba por cumplirse en el sueño debe imputarse que dicha teoría (que por lo demás no se comunicaba en el sueño) nos pareciese clara y sin lagunas. Lo que yo tuve por un juicio sobre el sueño terminado no era sino un fragmento, y por cierto el fragmento esencial, del contenido onírico. El trabajo del sueño invadió en ese caso, por así decir, los primeros pensamientos de la vigilia, y me trasmitió como juicio sobre el sueño aquel fragmento del material onírico cuya figuración precisa no había logrado en el sueño. Un perfecto correspondiente de esto me lo proporcionó una paciente: primero por nada del mundo quiso contarme un sueño que tuvo durante el tratamiento, porque «es tan oscuro y tan confuso ... », y por último lo contó bajo repetidas protestas de que no estaba segura de lo que exponía; en el sueño -entraban varias personas -ella, su marido y su padre- y era como si no hubiera sabido a ciencia cierta si su marido era su padre o quién era verdaderamente su padre o algo así. La confrontación de este sueño con las ocurrencias que ella tuvo en la sesión reveló sin lugar a dudas que se trataba de la historia, bastante corriente, de una muchacha de servicio que debió confesar que esperaba un hijo y hubo que oírle decir que estaba en duda sobre «quién era el verdadero padre (de la criatura(393))». Por consiguiente, la falta de claridad que mostraba el sueño era también un fragmento del material que lo suscitó. Un fragmento de ese contenido había sido fígurado en la forma del sueño. La forma del sueño o del soñar se usa con asombrosa frecuencia para figurar el contenido oculto. (ver nota)(394)
Glosas sobre el sueño, observaciones en apariencia inofensivas sobre él, sirven harto a menudo para ocultar de la manera más refinada un fragmento de lo soñado, al par que en verdad lo revelan. Por ejemplo, un soñante manifiesta: «Aquí el sueño se borra {verwischen; wischen: restregar, limpiar}», y el análisis saca a luz la reminiscencia infantil de una vez que espió con las orejas a una persona que se limpiaba después de defecar. También lo ilustra otro caso, que merece comunicarse con detalle: Un hombre joven tiene un sueño muy claro; le recuerda fantasías de sus épocas de muchachito, que han permanecido concientes en él: anochece, él se encuentra en un hotel de vacaciones, equivoca el número de su habitación y entra en una pieza donde una señora mayor y sus dos hijas se desvisten para meterse en cama. Y prosigue: «Entonces hay unas lagunas en el sueño, ahí falta algo, y al final apareció un hombre en la habitación; quiso echarme de allí y tuve que pelear con él». En vano se empeña en recordar el contenido y el propósito de aquella fantasía de muchachito a que el sueño manifiestamente alude. Pero al final caemos en la cuenta de que el contenido buscado ya está presente en la manifestación sobre el pasaje oscuro del sueño. Las «lagunas» son las aberturas genitales de las mujeres que están por meterse en cama: «ahí falta algo» describe el carácter principal de los genitales femeninos. De muchacho lo consumía el apetito de saber {Wissbegierde}, de ver los genitales de una mujer, y entonces todavía se inclinaba a creer en la teoría sexual infantil que atribuye a la mujer la posesión del miembro masculino.
De manera enteramente parecida se revistió una reminiscencia análoga de otro soñante. (ver nota)(395) He aquí su sueño: Voy con la señorita K. al restaurante del Volksgarten ... viene luego un pasaje oscuro, una interrupción. . ., después me encuentro en la sala de un burdel, donde veo a dos o tres mujeres, una de ellas en camisa y calzón.

100
Análisis
La señorita K. es la hija de un jefe que él tuvo antes y es, según admite, un sustituto de la hermana. Tuvo muy pocas ocasiones de hablar con ella, pero una vez hubo un coloquio entre ellos en el que «cada uno reconoció, por así decir, su sexo, como si uno dijese: Yo soy hombre y tú eres mujer». En el restaurante indicado sólo estuvo en una oportunidad acompañando a la hermana de un cuñado, una muchacha que le era por completo indiferente. Otra vez acompañó a un grupo de tres damas hasta la entrada de ese restaurante. Las damas eran su hermana, su cuñada y la hermana de su cuñado, ya mencionada; las tres le eran en extremo indiferentes, pero todas pertenecían a la clase de «las hermanas». Rara vez ha visitado burdeles, quizás en dos o tres ocasiones durante toda su vida.
La interpretación se apoyó en el «pasaje oscuro», la «interrupción» del sueño. Se averiguó que de muchacho, en su apetito de saber, había inspeccionado, aunque sólo contadas veces, los genitales de su hermana, unos años menor que él. Días después tuvo el recuerdo conciente del desaguisado a que aludía el sueño.
Todos los sueños de una misma noche pertenecen por su contenido a una misma totalidad; su división en varios fragmentos, el modo en que se agrupan y su número, todo eso rebosa de sentido y puede considerarse parte de la comunicación que proviene de los pensamientos oníricos latentes. (ver nota)(396) En la interpretación de sueños que constan de varios fragmentos principales o, en general, de aquellos que corresponden a una misma noche no puede echarse a olvido la posibilidad de que esos diversos sueños, que se siguen unos a otros, signifiquen lo mismo, expresen en un material diferente mociones idénticas. De estos sueños homólogos, el primero de la serie es a menudo el más desfigurado y pudoroso, y el que le sigue, más atrevido y nítido.
Ya el sueño bíblico del Faraón, el sueño de las mieses y las vacas interpretado por José, era de este tipo. En Josefo (Antiquilates Judaicae {Antigüedades judías}, libro 11, capítulos 5 y 6) lo encontramos relatado con más detalle. Después que el rey contó el primer sueño, dijo: «Luego de esta primera visión onírica desperté inquieto y me puse a reflexionar sobre lo que pudiera significar, pero estando en eso volví a dormirme poco a poco y tuve un segundo sueño, mucho más extraño, que me infundió un terror y me provocó una confusión todavía mayores». Escuchado el relato del sueño, dijo José: «Tu sueño, ¡oh rey!, es por su apariencia otro, pero las dos visiones tienen un solo significado».
Jung, en «Ein Beitrag zur Psychologie des Gerüchtes»
(1910d), cuenta el modo en que el sueño disfrazadamente erótico de una colegiala fue comprendido, sin que mediase interpretación, por sus amigas, quienes lo resoñaron con variantes. Y respecto de uno de estos relatos del sueño observa que «el pensamiento final de una larga serie de imágenes oníricas contiene precisamente aquello que se intentó figurar ya en la primera imagen de la serie, La censura aparta al complejo a la mayor distancia posible mediante renovados encubrimientos simbólicos, desplazamientos, disfraces inocentes, etc.». Scherner conoció bien esta propiedad de la figuración en los sueños y la describe, dentro de su doctrina de los estímulos de órgano, como una ley particular (1861, pág. 166): «Pero en definitiva la fantasía, en todas las formaciones oníricas simbólicas que parten de estímulos nerviosos determinados, obedece a una ley de validez universal: al comienzo del sueño ella pinta el objeto estimulador sólo en las alusiones más lejanas y libres, pero al final, supuestamente cuando se agotó su caudal pictórico, pinta en toda su desnudez al estímulo mismo, al órgano que le corresponde o a su función, con lo cual el sueño, habiendo designado a su ocasión orgánica, toca a su fin. . . ».Una bella confirmación de esta ley de Scherner es la ofrecida por Otto Rank (1910a). Comunica este el sueño de una muchacha, que se componía de dos sueños separados en el tiempo y habidos en una misma noche; el segundo concluyó con una polución {Pollution}. Este sueño de polución pudo ser interpretado hasta los detalles renunciando casi a las contribuciones de la soñante, y la multitud de recíprocas referencias que presentaban los dos contenidos oníricos permitió reconocer que el primer sueño expresaba, con figuración pudorosa, lo mismo que el segundo, de manera que este, el sueño de polución, hubo de ayudar a la explicación plena del primero. A partir de estos ejemplos, y con buen derecho, Rank elucida la significación de los sueños de polución para la teoría del soñar en general.
No obstante, según mi experiencia, sólo en pocos casos estamos en condiciones de reinterpretar la claridad o la confusión del sueño por la presencia de una certeza o una duda en el material onírico. Después habré de revelar el factor de la formación del sueño, hasta aquí no mencionado, de cuya influencia depende en lo esencial esta escala de cualidades.
En muchos sueños en que la misma situación e idéntico escenario persisten durante algún tiempo, sobrevienen interrupciones que son descritas con las siguientes palabras: «Pero después es como si fuera simultáneamente otro lugar, y allí sucediera esto y aquello». Eso que así interrumpe el tratamiento principal del sueño, el cual puede proseguirse luego de un momento, resulta ser en el material onírico una oración incidental, un pensamiento intercalado. La cláusula condicional incluida en los pensamientos oníricos se figura en el sueño por simultaneidad (el «si ... » se convierte en «cuando...»).
¿Qué significa la sensación, que tantas veces se produce en sueños, de no poder movernos, y que tanto se aproxima a la angustia? Queremos avanzar y no nos movemos del sitio, queremos ejecutar algo y chocamos con obstáculos que nos lo impiden. El tren ya se pone en movimiento, y no podemos alcanzarlo; levantamos la mano para vengar una ofensa, y la mano no nos responde, etc. Ya tropezamos con esta sensación a raíz de los sueños de exhibición, pero todavía no hemos hecho un serio intento de interpretarla. Es fácil, pero insuficiente, responder que mientras se duerme prevalece una parálisis motriz que se hace notar por medio de la sensación mencionada. Tenemos derecho a preguntar: ¿Por qué entonces no se sueña permanentemente con tales inhibiciones del movimiento?, y podemos conjeturar que esta sensación que se engendra en todo momento mientras dormimos sirve a fines cualesquiera de la figuración, y sólo se la convoca cuando el material onírico necesita ser figurado de esa manera.

101
El no-poder-consumar-nada no siempre emerge en el sueño como sensación, sino a veces simplemente como fragmento del contenido onírico. Juzgo a uno de estos casos particularmente apto para esclarecernos sobre la intencionalidad de este requisito del sueño. Comunicaré de manera abreviada un sueño en que yo aparezco culpado {beschuIdigt(397)} de deslealtad. El escenario es una mezcla de un sanatorio privado y varios otros locales. Aparece un servidor que me llama para una revisión. En el sueño yo sé que se ha echado de menos algo y la revisión se hace por la sospecha de que yo me apropié de lo que se perdió. El análisis muestra que «revisión» ha de tomarse en doble sentido, e incluye examen médico. Conciente de mi inocencia {Unschuld} y de mi función de médico de consulta en ese instituto, mai-ho (gehen) tranquilo con el servidor. En una puerta nos recibe {empfängen} otro servidor, que dice, señalándome: «Lo ha traído usted a él, él es un hombre decente {decoroso}». Entro después sin servidor a una gran sala donde hay máquinas y que me recuerda a un «Inferno» con sus faenas de diabólicos castigos. Encepado en un aparato veo a un colega que tendría todas las razones para hacer caso de mí; pero no repara en mí. Dicen entonces que ahora puedo marcharme {gehen}. Pero no encuentro mi sombrero y no puedo marcharme.
Es manifiesto en el sueño el cumplimiento de deseo: que me reconozcan como hombre honrado y me dejen marcharme; por tanto, en los pensamientos oníricos tiene que haber diversos materiales que contengan la contradicción a ello. Que tenga permiso para marcharme es el signo de mi absolución; y entonces, si el sueño trae al final un acontecimiento que suspende mi marcha, cabe inferir que en este rasgo se impone el material, sofocado, de esa contradicción. Que yo no encuentre el sombrero significa, entonces: «De spués de todo no eres un hombre honrado». El no-poder-consumar-nada del sueño es una expresión de contradicción, un «no», por lo cual debemos corregir nuestra anterior afirmación según la cual el sueño no puede expresar el no. (ver nota)(398)
En otros sueños, donde el no-poder-consumar un movimiento ocurre como sensación y no meramente como situación, esa misma contradicción es expresada con más fuerza por la sensación de movimiento inhibido, como una volición a la que se opone una volición contraria. La sensación del movimiento inhibido figura, por tanto, un conflicto de la voluntad. Después sabremos que precisamente la parálisis motriz que acompaña al dormir se cuenta entre las condiciones fundamentales del proceso psíquico que ocurre mientras se sueña. Ahora bien, el impulso trasferido a las vías motrices no es otra cosa que la volición, y el hecho de que estemos ciertos de percibir este impulso, mientras dormimos, como inhibido hace que todo el proceso se vuelva tan excepcionalmente apto para figurar la voluntad y el «no» que se le opone. La explicación que yo doy a la angustia permite entender también con facilidad que la sensación de voluntad inhibida se avecine tanto a la angustia y tan a menudo se conecte con ella en sueños. La angustia es un impulso libidinoso que parte de lo inconciente y es inhibido por lo preconciente(399). Por eso toda vez que en sueños la sensación de inhibición se conecta con la angustia tiene que estar en juego una volición que alguna vez fue capaz de desarrollar libido en torno de una moción sexual.
El significado(400) del juicio emergente durante un sueño: «Esto no es más que un sueño», y el poder psíquico a que haya de adscribír selo, son cosas que elucidaremos en otro lugar. Anticiparé que está destinado a restar importancia a lo soñado. El interesante problema, afín a este, que consiste en averiguar lo que se expresa cuando cierto contenido se designa en el sueño mismo como «soñado», el enigma del «sueño en el sueño», ha sido resuelto en un sentido semejante por Stekel [1909, págs. 459 y sigs.], mediante el análisis de algunos ejemplos convincentes. La intención es también desvalorizar a lo «soñado» del sueño, arrebatarle su realidad; lo que se sigue soñando después de despertar del «sueño dentro del sueño» es lo que el deseo onírico quiere poner en lugar de la realidad borrada. Puede entonces suponerse que lo «soñado» contiene la figuración de la realidad, el recuerdo real, y el sueño que sigue, al contrario, la figuración de lo que el soñante meramente desea. La inclusión de cierto contenido en un «sueño dentro del sueño» es equivalente a desear que ojalá lo así designado como sueño no hubiera ocurrido. Con otras palabras(401): cuando un determinado hecho es situado [como un sueño] dentro de un sueño por el propio trabajo del sueño, ello implica la más decisiva corroboración de la realidad de ese hecho, su más fuerte afirmación {Bejahung: decir sí}. El trabajo del sueño usa al soñar mismo como una forma de repulsa(402) y así da testimonio de que el sueño es cumplimiento de deseo.

Notas finales 1 (Ventana-emergente - Popup) En una carta a Werner Achelis del 30 de enero de 1927, Freud escribió: «Por último, una palabra sobre la traducción del epígrafe de La interpretación de los sueños, e incluso sobre la interpretación de ese epígrafe. Usted traduce "Acheronta movebo" como "mover las ciudadelas de la Tierra". Pero lo que significa es "remover el mundo subterráneo". He tomado la cita de Lassalle, en cuyo caso probablemente tenía un significado personal y se vinculaba con clasificaciones sociales -no psicológicas- En mi caso, pretendí meramente destacar con él lo más importante de la dinámica del sueño. El deseo rechazado por las instancias mentales superiores (el deseo onírico reprimido) remueve al mundo mental subterráneo (el inconciente) para ser oído. ¿Qué puede usted encontrar de "prometeico" en esto? (Freud, 1960a).
Es manifiesto en el sueño el cumplimiento de deseo: que me reconozcan como hombre honrado y me dejen marcharme; por tanto, en los pensamientos oníricos tiene que haber diversos materiales que contengan la contradicción a ello. Que tenga permiso para marcharme es el signo de mi absolución; y entonces, si el sueño trae al final un acontecimiento que suspende mi marcha, cabe inferir que en este rasgo se impone el material, sofocado, de esa contradicción. Que yo no encuentre el sombrero significa, entonces: «De spués de todo no eres un hombre honrado». El no-poder-consumar-nada del sueño es una expresión de contradicción, un «no», por lo cual debemos corregir nuestra anterior afirmación según la cual el sueño no puede expresar el no. (ver nota)(398)
En otros sueños, donde el no-poder-consumar un movimiento ocurre como sensación y no meramente como situación, esa misma contradicción es expresada con más fuerza por la sensación de movimiento inhibido, como una volición a la que se opone una volición contraria. La sensación del movimiento inhibido figura, por tanto, un conflicto de la voluntad. Después sabremos que precisamente la parálisis motriz que acompaña al dormir se cuenta entre las condiciones fundamentales del proceso psíquico que ocurre mientras se sueña. Ahora bien, el impulso trasferido a las vías motrices no es otra cosa que la volición, y el hecho de que estemos ciertos de percibir este impulso, mientras dormimos, como inhibido hace que todo el proceso se vuelva tan excepcionalmente apto para figurar la voluntad y el «no» que se le opone. La explicación que yo doy a la angustia permite entender también con facilidad que la sensación de voluntad inhibida se avecine tanto a la angustia y tan a menudo se conecte con ella en sueños. La angustia es un impulso libidinoso que parte de lo inconciente y es inhibido por lo preconciente(399). Por eso toda vez que en sueños la sensación de inhibición se conecta con la angustia tiene que estar en juego una volición que alguna vez fue capaz de desarrollar libido en torno de una moción sexual.
El significado(400) del juicio emergente durante un sueño: «Esto no es más que un sueño», y el poder psíquico a que haya de adscribír selo, son cosas que elucidaremos en otro lugar. Anticiparé que está destinado a restar importancia a lo soñado. El interesante problema, afín a este, que consiste en averiguar lo que se expresa cuando cierto contenido se designa en el sueño mismo como «soñado», el enigma del «sueño en el sueño», ha sido resuelto en un sentido semejante por Stekel [1909, págs. 459 y sigs.], mediante el análisis de algunos ejemplos convincentes. La intención es también desvalorizar a lo «soñado» del sueño, arrebatarle su realidad; lo que se sigue soñando después de despertar del «sueño dentro del sueño» es lo que el deseo onírico quiere poner en lugar de la realidad borrada. Puede entonces suponerse que lo «soñado» contiene la figuración de la realidad, el recuerdo real, y el sueño que sigue, al contrario, la figuración de lo que el soñante meramente desea. La inclusión de cierto contenido en un «sueño dentro del sueño» es equivalente a desear que ojalá lo así designado como sueño no hubiera ocurrido. Con otras palabras(401): cuando un determinado hecho es situado [como un sueño] dentro de un sueño por el propio trabajo del sueño, ello implica la más decisiva corroboración de la realidad de ese hecho, su más fuerte afirmación {Bejahung: decir sí}. El trabajo del sueño usa al soñar mismo como una forma de repulsa(402) y así da testimonio de que el sueño es cumplimiento de deseo.

Notas finales 1 (Ventana-emergente - Popup) En una carta a Werner Achelis del 30 de enero de 1927, Freud escribió: «Por último, una palabra sobre la traducción del epígrafe de La interpretación de los sueños, e incluso sobre la interpretación de ese epígrafe. Usted traduce "Acheronta movebo" como "mover las ciudadelas de la Tierra". Pero lo que significa es "remover el mundo subterráneo". He tomado la cita de Lassalle, en cuyo caso probablemente tenía un significado personal y se vinculaba con clasificaciones sociales -no psicológicas- En mi caso, pretendí meramente destacar con él lo más importante de la dinámica del sueño. El deseo rechazado por las instancias mentales superiores (el deseo onírico reprimido) remueve al mundo mental subterráneo (el inconciente) para ser oído. ¿Qué puede usted encontrar de "prometeico" en esto? (Freud, 1960a).
2 (Ventana-emergente - Popup)
Ediciones en alemán
1900 Leipzig y Viena: Franz Deuticke, iv + 375 págs.
1909 2º ed. La misma editorial, vii + 389 págs. (Corregida y aumentada.)
1911 3º ed. La misma editorial, x + 418 págs. (Corregida y aumentada.)
1914 4º ed. La misma editorial, x + 498 págs. (Corregida y aumentada.)
1919 5º ed. La misma editorial, ix + 474 págs. (Corregida y aumentada.)
1921 6º ed. La misma editorial, vii + 478 págs. (Reimpresión de la 5º ed., con excepción de un nuevo prólogo y de correcciones en la bibliografía.)
1922 7º ed. La misma editorial, vii + 478 págs. (Reimpresión de la 6 º ed.)
1925 GS, 2, 543 págs., y 3, págs. 1-185. (Corregida y aumentada.)
1930 8º ed. Leipzig y Viena: Franz Deuticke, x + 435 págs. (Corregida y aumentada.)
1942 GW, 2-3, xv + 642 págs. (Reimpresión de la 8º ed.)
1972 SA, 2, 693 págs.
«Preface to the Third (Revised) English Edition»
(1931 Fecha de redacción.)
1932 Londres: George Allen & Unwin; Nueva York: The Macmillan Co.

103
Traducciones en castellano
1923 La interpretación de los sueños. BN ( 17 vols.), 6, 335 págs., y 7, 417 págs. Traducción de Luis López-Ballesteros.
1943 Igual título. EA, 6, 364 págs., y 7, 419 págs. Traducción de Luis López-Ballesteros. Incluye parcialmente 1911a (el mismo traductor), 7, págs. 73-9 y 127-8; 1914e (el mismo traductor), 7, pág. 99. Se agrega 1910f (traducción de Ludovico Rosenthal), 19 (1944), pág.271. Otros agregados o notas de Freud posteriores a la primera edición alemana se incluyen en 19, págs. 243-79.
1948 Igual título. BN (2 vols.), 1, págs. 233-588. Traducción de Luis López-Ballesteros. Incluye parcialmente 1911a y 1914e (el mismo traductor), 1, págs. 439-41 y 463, y 465, respectivamente.
1953 Igual título. SR, 6, 278 págs., y 7, 316 págs. Traducción de Luis López-Ballesteros. Incluye parcialmente 1911a (el mismo traductor), 7, págs. 55-9 y 95-6. Se agregan 1910f y 1914e (traducción de Ludovico Rosenthal), 19 (1955), págs. 238-9 y 135-6, respectivamente. Otros agregados o n otas de Freud posteriores a la primera edición alemana se incluyen en 19, págs. 217-46.
1967 Igual título. BN (3 vols.), 1, págs. 231-584. Traducción de Luis López-Ballesteros. Incluye parcialmente 1911a (el mismo traductor), 1, pág. 146. Se agregan 1910f y 1914e, 3 (1968), págs. 161 y 94-5, respectivamente. Otros agregados o notas de Freud posteriores a la primera edición alemana se incluyen en 3, págs. 144-67.
1972 Igual título. BN (9 vols.), 2, págs. 343-720. Traducción de Luis López-Ballesteros. Incluye 1911a, págs. 564-8 y 594-5; 19101,pág. 589 n. Se agrega 1914e, 5 (1972), pág.1734. Otros agregados o notas de Freud posteriores a la primera edición alemana se incluyen en 2 como notas de pie de página.
1955 «Prólogo para la tercera edición inglesa d e La interpretación de los sueños». SR, 20, págs. 195-6. Traducción de Ludovico Rosenthal.
1968 Igual título. BN (3 vols.), 3, págs. 321-2.
1972 Igual título. BN (9 vols.), 2, pág. 348.
Nota bibliográfico-histórica.
En realidad, Die Traumdeutung apareció por primera vez en 1899. Freud menciona este hecho al comienzo de su segundo escrito sobre Josef Popper-Lynkeus (1932c), AE, 22, pág. 203: «Fue en el invierno de 1899 cuando ante mí tuve al fin mi libro La interpretación de los sueños, posdatado para que apareciese como del nuevo siglo». Pero ahora tenemos una información más precisa, proveniente de su correspondencia con Wilhelm Fliess (Freud, 1950a). En su carta del 5 de noviembre de 1899 (Carta 123), Freud anuncia que «ayer finalmente apareció el libro»; y a juzgar por la carta anterior, parece que había recibido dos ejemplares por anticipado aproximadamente quince días atrás, uno de los cuales había enviado a Ress como regalo de cumpleaños.
La interpretación de los sueños es uno de los dos libros -el otro es Tres ensayos de teoría sexual (1905d)que Freud fue «actualizando» en forma más o menos sistemática a medida que se iban reeditando. En el caso de la presente obra, después de la tercera edición los cambios no fueron identificados como tales; esto produjo cierta confusión en el lector de las ediciones siguientes, ya que el nuevo material suponía a veces el conocimiento de modificaciones en los puntos de vista de Freud muy posteriores al período en que el libro se escribió por primera vez. Intentando superar esta dificultad, los editores de la primera compilación de las obras de Freud (los Gesammelte Schriften) reimprimieron en un volumen la primera edición de La interpretación de los sueños en su forma original e incluyeron en un segundo volumen todo el material agregado con posterioridad. Por desgracia, sin embargo, la tarea no se llevó a cabo muy sistemáticamente, porque no se indicaron las fechas de los diversos agregados, sacrificándose así buena parte de las ventajas del plan. En las ediciones subsiguientes se volvió al primitivo volumen único, sin diferenciaciones.
Los agregados referentes al simbolismo en los sueños son mucho más abundantes que los referentes a cualquier otro tema. En su «Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico» (1914d), AE, 14, págs. 18-9, y al comienzo de la sección E del capítulo VI de la presente obra, Freud explica que tardó en comprender plenamente la importancia de este aspecto del tema. En la primera edición, el examen del simbolismo se limitó a unas pocas páginas y a un solo sueño paradigmático (que ejemplifica el simbolismo sexual), al final de la sección D («El miramiento por la figurabilidad») del capítulo VI. En la segunda edición (1909) no se agregó nada a esta sección, pero en cambio se insertaron varias páginas sobre el simbolismo sexual al final de la sección D («Sueños típicos») del capítulo V. Esas páginas se ampliaron en medida considerable en la tercera edición (1911), mientras que el capítulo VI se mantuvo sin modificaciones. Evidentemente se hacía necesaria una reorganización, y en la cuarta edición (1914) se incluyó en el capítulo VI una sección enteramente nueva sobre simbolismo, a la cual se trasladó todo el material acerca del tema que se había acumulado en el capítulo V, junto con una cantidad de material totalmente inédito hasta entonces. En las ediciones ulteriores no se introdujeron más cambios en la estructura del libro, aunque se agregó mucho más material. Después de la versión en dos volúmenes (1925) -es decir, en la octava edición (1930)-se reinsertaron algunos pasajes de la sección D («Sueños típicos») del capítulo V, que anteriormente habían sido desechados.
En la cuarta, quinta, sexta y séptima ediciones (o sea, de 1914 a 1922)se incluyeron, al final del capítulo VI, dos ensayos de Otto Rank que luego fueron omitidos: «Sueño y creación literaria» (1914c) y «Sueño y mito» (1914d).
Resta considerar las bibliografías. La primera edición contenía una lista de unos ochenta libros, en su gran mayoría citados por Freud en el texto. Tal nómina se mantuvo sin alteraciones en las ediciones segunda y tercera, pero en esta última se agregó una nueva lista, de unos cuarenta libros escritos después de 1900, De allí en adelante, ambas comenzaron a crecer rápidamente, hasta que en la octava edición la primera lista contenía unas 260 obras y la segunda más de 200.A esta altura, sólo una mínima parte de los títulos incluidos en la primera lista (de obras anteriores a 1900)correspondían a libros realmente mencionados por Freud en el texto, mientras que la segunda lista (de obras posteriores a 1900) no podía verdaderamente -como se infiere de los mismos comentarios de Freud en diversos prólogos- mantenerse al día respecto de la producción de escritos analíticos o cuasianalíticos sobre el tema. Además, una buena cantidad de obras citadas por Freud en el texto no figuraban en ninguna de las dos listas. Parece probable q ue, a partir de la tercera edición, Otto Rank haya asumido la responsabilidad principal por la confección de estas bibliografías.

1923 La interpretación de los sueños. BN ( 17 vols.), 6, 335 págs., y 7, 417 págs. Traducción de Luis López-Ballesteros.
1943 Igual título. EA, 6, 364 págs., y 7, 419 págs. Traducción de Luis López-Ballesteros. Incluye parcialmente 1911a (el mismo traductor), 7, págs. 73-9 y 127-8; 1914e (el mismo traductor), 7, pág. 99. Se agrega 1910f (traducción de Ludovico Rosenthal), 19 (1944), pág.271. Otros agregados o notas de Freud posteriores a la primera edición alemana se incluyen en 19, págs. 243-79.
1948 Igual título. BN (2 vols.), 1, págs. 233-588. Traducción de Luis López-Ballesteros. Incluye parcialmente 1911a y 1914e (el mismo traductor), 1, págs. 439-41 y 463, y 465, respectivamente.
1953 Igual título. SR, 6, 278 págs., y 7, 316 págs. Traducción de Luis López-Ballesteros. Incluye parcialmente 1911a (el mismo traductor), 7, págs. 55-9 y 95-6. Se agregan 1910f y 1914e (traducción de Ludovico Rosenthal), 19 (1955), págs. 238-9 y 135-6, respectivamente. Otros agregados o n otas de Freud posteriores a la primera edición alemana se incluyen en 19, págs. 217-46.
1967 Igual título. BN (3 vols.), 1, págs. 231-584. Traducción de Luis López-Ballesteros. Incluye parcialmente 1911a (el mismo traductor), 1, pág. 146. Se agregan 1910f y 1914e, 3 (1968), págs. 161 y 94-5, respectivamente. Otros agregados o notas de Freud posteriores a la primera edición alemana se incluyen en 3, págs. 144-67.
1972 Igual título. BN (9 vols.), 2, págs. 343-720. Traducción de Luis López-Ballesteros. Incluye 1911a, págs. 564-8 y 594-5; 19101,pág. 589 n. Se agrega 1914e, 5 (1972), pág.1734. Otros agregados o notas de Freud posteriores a la primera edición alemana se incluyen en 2 como notas de pie de página.
1955 «Prólogo para la tercera edición inglesa d e La interpretación de los sueños». SR, 20, págs. 195-6. Traducción de Ludovico Rosenthal.
1968 Igual título. BN (3 vols.), 3, págs. 321-2.
1972 Igual título. BN (9 vols.), 2, pág. 348.
Nota bibliográfico-histórica.
En realidad, Die Traumdeutung apareció por primera vez en 1899. Freud menciona este hecho al comienzo de su segundo escrito sobre Josef Popper-Lynkeus (1932c), AE, 22, pág. 203: «Fue en el invierno de 1899 cuando ante mí tuve al fin mi libro La interpretación de los sueños, posdatado para que apareciese como del nuevo siglo». Pero ahora tenemos una información más precisa, proveniente de su correspondencia con Wilhelm Fliess (Freud, 1950a). En su carta del 5 de noviembre de 1899 (Carta 123), Freud anuncia que «ayer finalmente apareció el libro»; y a juzgar por la carta anterior, parece que había recibido dos ejemplares por anticipado aproximadamente quince días atrás, uno de los cuales había enviado a Ress como regalo de cumpleaños.
La interpretación de los sueños es uno de los dos libros -el otro es Tres ensayos de teoría sexual (1905d)que Freud fue «actualizando» en forma más o menos sistemática a medida que se iban reeditando. En el caso de la presente obra, después de la tercera edición los cambios no fueron identificados como tales; esto produjo cierta confusión en el lector de las ediciones siguientes, ya que el nuevo material suponía a veces el conocimiento de modificaciones en los puntos de vista de Freud muy posteriores al período en que el libro se escribió por primera vez. Intentando superar esta dificultad, los editores de la primera compilación de las obras de Freud (los Gesammelte Schriften) reimprimieron en un volumen la primera edición de La interpretación de los sueños en su forma original e incluyeron en un segundo volumen todo el material agregado con posterioridad. Por desgracia, sin embargo, la tarea no se llevó a cabo muy sistemáticamente, porque no se indicaron las fechas de los diversos agregados, sacrificándose así buena parte de las ventajas del plan. En las ediciones subsiguientes se volvió al primitivo volumen único, sin diferenciaciones.
Los agregados referentes al simbolismo en los sueños son mucho más abundantes que los referentes a cualquier otro tema. En su «Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico» (1914d), AE, 14, págs. 18-9, y al comienzo de la sección E del capítulo VI de la presente obra, Freud explica que tardó en comprender plenamente la importancia de este aspecto del tema. En la primera edición, el examen del simbolismo se limitó a unas pocas páginas y a un solo sueño paradigmático (que ejemplifica el simbolismo sexual), al final de la sección D («El miramiento por la figurabilidad») del capítulo VI. En la segunda edición (1909) no se agregó nada a esta sección, pero en cambio se insertaron varias páginas sobre el simbolismo sexual al final de la sección D («Sueños típicos») del capítulo V. Esas páginas se ampliaron en medida considerable en la tercera edición (1911), mientras que el capítulo VI se mantuvo sin modificaciones. Evidentemente se hacía necesaria una reorganización, y en la cuarta edición (1914) se incluyó en el capítulo VI una sección enteramente nueva sobre simbolismo, a la cual se trasladó todo el material acerca del tema que se había acumulado en el capítulo V, junto con una cantidad de material totalmente inédito hasta entonces. En las ediciones ulteriores no se introdujeron más cambios en la estructura del libro, aunque se agregó mucho más material. Después de la versión en dos volúmenes (1925) -es decir, en la octava edición (1930)-se reinsertaron algunos pasajes de la sección D («Sueños típicos») del capítulo V, que anteriormente habían sido desechados.
En la cuarta, quinta, sexta y séptima ediciones (o sea, de 1914 a 1922)se incluyeron, al final del capítulo VI, dos ensayos de Otto Rank que luego fueron omitidos: «Sueño y creación literaria» (1914c) y «Sueño y mito» (1914d).
Resta considerar las bibliografías. La primera edición contenía una lista de unos ochenta libros, en su gran mayoría citados por Freud en el texto. Tal nómina se mantuvo sin alteraciones en las ediciones segunda y tercera, pero en esta última se agregó una nueva lista, de unos cuarenta libros escritos después de 1900, De allí en adelante, ambas comenzaron a crecer rápidamente, hasta que en la octava edición la primera lista contenía unas 260 obras y la segunda más de 200.A esta altura, sólo una mínima parte de los títulos incluidos en la primera lista (de obras anteriores a 1900)correspondían a libros realmente mencionados por Freud en el texto, mientras que la segunda lista (de obras posteriores a 1900) no podía verdaderamente -como se infiere de los mismos comentarios de Freud en diversos prólogos- mantenerse al día respecto de la producción de escritos analíticos o cuasianalíticos sobre el tema. Además, una buena cantidad de obras citadas por Freud en el texto no figuraban en ninguna de las dos listas. Parece probable q ue, a partir de la tercera edición, Otto Rank haya asumido la responsabilidad principal por la confección de estas bibliografías.

104
(ver nota)
La publicación de la correspondencia de Freud con Fliess nos permite seguir con cierto detalle el proceso de composición de La interpretación de los sueños. En su «Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico» (1914d), echando una ojeada retrospectiva a su parsimonioso ritmo de publicación en los primeros tiempos, dice Freud: «Lo esencial de La interpretación de los sueños, por ejemplo, quedó terminado a comienzos de 1896, pero su redacción definitiva se demoró hasta el verano de 1 899». En las observaciones introductorias a su escrito «Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos» (1925i), AE, 19, pág. 267, escribe: «Antes de publicar La interpretación de los sueños y "Fragmento de análisis de un caso de histeria" [1905e] [ ... ] esperé, si no los nueve años que recomienda Horacio, entre cuatro y cinco años». Ahora tenemos la posibilidad de ampliar y en ciertos aspectos corregir
estos recuerdos, sobre la base de datos contemporáneos al autor.
Fuera de a lgunas alusiones dispersas sobre el tema -que, en su epistolario, se remontan hasta 1.882-, la primera evidencia impresa del interés de Freud por los sueños aparece en una larga nota al pie en el primero de sus historiales clínicos (el de la, señora Emmy v on N., registro correspondiente al 15 de mayo), incluido en los Estudios sobre la histeria de Breuer y Freud (1895), AE, 2, págs. 89-90. Al examinar el hecho de que los pacientes neuróticos parecen sometidos a la necesidad de vincular entre sí cualesquiera representaciones que por azar se les pasen de manera simultánea por la mente, dice: «No hace mucho, por observaciones en otro á mbito, he podido convencerme del poder que posee esa compulsión a asociar. Durante varias semanas debí trocar mí lecho habitual por uno más duro, en el cual es probable que soñara más o con mayor vivacidad, o quizás era sólo que no podía alcanzar la profundidad normal en mi dormir. En el primer cuarto de hora tras despertar yo sabía de todos los sueños de la noche, y me tomé el trabajo de ponerlos por escrito y ensayar su solución. Conseguí reconducir todos esos sueños a dos factores: 1) al constreñimiento de finiquitar aquellas representaciones en las que durante el día me había demorado sólo pasajeramente, que sólo habían sido rozadas y no tramitadas, y 2) a la compulsión a enlazar unas con otras las cosas presentes en el mismo estado de conciencia. Lo carente de sentido y contradictorio de los
sueños se reconducía al libre imperio del segundo factor».
Desgraciadamente, este pasaje no puede ser fechado con exactitud. El prólogo al volumen fue escrito en abril de 1895. Una carta del 22 de junio de 1894 (Carta 19) parece indicar que los historiales ya estaban terminados para entonces, y lo estaban, casi con certeza, el 4 de -marzo de 1895. La carta que escribió Freud en esta fecha (Carta 22) es particularmente interesante, ya que incluye la primera insinuación de la teoría del cumplimiento de deseo: en ella Freud cita la anécdota del «sueño de comodidad» del estudiante de medicina. Sin embargo, recién el 24 de julio de 1895 el análisis de un sueño propio -el de la inyección de Irma, sueño paradigmático tratado en el capítulo Il- llevó a Freud definitivamente a adoptar esa teoría. (Cf. la Carta 137, del 12 de junio de 1900.) En setiembre de ese mismo año (1895) Freud escribió la primera parte de su «Proyecto de psicología» (publicado como apéndice a la correspondencia con Fliess, en 1950a), de cuyas secciones 19, 20 y 21 puede decirse que constituyen la primera aproximación a una teoría coherente de los sueños (AE, 1, págs. 381-9). Allí se incluyen ya muchos elementos importantes que reaparecen en la presente obra, tales como: 1) el carácter de cumplimiento de deseo de los sueños; 2) su carácter alucinatorio; 3) el funcionamiento regrediente de la psique en las alucinaciones y en los sueños (lo cual ya había sido señalado por Breuer en su contribución teórica a los Estudios sobre la histeria); 4) el hecho de que el estado del dormir implica una parálisis motriz; 5) la naturaleza del mecanismo de desplazamiento en los sueños, y 6) la similitud entre los mecanismos de los sueños y de los síntomas neuróticos. Por encima de todo esto, sin embargo, el «Proyecto» ofrece una clara indicación de lo que probablemente sea el más importante entre todos los descubrimientos obsequiados al mundo en La interpretación de los sueños: la distinción entre los dos modos diferentes del funcionamiento psíquico, el proceso primario y el proceso secundario.
Pero todo ello dista de agotar la importancia del «Proyecto» y de las cartas a Fliess vinculadas con aquel, escritas a fines de 1895. No es exagerado decir que gran parte del capítulo VII de La interpretación de los sueños, y por cierto gran parte de los posteriores estudios «metapsicológicos» de Freud, sólo se han hecho inteligibles desde la publicación del «Proyecto».
Quienes estudiaron los escritos teóricos de Freud han tomado nota d e que algunos de sus conceptos más importantes son apenas examinados -o no lo son en absoluto-, aun en sus especulaciones psicológicas más profundas; nos referimos a conceptos como «energía psíquica», «sumas de excitación», «investidura», «cantidad», «calidad», «intensidad», etc. Prácticamente, la única aproximación a un examen de estos conceptos que puede encontrarse entre las obras publicadas de Freud es la penúltima frase de «Las neuropsicosis de defensa» (1894a), AE, 3, pág. 61, donde sienta la hipótesi s de que «en las funciones psíquicas cabe distinguir algo (monto de afecto, suma de excitación) que tiene todas las propiedades de una cantidad -aunque no poseamos medio alguno para medirla-; algo que es susceptible de aumento, disminución, desplazamiento y descarga, y se difunde por las huellas mnémicas de las representaciones como lo haría una carga {Ladung}eléctrica por la superficie de los cuerpos». La parquedad de los escritos posteriores de Freud en cuanto a la explicación de estas nociones básicas sugiere que él daba por sentado que esas nociones eran tan consabidas para sus lectores como para él mismo; y tenemos una deuda de gratitud con la publicación póstuma de la correspondencia con Fliess, pues ella arroja mucha luz precisamente sobre estas oscuridades.
Por supuesto, es imposible abordar aquí un examen detallado del tema; el lector tendrá que recurrir a ese volumen (Fre ud, 1950a) y a la esclarecedora introducción del doctor Kris. Sin embargo, es posible indicar en forma bastante simple lo básico de la cuestión. La esencia del «Proyecto» de Freud reside en la idea de combinar dos teorías de diferente origen en un todo unitario. La primera de esas teorías derivaba, en última instancia, de la escuela fisiológica de Helmholtz; el fisiólogo Brücke, profesor de Freud era un miembro preeminente de esa escuela. Según esta teoría, la neuropsicología -y por consiguiente la psicología- estaría gobernada por leyes puramente fisicoquímicas; por ejemplo la «ley de constancia», frecuentemente mencionada tanto por Freud como por Breuer, y así descrita en 1892 (en un borrador publicado póstumamente: Breuer y Freud, 1940), AE, 1, pág. 190: «El sistema nervioso se afana por mantener constante dentro de sus constelaciones funcionales algo que se podría denominar la "suma de excitación"». La mayor parte de la contribución teórica de Breuer (otro discípulo de la escuela de Helmholtz) a los Estudios sobre la histeria fue una detallada construcción que seguía esa línea. La segunda teoría principal convocada por Freud en su «Proyecto» fue la doctrina anatómica de la neurona, que a fines de la década del ochenta comenzó a ser aceptada por los neuro-anatomistas. (El término «neurona» recién fue introducido por Waldeyer en 1891.) Esta doctrina establecía que la unidad funcional del sistema nervioso central era una célula distinta, que carecía de continuidad anatómica directa con las células adyacentes. Las primeras frases del «Proyecto» muestran claramente que se basaba en una combinación de estas dos teorías. Su propósito, escribe Freud, es «figurar a los procesos psíquicos como estados cuantitativamente determinados de partículas materiales especificables». Luego postulaba que esas «partículas materiales» eran las neuronas, y que su estado de actividad se distinguía de su estado de reposo por una «cantidad», que estaba «sujeta a las leyes generales del movimiento». Así, una neurona podía estar «vacía» o «llena de una cierta cantidad», es decir, « investida». La «excitación nerviosa» debía entenderse como una «cantidad» que fluía a través de un sistema de neuronas, y esa corriente podía ser resistida o facilitada según el estado de las «barreras de contacto» entre las neuronas. (El término «sinapsis» fue introducido después, en 1897, por Foster y Sherrington.) El funcionamiento del sistema nervioso en su conjunto estaba sujeto a un principio general de «inercia», según el cual las neuronas siempre tienden a deshacerse de cualquier «cantidad» con la que puedan estar llenas -un principio correlativo con el de «constancia»-. Utilizando como «ladrillos» estos conceptos y otros similares, Freud construyó un modelo sumamente complicado y extraordinariamente ingenioso, donde la psique aparece

La publicación de la correspondencia de Freud con Fliess nos permite seguir con cierto detalle el proceso de composición de La interpretación de los sueños. En su «Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico» (1914d), echando una ojeada retrospectiva a su parsimonioso ritmo de publicación en los primeros tiempos, dice Freud: «Lo esencial de La interpretación de los sueños, por ejemplo, quedó terminado a comienzos de 1896, pero su redacción definitiva se demoró hasta el verano de 1 899». En las observaciones introductorias a su escrito «Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos» (1925i), AE, 19, pág. 267, escribe: «Antes de publicar La interpretación de los sueños y "Fragmento de análisis de un caso de histeria" [1905e] [ ... ] esperé, si no los nueve años que recomienda Horacio, entre cuatro y cinco años». Ahora tenemos la posibilidad de ampliar y en ciertos aspectos corregir
estos recuerdos, sobre la base de datos contemporáneos al autor.
Fuera de a lgunas alusiones dispersas sobre el tema -que, en su epistolario, se remontan hasta 1.882-, la primera evidencia impresa del interés de Freud por los sueños aparece en una larga nota al pie en el primero de sus historiales clínicos (el de la, señora Emmy v on N., registro correspondiente al 15 de mayo), incluido en los Estudios sobre la histeria de Breuer y Freud (1895), AE, 2, págs. 89-90. Al examinar el hecho de que los pacientes neuróticos parecen sometidos a la necesidad de vincular entre sí cualesquiera representaciones que por azar se les pasen de manera simultánea por la mente, dice: «No hace mucho, por observaciones en otro á mbito, he podido convencerme del poder que posee esa compulsión a asociar. Durante varias semanas debí trocar mí lecho habitual por uno más duro, en el cual es probable que soñara más o con mayor vivacidad, o quizás era sólo que no podía alcanzar la profundidad normal en mi dormir. En el primer cuarto de hora tras despertar yo sabía de todos los sueños de la noche, y me tomé el trabajo de ponerlos por escrito y ensayar su solución. Conseguí reconducir todos esos sueños a dos factores: 1) al constreñimiento de finiquitar aquellas representaciones en las que durante el día me había demorado sólo pasajeramente, que sólo habían sido rozadas y no tramitadas, y 2) a la compulsión a enlazar unas con otras las cosas presentes en el mismo estado de conciencia. Lo carente de sentido y contradictorio de los
sueños se reconducía al libre imperio del segundo factor».
Desgraciadamente, este pasaje no puede ser fechado con exactitud. El prólogo al volumen fue escrito en abril de 1895. Una carta del 22 de junio de 1894 (Carta 19) parece indicar que los historiales ya estaban terminados para entonces, y lo estaban, casi con certeza, el 4 de -marzo de 1895. La carta que escribió Freud en esta fecha (Carta 22) es particularmente interesante, ya que incluye la primera insinuación de la teoría del cumplimiento de deseo: en ella Freud cita la anécdota del «sueño de comodidad» del estudiante de medicina. Sin embargo, recién el 24 de julio de 1895 el análisis de un sueño propio -el de la inyección de Irma, sueño paradigmático tratado en el capítulo Il- llevó a Freud definitivamente a adoptar esa teoría. (Cf. la Carta 137, del 12 de junio de 1900.) En setiembre de ese mismo año (1895) Freud escribió la primera parte de su «Proyecto de psicología» (publicado como apéndice a la correspondencia con Fliess, en 1950a), de cuyas secciones 19, 20 y 21 puede decirse que constituyen la primera aproximación a una teoría coherente de los sueños (AE, 1, págs. 381-9). Allí se incluyen ya muchos elementos importantes que reaparecen en la presente obra, tales como: 1) el carácter de cumplimiento de deseo de los sueños; 2) su carácter alucinatorio; 3) el funcionamiento regrediente de la psique en las alucinaciones y en los sueños (lo cual ya había sido señalado por Breuer en su contribución teórica a los Estudios sobre la histeria); 4) el hecho de que el estado del dormir implica una parálisis motriz; 5) la naturaleza del mecanismo de desplazamiento en los sueños, y 6) la similitud entre los mecanismos de los sueños y de los síntomas neuróticos. Por encima de todo esto, sin embargo, el «Proyecto» ofrece una clara indicación de lo que probablemente sea el más importante entre todos los descubrimientos obsequiados al mundo en La interpretación de los sueños: la distinción entre los dos modos diferentes del funcionamiento psíquico, el proceso primario y el proceso secundario.
Pero todo ello dista de agotar la importancia del «Proyecto» y de las cartas a Fliess vinculadas con aquel, escritas a fines de 1895. No es exagerado decir que gran parte del capítulo VII de La interpretación de los sueños, y por cierto gran parte de los posteriores estudios «metapsicológicos» de Freud, sólo se han hecho inteligibles desde la publicación del «Proyecto».
Quienes estudiaron los escritos teóricos de Freud han tomado nota d e que algunos de sus conceptos más importantes son apenas examinados -o no lo son en absoluto-, aun en sus especulaciones psicológicas más profundas; nos referimos a conceptos como «energía psíquica», «sumas de excitación», «investidura», «cantidad», «calidad», «intensidad», etc. Prácticamente, la única aproximación a un examen de estos conceptos que puede encontrarse entre las obras publicadas de Freud es la penúltima frase de «Las neuropsicosis de defensa» (1894a), AE, 3, pág. 61, donde sienta la hipótesi s de que «en las funciones psíquicas cabe distinguir algo (monto de afecto, suma de excitación) que tiene todas las propiedades de una cantidad -aunque no poseamos medio alguno para medirla-; algo que es susceptible de aumento, disminución, desplazamiento y descarga, y se difunde por las huellas mnémicas de las representaciones como lo haría una carga {Ladung}eléctrica por la superficie de los cuerpos». La parquedad de los escritos posteriores de Freud en cuanto a la explicación de estas nociones básicas sugiere que él daba por sentado que esas nociones eran tan consabidas para sus lectores como para él mismo; y tenemos una deuda de gratitud con la publicación póstuma de la correspondencia con Fliess, pues ella arroja mucha luz precisamente sobre estas oscuridades.
Por supuesto, es imposible abordar aquí un examen detallado del tema; el lector tendrá que recurrir a ese volumen (Fre ud, 1950a) y a la esclarecedora introducción del doctor Kris. Sin embargo, es posible indicar en forma bastante simple lo básico de la cuestión. La esencia del «Proyecto» de Freud reside en la idea de combinar dos teorías de diferente origen en un todo unitario. La primera de esas teorías derivaba, en última instancia, de la escuela fisiológica de Helmholtz; el fisiólogo Brücke, profesor de Freud era un miembro preeminente de esa escuela. Según esta teoría, la neuropsicología -y por consiguiente la psicología- estaría gobernada por leyes puramente fisicoquímicas; por ejemplo la «ley de constancia», frecuentemente mencionada tanto por Freud como por Breuer, y así descrita en 1892 (en un borrador publicado póstumamente: Breuer y Freud, 1940), AE, 1, pág. 190: «El sistema nervioso se afana por mantener constante dentro de sus constelaciones funcionales algo que se podría denominar la "suma de excitación"». La mayor parte de la contribución teórica de Breuer (otro discípulo de la escuela de Helmholtz) a los Estudios sobre la histeria fue una detallada construcción que seguía esa línea. La segunda teoría principal convocada por Freud en su «Proyecto» fue la doctrina anatómica de la neurona, que a fines de la década del ochenta comenzó a ser aceptada por los neuro-anatomistas. (El término «neurona» recién fue introducido por Waldeyer en 1891.) Esta doctrina establecía que la unidad funcional del sistema nervioso central era una célula distinta, que carecía de continuidad anatómica directa con las células adyacentes. Las primeras frases del «Proyecto» muestran claramente que se basaba en una combinación de estas dos teorías. Su propósito, escribe Freud, es «figurar a los procesos psíquicos como estados cuantitativamente determinados de partículas materiales especificables». Luego postulaba que esas «partículas materiales» eran las neuronas, y que su estado de actividad se distinguía de su estado de reposo por una «cantidad», que estaba «sujeta a las leyes generales del movimiento». Así, una neurona podía estar «vacía» o «llena de una cierta cantidad», es decir, « investida». La «excitación nerviosa» debía entenderse como una «cantidad» que fluía a través de un sistema de neuronas, y esa corriente podía ser resistida o facilitada según el estado de las «barreras de contacto» entre las neuronas. (El término «sinapsis» fue introducido después, en 1897, por Foster y Sherrington.) El funcionamiento del sistema nervioso en su conjunto estaba sujeto a un principio general de «inercia», según el cual las neuronas siempre tienden a deshacerse de cualquier «cantidad» con la que puedan estar llenas -un principio correlativo con el de «constancia»-. Utilizando como «ladrillos» estos conceptos y otros similares, Freud construyó un modelo sumamente complicado y extraordinariamente ingenioso, donde la psique aparece

105
como un aparato neurológico.
En el esquema de Freud desempeñaba un papel primordial la división hipotética de las neuronas en tres clases de sistemas, diferenciados según sus modos de funcionamiento. Los dos primeros se vinculaban respectivamente con los estímulos externos y con las excitaciones internas. Ambos operaban sobre una base puramente cuantitativa; es decir, sus acciones estaban totalmente determinadas por la magnitud de las excitaciones nerviosas actuantes sobre ellos. El tercer sistema se correlacionaba con las diferencias cualitativas que distinguen las sensaciones y los sentimientos concientes. Esta división de las neuronas en tres sistemas servía de base a minuciosas explicaciones fisiológicas sobre cosas tales como el trabajo de la memoria, la percepción de la realidad, el proceso de pensamiento, y también los fenómenos del soñar y
de los trastornos neuróticos.
Pero los puntos oscuros y las dificultades comenzaron a acumularse, y durante los meses siguientes a la redacción del «Proyecto» Freud estuvo corrigiendo continuamente sus teorías. Con el trascurso del tiempo, su interés se desvió gradualmente de los problemas neurológicos y teóricos a los psicológicos y clínicos, y en un momento dado abandonó todo el esquema. Y cuando algunos años más tarde (en el capítulo VII de este libro) retomó una vez más el problema teórico, la base neurofisiológica había sido manifiestamente dejada de lado (aunque por cierto Freud nunca abandonó su creencia de que, en última instancia, se llegaría a una fundamentación física de la psicología). Con todo, buena parte de la pauta general del esquema primitivo, y muchos de sus elementos, fueron trasladados al nuevo esquema; y por eso el «Proyecto» es importante para los lectores de La interpretación de los sueños. Los sistemas de neuronas fueron remplazados por sistemas o instancias psíquicas; una hipotética «investidura» de energía psíquica ocupó el lugar de la «cantidad» física; el principio de inercia devino la base del principio de placer (o, como lo denominó Freud aquí, de displacer). Además, algunas de las detalladas exposiciones de procesos psíquicos que se ofrecen en el capítulo VII deben mucho a sus antecedentes fisiológicos, y pueden comprenderse con mayor facilidad si se los relaciona con ellos. Esto vale, por ejemplo, para la descripción de cómo se establecen las huellas mnémicas en los «sistemas mnémicos», para el examen de la naturaleza de los deseos y de los diferentes modos de satisfacerlos, y para el énfasis puesto en el papel que cumplen los procesos verbales de pensamiento en la adaptación a las exigencias de la realidad.
Todo esto justifica suficientemente la afirmación de Freud en el sentido de que La interpretación de los sueños estaba terminada, en lo esencial, a comienzos de 1896. Sin embargo, ahora estamos en condiciones de añadir algunas salvedades. Así, por ejemplo, la existencia del complejo de Edipo fue establecida recién durante el verano y el otoño de 1897 (Cartas 64 a 71); y aunque ello no constituyó en sí una contribución directa a la teoría de los sueños, gravitó mucho para que se colocase el acento en las raíces infantiles de los deseos inconcientes que están en el sustrato de los sueños. De más obvia importancia teórica fue el descubrimiento de la omnipresencia, en los sueños, del deseo de dormir, anunciado por Freud recién el 9 de junio de 1899 (Carta 108). Y la primera insinuación sobre el proceso de la «elaboración secundaria» parece la incluida en una carta del 7 de julio de 1897 (Carta 66). La similitud estructural entre sueños y síntomas neur6ticos ya había sido señalada, según vimos, en el «Proyecto» de 1895, y a ella se alude de manera intermitente hasta el otoño de 1897. Curiosamente, sin embargo, luego parece haber caído en el olvido, porque el 3 de enero de 1899 (Carta 101) se la anuncia como un nuevo descubrimiento, y como una explicación del motivo por el cual el libro había quedado inconcluso durante
tanto tiempo.
La correspondencia con Fliess nos permite seguir con cierto detalle el verdadero proceso de composición. La idea de escribir el libro es mencionada por primera vez en mayo de 1897, pero rápidamente Freud la deja de lado, probablemente porque en esa época su interés comenzaba a centrarse en su autoanálisis -el cual lo habría de llevar, durante el verano, a descubrir el complejo de Edipo-. A fin de año el libro fue retomado una vez más, y aparentemente en los primeros meses de 1898 se completó un primer borrador de toda la obra, con excepción del primer capítulo. La tarea se interrumpió en junio de ese año y no fue reanudada después de las vacaciones estivales. El 23 de octubre de 1898 (Carta 99) Freud escribe que el libro «descansa inmodificado; me falta el motivo que me llevara a dejarlo listo para la publicación, y las lagunas en la psicología [o sea el capítulo VIII, así como las otras en que se atascó el ejemplo analizado hasta el fondo, constituyen, para terminarlo, unos impedimentos que aún no he superado». Hubo una pausa de muchos meses, hasta que súbitamente -y según escribe el propio Freud, «por ninguna razón en especial»el libro volvió a ponerse en movimiento, a fines de mayo de 1899. De ahí en más avanzó con rapidez. El primer capítulo, que se ocupa de la bibliografía sobre los sueños, y que siempre había sido un espantajo para Freud, quedó terminado en junio, y las primeras páginas se enviaron a la imprenta. La revisión de los capítulos centrales se completó a fines de agosto, y el último capítulo, sobre «La psicología de los procesos oníricos», estaba totalmente reescrito y las páginas finales despachadas a comienzos de
setiembre.
Tanto el manuscrito como las pruebas eran regularmente sometidos por Freud a la crítica de Fliess. Este parece haber ejercido considerable influencia sobre la forma final del libro, y a él se debió que Freud omitiera (evidentemente por razones de discreción) el análisis de un importante sueño propio (cf. la cita anterior). Pero las críticas más severas vinieron del autor mismo, y fueron dirigidas sobre todo contra el estilo y la forma literaria. «Creo», escribió el 21 de setiembre de 1899 (Carta 119), cuando el libro estaba terminado, «que mi autocrítica no era del todo injustificada. En algún lugar de mi ser se escondía una sensibilidad hacia la forma, una valoración de la belleza como una suerte de perfección, y las frases de mi libro sobre los sueños, retorcidas, ufanas de sus giros indirectos y que miran de soslayo a los pensamientos, han inferido grave afrenta a un ideal dentro de mí. Difícilmente me equivoque, entonces, si concibo esa falla formal c omo signo de un deficiente dominio del material».
Pero a pesar de estas autocríticas y de la depresión que siguió a la casi total indiferencia con que fue recibido el libro por el mundo exterior -en los primeros seis años después de su publicación sólo se vendieron 351 ejemplares-, Freud siempre consideró a La interpretación de los sueños como su obra más importante. «Un insight como este», dice en su prólogo a la tercera edición inglesa, «no nos cabe en suerte sino una sola vez en la vida».
La presente traducción.
(ver nota)
La presente traducción se basa en la octava edición alemana (1930), la última publicada en vida delautor. Al mismo tiempo, difiere de las anteriores en un importante aspecto, porque toma en cuenta las variantes contenidas en las diversas ediciones. Se ha hecho un esfuerzo por indicar, con fechas, cualquier modificación sustancial introducida en el libro después de su primera publicación. Siempre que algún material fue descartado o muy alterado en ediciones ulteriores, el pasaje suprimido o la versión primitiva se dan en una nota al pie. La única excepción es que se han omitido los dos apéndices al capítulo VI escritos por Rank. La posibilidad de incluirlos fue detenidamente considerada, optándose al fin por la negativa. Los ensayos son autónomos y no guardan relación directa con el libro de Freud; habrían ocupado unas cincuenta páginas, y no habrían aportado un esclarecimiento especial a los lectores de nuestra lengua,
porque versan fundamentalmente sobre la literatura y la mitología alemanas.

En el esquema de Freud desempeñaba un papel primordial la división hipotética de las neuronas en tres clases de sistemas, diferenciados según sus modos de funcionamiento. Los dos primeros se vinculaban respectivamente con los estímulos externos y con las excitaciones internas. Ambos operaban sobre una base puramente cuantitativa; es decir, sus acciones estaban totalmente determinadas por la magnitud de las excitaciones nerviosas actuantes sobre ellos. El tercer sistema se correlacionaba con las diferencias cualitativas que distinguen las sensaciones y los sentimientos concientes. Esta división de las neuronas en tres sistemas servía de base a minuciosas explicaciones fisiológicas sobre cosas tales como el trabajo de la memoria, la percepción de la realidad, el proceso de pensamiento, y también los fenómenos del soñar y
de los trastornos neuróticos.
Pero los puntos oscuros y las dificultades comenzaron a acumularse, y durante los meses siguientes a la redacción del «Proyecto» Freud estuvo corrigiendo continuamente sus teorías. Con el trascurso del tiempo, su interés se desvió gradualmente de los problemas neurológicos y teóricos a los psicológicos y clínicos, y en un momento dado abandonó todo el esquema. Y cuando algunos años más tarde (en el capítulo VII de este libro) retomó una vez más el problema teórico, la base neurofisiológica había sido manifiestamente dejada de lado (aunque por cierto Freud nunca abandonó su creencia de que, en última instancia, se llegaría a una fundamentación física de la psicología). Con todo, buena parte de la pauta general del esquema primitivo, y muchos de sus elementos, fueron trasladados al nuevo esquema; y por eso el «Proyecto» es importante para los lectores de La interpretación de los sueños. Los sistemas de neuronas fueron remplazados por sistemas o instancias psíquicas; una hipotética «investidura» de energía psíquica ocupó el lugar de la «cantidad» física; el principio de inercia devino la base del principio de placer (o, como lo denominó Freud aquí, de displacer). Además, algunas de las detalladas exposiciones de procesos psíquicos que se ofrecen en el capítulo VII deben mucho a sus antecedentes fisiológicos, y pueden comprenderse con mayor facilidad si se los relaciona con ellos. Esto vale, por ejemplo, para la descripción de cómo se establecen las huellas mnémicas en los «sistemas mnémicos», para el examen de la naturaleza de los deseos y de los diferentes modos de satisfacerlos, y para el énfasis puesto en el papel que cumplen los procesos verbales de pensamiento en la adaptación a las exigencias de la realidad.
Todo esto justifica suficientemente la afirmación de Freud en el sentido de que La interpretación de los sueños estaba terminada, en lo esencial, a comienzos de 1896. Sin embargo, ahora estamos en condiciones de añadir algunas salvedades. Así, por ejemplo, la existencia del complejo de Edipo fue establecida recién durante el verano y el otoño de 1897 (Cartas 64 a 71); y aunque ello no constituyó en sí una contribución directa a la teoría de los sueños, gravitó mucho para que se colocase el acento en las raíces infantiles de los deseos inconcientes que están en el sustrato de los sueños. De más obvia importancia teórica fue el descubrimiento de la omnipresencia, en los sueños, del deseo de dormir, anunciado por Freud recién el 9 de junio de 1899 (Carta 108). Y la primera insinuación sobre el proceso de la «elaboración secundaria» parece la incluida en una carta del 7 de julio de 1897 (Carta 66). La similitud estructural entre sueños y síntomas neur6ticos ya había sido señalada, según vimos, en el «Proyecto» de 1895, y a ella se alude de manera intermitente hasta el otoño de 1897. Curiosamente, sin embargo, luego parece haber caído en el olvido, porque el 3 de enero de 1899 (Carta 101) se la anuncia como un nuevo descubrimiento, y como una explicación del motivo por el cual el libro había quedado inconcluso durante
tanto tiempo.
La correspondencia con Fliess nos permite seguir con cierto detalle el verdadero proceso de composición. La idea de escribir el libro es mencionada por primera vez en mayo de 1897, pero rápidamente Freud la deja de lado, probablemente porque en esa época su interés comenzaba a centrarse en su autoanálisis -el cual lo habría de llevar, durante el verano, a descubrir el complejo de Edipo-. A fin de año el libro fue retomado una vez más, y aparentemente en los primeros meses de 1898 se completó un primer borrador de toda la obra, con excepción del primer capítulo. La tarea se interrumpió en junio de ese año y no fue reanudada después de las vacaciones estivales. El 23 de octubre de 1898 (Carta 99) Freud escribe que el libro «descansa inmodificado; me falta el motivo que me llevara a dejarlo listo para la publicación, y las lagunas en la psicología [o sea el capítulo VIII, así como las otras en que se atascó el ejemplo analizado hasta el fondo, constituyen, para terminarlo, unos impedimentos que aún no he superado». Hubo una pausa de muchos meses, hasta que súbitamente -y según escribe el propio Freud, «por ninguna razón en especial»el libro volvió a ponerse en movimiento, a fines de mayo de 1899. De ahí en más avanzó con rapidez. El primer capítulo, que se ocupa de la bibliografía sobre los sueños, y que siempre había sido un espantajo para Freud, quedó terminado en junio, y las primeras páginas se enviaron a la imprenta. La revisión de los capítulos centrales se completó a fines de agosto, y el último capítulo, sobre «La psicología de los procesos oníricos», estaba totalmente reescrito y las páginas finales despachadas a comienzos de
setiembre.
Tanto el manuscrito como las pruebas eran regularmente sometidos por Freud a la crítica de Fliess. Este parece haber ejercido considerable influencia sobre la forma final del libro, y a él se debió que Freud omitiera (evidentemente por razones de discreción) el análisis de un importante sueño propio (cf. la cita anterior). Pero las críticas más severas vinieron del autor mismo, y fueron dirigidas sobre todo contra el estilo y la forma literaria. «Creo», escribió el 21 de setiembre de 1899 (Carta 119), cuando el libro estaba terminado, «que mi autocrítica no era del todo injustificada. En algún lugar de mi ser se escondía una sensibilidad hacia la forma, una valoración de la belleza como una suerte de perfección, y las frases de mi libro sobre los sueños, retorcidas, ufanas de sus giros indirectos y que miran de soslayo a los pensamientos, han inferido grave afrenta a un ideal dentro de mí. Difícilmente me equivoque, entonces, si concibo esa falla formal c omo signo de un deficiente dominio del material».
Pero a pesar de estas autocríticas y de la depresión que siguió a la casi total indiferencia con que fue recibido el libro por el mundo exterior -en los primeros seis años después de su publicación sólo se vendieron 351 ejemplares-, Freud siempre consideró a La interpretación de los sueños como su obra más importante. «Un insight como este», dice en su prólogo a la tercera edición inglesa, «no nos cabe en suerte sino una sola vez en la vida».
La presente traducción.
(ver nota)
La presente traducción se basa en la octava edición alemana (1930), la última publicada en vida delautor. Al mismo tiempo, difiere de las anteriores en un importante aspecto, porque toma en cuenta las variantes contenidas en las diversas ediciones. Se ha hecho un esfuerzo por indicar, con fechas, cualquier modificación sustancial introducida en el libro después de su primera publicación. Siempre que algún material fue descartado o muy alterado en ediciones ulteriores, el pasaje suprimido o la versión primitiva se dan en una nota al pie. La única excepción es que se han omitido los dos apéndices al capítulo VI escritos por Rank. La posibilidad de incluirlos fue detenidamente considerada, optándose al fin por la negativa. Los ensayos son autónomos y no guardan relación directa con el libro de Freud; habrían ocupado unas cincuenta páginas, y no habrían aportado un esclarecimiento especial a los lectores de nuestra lengua,
porque versan fundamentalmente sobre la literatura y la mitología alemanas.

106
Las bibliografías fueron totalmente reordenadas. La primera de ellas contiene una lista de todos los trabajos mencionados en el texto o en las notas al pie; está dispuesta, además, de modo que sirva como índice de autores. La segunda bibliografía contiene todas las obras que en las ediciones alemanas figuran en la lista de trabajos anteriores a 1900, a pesar de que en realidad no son citados por Freud; se decidió que valía la pena incluirlas, porque no hay otra bibliografía de obras sobre el tema anteriores a 1900 que sea comparable a esta en exhaustividad y fácilmente accesible. Los escritos posteriores a 1900 han si do descartados -excepto los que aparecen citados en el texto y que por consiguiente se han incluido en la primera bibliografía-. Sin embargo, debe formularse una advertencia respecto de mis dos listas. La investigación ha descubierto una alta proporción de errores en las bibliografías de las ediciones alemanas. Estos errores se corrigieron siempre que fue posible; pero una buena cantidad de los textos no pudieron localizarse en Londres, y estos (señalados con un asterisco) deben considerarse con reservas.
Los agregados editoriales se han impreso entre corchetes. Sin duda, a muchos lectores les irritará la cantidad de referencias y otras notas explicativas. Las referencias, sin embargo, remiten casi siempre a los propios escritos de Freud, y se encontrarán muy pocas a otros autores (exceptuadas, por supuesto, las que hace el propio Freud). En todo caso, debe aceptarse que La interpretación de los sueños es uno de los grandes clásicos de la literatura científica, y que ha llegado el momento de tratarlo como tal. Quien esto escribe confía en que estas referencias, y en particular las referencias cruzadas a otras partes de la obra misma, harán más fácil realmente a los estudiosos serios el seguir la intrincada trama del material. Los lectores que sólo buscan una lectura amena -si es que los hay- tendrán que acorazarse para desatender a
estas intercalaciones.
Unas palabras sobre la traducción misma. Por supuesto, en el texto de los sueños debió prestarse gran atención a las palabras usadas. Donde la versión traducida impresione al lector como insólitamente dura, puede dar por sentado que la dureza ha sido impuesta por alguna necesidad verbal, determinada a su vez por la interpretación que sobrevendrá; donde haya incoherencias entre las diferentes versiones de un mismo sueño, puede tener la certeza de que parejas incoherencias hay en el original. Estas dificultades verbales culminan en los c asos, bastante frecuentes, en que una interpretación depende enteramente de un juego de palabras. Hay tres métodos optativos para encarar tales situaciones. El traductor puede omitir por completo el sueño; o puede remplazarlo por otro sueño análogo, ya sea derivado de su propia experiencia o fabricado ad hoc. Estos dos métodos han sido adoptados como recurso principal en las anteriores traducciones del libro. Pero cabe oponerles serias objeciones. Una vez más, debemos recordar que nos estamos ocupando de un clásico de la ciencia. Queremos enterarnos de los ejemplos elegidos por Freud -no por algún otro-. Por lo tanto, este traductor ha adoptado la pedante y cansadora tercera alternativa: mantener el juego de palabras original en alemán, y explicarlo laboriosamente entre corchetes o en una nota al pie. Todo el encanto que podría provocar el juego de palabras se evapora por completo durante ese proceso. Pero, desgraciadamente, este es un sacrificio necesario.
La señora R. S. Partridge y el doctor C. F. Rycroft (entre otros) han ayudado generosamente en la ardua tarea de leer las pruebas de imprenta. La señora Partridge tuvo también a s u cargo, en gran parte, la confección de los índices. La revisión de las bibliografías fue realizada en lo fundamental por el señor G. Talland.
Por último, debo agradecer al doctor Ernest Jones por su constante aliento y consejo. El primer volumen de su biografía de Freud ilumina en grado inestimable el trasfondo de esta obra, tanto en su conjunto como en muchos de sus detalles.
James Strachey
Los agregados editoriales se han impreso entre corchetes. Sin duda, a muchos lectores les irritará la cantidad de referencias y otras notas explicativas. Las referencias, sin embargo, remiten casi siempre a los propios escritos de Freud, y se encontrarán muy pocas a otros autores (exceptuadas, por supuesto, las que hace el propio Freud). En todo caso, debe aceptarse que La interpretación de los sueños es uno de los grandes clásicos de la literatura científica, y que ha llegado el momento de tratarlo como tal. Quien esto escribe confía en que estas referencias, y en particular las referencias cruzadas a otras partes de la obra misma, harán más fácil realmente a los estudiosos serios el seguir la intrincada trama del material. Los lectores que sólo buscan una lectura amena -si es que los hay- tendrán que acorazarse para desatender a
estas intercalaciones.
Unas palabras sobre la traducción misma. Por supuesto, en el texto de los sueños debió prestarse gran atención a las palabras usadas. Donde la versión traducida impresione al lector como insólitamente dura, puede dar por sentado que la dureza ha sido impuesta por alguna necesidad verbal, determinada a su vez por la interpretación que sobrevendrá; donde haya incoherencias entre las diferentes versiones de un mismo sueño, puede tener la certeza de que parejas incoherencias hay en el original. Estas dificultades verbales culminan en los c asos, bastante frecuentes, en que una interpretación depende enteramente de un juego de palabras. Hay tres métodos optativos para encarar tales situaciones. El traductor puede omitir por completo el sueño; o puede remplazarlo por otro sueño análogo, ya sea derivado de su propia experiencia o fabricado ad hoc. Estos dos métodos han sido adoptados como recurso principal en las anteriores traducciones del libro. Pero cabe oponerles serias objeciones. Una vez más, debemos recordar que nos estamos ocupando de un clásico de la ciencia. Queremos enterarnos de los ejemplos elegidos por Freud -no por algún otro-. Por lo tanto, este traductor ha adoptado la pedante y cansadora tercera alternativa: mantener el juego de palabras original en alemán, y explicarlo laboriosamente entre corchetes o en una nota al pie. Todo el encanto que podría provocar el juego de palabras se evapora por completo durante ese proceso. Pero, desgraciadamente, este es un sacrificio necesario.
La señora R. S. Partridge y el doctor C. F. Rycroft (entre otros) han ayudado generosamente en la ardua tarea de leer las pruebas de imprenta. La señora Partridge tuvo también a s u cargo, en gran parte, la confección de los índices. La revisión de las bibliografías fue realizada en lo fundamental por el señor G. Talland.
Por último, debo agradecer al doctor Ernest Jones por su constante aliento y consejo. El primer volumen de su biografía de Freud ilumina en grado inestimable el trasfondo de esta obra, tanto en su conjunto como en muchos de sus detalles.
James Strachey
3 (Ventana-emergente - Popup)
4 (Ventana-emergente - Popup)
5 (Ventana-emergente - Popup)
6 (Ventana-emergente - Popup)
7 (Ventana-emergente - Popup)
8 (Ventana-emergente - Popup)
9 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo y el siguiente se agregaron en 1914.]
10 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:] Lo que sigue se basa en la cuidadosa exposición de Büchsenschütz (1868).
11 (Ventana-emergente - Popup)
[De divinatione per somnum, II, y De somniis, III. - En la primera edición, este párrafo estaba redactado de la siguiente manera: «El primer escrito donde se trata al sueño como objeto de la psicología parece ser el de Aristóteles (De los sueños y su interpretación). Aristóteles declara que los sueños son de naturaleza "demoníaca" pero no "divina"; sin duda esta distinción tiene su importancia, si supiéramos traducirla correctamente». El párrafo siguiente terminaba con la frase: «Debido a la insuficiencia de mis propios conocimientos y a la falta de ayuda especializada, no pude penetrar más profundamenteen el tratado de Aristóteles». La forma actual de estos pasajes data de la edición de 1914; y una nota en GS, 3 (1925), pág. 4, señala que en realidad Aristóteles escribió no una sino dos obras sobre el tema.]
12 (Ventana-emergente - Popup)
[De divinatione, I.]
13 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:] El médico griego Hipócrates se ocupa dc la relación entre el sueño y las enfermedades, en un capítulo, de su famosa obra [El viejo arte de curar, X; cf. también Régimen, IV, 88, passim].
14 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo se agregó como nota al pie en 1911, y fue incorporado al texto en 1914.]
15 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo se agregó en 1914.]
16 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:] Sobre la historia ulterior de la interpretación de los sueños en la Edad Media, véase Diepgen (1912) y las monografías de Fórster (1910 y 1911), Gotthardt (1912), etc. Almoli (1848 [lº ed., 16371), Arnram (1901) y

107
Löwinger (1908) estudiaron la interpretación de los sueños entre los judíos; también lo hizo, más recientemente y tomando en cuenta el punto de vista psicoanalítico, Lauer (1913). Tenemos información sobre la interpretación de los sueños entre los árabes a través de Drex1 (1909), Schwarz: (1913) y el misionero Tfinkdji (1913); entre los japoneses, a través de Miura (1906) e Iwaya (1902); entre los chinos, a través de Secker (1910), y entre los hindúes, a través de Negelein (1912).
17 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud volvió una y otra vez sobre el tema del ocultismo en los sueños. Cf. Freud, 1922a, 1925i (sección C) y 1933a (30º conferencia). Un sueño supuestamente premonitorio es analizado en un trabajo de 1899 (Freud, 1941c), que se incluye como apéndice de esta obra] 17 (Ventana-emergente - Popup)
18 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta frase se agregó en 1914.]
19 (Ventana-emergente - Popup)
{«Soñamos lo que hemos visto, dicho, deseado o hecho».}
20 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo se agregó en 1914.]
21 (Ventana-emergente - Popup)
{«Y aquello en que más uno se ha ocupado,y las cosas en que más se ha detenido y en que más atención hubiese puesto, eso mismo nos parece que en el sueño por lo común se hace; los abogados defienden causas e interpretan leyes, los generales dan asaltos y libran combates... »,}
22 (Ventana-emergente - Popup)
{«Pero en particular se movilizan y agitan en el alma los restos de las cosas en que hemos meditado y hemos promovido en la vigilia»}
23 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:] Según señala Vaschide (1911), se ha observado a menudo que en sueños lagente habla idiomas extranjeros más fluida y correctamente que en la vigilia,
24 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo y el siguiente se agregaron en 1914.]
25 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo se agregó en 1909.]
26 (Ventana-emergente - Popup)
[La última cláusula de esta oración se agregó en 1909; aparece en todas las ediciones posteriores hasta 1922, pero de allí en más fue omitida. La mención de este mismo individuo en la pág. 283 sólo tiene sentido si se la refiere a esta cláusula omitida. El accidente que causó la cicatriz es mencionado en un historial donde se disfraza su carácter autobiográfico (Freud, 1899a), y el suceso mismo es probablemente el que se describe. Este sueño ocupa una parte importante de la carta a Fliess del 15 de octubre de 1897 (Freud, 1950a, Carta 71); también se cita en la 13º de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), AE, 15, pág. 184.]
27 (Ventana-emergente - Popup)
{«Las profundas emociones de la vida de vigilia, las cuestiones y problemas en que desplegamos nuestra mayor energía mental voluntaria, no son las que suelen presentarse en forma inmediata a la conciencia del sueño. En lo que se refiere al pasado más próximo, las impresiones de la vida cotidiana que reaparecen en nuestros sueños son sobre todo las insignificantes, las incidentales, las "olvidadas". Las actividades psíquicas más intensamente despiertas son las que duermen más profundamente».}
28 (Ventana-emergente - Popup)
{«que toda impresión, aun la más insignificante, deja una huellainalterable, indefinidamente susceptible de salir a luz nuevamente»}
29 (Ventana-emergente - Popup)
[En la primera edición, Freud agregaba aquí «que actualmente enseña en Viena», pero estas palabras se suprimieron en 1909. En GS, 3 (1925), pág. 8, Freud observa que «sin duda las palabras fueron correctamente omitidas, sobre todo porque el hombre había muerto»I
30 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1909:] Por experiencia posterior agrego que en modo alguno es rara la repetición de tareas inocentes y triviales del día del sueño. Por ejemplo: hacer las valijas, preparar comidas en la cocina, etc. En tales sueños, empero, el soñante mismo no destaca el carácter de recuerdo, sino el de «realidad»: «Realmente yo hice todo eso ayer». Los temas considerados en esta sección y en la precedente se retoman en las dos primeras secciones del capítulo V.]
31 (Ventana-emergente - Popup)
[Adolf von Strümpell, 1883-84; el informe fue publicado por primera vez en 1878.1]
32 (Ventana-emergente - Popup)
Véanse las observaciones de Burdach
33 (Ventana-emergente - Popup)
Los «chauffeurs» {«calentadores»} eran bandas de asaltantes de La Vendée [en la época de la Revolución Francesa] que utilizaban ese método de tortura.
34 (Ventana-emergente - Popup)
[De estas tres últimas exclamaciones, las dos primeras carecen de sentido; la tercera es el grito convencional {«¡Fuego! »} para dar la alarma de incendio.]
35 (Ventana-emergente - Popup)
{«una afinidad cualquiera, pero que no es única ni exclusiva».}
36 (Ventana-emergente -Popup)
[Nota agregada en 1911:] La aparición de personas gigantes en el sueño permite suponer que se trata de una escena de la infancia del soñante. [Agregado en 1925:] Digamos de paso que la interpretación dada en el texto sobre una reminiscencia de los Viajes de Gulliver es un buen ejemplo de cómo no debe hacerse una interpretación. El intérprete del sueño no debe librarse a su propio ingenio omitiendo apoyarse en las ocurrencias del soñante.
37 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:] Además de este uso diagnóstico de los sueños (p.ej., en Flipócrates), es preciso tener en cuenta la importancia terapéutica que se les concedía en la Antigüedad. Entre los griegos existían oráculos oníricos a los que solían recurrir los enfermos en busca de curación. El enfermo se dirigía al templo de Apolo o de Esculapio, allí lo sometían a diversas ceremonias, purificación lustral, masajes, sahumerio, y así entraba en un estado de exaltación; lo hacían acostarse entonces en el templo sobre la piel de un carnero sacrificado. Se dormía y soñaba con remedios que se le presentaban en su forma natural o en símbolos e imágenes que luego los sacerdotes interpretaban. Para más información sobre los sueños terapéuticos de los griegos, véase Lehmann (1908, 1, pág. 74), Bouché-Leclercq (1879-82), Hermann (1858, 5 41, págs. 262 y sigs., y 1882, § 38, pág. 356), Böttinger (1795, págs. 163 y sigs.), Lloyd (1877), Döllinger (1857, pág. 130). - [Se hallará un comentario sobre el valor «diagnóstico» de los sueños en «Complemento metapsicológico ala doctrina de los sueños» (191V), AE, 14, pág, 222.]
38 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase la caracterización del «délire» por Maury]

108
39 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:] Con posterioridad, este autor ha publicado un informe de sus experimentos, en dos volúmenes (1910 y 1912), al que nos referimos más adelante 40 (Ventana-emergente - Popup)
{«Los sueños de origen absolutamente psíquico no existen».}
41 (Ventana-emergente - Popup)
{«Los pensamientos de nuestros sueños nos vienen de fuera».}
42 (Ventana-emergente - Popup)
[Los temas de esta sección se retoman en el capítulo V, sección C
43 (Ventana-emergente - Popup)
[Con frecuencia se han observado sueños que se repiten periódicamente. Véase la recopilación de Chabaneix (1897)]
44 (Ventana-emergente - Popup)
{« ... la observación de los sueños ofrece dificultades especiales, y el único medio de evitar errores en tal materia es confiar al papel, sin la menor demora, lo que uno acaba de experimentar y observar; en caso contrario sobrevendrá rápidamente el olvido, ya sea total o parcial; el olvido total no es grave; pero el olvido parcial es pérfido; porque si uno se pone más tarde a dar cuenta de lo que no ha olvidado, corre el riesgo de completar mediante la imaginación los fragmentos incoherentes y desarticulados provistos por la memoria ( . . . ); uno se convierte en artista sin saberlo, y el relato periódicamente repetido se impone a la creencia de su autor, quien de buena fe lo presenta como un hecho auténtico, debidamente establecido según los métodos correctos».}
45 (Ventana-emergente - Popup)
[Los interrogantes planteados en esta sección se retoman en el capítulo VII,]
46 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta idea se retoma y desarrolla en el capítulo VII
47 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1911:] H. Silberer (1909) ha demostrado con bellos ejemplos cómo en estado de somnolencia unos pensamientos abstractos se trasponen en imágenes plásticointuitivas que pretender) expresar lo mismo. [Agregado en 1925:1 Volveré sobre este descu. brimiento en otro contexto
48 (Ventana-emergente - Popup)
Haffner (1887, pág. 243) intenta, como Delboeuf, explicar la actividad onírica por la modificación que por fuerza produce en el funcionamiento, en lo demás correcto, del aparato anímico intacto la introducción de una condición anormal; pero describe esa condición en términos algo diferentes. Según él, la primera marca del sueño es la ausencia de lugar y de tiempo, es decir, el hecho de que la representación se emancipa del lugar asignado al individuo dentro del orden espaciotemporal. Con esto se enlaza el segundo rasgo básico del sueño: la confusión de las alucinaciones, imaginaciones y combinaciones de la fantasía con percepciones externas. «La totalidad de las fuerzas superiores del alma, en particular la formación de conceptos, el juicio y el razonamiento, por un lado, y la libre autodeterminación, por el otro, se anudan a las imágenes sensibles de la fantasía y en todo momento las tienen por base. Por eso, también estas actividades participan en el desarreglo de las representaciones oníricas. Participan, decimos, pues en sí y por sí nuestra capacidad de juzgar, así como nuestra capacidad de voluntad, en manera alguna se alteran mientras dormimos. Nuestras actividades son tan agudas y tan libres como en el estado de vigilia. Tampoco en sueños puede el hombre infringir las leyes del pensamiento -p. ej., no puede considerar idénticas las cosas que se le presentan como contrapuestas, etc-. De igual modo, sólo puede anhelar lo que se imagina bueno (sub ratione boni). Pero en esta aplicación de las leyes del pensamiento y la voluntad el espíritu humano se extravíaen el sueño por la confusión de una representación con otra. Así sucede que en el sueño cometemos las mayores contradicciones, al par que por otro lado podemos formar los juicios más agudos y los razonamientos más consecuentes, así como las decisiones más virtuosas y santas. Falta de orientación, he ahí todo el secreto del vuelo que toma nuestra fantasía en el sueño; y la falta de reflexión crítica, así como de entendimiento con otras personas, es la fuente principal de las desmedidas extravagancias de nuestros juicios y de nuestras esperanzas y deseos en el sueño». [El problema del «examen de realidad» es considerado infra]
49 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:1 Cf. el désintérêt en que Claparide (1905, págs. 306-7) descubre el mecanismo del dormirse.
50 (Ventana-emergente - Popup)
{«No hay sueños que sean absolutamente, racionales y no contengan alguna incoherencia, algún anacronismo, algún absurdo».}
51 (Ventana-emergente - Popup)
{«El sueño es la anarquía psíquica afectiva y mental, es el juego de las funciones libradas a sí mismas y ejerciéndose sin control y sin meta; en el sueño el espíritu es un autómata espiritual».}
52 (Ventana-emergente - Popup)
{«Es imposible concebir una cosa tan trastornada, irregular o monstruosa que no podamos soñar».}
53 (Ventana-emergente - Popup)
«La producción de estas imágenes, que en el hombre despierto nacen casi siempre por obra de la voluntad, es para la inteligencia lo que ciertos movimientos de la corea y las afecciones paralíticas son para la motilidad».}
54 (Ventana-emergente - Popup)
{«toda una serie de degradaciones de la facultad pensante y razonante».}
55 (Ventana-emergente - Popup)
{«1) una acción espontánea y como automática del espíritu;
2) una asociación de ideas viciosa e irregular».}
56 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1909:] Más adelante se nos hará asequible el sentido de los sueños de este tipo, llenos de aliteraciones y de sílabas iniciales con sonido similar.
57 (Ventana-emergente - Popup)
«el sueño no es sinrazón, ni siquiera irracionalidad pura».}
58 (Ventana-emergente - Popup)
«Hay algo de método en su locura»,Hamlet, acto II, escena 2»
59 (Ventana-emergente - Popup)
«un mundo arcaico de vastas emociones y pensamientos imperfectos»
60 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo se agregó en 1914.]
61 (Ventana-emergente - Popup)
{«Ahora bien, nuestros sueños son un medio para conservar estas personalidades sucesivas [anteriores]. Cuando estamos dormidos retrocedemos a las viejas maneras de ver y sentir las. cosas, a los impulsos y actividades que nos dominaron hace mucho tiempo».}
62 (Ventana-emergente - Popup)
{«En el sueño, y exceptuando la percepción, todas las facultades del espíritu -inteligencia, imaginación, memoria, voluntad, moral- permanecen intactas en su esencia; sólo que se aplican a objetos imaginarios y móviles. El soñante es un actor que juega a voluntad o papeles de locos y sabios, de verdugos y víctimas, de enanos y gigantes, de demonios y ángeles».}

109
63 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta obra del famoso sinólogo se publicó anónimamente.] 64 (Ventana-emergente - Popup)
«El Marqués d'Hervey otorga a la inteligencia en el dormir toda su libertad de acción y de atención, y para él aparentemente el dormir sólo consiste en la oclusión de los sentidos, en que estos se cierren al mundo exterior; de modo que, según su manera de ver, el hombre que duerme no se distingue mucho del que, taponando sus sentidos, deja vagar su pensamiento; entonces, toda la diferencia que separa al pensamiento ordinario del pensamiento del durmiente sería que, en este último, la idea adopta una forma visible, objetiva, y se parece -hasta confundirse con ella-a lasensación determinada por los objetos exteriores; el recuerdo reviste la apariencia del hecho presente»}
65 (Ventana-emergente - Popup)
{«que hay otra diferencia, de capital importancia, a saber: que las facultades intelectuales del hombre dormido no muestran el equilibrio que conservan en el hombre despierto»,}
66 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo y el siguiente se agregaron en 1914.]
67 (Ventana-emergente - Popup)
{«La imagen del sueño es la copia de la idea. Lo principal es la idea; la visión es sólo accesoria. Establecido esto, hay que saber seguir la marcha de las ideas, hay que saber analizar el tejido de los sueños; entonces la incoherencia se hace comprensible, las concepciones más fantásticas se convierten en hechos simples y perfectamentelógicos. Los sueños más extravagantes encuentran incluso una explicación muy lógica cuando se los sabe analizar».}
[En realidad esta no es una cita textual, sino una paráfrasis de Vaschide.]
68 (Ventana-emergente - Popup)
CF Haffner (1887) y Spitta (1882, págs. 11-2).
69 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:] Ese brillante místico que es Du Prel, uno de los pocos autores cuyo olvido en las ediciones anteriores de este libro lamento, declara que en lo que concierne a los hombres el acceso a lametafísica no está en la vida de vigilia sino en el sueño (Du Prel, 1885, pág. 59).
70 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:] En Tobowolska (1900), el lector hallará bibliografía adicional y un examen crítico de estos problemas.
71 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914: ] Cf. la crítica de Havelock Ellis (191 la, pág. 265).
72 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase el artículo de Freud, publicado póstumamente (1941c), que se incluye como apéndice al final de esta obra
73 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta oración se agregó en 1914. G. también infra, 5, pág. 607. Sin duda, la referencia alude a las primeras secciones del libro IX d.c laRepública.]
74 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:] Tiene su interés conocer la actitud que la Santa Inquisición adoptó frente a nuestro problema. En el Tractatus de Officio Sanctissimae Inquisitionis, de Caesar Careña (obra de 1631), hallamos el siguiente pasaje: «Si alguien formula herejías en sueños, los inquisidores deben por ese motivo investigar su conducta en la vida, pues mientras dormimos suele regresar lo que nos ha ocupado durante el día». (Comunicado por el doctor Elmiger, St. Urban, Suiza.)
75 (Ventana-emergente - Popup)
[No fue posible ubicar este pasaje.]
76 (Ventana-emergente - Popup)
[Las dos últimas oraciones se agregaron en 1914.]
77 (Ventana-emergente - Popup)
{«Ciertas inclinaciones nuestras que se creían sofocadas y extinguidas del todo se reaniman; reviven pasiones viejas y sepultadas; cosas y personas en que nunca pensamos se nos ponen delante».}
78 (Ventana-emergente - Popup)
{«Son nuestras inclinaciones las que hablan y nos hacen actuar, sin que la conciencia nos retenga, aunque a veces nos advierta. Yo tengo mis defectos y mis inclinaciones viciosas; en el estado de vigilia procuro luchar contra ellos, y la mayoría de las veces no sucumbo. Pero en mis sueños sucumbo siempre a esos defectos e inclinaciones, o mejor dicho actúo bajo su impulsión, sin temor ni remordimiento. ( ... ) Evidentemente, las visiones que se desarrollan ante mi pensamiento y que constituyen el sueño me son sugeridas por las incitaciones que experimento y que mi voluntad ausente no trata de reprimir»}
79 (Ventana-emergente - Popup)
{«En el sueño, entonces, el hombre se revela a sí mismo en toda su desnudez y su miseria natas. Desde que suspende el ejercicio de su voluntad, se convierte en juguete de todas las pasiones contra las cuales, en el estado de vigilia, nos defienden la conciencia, el sentimiento del honor y el temor».}
80 (Ventana-emergente - Popup)
81 (Ventana-emergente - Popup)
82 (Ventana-emergente - Popup)
83 (Ventana-emergente - Popup)
84 (Ventana-emergente - Popup)
85 (Ventana-emergente - Popup)
o el reproche de los seres abandonados».}
86 (Ventana-emergente - Popup)

{«En suma, el sueño es el producto del pensamiento errante, sin meta ni dirección, el cual se fija sucesivamente sobre los recuerdos que han conservado suficiente intensidad para ubicarse en su ruta y detenerlo a su paso, estableciendo entre ellos un vínculo a veces débil e indeciso, a veces más fuerte y más estrecho, según que la actividad del cerebro en ese momento esté más o menos abolida por el sueño».}
87 (Ventana-emergente - Popup)
88 (Ventana-emergente - Popup)
89 (Ventana-emergente - Popup)90 (Ventana-emergente - Popup)
91 (Ventana-emergente - Popup)
92 (Ventana-emergente - Popup)
93 (Ventana-emergente - Popup)
94 (Ventana-emergente - Popup)
95 (Ventana-emergente - Popup)
96 (Ventana-emergente - Popup)
97 (Ventana-emergente - Popup)
98 (Ventana-emergente - Popup)
99 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1909:] En una novela de Wilhelm Jensen, Gradiva, descubrí por azar varios sueños artificiales construidos de manera totalmente correcta y que admitían interpretación como si no hubieran sido inventados sino soñados por personas reales. Ante mi pregunta, el autor confirmó que le era por completo desconocida mi doctrina sobre los sueños. He usado la concordancia entre mis investigaciones y las creaciones de este autor como prueba de la corrección de mi análisis de los sueños. (Véase Freud, 1907a.)
100 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:] Aristóteles [De divinatione per somnum, 11] observa sobre esto que el mejor intérprete de sueños es e.1 que mejor puede aprehender semejanzas; pues las imágenes del sueño, como las que se forman en el agua, están desfiguradas por el movimiento, y las apresa mejor el que es capaz de reconocer lo verdadero en la imagen desfigurada. (Büchsenschütz, 1868, pág. 65.)
101 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:] Artemidoro Daldiano, probablemente nacido a comienzos del segundo siglo de nuestra era, nos ha legado el estudio más completo y cuidadoso de la interpretación de sueños tal como se la practicaba en el mundo grecorromano. Según destaca Theodor Gompetz (1866, págs. 7-8), insistió en la importancia de fundar la interpretación de los sueños en la observación y en la experiencia, y separó su arte tajantemente de otros, engañosos. Como lo expone Gomperz, el principio de su arte interpretativo es idéntico a la magia: el principio de la asociación. Una cosa onírica significa aquello que evoca; entendámonos, que le evoca al intérprete. Una fuente ingobernable de arbitrariedad e incerteza brota entonces de la circunstancia de que el elemento onírico puede evocar al intérprete diversas cosas, y a cada intérprete, cosas diferentes. La técnica que expongo en lo que sigue se aparta de la de los antiguos en un punto esencial, a saber, que defiere al propio soñante el trabajo de interpretación. No quiere tomar en cuenta lo que se le ocurre al intérprete, sino lo que se le ocurre al soñante sobre el elemento correspondiente del sueño. Sin embargo, informes recientes de un misionero, el padre Tfinkdji (1913 [págs. 5167 y 523]), muestran que los modernos intérpretes orientales de sueños requieren en gran medida la cooperación del soñante. Acerca de los intérpretes de sueños entre los árabes de la Mesopotamia, cuenta: «Pour interprêter exactement un songe, les oniromanciens les plus habiles s'informent de ceux qui les consultent de toutes les circonstances qu'ils regardent nécessaires pour la bonne explication. ( ... ) En un mot, nos oniromancíens ne laissent aucune cí . rconstance leur échapper et ne donnent l'interprétation désirée avant d'avoir parfaitement saisi et relu toutes les interrogations désirables». {«Para interpretar con exactitud un sueño, los onirománticos más hábiles piden a quienes los consultan información sobre todas las circunstancias que juzgan necesarias para la buena explicación. ( ... ) En una palabra, nuestros onirománticos no dejan que se les escape circunstancia alguna, y no dan la interpretación deseada antes de haber entendido perfectamente y asimilado todas las interrogaciones deseables».} Entre estas preguntas se incluyen, por lo general, las que piden indicaciones precisas sobre los parientes más próximos (padres, mujer, hijos), así como la fórmula típica: «Habuistine in hac nocte copulam conjugalem ante vel post somnium?» {«¿Has copulado con tu mujer antes o después del sueño?»,. «L'idée dominante dans l'interprétation des songes consiste à expliquer le rêve par son opposée». {«La idea dominante en la interpretación de los sueños consiste en explicar al sueño por su opuesto».}
102 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1909:] El doctor Alfred Robitsek me ha observado que los libros orientales de sueños, de los cuales los nuestros son lamentables calcos, casi siempre emprenden la interpretación de los elementos oníricos por la homofonía yla semejanza de las palabras. Estos parentescos necesariamente se pierden al traducirlos a nuestra lengua; de ahí la incomprensibilidad de las sustituciones en nuestros «libros de sueños» populares. Acerca de la extraordinaria importancia que los retruécanos y los juegos de palabras tuvieron en las viejas culturas orientales es posible informarse en los escritos de Hugo Winckler [el famoso arqueólogo. [Agregado en 1911:] El más bello ejemplo de interpretación de sueños que nos ha legado la Antigüedad se basa en un juego de palabras, Artemidoro cuenta [libro IV, cap. 241: «Paréceme, empero, que también Aristandro dio a Alejandro de Macedonia una feliz
interpretación cuando este, habiendo rodeado y puesto sitio a Tiro [Tnroz], y sintiéndose disgustado y
decepcionado por el tiempo que duraba, soñó que veía a un sátiro [satnroz] danzar sobre su escudo; Aristandro se encontraba, casualmente, próximo a Tiro, en el séquito del monarca que guerreaba en Siria. Descomponiendo la palabra "sátiro" en sa y tnroz, hizo que el rey redoblara su empeño de sitiar la ciudad y adueñarse de ella» (sa

111
Tnroz= Tuya es Tiro). Por lo demás, tan estrechamente dependen los sueños de la expresión lingüística que Ferenczi [1910a] puede señalar con acierto que toda lengua tiene su propio lenguaje onírico. Un sueño es por lo general intraducible a otras lenguas, y lo mismo vale, creo, para el presente libro. [Agregado en 1930:] A pesar de ello, primero el doctor A. A. Brill en Nueva York, y tras él otros, han logrado traducirLa interpretación de los sueños.
103 (Ventana-emergente - Popup)
Después de concluido mi manuscrito, me ha llegado una obra de Stumpf(1899) que coincide con mi trabajo en el propósito de demostrar que el sueño posee sentido y es interpretable. Pero propone interpretaciones basadas en un simbolismo de carácter alegórico que no ofrece garantía alguna de validez universal en su procedimiento. 103 (Ventana-emergente - Popup)
104 (Ventana-emergente - Popup)
Cf. Breuer y Freud, 1895.
105 (Ventana-emergente - Popup)
[El énfasis en la conveniencia de cerrar los ojos (un remanente del viejo método hipnótico) fue pronto dejado de lado, Véase, por ejemplo, la exposición de la técnica psicoanalítica en «El método psicoanalítico de Freud» (Freud, 1904a), donde se destaca específicamente que el analista no pide al paciente que cierre sus ojos.]
106 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1919:]Silberer (1909, 1910 y 1912) ha hecho importantes contribuciones a la interpretación de los sueños, al observar directamente esta trasposición de las representaciones en imágenes visuales]
107 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo fue agregado en 1909, y consiguientemente se modificó la primera oración del párrafo siguiente.]
108 (Ventana-emergente - Popup)
[La técnica de interpretación de sueños vuelve a tratarse infra. Véase también «Observaciones sobre la teoría y la práctica de la interpretación de los sueños» (Freud, 1923c), AE, 19, págs. 111-2. La cuestión -distinta- de cuál es el papel desempeñado por la interpretación de los sueños en la técnica del psicoanálisis terapéutico es abordada en «El uso de la interpretación de los sueños en el psicoanálisis» (Freud, 1911e).]
109 (Ventana-emergente - Popup)
[En el capítulo VII, Freud reflexiona sobre las dificultades que opone este programa a su exposición del tema, lo cual ya había sido planteado por él en su «Advertencia (a la primera edición)». Tal como lo señala infra, Freud tiende a menudo a dejar de lado ese programa. A pesar de su intención expresa, utiliza muchos sueños de pacientes suyos, y más de una vez aborda la elucidación del mecanismo de los síntomas neuróticos.]
110 (Ventana-emergente - Popup)
{«Todo psicólogo está obligado a confesar incluso sus debilidades si cree que de ese modo echará luz sobre algún problema oscuro».}
111 (Ventana-emergente - Popup)
De todos modos, no quiero dejar de apuntar, como restricción a, lo dicho en el texto, que casi nunca he comunicado la interpretación completa de uno de mis propios sueños, tal como yo la conocía. Probablemente anduve acertado en no confiar demasiado en ladiscreción de los lectores.
112 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:]Este es el primer sueño que sometí a una interpretación detallada. [En los Estudios sobre la histeria (Breuer y Freud, 1895), AE, 2, págs. 89-90, dentro de una larga notaal pie correspondiente al historial de Emmy von N., Freud describe algunas de sus primeras tentativas de analizar sus propios sueños. El pasaje pertinente se cita en forma textual en mi «Introducción»]
113 (Ventana-emergente - Popup)
[En la edición de 1942 se omite la palabra «blanca», sin duda por error.]
114 (Ventana-emergente - Popup)
{«Die Halle»; antes, en el relato del sueño, «Eine grosse Halle».En otras varias oportunidades posteriores se notará este tipo de pequeñas diferencias.}
115 (Ventana-emergente - Popup)
[Cerro cercano a Viena, muy conocido como lugar de veraneo]
116 (Ventana-emergente - Popup)
A esta tercera persona puede reconducirse también la queja, todavía no explicada, sobre dolores en el vientre. Se trata, desde luego, de mi propiamujer; los dolores de vientre me recuerdan una d2 las ocasiones en que se me hizo evidente su renuencia. Tengo que confesar que no trato muy amablemente a Irma ni, a mi mujer en este sueno, pero nótese, en mi descargo, que las mido con el ideal de la paciente dócil y valiente.
117 (Ventana-emergente - Popup)
Sospecho que la interpretación de este fragmento no avanzó lo suficientepara desentrañar todo su sentido oculto. Sí quisiera proseguir la comparación de las tres mujeres, me llevaría muy lejos. - Todo sueño tiene por lo menos un lugar en el cual es insondable, un ombligo por el que se conecta con lo no conocido.
118 (Ventana-emergente - Popup)
[Este es un error de imprenta, que se repite en todas las ediciones alemanas; la fecha correcta es «1884, año en que Freud publicó su primer artículo sobre la cocaína. En la biografía de Freud escrita por Ernest Jones (1953, cap. VI) se encontrará una exposición completa de los trabajos de Freud sobre la cocaína. De allí surge que el «caro amigo» era Fleisch]. von Marxow.
119 (Ventana-emergente - Popup)
[En la introducción de Kris a la correspondencia con Fliess (Freud, 1950a) se encontrará información detallada sobre este hospital.]
120 (Ventana-emergente - Popup)
[Las dos figuras principales de una novela, de Fritz Reuter popular en su momento, Ut mine Strointid (1862-64), escrita en dialecto mecklenburgués.]
121 (Ventana-emergente - Popup)
{Por su pronunciación, las palabras alemanas «Dysenterie» y «Diphtherie» -ambas agudas- se asemejan más que sus equivalentes en castellano.}
122 (Ventana-emergente - Popup)
{En masculino en el original.}
123 (Ventana-emergente - Popup)
Debo agregar que el sonido de la palabra «ananá» se asemeja notablemente al apellido de mi paciente Irma.
124 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1909, pero omitida nuevamente a partir de 1925:] En este junto el sueño no resultó profético. En otro sentido acertó, pues los «irresueltos» dolores gástricos de mi paciente, de los cuales yo no quería ser culpado, fueron los precursores de una seria afección biliar.
125 (Ventana-emergente - Popup)
[Se trata de Wilhelm Fliess, biólogo y otorrinolaringólogo berlinés, quien ejerció gran influencia sobre Freud durante los años inmediatamente anteriores a la publicación de este libro, y que aparece en él con frecuencia, aunque por lo general en forma anónima. (Cf. Freud, 1950a).]
126 (Ventana-emergente - Popup)
[El análisis de esta parte del sueño se amplía más adelante. Freud ya lo había utilizado como ejemplo del mecanismo de desplazamiento, en su temprano «Proyecto de psicología» de 1895 (1950a), AE, 1, págs. 387-9.]
127 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta anciana aparece frecuentemente en los escritos de Freud de esta época. Psicopatología de la vida cotidiana

112
(1901b), AE, 6, págs. 163, 174-5 y 249-50. Freud informa a Fliess de su muerte en una carta del 8 de julio de 1901 (Freud, 1950a, Carta 145).]
128 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1909:] Aunque debe comprenderse que no he informado acerca de todo lo que se me ocurrió durante el trabajo de interpretación, 128 (Ventana-emergente - Popup)
129 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud vuelve a referirse a esta anécdota en dos pasajes de su libro sobre el chiste (1905c), AE, 8, págs. 60 y 194; en el segundo caso, hace mención de este párrafo.]
130 (Ventana-emergente - Popup)
[En su carta a Fliess del 12 de junio de 1900 (Freud, 1950a, Carta 137), Freud describe una visita posterior que hizo a Bellevue, la casa donde tuvo este sueño. «¿Crees», le pregunta, «que algún día se colocará en esa casa una placa de mármol, con la siguiente inscripción?:
En esta casa, el 24 de julio de 1895,
le fue revelado al doctor Sigmund Freud
el secreto de los sueños
Por el momento parece poco probable que ello ocurra».] 131 (Ventana-emergente - Popup)
[En su carta a Fliess del 6 de agosto de 1899 (Freud, 1950a, Carta 114), Freud describe de la siguiente manera los capítulos iniciales de este libro: «El conjunto ha venido a remedar un paseo imaginario. Primero está el umbrío bosque de los autores (que no alcanzan a ver los árboles), donde no hay una perspectiva clara y es fácil extraviarse. Sigue luego un desfiladero a través del cual guío a mis lectores -mi sueño paradigmático, con sus peculiaridades, detalles, indiscreciones y chistes malos- Por fin, de pronto, el altiplano, el vasto panorama, y la pregunta al viandante: "¿Adónde desea dirigirse ahora?"».]
132 (Ventana-emergente - Popup)
Weygandt (1893, pág. 41) conocíatambién la existencia de los sueños de sed, pues dice: «Justamente la sensación de sed es percibida con mayor precisión que todas: produce siempre la representación de saciarla. El modo en que el sueño la representa es múltiple y su forma específica deriva de algún recuerdo próximo. En estos casos es también un fenómeno general la desilusión, inmediata a la representación de extinguir la sed, por el escaso efecto del supuesto refrescamiento». No obstante, Weygandt descuida el carácter universal de la reacción del sueño frente al estímulo. El hecho de que otras personas, atacadas de noche por la sed, despierten sin soñar antes no implica objeción alguna a mi experimento, sino que las caracteriza como malos durmientes. - [Agregado en 1914:] Véase, a este respecto, Isaías,
29:8: «Pues así como un hambriento sueña que come, pero cuando despierta su alma sigue vacía; y así como un sediento sueña que bebe, pero cuando despierta está extenuado y sediento...».
133 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud narró a Fliess este sueño en su carta del 4 de marzo de 1895 (Freud, 1950a, Carta 22), AE, 1, pág. 253; es esa la primera alusión de que se tenga noticia a la teoría del cumplimiento de deseo.]
134 (Ventana-emergente - Popup)
[La expresión «con frecuencia» fue agregada en 1911. En GS, 3 (1925), pág. 21, aparece, con respecto a este punto, el siguiente comentario: «La experiencia ha demostrado que en niños de cuatro o cinco años se encuentran ya sueños desfigurados, que requieren interpretación; y ello está en un todo de acuerdo con nuestro punto de vista teórico sobre las condiciones que determinan la desfiguración en los sueños».]
135 (Ventana-emergente - Popup)
[Antes de 1911: «por esa razón».]
136 (Ventana-emergente - Popup)
[En el distrito de Salzkammergut, en la Alta Austria.]
137 (Ventana-emergente - Popup)
[En todas las ediciones en alemán, «Echerntal» aparece mal escrito: «Escherntal»,]
138 (Ventana-emergente - Popup)
[En las colinas próximas a Viena.]
139 (Ventana-emergente - Popup)
{Anna habla en media lengua; si seexpresara correctamente, deberíamos traducir: «Anna Freud, fresas, fresas silvestres, huevos, papilla», pero un niño de esa edad diría algo así: «Ana Feud, fesas, fesas silvestes, evos, papía».}
140 (Ventana-emergente - Popup)
La misma hazaña de la nietecita fue consumada poco después en sueños por la abuela, cuya edad sumada a la de aquella rondaba los setenta años. Después que se vio obligada a pasar todo un día de hambre a causa del malestar que le provocaba su riñón flotante, soñó, evidentemente trasladándose a la época dichosa de su floreciente juventud, que la «invitaban» a las dos comidas principales y en cada caso le ofrecían los más exquisitos bocados. [El sueño de la pequeña fue relatado por Freud a Fliess poco después de ocurrido, en la carta del 31 de octubre de 1897 (Freud, 1950a, Carta 73), AE, 1, pág, 309,]
141 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1911:] Un estudio más a fondo de la vida anímica de los niños nos ha enseñado que las fuerzas pulsionales sexuales, en su conformación infantil, desempeñan un papel considerable, sólo que descuidado durante mucho tiempo, dentro de su actividad psíquica; además, nos permite dudar un poco de la felicidad de la infancia tal como los adultos la construyen más tarde. Cf. mis Tres ensayos de teoría sexual (1905d). [La notable incoherencia entre esta frase y otros pasajes del texto es objeto de un comentario en mi «Nota introductoria» a Tres ensayos (AE, 7, pág. 115). Según una comunicación de Ernest Jones, la presente nota fue agregada a sugerencia de Carl G. Jung.]
142 (Ventana-emergente - Popup)
{También en media lengua; el equivalente castellano sería «adento cedezas»,(«adentro hay cerezas»).}
143 (Ventana-emergente - Popup)
{«¡Gemán comió todas cedezas!» («¡Germán se comió todas las cerezas!»),}
144 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1911:] No debemos dejar de mencionar el hecho de que en niños pequeños pronto suelen sobrevenir sueños más complicados y menos trasparentes, y, por otra parte, también en adultos se presentan a menudo, en ciertas circunstancias, sueños de ese carácter infantil simple. Insospechada riqueza puede tener ya el contenido de sueños de niños de cuatro a cinco años, como lo muestran los ejemplos de mi «Análisis de la fobia de un niño de cinco años» (1909b) y de Jung (1910c). [Agregado en 1914:] Para interpretaciones analíticas de sueños de niños, véanse también Ven HugHellmuth (1911 y 1913a), Putnam (1912a), Van Raalte (1912), Spiclrein (1913) y Tausk (1913b). Cf. otros en Bianchieri (1912), Busemann (1909 y 1910), Doglia y Bianchieri (1910-11) y, en particular, en Wiggam (1909), quien destaca su tendencia al cumplimiento de deseo. [Agregado en 1911:] Por otra parte, en los adultos parecen sobrevenir con particular frecuencia sueños de tipo infantil cuando se encuentran en condiciones inhabituales de vida. Así informa Otto Norderiskjöld en su libro Antarctic (1904, 1, págs. 336-7) acerca del destacamento que invernó con él: «Muy característicos de la orientación de nuestros pensamientos más íntimos eran nuestros sueños, nunca tan vivos ni tan numerosos como entonces. Aun aquellos de nuestros camaradas que sólo por excepción soñaban, ahora tenían por la mañana, cuando intercambiábamos nuestras últimas experiencias de este mundo de la fantasía, largas historias que contar. Todas versaban sobre aquel mundo exterior, tan lejano ahora de nosotros, pero a menudo se adecuaban a nuestra situación actual. Uno de mis compañeros tuvo un sueño particularmente característico: se creía de nuevo en el banco de la escuela donde lehabían asignado la tarea de

113
desollar unas focas en miniatura destinadas a propósitos pedagógicos. Comer y beber eran, por lo demás, los ejes en torno de los cuales giraban casi siempre nuestros sueños. Uno de nosotros, que descollaba por su participación en grandes almuerzos nocturnos, era dichoso cuando por la mañana podía informar "que había asistido a una comida de tres platos"; otro soñaba con tabaco, con montañas enteras de tabaco; otro, con el barco que a toda vela se acercaba por el mar abierto. Aun otro sueño merece ser mencionado: El cartero llega con la correspondencia y da una larga explicación sobre los motivos por los cuales se hizo esperar tanto; la había entregado donde no correspondía y sólo tras mucho trabajo logró recuperarla. Desde luego, mientras dormíamos nos ocupábamos de cosas más imposibles aún, pero era en extremo llamativa la falta de fantasía en casi todos los sueños que yo mismo soñé o escuché contar. Sería de gran interés psicológico, ciertamente, el que todos esos sueños pudieran registrarse. Y fácil es comprender cuánto anhelábamos dormir, pues así se nos ofrecía todo lo que cada cual apetecía fervientemente». [Agregado en 1914:] Citaré todavía, siguiendo a Du Prel (1885, pág. 231): «Mungo Park, próximo a morir de consunción durante un viaje por el Africa, soñaba sin cesar con los valles y las vegas de su patria, de abundantes aguas. De igual modo, el barón Trenck, atormentado por hambre en la fortaleza de Magdeburgo, se veía rodeado por opíparos manjares, y George Back, que participó en la primera expedición de Franklin, cuando a consecuencia de terribles privaciones estuvo próximo a morir de hambre, soñaba de continuo y monótonamente con abundantes comidas».
145 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1911:] Un proverbio húngaro citado por Ferenczi [1910a] dice algo más: «Los cerdos sueñan con bellotas y los gansos con maíz». [Agregado en 1914:]Un proverbio judío dice: «¿Con qué sueñan las gallinas? Con mijo» (Bernstein y Segel, 1908, pág. 116). 145 (Ventana-emergente - Popup)
146 (Ventana-emergente -Popup)
[Nota agregada en 1914:]Lejos de mí está el aseverar que ningún autor antes que yo haya pensado en derivar un sueño de un deseo. (Véanselas primeras frases del capítulo que sigue.) Los que asignan importancia a tales anticipaciones podrían mencionar, de la Antigüedad, al médico Herófilo, que vivió bajo el primer Ptolomeo. Según Büchsenschütz (1868, pág. 33), distinguía tres clases de sueños: los enviados por los dioses, los naturales (que nacen cuando el alma se forma una imagen de algo provechoso para ella y que sobrevendrá) y los mixtos, que nacen por sí solos mediante aproximación de imágenes cuando vemos lo que deseamos. De la colección de ejemplos de Scherner, J. Stärcke (1913 [pág. 2481) atina a destacar un sueño caracterizado por el propio autor como de cumplimiento de deseo. Dice Scherner (1861, pág. 239): «Si la fantasía cumplió tan prontamente el deseo de vigilia de la soñante, fue por el simple hecho de que había permanecido vivo en su ánimo». Este se sitúa entre los «sueños de talante»; próximos a él se hallan los sueños de «anhelo amoroso masculino y femenino» y los de «talante malhumorado». Ni hablar, como se ve, de que Scherner adscriba a los deseos mayor significación, con respecto al sueño, que a cualquier otro estado del alma durantela vigilia, y menos todavía de que conectara al deseo con la esencia del sueño.
147 (Ventana-emergente - Popup)
{En alemán: «Trä ume sind Schäume»; literalmente, «Los sueños son quimeras».}
148 (Ventana-emergente - Popup)
Los sueños de niños (incluyendo lamayoría de los registrados en este capítulo) y los sueños de tipo infantil son objeto de estudio en la 8º de las Conferencias de introducción al, psicoanálisis (Freud, 1916-17) y, más sucintamente, en Sobre el sueño (190la)
149 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:] Un autor tan antiguo como el neoplatónico Plotino ha dicho: «Cuando nuestros apetitos despiertan, acude nuestra fantasía y es como si nos presentara él objeto de aquellos» [La Enéada, iv, 4, 171 (citado por Du Prel, 1885, pág. 276).
150 (Ventana-emergente - Popup)
Sobre el pavor nocturnus, cf. Debacker (1881).
151 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1909:] Es apenas creíble la obstinación con que lectores y críticos cierran los ojos a esta consideración y omiten el distingo fundamental entre contenido manifiesto y contenido latente del sueño. [Agregado en 1914:] Por otra parte, ninguna de las aseveraciones consignadas en la bibliografía se acerca tanto a mi hipótesis como un pasaje del ensayo de James Sully «The Dream as a Revelation» (1893, pág. 364), cuyo mérito no debe quedar empalidecido por el hecho de que lo cite aquí por primera vez: «It would seem, then, after all, that dreams are not the ulter nonsense they have been said to be by sucb authorities as Chaucer, Shakespeare and Milton. The chaotic aggregations of our nightlancy have a significance and communicate new knowIedge. Like some letter in cypher, the dream-inscription when scrutinized closely loses its first look of balderdash and takes on the aspect of a serious, intelligible message. Or.. to vary the figure slightty, we may say that, like some palimpsest,
the dream discloses beneath its worthless surlace-characters traces ol an old and precious communication». {«Parecería, pues, que los sueños no son después de todo el completo disparate que autoridades como Chaucer, Shakespeare y Milton han afirmado que son. Las caóticas acumulaciones de nuestra fantasía nocturna tienen una significación y comunican un nuevo conocimiento. Como ocurre con ciertas cartas cifradas, cuando la inscripción onírica es examinada de cerca pierde su primera apariencia de monserga incoherente y cobra el aspecto de un mensaje serio e inteligible. 0 bien, para emplear una metáfora algo distinta, podríamos decir que, al igual que ciertos palimpsestos, el sueño revela, por debajo de sus fútiles caracteres superficiales, huellas de una antigua y preciosa comunicación». En el original alemán las dos últimas oraciones están destacadas mediante el espaciado de las letras.}
152 (Ventana-emergente - Popup)
[Cargo que equivale aproximadamente al de assistant professor {profesor adjunto}. En Austria, todas estas designaciones corrían por cuenta del ministro de Educación. Freud informa sobre esta recomendación en una carta a Fliess del 8 de febrero de 1897 (Freud, 1950a, Carta 58), y el sueño mismo es mencionado en la carta del 15 de marzo de 1898(ibid., Carta 85).]
153 (Ventana-emergente - Popup)
[Esto se relaciona, por supuesto, con el sentimiento antisemita, que ya proliferaba en Viena durante los últimos años del siglo xix.]
154 (Ventana-emergente - Popup)
Es asombroso cómo en este caso mi recuerdo -en la vigilia- se restringe para los fines del análisis. He conocido a cinco de mis tíos, y a uno de ellos lo he amado y venerado. Pero en el momento en que superé la resistencia a la interpretación del sueño, me dije: «Sólo he tenido un tío, justamente el que se menciona en el sueño».
155 (Ventana-emergente - Popup)
[Mefistófeles, en el Fausto de Goethe, parte I, escena 4. Esta era una de las citas favoritas de Freud. Vuelve a mencionarla infra, 5, pág. 452, y ya lo había hecho en sus cartas a Fliess del 3 de diciembre de 1897 y el 9 de febrero de 1898 (Freud, 1950a, Cartas 77 y 83); y, hacia el fin de su vida, cuando recibió el premio Goethe en 1930, laaplicó al propio Goethe (Freud, 1930e).]
156 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta analogía, que aparece aquí por primera vez en relación con los sueños, había sido aplicada ya a la paranoia en «Nuevas puntualizaciones sobre las neuropsicosis de defensa» (Freud, 1896b), AE, 3, pág. 181, y, en forma más general, en Estudios sobre la histeria (Breuer y Freud, 1895), AE, 2, pág. 276.]
157 (Ventana-emergente - Popup)
9 [Nota agregada en 1919:] La doctora H. von Hug-Hellmuth comunicó en 1915 un sueño que es quizás apto como ningún otro para justificar mi terminología. La desfiguración onírica trabaja en él con el mismo recurso que la censura postal para eliminar los pasajes que le parecen impugnables. La censura postal los vuelve ilegibles superponiéndoles tinta negra; la censura onírica los sustituye mediante un murmullo incomprensible.

114
Con miras a la inteligibilidad del sueño consignaré que la soñante es una dama culta, muy estimada, de cincuenta años, viuda de un oficial superior fallecido hace unos doce años y madre de hijos adultos, uno de los cuales se encontraba en el frente en la época del sueño.
Y ahora el sueño de los «servicios de amor» [«Liebesdienste» significa en primera acepción «servicios realizados por amor», es decir, «no remunerados», pero el término sugiere, desde luego, otra inter
pretación]: Ella va al hospital militar nº 1 y dice en la guardia de Ir entrada que le es preciso hablar con el médico jefe... (menciona un nombre desconocido para ella) porque quiere prestar servicio en el hospital. Al decirlo acentúa la palabra «servicio» de tal modo que el suboficial cae enseguida en la cuenta de que se trata de un «servicio de amor». Como es una mujer de edad, tras alguna vacilación la deja pasar. Pero en vez de llegar hasta el médico jefe, se ve dentro de una sala espaciosa y sombría en que muchos oficiales y médicos militares están de pie o sentados a una larga mesa. Se dirige con su propuesta a un capitán médico, quien, tras pocas palabras, ya comprende. El texto de su dicho en el sueño es: «Yo ymuchas otras mujeres y muchachas jóvenes de Viena estamos dispuestas a... » aquí sigue en el sueño un murmullo, « ... los soldados, tropa y oficiales sin distinción». Que eso mismo fue comprendido rectamente por todos los presentes, se lo muestran los gestos en parte turbados y en parte maliciosos de los oficiales. La dama prosigue: «Yo sé que nuestra decisión suena sorprendente, pero es de lo más seria. Nadie pregunta al soldado en el campo de batalla si quiere o no morir». Sigue un penoso silencio de varios minutos. El capitán médico le rodea la cintura con su brazo y dice: «Noble señora, suponga usted el caso, de hecho se llegaría a... » (murmullo). Ella se desprende de su brazo pensando: Es igual que los otros, y replica: «Mi Dios, yo soy una mujer anciana y quizá nunca he de llegar a esa situación. Además, tendría que respetarse una condición: considerar la edad; tic sea que una mujer mayor... (murmullo) con un mozo jovencito; sería terrible». El capitán médico: «Comprendo perfectamente». Algunos oficiales, entre ellos uno que en años mozos la había cortejado, estallan en carcajadas, y la dama desea ser llevada ante el médico jefe, conocido de ella, para que todo se ponga en claro. En eso se da cuenta, para su máxima consternación, de que no conoce el nombre de él. No obstante, el capitán médico, muy cortés y respetuosamente, le indica que se dirija al segundo piso por una escalera de caracol, de hierro, estrechísima, que la lleva directamente desde la sala hasta el piso superior. Mientras asciende oye decir a un oficial: «Es una decisión colosal, no importa que sea una joven o una vieja; ¡mis respetos!». Con el sentimiento de cumplir simplemente su deber, ella trepa por una escalera interminable.
Este sueño se repitió dos veces en el lapso de unas pocas semanas, con variantes -según observa la dama- «mínimas que no alteraban su sentido».
[Se hallarán más comentarios sobre este sueño en la T de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (Freud, 1916-17).]
158 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1911:]Tales sueños hipócritas no son raros ni en mí ni en otras personas. Mientras estaba ocupado con la elaboración de un determinado problema científico, durante varias noches bastante seguidas me acudió un sueño propicio para confundir, cuyo contenido era la reconciliación con un amigo de quien me había apartado mucho tiempo atrás. A la cuarta o quinta vez logré por fin aprehender el sentido del sueño. Consistía en el estímulo para que resignara el último resto de miramiento por la persona en cuestión, me emancipara totalmente de ella, y se había disfrazado en lo contrario de una manera hipócrita. En otra parte [Freud ( 1910]) he comunicado un «sueño edípico hipócrita», en que las mociones hostiles y los deseos de muerte de los pensamientos oníricos son sustituidos por un sentimiento de ternura en el sueño manifiesto. Más adelante se mencionarán otra clase de sueños hipócritas. [El amigo aludido en esta nota era evidentemente Fliess. Véase la sección IV de la «Introducción» de Kris a la correspondencia de Freud con Fliess (Freud, 1950a).] Y ahora el sueño de los «servicios de amor» [«Liebesdienste» significa en primera acepción «servicios realizados por amor», es decir, «no remunerados», pero el término sugiere, desde luego, otra inter
pretación]: Ella va al hospital militar nº 1 y dice en la guardia de Ir entrada que le es preciso hablar con el médico jefe... (menciona un nombre desconocido para ella) porque quiere prestar servicio en el hospital. Al decirlo acentúa la palabra «servicio» de tal modo que el suboficial cae enseguida en la cuenta de que se trata de un «servicio de amor». Como es una mujer de edad, tras alguna vacilación la deja pasar. Pero en vez de llegar hasta el médico jefe, se ve dentro de una sala espaciosa y sombría en que muchos oficiales y médicos militares están de pie o sentados a una larga mesa. Se dirige con su propuesta a un capitán médico, quien, tras pocas palabras, ya comprende. El texto de su dicho en el sueño es: «Yo ymuchas otras mujeres y muchachas jóvenes de Viena estamos dispuestas a... » aquí sigue en el sueño un murmullo, « ... los soldados, tropa y oficiales sin distinción». Que eso mismo fue comprendido rectamente por todos los presentes, se lo muestran los gestos en parte turbados y en parte maliciosos de los oficiales. La dama prosigue: «Yo sé que nuestra decisión suena sorprendente, pero es de lo más seria. Nadie pregunta al soldado en el campo de batalla si quiere o no morir». Sigue un penoso silencio de varios minutos. El capitán médico le rodea la cintura con su brazo y dice: «Noble señora, suponga usted el caso, de hecho se llegaría a... » (murmullo). Ella se desprende de su brazo pensando: Es igual que los otros, y replica: «Mi Dios, yo soy una mujer anciana y quizá nunca he de llegar a esa situación. Además, tendría que respetarse una condición: considerar la edad; tic sea que una mujer mayor... (murmullo) con un mozo jovencito; sería terrible». El capitán médico: «Comprendo perfectamente». Algunos oficiales, entre ellos uno que en años mozos la había cortejado, estallan en carcajadas, y la dama desea ser llevada ante el médico jefe, conocido de ella, para que todo se ponga en claro. En eso se da cuenta, para su máxima consternación, de que no conoce el nombre de él. No obstante, el capitán médico, muy cortés y respetuosamente, le indica que se dirija al segundo piso por una escalera de caracol, de hierro, estrechísima, que la lleva directamente desde la sala hasta el piso superior. Mientras asciende oye decir a un oficial: «Es una decisión colosal, no importa que sea una joven o una vieja; ¡mis respetos!». Con el sentimiento de cumplir simplemente su deber, ella trepa por una escalera interminable.
Este sueño se repitió dos veces en el lapso de unas pocas semanas, con variantes -según observa la dama- «mínimas que no alteraban su sentido».
[Se hallarán más comentarios sobre este sueño en la T de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (Freud, 1916-17).]
158 (Ventana-emergente - Popup)
159 (Ventana-emergente - Popup)
[Se hace esto en el capítulo VII.]
160 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1930:] Más adelante nos encontraremos con ejemplos en los que, por el contrario, el sueño expresa un deseo de esta segunda instancia.
161 (Ventana-emergente - Popup)
Véase la frase «Posar {sitzen} para el pintor» y los versos de Goethe:
«Und wenn er keinen Hintern hat, Wie kann der Edle sitzen?».
{«Y si no tiene ningún trasero, ¿cómo puede sentar (sitzen) señorío?».}
[De «Totalität», 1814-15.]
162 (Ventana-emergente - Popup)
Lamento la intercalación de estos fragmentos tomados de la psicopatología de la histeria, que, arrancados de su contexto y a consecuencia de su exposición fragmentaria, no pueden resultar muy esclarecedores. Si alcanzan para indicar las relaciones íntimas del tema del sueño con el de las psiconeurosis, habrán cumplido el propósito con el cual los he recogido. [Este es el primer examen de la identificación hecho por Freud que apareció en una obra impresa, aunque ya había aludido a ese concepto en su correspondencia con Fliess (1950a; p. ej., en la Carta58, del'8 de febrero de 1897, y en el Manuscrito L, del 2 de mayo de 1897, AE, 1, págs. 289-90). Si bien en publicaciones posteriores tocó ocasionalmente el tema, no volvió a considerarlo en forma extensa hasta más de veinte años después, en el capítulo VII de Psicologíade las masas y análisis del yo (1921c). El tema -diferente- de la identificación como parte del trabajo del sueño se aborda infra]
163 (Ventana-emergente - Popup)
Freud vuelve a referirse a este sueño infra; también lo cita, brevemente, en Sobre el sueño (1901a)
164 (Ventana-emergente - Popup)
Como el salmón ahumado en el sueño de la comida fracasada
165 (Ventana-emergente - Popup)
[Este sueño vuelve a considerarseinfra, y también, brevemente, en la 13º de las Conferencias de introducción (1916-17), AE, 15, págs. 184-5.]
166 (Ventana-emergente - Popup)
A menudo sucede que un sueño se cuenta incompleto y sólo en el curso del análisis emerge el recuerdo de los fragmentos omitidos. Estos fragmentos agregados con posterioridad demuestran ser, por lo regular, la clave para la interpretación. Sobre el olvido de los sueños]
167 (Ventana-emergente - Popup)
{El vocablo alemán «heimführen» significa «traer a casa» y también «casarse».}
168 (Ventana-emergente - Popup)
[Este sueño se consigna en el Manuscrito L, anexo a la carta a Fliess del 2 de mayo de 1897 (Freud, 1950a), AE, 1, págs. 291-2.]
169 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo y el siguiente se agregaron en 1909.]
170 (Ventana-emergente - Popup)

[Nota agregada en 1911:] Durante los últimos años, parecidos «sueños de deseo contrario» me fueron referidos por mis oyentes como una reacción frente a su primer encuentro con «la teoría de que el sueño cumple un deseo».
171 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo se agregó en 1914.] 171 (Ventana-emergente - Popup)
172 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo se agregó en 1909.]
173 (Ventana-emergente - Popup)
[Las rectificaciones de Freud sobre este temapueden encontrarse en «El problema económico del masoquismo» (1924c).]
174 (Ventana-emergente - Popup)
[Lo que sigue se incluyó en el texto, en forma levemente modificada, en 1919, y fue publicado como nota al pie en 1925:] Debo señalar que el tema todavía no está finiquitado y lo volveremos a tratar más adelante
175 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:] Uno de nuestros grandes escritores, el cual, según se me ha dicho, no quiere saber nada del psicoanálisis ni de la interpretación de los sueños, descubre empero por su propia cuenta una fórmula casi idéntica para la esencia del sueño: «Emergencia desautorizada de unos deseos y añoranzas sofocados bajo rostros y nombres falsos» (Spitteler, 1914, pág.]).
[Agregado en 1911:] A manera de anticipación menciono aquí la fórmula fundamental anterior tal como ha sido ampliada y modificada por Otto Rank: «El sueño, sobre la base y con el auxilio de un material infantil-sexual reprimido, figura disfrazados y con ropaje simbólico unos deseos actuales, por lo general también eróticos» (Rank, 1910a [pág. 519]).
[Agregado en 1925:] En ninguna parte he dicho que yo suscribiera estafórmula de Rank. A mi juicio basta la versión más breve expuesta en el texto. Pero el solo hecho de que yo citase la modificación de Rank fue suficiente para atraerle al psicoanálisis este reproche, repetido innumerables veces: afirmaría que todos los sueños tienen contenido sexual. Si alguien entiende ese enunciado caprichosamente no hará sino probar la falta de escrúpulos con que proceden los críticos en sus asuntos y la proclividad de los oponentes a descuidar las manifestaciones más claras cuando no se compadecen con sus tendencias agresivas, pues unas páginas antes yo había mencionado los múltiples cumplimientos de deseo de los sueños infantiles (hacer una excursión o un viaje por el lago, obtener una comida vedada, etc.), y en otros lugares me ocupé de los sueños de hambre, de los sueños por estímulo de sed y por estímulo de excreción, y de los sueños de pura comodidad. Tampoco Rank sostiene una aseveración absoluta. Dice «por lo general también eróticos», y esto puede corroborarse en la mayoría de los sueños de adultos.
Otra cosa sería si se usara «sexual» en el sentido, corriente en el psicoanálisis, de «Eros». Pero los oponentes apenas han advertido el interesante problema de saber si no todos los sueños son creados por fuerzas impulsoras «libidinosas» (a diferencia de las «destructivas»). [Cf. El yo y el ello (Freud, 1923b), capítulo IV.]
176 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud se refiere a esta forma particular de fobia, el temor a caer de las ventanas, en una carta a Fliess del 12 de diciembre de 1896 (Freud, 1950a, Carta53), y también -mucho después- en su artículo «Sueño y telepatía» (1922a).]
177 (Ventana-emergente - Popup)
[Las opiniones posteriores del autor sobre la relación entre libido y angustia se encontrarán en Inhibición, síntoma y angustia (1926d).]
178 (Ventana-emergente - Popup)
[Evidentemente, Freud cambió de idea sobre este punto, sin embargo, se analizan dos sueños de angustia y vuelve a reexaminarse en su totalidad el tema de los sueños de angustia.]
179 (Ventana-emergente - Popup)
Claro está que la concepción de Robert [1886, págs. 9-10] según la cual el sueño está destinado a aligerar nuestra memoria de las impresiones nimias del día no puede sostenerse si en el sueño aparecen, con alguna regularidad, imágenes mnémicas indiferentes de nuestra infancia. En tal caso, habría que concluir que el sueño suele desempeñar muy insatisfactoriamente la tarea que se le encomendó.
180 (Ventana-emergente - Popup)
[Los diferentes modos de comenzar la interpretación de un sueño se examinan en la sección I de «Observaciones sobre la teoría y la práctica de la interpretación de los sueños» (Freud, 1923c).]
181 (Ventana-emergente - Popup)
{«Dreyfus» podría entenderse«drei-füsse», «tres pies»; el apellido «Böcklin» sugiere «cabrito».}
182 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo se agregó en 1909.]
183 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1911:]Como lo he comunicado en un apéndice al primer capítulo, H. Swoboda [1904] ha trasferido en amplia escala al acontecer anímico los intervalos biológicos de 23 y 28 días descubiertos por W. Fliess [1906]; en particular, ha afirmado que esos lapsos son decisivos para la emergencia de los elementos en los sueños. La interpretación de los sueños no se alteraría esencialmente si pudiera demostrarse una cosaasí, pero se obtendría una nueva fuente para el origen del, material onírico. Ahora bien,. recientemente he hecho algunos experimentos con sueños propios a fin de examinar la aplicabilidad de la «doctrina de los períodos» al material onírico, y para ello escogí elementos particularmente llamativos del contenido del sueño, cuya aparición en la vida diurna podía determinarse temporalmente con certeza.
184 (Ventana-emergente - Popup)
(Fragmento) ... En algún lugar de Italia. Tres hijas me muestran pequeñas joyas, como en una tienda de anticuario,' y al hacerlo se me sientan en el regazo. A raíz de una de las piezas, digo: «Eso lo tienen de mí». Y veo nítidamente una máscara de perfil con los afilados rasgos de Savonarola.
¿Cuándo vi por última vez la ¡imagen de Savonarola? Según consta en mi cuaderno de viaje, el 4 y 5 de setiembre en Florencia; ahí me propuse mostrar a mi compañero de viaje el medallón con los rasgos del monje fanático en el pavimento de la Piazza Signoria, en el lugar donde halló la muerte en la hoguera; y creo que el 3 [en las ediciones más recientes figura como fecha el día «5»; es un error de imprenta] por la mañana se lo enseñé. Es cierto que desde esta impresión hasta su reaparición en el sueño corren 27 + 1 días, un «período femenino» según Fliess. Pero, por desdicha para el carácter probatorio de este ejemplo, debo consignar que el mismo día del sueño recibí lavisita (por primera vez desde mi regreso) de un meritorio pero adusto colega a quien años antes yo había puesto el mote de «rabí Savonarola». Me traía un enfermo accidentado en el expreso ¿le Pontebba, en el que yo mismo había viajado ocho días antes, y así hizo que volviera mis pensamientos a mi último viaje a Italia. La aparición del llamativo elemento «Savonarola» en el contenido onírico se aclara por la visita de este colega el día del sueño, y el intervalo de veintiocho días pierde su significación respecto de su proveniencia.
185 (Ventana-emergente - Popup)
Trabajo de nuevo en química en el laboratorio de la Universidad. El consejero áulico L. me invita a ir a un lugar, y se adelanta por el corredor llevando frente a sí en la mano levantada una lámpara o algún otro instrumento como con agudeza {scharfsinning} (?) (¿con vista aguda {scharfsichtig}?), en extraña actitud, con su cabeza proyectada hacia adelante. Pasamos después por un lugar despejado... (el resto, olvidado).

116
Lo más llamativo en el contenido de este sueño es la manera en que el consejero áulico L. lleva frente a sí la lámpara {Lampe} (ola lupa {Lupe}), acechando con la vista en la lejanía. Hace ya muchos años que no veo a L., pero ahora ya sé que es sólo una persona sustitutiva de otra, más grande: se trata de Arquímedes, cuya estatua situada cerca de la fuente de Aretusa, en Siracusa, tiene exactamente la misma apariencia que él en el sueño y toma de ese modo el espejo ustorio, acechando al ejército sitiador de los romanos. ¿Cuándo vi este monumento por primera vez (y por última vez)? Según mis apuntes, fue el 17 de setiembre por la tarde, y desde esta fecha hastael sueño trascurrieron de hecho 13 + 10 = 23 días, un «período masculino» según Fliess.
Por desdicha, profundizando en la interpretación del sueño, también esta relación pierde parte de su carácter concluyente. La ocasión del sueño fue la noticia, que recibí el día del sueño, de que la clínica en cuya sala de conferencias yo pronunciaba las mías en calidad de invitado se trasladaría próximamente a otra parte. Supuse que el nuevo local sería muy incómodo, me dije que sería como si yo no dispusiera de ninguna sala de conferencias, y desde ahí mis pensamientos se vieron llevados hasta los principios de mi actividad docente, cuando realmente no tenía ninguna sala de conferencias y en sus empeños por procurarme una hallé escasa acogida entre los poderosos señores consejeros áulicos y profesores. Acudí entonces a L. [el profesor Ernst Ludwig, decano en 1886-87 y 1891-92; cf. la Presentación autobiográfica de Freud (1925d), AE, 20, pág. 151, quien precisamente ostentaba el cargo de decano y a quien yo consideraba un protector, para quejarme de mi penuria. Me prometió ayuda, pero
después no dio más noticias de sí. En el sueño él es Arquímedes, quien me da un
{punto de apoyo} y me guía al otro local. El experto en interpretaciones colegirá fácilmente que en los pensamientos oníricos no faltan ni el afán de venganza ni una conciencia de grandeza. Pero me veo forzado a este juicio: sin la mencionada ocasión del sueño, Arquímedes difícilmente habría llegado al sueño esa noche; y no estoy seguro de que la fuerte ytodavía reciente impresión de la estatua de Siracusa no podría haberse hecho valer también en algún otro intervalo de tiempo.
186 (Ventana-emergente - Popup)
(Fragmento) ... Algo sobre el profesor Oser, quien ha confeccionado por sí mismo el menú para mi, lo que tiene un efecto muy tranquilizador. . (el resto, olvidado). Por desdicha, profundizando en la interpretación del sueño, también esta relación pierde parte de su carácter concluyente. La ocasión del sueño fue la noticia, que recibí el día del sueño, de que la clínica en cuya sala de conferencias yo pronunciaba las mías en calidad de invitado se trasladaría próximamente a otra parte. Supuse que el nuevo local sería muy incómodo, me dije que sería como si yo no dispusiera de ninguna sala de conferencias, y desde ahí mis pensamientos se vieron llevados hasta los principios de mi actividad docente, cuando realmente no tenía ninguna sala de conferencias y en sus empeños por procurarme una hallé escasa acogida entre los poderosos señores consejeros áulicos y profesores. Acudí entonces a L. [el profesor Ernst Ludwig, decano en 1886-87 y 1891-92; cf. la Presentación autobiográfica de Freud (1925d), AE, 20, pág. 151, quien precisamente ostentaba el cargo de decano y a quien yo consideraba un protector, para quejarme de mi penuria. Me prometió ayuda, pero
después no dio más noticias de sí. En el sueño él es Arquímedes, quien me da un

186 (Ventana-emergente - Popup)
El sueño es la reacción frente a un trastorno digestivo de ese día, que me hizo pensar si no debía acudir a un colega para que me prescribiese una dieta. El que en el sueño yo acudiese aOser, fallecido durante el verano, se anuda a la muerte, ocurrida muy poco antes (el lº de octubre) de otro profesor universitario a quien yo apreciaba mucho. Ahora bien, ¿cuándo falleció Oser, y cuándo me enteré de su muerte? Según la referencia de los periódicos, él murió el 22 de agosto; como yo me encontraba por entonces en Holanda, adonde hago que me envíen regularmente la Wiener Zeitung, tengo que haber leído la noticia de su muerte el 24 o el 25 de agosto. Pero este intervalo ya no corresponde a ningún período, abarca 7 + 30 + + 2 = 39 días o quizá 40 días. No puedo recordar que en el intervalo haya hablado de Oser o pensado en él.
Intervalos de esta clase, que la doctrina de los períodos no puede utilizar sin retocarlos, son muchísimo más frecuentes en mis sueños que los regulares. Lo único constante que hallo es la relación, aseverada en el texto, con una impresión del día del sueño.
187 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo se agregó en 1914.]
188 (Ventana-emergente - Popup)
[La teoría en cuestión fue dada a conocer por Freud pocos meses después de la fecha del sueño, en su trabajo «Sobre el mecanismo psíquico de la desmemoria» ( 1898b), e incorporada luego a su Psicopatología de lavida cotidiana (1901b).]
189 (Ventana-emergente - Popup)
[Estevolumen conmemorativo fue publicado en homenaje al profesor Stricker, director del Instituto de Anatomía Patológica, donde el doctor Gärtner fue asistente y Freud trabajó en sus días de estudiante.]
190 (Ventana-emergente - Popup)
{En alemán, «Wurm» («gusano») y «Bücherwum» («polilla», pero también «gusano de biblioteca»).}
191 (Ventana-emergente - Popup)
[La respuesta de Freud a esta carta de Fliess está fechada el 10 de marzo de 1898 (Freud, 1950a, Carta 84); de manera que el sueño debe de haber ocurrido uno o dos días antes.]
192 (Ventana-emergente - Popup)
Véase mi artículo «Sobre los recuerdos encubridores» (1899a).
193 (Ventana-emergente - Popup)
{«Para decirnos esto, señor, no hace falta qué ningún espectro venga de la tumba» (acto 1, escena 5).}
194 (Ventana-emergente - Popup)
{«Para decirnos esto, señor, no hace falta qué ningún espectro venga de la tumba» (acto 1, escena 5).}
195 (Ventana-emergente - Popup)
[De uno de los Sinngedichte(epigramas en verso) de Lessing.]
196 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase mi «Introducción», supra]
197 (Ventana-emergente - Popup)
[Primera mención del concepto, de importancia fundamental, al que se dedica todo el capítulo VI -el más extenso- del libro.]
198 (Ventana-emergente - Popup)
La tendencia del trabajo del sueño a fusionar en una unidad de tratamiento todos los elementos presentes que simultáneamente le interesan ya ha sido notada por muchos autores; entre otros, por Delage (1891, pág. 41) y Delboeuf (1885, pág. 237), quien habla de rapprochement forcé {acercamiento forzado}. [Freud mismo había enunciado este principio en el pasaje de Estudios sobre la histeria (Breuer y Freud, 1895) citado en mi «Introducción». - En este punto fue agregada en 1909 -y se incluyó en todas las ediciones hasta la de 1922, después de la cual fue suprimida la siguiente oración: «En un capítulo posterior (dedicado al trabajo del sueño) veremos que esta compulsión a combinar es un aspecto de lacondensación, otro de los procesos psíquicos primarios».]
199 (Ventana-emergente - Popup)
Como en el sueño de la inyección de Irma y en el sueño de mi tío de la barba dorada
200 (Ventana-emergente - Popup)
Como en la oración fúnebre del joven médico.
201 (Ventana-emergente - Popup)
Como en el sueño de la monografía botánica.
202 (Ventana-emergente - Popup)
La mayoría de los sueños que tienen mis pacientes durante el análisis son de este tipo.
203 (Ventana-emergente - Popup)
Véase el pasaje sobre la «trasferencia» en el capítulo VII
204 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1919:] Una importante contribución sobre el papel desempeñado por el material reciente en la formación del sueño es la que hace O. Pötzl en un trabajo riquísimo en sugerencias (1917). En una serie de experimentos, hizo fijar a los sujetos por medio del dibujo lo que habían aprehendido concientemente de una imagen taquistoscópica. Prestó después atención a los sueños que los sujetos tenían a la noche siguiente, e hizo que figuraran también por medio del dibujo partes apropiadas de aquellos. Resultó entonces sin lugar a dudas que los

117
detalles de la imagen expuesta no aprehendidos por el sujeto habían ofrecido material para la formación del sueño, mientras que los percibidos con conciencia y fijados en el dibujo tras la exposición no aparecían de nuevo en el contenido manifiesto del sueño. El material recogido por el trabajo del sueño fue procesado por él de acuerdo con su conocida manera «arbitraria» -o, mejor, autocrática-, al servicio de las tendencias formadoras del sueño. Las sugerencias de la indagación de Pótz1 rebasan con mucho los propósitos de una interpretación de los sueños como la que se intenta en este libro. Sólo apuntaremos, de pasada, la gran diferencia entre esta nueva manera de estudiar experimentalmente al sueño y la grosera técnica anterior, que consistía en introducir en su contenido estímulos perturbadores del dormir.]
205 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:] H. Ellis, el amable crítico de La interpretación de los sueños, escribe (1911a, pág. 169): «He ahí el punto en que muchos de nosotros ya no podemos seguir a Freud». Sólo que H. Ellis no ha emprendido análisis de sueños y no quiere creer cuán injustificados son los juicios basados en el contenido manifiesto del sueño. 205 (Ventana-emergente - Popup)
206 (Ventana-emergente - Popup)
{Hay en alemán un dicho popular: «Stille Wasser sind tiel», «Agua mansa cala hondo».}
207 (Ventana-emergente - Popup)
{«Du hast deine Fleischbank ofien» («Tienes la carnicería abierta»), vulgarismo vienés equivalente al argentino «Tenés la farmacia (o sea, la bragueta) abierta».}
208 (Ventana-emergente - Popup)
Confróntese, sobre los dichos en el sueño, el capítulo dedicado al trabajo del sueño. Uno solo de los autores parece haber reconocido el origen de los dichos oníricos; es Delboeuf(1885, pág. 226), quien los compara con «clisés». Este sueño se consigna brevemente en Sobre el sueño (190la)
209 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud se refiere a este pasaje en una notaal pie incluida en su examen de los recuerdos infantiles en el historial del «Hombre de los Lobos» (1918b» AE, 17, pág. 50, n. 2.]
210 (Ventana-emergente - Popup)
{Hay aquí un juego de palabras entre «no lo llevo» y «pórtese decorosamente», que necesariamente se pierde en la versión castellana. «Llevar» es «nehmen», y «portarsedecorosamente»,«benehmen».}
211 (Ventana-emergente - Popup)
[Probablemente sea esta una reminiscencia de un acertijo gráfico o jeroglífico del tipo que era habitual encontrar en las páginas de Fliegende Blälter y otros periódicos humorísticos.]
212 (Ventana-emergente - Popup)
Para los curiosos anoto que tras el sueño se oculta una fantasía de conducta indecorosa, sexualmente provocadora, de mi parte, y de defensa de parte de la dama. Si a alguien le parece inaudita esta interpretación, yo le recuerdo los numerosos casos en que los médicos han experimentado acusaciones de ese tipo de parte de mujeres histéricas en quienes esa misma fantasía no apareció desfigurada y como sueño, sino que se hizo francamente conciente y se volvió delirante. [Agregado en 1909:]Con este sueño se inició la paciente en el tratamiento psicoanalítico. Sólo más tarde advertí que con él se repetía el trauma inicial del que arrancó su neurosis, y desde entonces he hallado la misma conducta en otras personas que en su infancia sufrieron atentados sexuales y ahora, por así decir, anhelan su repetición en el sueño.
213 (Ventana-emergente - Popup)
Una sustitución por lo contrario, como nos lo aclarará la interpretación.
214 (Ventana-emergente - Popup)
En el «Fragmento de análisis de un caso de histeria» (Freud, 1905e), AE, 7, págs. 80-1, se hallarán algunas observaciones sobre los sueños «recurrentes».
216 (Ventana-emergente - Popup)
[En la primera edición (1900) se agregaba en este punto otro sueño. En GS, 3 (1925), pág. 38, se comenta en una nota que ese sueño fue correctamente omitido en todas las ediciones subsiguientes: «Los sueños de este tipo son de naturaleza típica, y no corresponden a recuerdos sino a fantasías, cuyo signifi cado no es difícil adivinar». He aquí el pasaje suprimido: «Una de mis pacientes tuvo el siguiente sueño -una escena cargada de angustia- cuatro o cinco veces a los treinta y ocho años de edad. Era perseguida, huía hacía una habitación, cerraba la puerta, y luego la volvía a abrir y sacaba la llave, que había quedado del lado de afuera de la puerta. Tenía la sensación de que si no lo lograba, algo terrible habría de ocurrir. Una vez con la llave en sus manos, cerraba el cuarto por dentro y daba un suspiro de alivio. No pude saber a qué edad había sucedido esta pequeña escena, en la que ella sólo había actuado, por supuesto, como espectadora».]
217 (Ventana-emergente - Popup)
[El famoso parque situado en los suburbios de Viena.]
218 (Ventana-emergente - Popup)
[Gobierno de índole liberal, elegido luego de establecida la Constitución austríaca, en 1867.]
219 (Ventana-emergente - Popup)
[En una divertida carta a Fliess del 11 de marzo de 1902 (Freud, 1950a, Carta 152), Freud narra cómo obtuvo realmente el nombramiento de profesor, dos años después de publicado este libro]
220 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1909:] Descubrí, hace mucho tiempo, que sólo se requiere un poco de coraje para cumplir deseos que antes se habían juzgado inalcanzables; [agregado en 1925:] y desde entonces me convertí en un fervoroso peregrino a Roma. [La correspondencia con Fliess (Freud, 1950a) ofrece reiteradas pruebas de la importancia emocional que para Freud tenía el visitar Roma. Cumplió por primera vez este deseo en el verano de 1901 (Carta 146).]
221 (Ventana-emergente - Popup)
{Que Freud visitó en su viaje de bodas.}
222 (Ventana-emergente - P opup)
[Zona de aguas minerales cercana a Graz, eh la provincia austríaca de Estiria.]
223 (Ventana-emergente - Popup)
[En una carta a Fliess del 12 de junio de 1897 (Freud, 1950a, Carta 65), Freud menciona que está coleccionando esas anécdotas, que habríade utilizar abundantemente en su libro sobre el chiste (1905c). La primera de las anécdotas narradas aquí aparece aludida más de una va en sus cartas, y Roma y Karlsbad llegaron a convertirse en símbolos de los propósitos inalcanzables (Por ej., en las Cartas 112 y 130).]
224 (Ventana-emergente - Popup)
[Este sueño es considerado en una carta a Fliess del 3 de diciembre de 1897 (Freud, 1950a, Carta 77). El encuentro en Praga tuvo lugar probablemente a comienzos del mismo año (cf. Carta 58, del 8 de febrero de 1897).]
225 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1925:] Sin duda, el autor en cuestión debe de haber sido Jean Paul. [La decisión de visitar Roma fue el momento crucial en la carrera de Winckelmann, fundador de la arqueología clásica en el siglo xviii.]
226 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1909:] En la primera edición figuraba aquí el nombre de Asdrúbal; un extraño error, cuyo esclarecimiento he dado en mi Psicopatología de la vida cotidiana (1901b), capítulo X [AE, 6, págs. 213-5]

{«Cuando la reina de Suecia, / los postigos cerrados, con velas Apolo... ».}
227 (Ventana-emergente - Popup)215 (Ventana-emergente - Popup) [Nota agregada en 1930: ] Digamos de pasada que se ha puesto en duda el origen judío del mariscal..
118
228 (Ventana-emergente - Popup)
[La oración entre paréntesis se, agregó en 1914.] 229 (Ventana-emergente - Popup)
{Como vulgarismo, puede significar «juerga».}
230 (Ventana-emergente - Popup)
[Este punto fue ampliado ulteriormente por Freud (cf. 1908b); pero ya aparece en una carta a Fliess del 22 de diciembre de 1897 (Freud, 1950a, Carta 79), AE, 1, pág. 315.]
231 (Ventana-emergente - Popup)
[Uno de los principales centros comerciales de Viena.]
232 (Ventana-emergente - Popup)
[Se refiere a una teoría sobre el mecanismo de la histeria, ya descartada, que se describe en la parte II del «Proyecto de psicología» (Freud, 1950a).]
233 (Ventana-emergente - Popup)
[Evidentemente una reminiscencia de las palabras que el príncipe Hal dirige a Falstaff en 1 Enrique IV, acto V, escena
1:«Thou owest God a death» {«Debes a Dios una muerte»}. Freud utiliza las mismas palabras, y consigna que son de Shakespeare, en una carta a Fliess del 6 de febrero de 1899 (Freud, 1950a, Carta 104).] - Los dos afectos correspondientes a estas escenas infantiles, el asombro y el sometimiento a lo inevitable, aparecieron en un sueño que tuve poco antes y que me devolvió por vez primera el recuerdo de esa vivencia infantil.
234 (Ventana-emergente - Popup)
Deliberadamente he evitado extenderme sobre los plagióstomos; me traen a la memoria una situación enojosa en que fui puesto en la picota por ese mismo profesor. ]
235 (Ventana-emergente - Popup)
{El tiburón y la raya son las dos especies de peces pertenecientes al suborden de los plagióstomos.}
236 (Ventana-emergente - Popup)
En relación con Brücke y Fleischl. (mencionado unas líneas más adelante)
237 (Ventana-emergente - Popup)
{«Así estarás a los pechos de la sabiduría, / más complacido cada día»}
[Goethe, Fausto, parte I, escena 4.]
238 (Ventana-emergente - Popup)
{«Así estarás a los pechos de la sabiduría, / más complacido cada día»}
[Goethe, Fausto, parte I, escena 4.]
239 (Ventana-emergente - Popup)
[«popo» significa, en la jerga infantil, «trasero».]
240 (Ventana-emergente - Popup)
{«Freude» significa, en alemán, «júbilo, alegría, delicia», etc. Entre los posibles «chistecitos idiotas» estarían: Freudenhaus (casa alegre, prostíbulo) y Freudenmädchen (muchacha alegre, prostituta).}
241 (Ventana-emergente - Popup)
[La primera de estas frases proviene de una nota jocosa en la que Herder pedía algunos libros prestados a Goethe: «Tú que desciendes de los dioses, de los godos o del estiércol... (Goethe, ¡envíamelos!)». La segunda frase, otra asociación libre de Freud, está tomada de la famosa escena del reconocimiento en Ifigenia en Táurida, de Goethe. Ifigenia, al enterarse por Pílades de la muerte de tantos héroes durante el sitio de Troya, exclama: « ¡Así también vosotros, imágenes divinas, os habéis convertido en polvo!»]
242 (Ventana-emergente - Popup)
[Tanto Spalato como Cattaro son ciudades yugoslavas de la costa dálmata {los nombres italianos de Split yKötor, respectivamente]
243 (Ventana-emergente - Popup)
{«Aprovecha el momento presente» (Horacio).}
244 (Ventana-emergente - P opup)
[Político austríaco (1847-1916) de ideas reaccionarias; propugnaba el autogobierno de Bohemia en contra de los nacionalistas alemanes; fue primer ministro de Austria en 1898-99. Ischl, en la Alta Austria, es el lugar donde la Corte solía pasar los meses de verano.]
245 (Ventana-emergente - Popup)
{«Regierungsbeischläfer», «el que duerme con el gobierno» (porque solía dormirse en lugar de cumplir con su tarea) es un juego de palabras con «Regierungsvertreter», «el delegado del gobierno». El apodo tiene otro sentido en alemán, pues «regierung» -a diferencia del castellano «gobierno»- es femenino.}
246 (Ventana-emergente - Popup)
[Por ser un funcionario del gobierno, había adquirido su billete a mitad de precio.]
247 (Ventana-emergente - Popup)
[Político austríaco (1833-1895); ocupó el cargo de primer ministro en 1870-71 y 1879-93..A1 igual que el conde Thun, propugnaba que las partes no alemanas del Imperio tuvieran un cierto grado de independencia.]
248 (Ventana-emergente - Popup)
Esta repetición se deslizó en mí registro del sueño, evidente mente por descuido. La mantuve, porque el análisis mostró que tenla un significado. [En alemán, la frase repetida es «ichfahre auf»; «fahren» significa también «llevar, conducir» o «viajar», y más adelante, en el mismo sueño, se usa repetidamente con estos sentidos. {«Fahren auf» puede significar también «sobresaltarse», como cuando uno estádurmiendo y se lo despierta bruscamente.}]
249 (Ventana-emergente - Popup)
{«besetzt»; en un baño público, con esta palabra seinforma a los potenciales usuarios que está «ocupado». Es el mismo término que, en su acepción técnica. tradujimos por «investido».}
250 (Ventana-emergente - Popup)
[Ni Krems -en la Baja Austria- ni Znaim -en Moravia- fueron residencias imperiales. Graz es la capital de la provincia de Estiria.]
251 (Ventana-emergente - Popup)
[El Wachau es una comarca del valle del Danubio, a unos 70 kilómetros de Viena. - Notaagregada en 1925:] Este es un error, pero esta vez no una operación fallida. Sólo más tarde averigüé que el Emmersdorf de Wachau no es idéntico al lugar del mismo nombre que sirvió de asilo al revolucionario Fischhof. [Se hallará una referencia a este error en la Psicopatología de la vida cotidiana (Freud, 1901b), AE, 6, pág. 215.]
252 (Ventana-emergente - Popup)
[No parece haber ningún poema de Tennyson con este título. Quizá sea una referencia a su oda «On the Jubilee of Queen Victoria», en la que aparecen repetidamente las palabras «fifty years» (aunque no «fifty years ago»); oquizás al segundo «Locksley Hall»:«Sixty years alter» {«Sesenta años después»}.]
253 (Ventana-emergente - Popup)
[La «planta de la resurrección», cuyas hojas secas se vuelven a desplegar cuando hay humedad.]
254 (Ventana-emergente - Popup)
[3 Enrique VI, acto I, escena l.]

119
255 (Ventana-emergente - Popup)
{«Rosas, tulipanes, claveles: toda flor se marchita»J [Versos que solían hallarse en los «refraneros» del siglo xix.]
256 (Ventana-emergente - Popup)
[En la época en que Martha Bernays era su novia, Freud le relató este episodio (que había sucedido días atrás) en la carta que le dirigió el 16 de diciembre de 1883. (Cf. Freud, 1960a.)]
257 (Ventana-emergente - Popup)
[Presumiblemente Viktor Adler («águila»), el dirigente social-demócrata austríaco (1852-1918). Cf. «Adler»,]
258 (Ventana-emergente - Popup)
(En alemán, «Giraffe»; «Affe» significa «mono».}
259 (Ventana-emergente - Popup)
{En realidad, laplanta llamada en francés «pissenlit» es el «diente de león»}
260 (Ventana-emergente - Popup)
{Vulgarismos por «defecar» y «orinar», respectivamente, en francés.}
261 (Ventana-emergente - Popup)
No en Germinal sino en La terre: un error que sólo observé después de haber completado el análisis. Nótese la presencia de las mismas letras en «Huflattich» {«uña de caballo»} y en «flatus» .
262 (Ventana-emergente - Popup)
{«Sopló y se disiparon»}
[Nota agregada en 1925:] Un biógrafo espontáneo que he tenido, el doctor Fritz Wittels, me reprocha [1924, pág. 211 que en la sentencia citada he omitido el nombre de Jehová. [Agregado en 1930:1 En el medallón inglés, el nombre de Dios aparece en caracteres hebreos, y por cierto sobre el trasfondo de una nube, pero de tal modo que puede tomárselo como parte del dibujo o de la inscripción, [En la carta a Fliess del 3 de enero de,1897 se menciona ya la idea de utilizar esas palabras como epígrafe de un capítulo sobre terapia (Freud, 1950a, Carta 54),]
263 (Ventana-emergente - Popup)
«Frauenzimmer», literalmente «departamento de mujer», suele emplearse para designar a una mujer en forma levementepeyorativa.
264 (Ventana-emergente - Popup)
[El conocido dramaturgo austríaco (1791-1872).]
265 (Ventana-emergente - Popup)
{«Las olas del mar y del amor» (Des Meeres und der Liebe Wellen) es el título de la obra de Grillparzer aludida por Freud.}
266 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1911:] En un sustancioso trabajo (1910), Silberer intentó mostrar, con relación a esta parte del sueño, que el sueño no sólo puede reproducir los pensamientos oníricos latentes, sino también los procesos psíquicos que se producen durante la formación del sueño. (Es lo que denomina «fenómeno funcional») Agregado en 1914:] Pero creo que no advierte que los «procesos psíquicos que se producen durante la formación del sueño» son para mí un materialde pensamientos como cualquier otro. En este sueño presuntuoso es evidente que estoy orgulloso de haber descubierto estos procesos.]
267 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta palabra, empleada habitualmente en el sentido de «libertino», parece ser aquí el nombre vulgar de un tipo de flor de ojal. Véanse términos similares, como «fascinator» {«fascinador»} y «beaucatcher» {«atrapabellos»}, utilizados en Estados Unidos para designar tocados femeninos.]
268 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta oración se agregó en 1914. La primera mención de este nexo parece datar de «Carácter y erotismo anal» (Freud, 1908b), AE, 9, pág, 158,]
269 (Ventana-emergente - Popup)
Otra interpretación: Tenía un solo ojo como Odín, el padre de los dioses. - OdhinsTrost [La consolación de Odín, una novela mitológica de Felix Dahn (1880)]. - La consolación de la escena infantil: que yo compraría una cama nueva.
270 (Ventana-emergente - Popup)
Algún material de interpretación sobre esto: El tener por delante el orinal recuerda la historia del campesino que en la óptica ensaya lente tras lente{Glas}, pero no puede leer. - («Bauernfänger» {«timador»; literalmente, «cogedor de campesinos»}: «Mädchenfänger» {«cogedor de muchachas»} en el anterior fragmento onírico.) - El tratamiento que en La terre, de Zola, recibió el padre entre los campesinos después que se volvió idiota. - El trágico desquite de que el padre en sus últimos días ensuciara la cama como un niño; de ahí que yo aparezca en el sueño como cuidador de enfermos. - «Pensar y vivenciar son aquí, por así decir, uno». Esto recuerda un drama libresco, fuertemente revolucionario, de Oskar Panizza [Das Liebeskonzi] (1895)], en que Dios Padre, en la figura de un anciano paralítico, recibe un trato bastante ignominioso; ahí se dice que voluntad y acto son en él uno, y su arcángel, una suerte de Ganímedes, tiene que impedirle insultar y blasfemar, pues estas maldiciones se cumplirían al punto. - El hacer planes es un reproche al padre, procedente de la crítica de una época posterior; y en general todo el contenido rebelde del sueño, su ultraje a la majestad y su burla de la autoridad, se remontan a un levantamiento contra el padre. El príncipe se llama Landesvater {padre del país}, y el padre es la primera y más antigua autoridad, y la única para el niño, de cuya completa potestad han surgido, en el curso de la historia de la cultura humana, las otras autoridades sociales (en la medida en que «el derecho materno» no fuerce a restringir este aserto). - La versión del sueño «Pensar y vivenciar son uno» apunta a la explicación de los síntomas histéricos, con los cuales también tiene relación el orinal masculino. A los vieneses no hace falta exponerles el principio del «Gschnas»; consiste en producir objetos de apariencia rara o valiosa a partir de un material trivial, preferiblemente cómico e ínfimo; por ejemplo, armaduras a partir de ollas de cocina, manojos de paja y trozos de pan, como gustan de hacerlo nuestros artistas en sus veladas de diversión. Ahora bien, yo había observado que los histéricos hacen lo mismo; junto a lo que realmente les ocurrió, se crean inconcientemente en su fantasía unos sucesos atroces o disolutos, construidos sobre el más inocente y trivial material de vivencias. Y de estas fantasías dependen los síntomas, no de los recuerdos de los hechos reales, sean estos graves o igualmente inocentes. Este esclarecimiento me había despejado muchas dificultades y me causó gran alegría. Pude aludir a él con el elemento onírico del «orinal masculino» porque me habían contado, acerca de la última velada de «Gschnas», que habían presentado una copa envenenada de Lucrecia Borgia cuyo núcleo y parte principal estaba formado por un orinal para hombres, como los que se usan en los hospitales.
271 (Ventana-emergente - Popup)
[Este sueño vuelve aexaminarse infra]
272 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:] La superposición de los significados del sueño es uno de los problemas más espinosos, pero también de más rico contenido, de la interpretación de los sueños. El que olvide esta posibilidad fácilmente errará y se verá llevado a sustentar aseveraciones insostenibles acerca de la esencia del sueño. No obstante, muy pocas indagaciones se han emprendido sobre este tema. Hasta ahora sólo la estratificación simbólica del sueño por estímulo vesical (estratificación que aparece con bastante regularidad) ha sido estudiada a fondo por O. Rank
[1912d].
273 (Ventana-emergente - Popup)
[No ha sido posible localizar esto en los escritos publicados de Meynert. ]

120
274 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:] Yo aconsejaría a todo el mundo que hojease los dos volúmenes donde Mourly Vold [1910-12] reunió protocolos detallados y precisos de sueños producidos experimentalmente, para convencerse del escaso esclarecimiento que recibe el contenido de cada sueño en las condiciones experimentales indicadas, y de cuán poco útiles resultan tales experimentos para la comprensión de los problemas oníricos. 275 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1919:] Cf. sobre esto K. Landauer (1918). Cualquiera puede observar personas dormidas que realizan acciones provistas de sentido. El durmiente no está absolutamente idiota; al contrario, puede llevar acabo acciones lógicas y voluntarias.
276 (Ventana-emergente - Popup)
Véase el pasaje en Griesinger [1861, pág. 106] y las acotaciones que hago en mi segundo artículo sobre las neuropsicosis de defensa (1896b). [En realidad, Freud parece aludir a uno de los últimos párrafos de su primer artículo sobre el tema (1894a), AE, 3, págs. 59-60.]
277 (Ventana-emergente - Popup)
[En una carta a Fliess del 7 de julio de 1898 (Freud, 1950a, Carta 92), Freud describe «el famoso principio de Itzig, el jinete dominguero: "Itzig, ¿hacia dónde cabalgas?". "¡No me lo preguntes a mí. Pregúntaselo al caballo..."».]
278 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo se agregó en 1914. El sueño había sido consignado ya brevemente en «Experiencias y ejemplos extraídos de la práctica analítica» (Freud 1913h), AE, 13, pág. 198; también ha de encontrárselo en la5º de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (Freud, 1916-17), AE, 15, pág. 85.]
279 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta oración y la siguiente se agregaron en 1909.]
280 (Ventana-emergente - Popup)
Las dos fuentes por las que conozco este sueño no concuerdan en su relato del mismo.
281 (Ventana-emergente - Popup)
[Lo que está entre paréntesis no figuraba en la primera ni en la segunda edición (1900 y 1909). En 1911 se agregó: «al que el yo conciente se ha acomodado y que junto con la censura onírica son su contribución al soñar». La frase «y la "elaboración secundaria", que abordaremos después» fue agregada como nota al pie en 1914 e incorporada al texto en 1930.]
282 (Ventana-emergente - Popup)
[Shakespeare, Romeo y Julieta, acto III, escena 5: «Era el ruiseñor y no la alondra lo que hirió el fondo temeroso de tu oído»]
283 (Ventana-emergente - Popup)
[Este tema vuelve a tratarse en su totalidad en la sección C del capítulo VII;
284 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta última frase fue agregada en 1914]
285 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:] Rank ha mostrado en una serie de trabajos[1910a, 1912b y 1912d] que ciertos sueños de despertar provocados por estímulos orgánicos (los sueños por estímulo vesical y de polución) son particularmente aptos para ilustrar la lucha entre la necesidad de dormir y los requerimientos de las necesidades orgánicas, as' como la influencia de estas últimas sobre el contenido del sueño.
286 (Ventana-emergente - Popup)
[La sensación de inhibición en los sueños se trata extensamente infra, págs. 340 y sigs. Freud informó sobre él a Fliess en una carta del 31 de mayo de 1897 (Freud, 1950a, Carta 64), AE, 1, págs. 295-6.]
287 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1925:] La tesis de que nuestro método de interpretación de sueños es inaplicable cuando no disponemos del material de asociaciones del soñante exige esta precisión: en un caso nuestra labor interpretativa es independiente de estas asociaciones, a saber, cuando el soñante ha empleado elementos simbólicos en el contenido del sueño. Nos servimos entonces en sentido estricto de un segundo método, un método auxiliar para la interpretación del sueño. [En la edición de 1911 aparecía en este lugar la nota siguiente: «Exceptuados los casos en que el soñante utiliza símbolos que nos son familiares con el propósito de figurar sus pensamientos oníricos latentes.
288 (Ventana-emergente - Popup)
Este párrafo, en su forma actual, datade 1914. Fue en la edición de ese año (la cuarta) cuando se agregó al capítulo VI la sección sobre simbolismo. Esto produjo considerables alteraciones en la presente sección,] Buena parte de cuyo material fue trasferido a aquella.
289 (Ventana-emergente -Popup)
[Dramaturgo alemán, 1862-1939.]
290 (Ventana-emergente - Popup)
[Este proceso de «elaboración secundaria» constituye el tema de la sección I del capítulo VI . Su aplicación a este mismo cuento de hadas es tratada en una carta a Fliess del 7 de julio de 1897 (Freud, 1950a, Carta 66), AE, 1, pág. 300.]
291 (Ventana-emergente - Popup)
Los niños, empero, aparecen también en el cuento; en efecto, un niño pequeño exclama de pronto: «¡Pero no tiene nada puesto!».
292 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta alusión a las perversiones como remanentes de la actividad sexual infantil prefigura el análisis de la pulsión sexual en Tres ensayos de teoría sexual (Freud, 1905d).]
293 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta afirmación parece esbozar algunas de las ideas que se propondrían veinte años después, en Más allá del principio de placer (Freud, 1920g).]
294 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1911:] Ferenczi [1910a] ha comunicado cierto número de interesantes sueños de desnudez sobrevenidos a mujeres; ellos se dejan reconducir sin dificultad al placer exhibicionista Infantil, pero por muchos rasgos divergen del sueño «típico» de desnudez considerado en el texto.
295 (Ventana-emergente - Popup)
[Este punto se menciona también en el artículo «Sobre los recuerdos encubridores» (Freud, 1899a), AE, 3, págs. 312-3. Notaagregada en 1909:] Por razones obvias, la presencia de «toda la familia» en un sueño tiene el mismo significado.
296 (Ventana-emergente - Popup)
He aquí una sobreinterpretación de este sueño: Puesto que «spuken» {«trasguear»} es propio de los espíritus, «esputar {spucken} en la escalera» daría, en una traducción libre, «esprit d'escalier». Tener «espíritu de la escalera» significa {en francés} que a uno la falta prontitud. Es algo que realmente tengo que reprocharme. Le habrá faltado también a la niñera prontitud {Srhlaglerligkeit; literalmente, «prontitud para golpear»]? [Freud se refiere a esta niñera en su Psicopatología de la vida cotidiana ( 1901b), AE, 6, págs. 55-C, y con mayor detalle en sus cartas a Fliess del 3-4 y el 15 de octubre de 1897 (Freud, 1956a, Cartas 70 v 71 ), AE, 1, págs. 303-5.]
297 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase el análisis de los afectos en los sueños en el capítulo VI, sección H]
298 (Ventana-emergente - Popup)
{«es representada» = «vorgestellt wird». Nótese el pendant entre «representación» y «afecto» en todo este pasaje.}

121
299 (Ventana-emergente - Popup) 307 (Ventana-emergente - Popup)
300 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1909:] Hans, de tres años y medio (cuya fobia fue analizada en el primero de los trabajos mencionados en la nota anterior), presa de un ataque de fiebre exclamó, poco después del nacimiento de una hermanita: «¡Pero yo no quiero tener ninguna hermanita!». [AE, 10, pág. 11.] En su neurosis, un año y medio más tarde, confiesa paladinamente el deseo de que la madre deje caer a la pequeña en la bañera para que se muera. Al mismo tiempo, Hans es un niño tierno, de buen natural, que pronto se encariña con esta hermanita y la protege con particular gusto.
301 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:] Esas muertes vivenciadas en la infancia pueden ser olvidadas pronto por la familia; no obstante, la exploración psicoanalítica muestra que cobraron una importancia muy grande en la neurosis sobrevenida despu és.
302 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:] Después de escritas estas líneas se han hecho muchísimas observaciones, consignadas en la bibliografía psicoanalítica, sobre la conducta originariamente hostil de los niños hacia sus hermanitos yhacia uno de los progenitores. El autor y poeta [suizo] Spitteler ha descrito de manera particularmente genuina e ingenua estaactitud típica de la infancia, tomándola de su propia experiencia: «Además, había ahí un segundo Adolf. Un pequeño engendro de quien decían que era mi hermano, pero yo no podía entender para qué podía servir; y menos todavía, a santo de qué le daban tantaimportancia como a mí mismo. Yo estaba contento; ¿para qué me hacía falta un hermano? Y no sólo era inútil, sino directamente un estorbo. Cuando yo fastidiaba a la abuela, él quería fastidiarla también; cuando yo viajaba en mi cochecito, él se sentaba enfrente y me quitaba la mitad del lugar, de manera que teníamos que ir tocándonos los pies».
303 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1909:]
Con las mismas palabras disfraza Hans, a los tres años y medio, una crítica demoledora a su hermana. Supone que porque le faltan los dientes no puede hablar. [Freud (1909b), AE, 10, pág, 11,]
304 (Ventana-emergente - Popup)
{«Engelmacberin»: también puede significar «la que mata niños».)
305 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1909] Con sorpresa escuché a un niño de diez años, muy inteligente, exclamar tras la muerte repentina de su padre: «Que mi padre ha muerto, lo entiendo; pero no puedo explicarme por qué no viene a casa a la hora de la cena». [Agregado en 1919] Se encontrará más material sobre este tema en los primeros [siete] volúmenes de la revistaImago [1912-21], bajo la sección «Vom wahren Wesen der Kinderseele» {Acerca de la verdadera naturaleza del alma infantil, dirigida por la doctora Hermine von Hug-Hellmuth.
306 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1919:] La observación de un padre instruido en el psicoanálisis apresó también el momento en que su hijitade cuatro años, de notable inteligencia, reconoció el distingo entre «estar lejos» y «estar muerto». La niña opuso dificultades para comer y se sintió observada inamistosamente por una de las mucamas de la pensión donde se alojaban. «Ojalá que Josefine semuera», dijo por eso al padre. «¿Por qué justamente que se muera?», preguntó este conciliadoramente; «¿no basta con que se mande a mudar?». «No -respondió la niña-, porque entonces vuelve». Para el irrestricto egoísmo (narcisismo) del niño, toda perturbación es un crimen laesae majestatis y, como la legislación draconiana, frente a todo crimen de esa clase el sentimiento del niño impone' una única pena, que no admite grados.
[Freud se ocupa más particularmente de la actitud adulta hacia la muerte en el segundo ensayo de Tótem y tabú ( 1912-13), AE, 13, págs. 58 y sigs., en su artículo sobre «El motivo de la elección del cofre» (1913f) y en la segunda parte de su trabajo «De guerra y muerte» (1915b).]
308 (Ventana-emergente - P opup)
[Nota agregada en 1925:] La situación queda oscurecida muchas veces por el surgimiento de una tendencia punitoria que, en una reacción moral, amenaza con la pérdida de aquel de los dos progenitores a quien se ama.
309 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1909:] Así al menos en algunas versiones del mito. De acuerdo con otras, la castración fue ejecutada solamente por Cronos en su padre Urano. [Este pasaje se examina en Psicopatología de la vida cotidiana (Freud, 1901b), AE, 6, pág. 213.1 Para el significado mitológico de este tema, cf. Rank (1909) [agregado en 1914:1 y Rank (1912c), capítulo 9, sección 2. [Las frases del texto son, por supuesto, una temprana insinuación de la línea de pensamiento que Freud desarrollaría más tarde en Tótem y tabú (1912-13).]
310 (Ventana-emergente - Popup)
[Las opiniones de Freud sobre este punto se modificaron ulteriormente. (Cf, Freud, 1925i y 1931b.)]
311 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:] Ninguno de los descubrimientos de la investigación psicoanalítica ha provocado una oposición tan acerba, una negativa tan feroz ni unos malabarismos tan divertidos por parte de lacrítica como esta referencia a las inclinaciones incestuosas infantiles, conservadas en lo inconciente. En los últimos tiempos se ha querido incluso presentar al incesto, contra todo lo que indica la experiencia, como meramente «simbólico». Ferenczi (1912c) ha expuesto una ingeniosa sobreinterpretación del mito de Edipo, basándose en un pasaje del epistolario de Schopenhauer. [Agregado en 1919:]El «complejo de Edipo», mencionado aquí, en La interpretación de los sueños, por primera vez, ha adquirido por obra de ulteriores estudios una importancia insospechada para la comprensión de la historia de la humanidad y el desarrollo de la religión y la eticidad. (Cf. mi libro Tótem y tabú, 1912-13 [ensayo IV].) -[En realidad, lo esencial de este examen del complejo de Edipo y de Edipo rey, como así también lo que sigue sobre Hamlet ya había sido planteado por Freud en una carta a Fliess del 15 de octubre de 1897 (Freud, 1950a, Carta71), AE, 1, págs. 307-8. Una insinuación todavía más temprana del descubrimiento del complejo de Edipo se incluyó en la carta del 31 de mayo de 1897 (Manuscrito N). La expresión «complejo de Edipo» parece haber sido utilizada por primera vez en una obra publicada en «Sobre un tipo particular de elección de objeto en el hombre» (Freud, 1910b), AE, 11, pág. 164.]
312 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo se imprimió como nota al pie en la primera edición (1900), y fue incluido en el texto desde 1914 en adelante.]
313 (Ventana-emergente - Popup)
{Hamlet, acto III, escena 1.}
314 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1919:]Las indicaciones anteriores para una comprensión analítica de hamlet han sido completadas después por E. Jones y defendidas contra otras opiniones consignadas en la bibliografía. (Véase Jones, 1910a [ y, en forma más completa, 19491.) - [Agregado en 1930:1 En cuanto a la premisa adoptada supra, a saber, que el autor de las obras de Shakespeare era el hombre de Stratford, he visto después mi error [cf. Freud, 1930el. - [Agregado en 1919:] Otros intentos de análisis de Macbeth se hallarán en un ensayo mío [1916d] y también en uno de Jekels (1917). -[La primera parte de esta nota se incluyó bajo una forma diferente en la edición de1911, pero se omitió desde 1914 en adelante: «Los puntos de vista sobre el problema de hamlet contenidos en el pasaje del texto han sido confirmados después y sustentados con nuevos argumentos en un extenso estudio debido al doctor Ernest Jones, de Toronto (1910a). El ha señalado también la relación entre el material de Hamlet y los mitos del nacimiento de los

122
héroes examinados por Rank (1909)». - Freud volvió a tratar el tema de hamlet en su trabajo póstumo «Personajes psicopáticos, en el escenario» (1942a), escrito probablemente en 1905 o 1906.}
315 (Ventana-emergente - Popup)
[Este sueño, perteneciente a Robert Fliess -hijo de Wilhelm- se menciona en las cartas del 8 y el 20 de agosto de 1899 (Freud, 1950a, Cartas 114 y 116).] - También lo grande, lo abundantísimo, lo desmedido y exagerado de los sueños podría ser un carácter infantil. El niño no abriga un deseo más anhelado que el de hacerse grande, y obtener de todo tanto como los grandes; es difícil de contentar, no le basta con nada, pide insaciablemente la repetición de lo que le ha gustado o le ha sabido bien. Sólo la cultura, por medio de la educación, le enseña a medirse, a moderarse, a resignarse. Como es sabido, también el neurótico se inclina hacia lo sin medida y desmesurado. [Freud alude al amor de los niños por la repetición en su libro sobre el chiste (1905c) AE, 8, pág. 214, y retorna el tema en Más allá del principio de placer (1920g), AE, 18, pág. 35.] 315 (Ventana-emergente - Popup)
316 (Ventana-emergente - Popup)
[Aunque de hecho era correcto. Vivió en el siglo xviii y fue prosélito de Rousseau.]
317 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1911:] En una conferencia que pronunció ante un auditorio norteamericano, Ernest Jones habló del egoísmo de los sueños; se levantó entonces una culta dama, que le hizo esta objeción: era la suya una generalización no científica, pues Jones podía emitir juicio sobre los sueños de los austríacos, mas nada podía decir sobre los de los norteamericanos. En cuanto a su personal ella estaba segura de que todos sus sueños eran rigurosamente altruistas. - [Agregado en 1925:] A manera de disculpa de esta dama orgullosa de su raza, digamos de pasada que la tesis según la cual los sueños son enteramente egoístas no debe llevar a un malentendido. Absolutamente todo lo que aparece en el pensamiento preconciente puede pasar al sueño (tanto al contenido como a los pensamientos oníricos latentes); por ende, esta posibilidad se halla abierta también para las mociones altruistas. De igual modo, puede aparecer en el sueño una moción tierna o enamorada hacia otra persona, moción que preexiste en el inconciente. El núcleo correcto de latesis mencionada se restringe entonces a este hecho: entre las incitaciones inconcientes del sueño se encuentran muy a menudo tendencias egoístas que parecen superadas en la vida de vigilia.
318 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase el sueño de la inyección de Irma]
319 (Ventana-emergente - Popup)
[La primera oración de este párrafo apareció 'en la edición original (1900) pero luego fue eliminada hasta 1925. El resto del párrafo, junto con el párrafo siguiente, datan de 1900, y en 1914 se trasfirieron al capítulo VI, sección E. En la edición de 1930 se los incluyó en ambos lugares.]
320 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1925:]La indagación analítica nos ha permitido colegir que en la predilección que sienten los niños por los ejercicios gimnásticos, y en su repetición en el ataque histérico, participa, amén del placer de órgano, otro factor más: la imagen mnémica (a menudo inconciente) del comercio sexual observado (en hombres o en animales). [Sobre el «placer de órgano», cf. «Pulsiones y destinos de pulsión» (Freud, 1915c), AE, 14, pág. 121 y n. 14.]
321 (Ventana-emergente - Popup)
Un joven colega médico, por completo libre de cualquier trastorno neurótico, me comunica lo siguiente acerca de este punto: «Por mi propia experiencia sé que muy temprano el columpiarme, y sobre todo en el momento en que el movimiento descendente alcanzaba su máximo impulso, me provocaba una rara sensación en los genitales; aunque en verdad no me resultaba agradable, tengo que definirla como una sensación de placer». Con mucha frecuencia he oído decir a los pacientes que las primeras erecciones acompañadas por una sensación de placer que recuerdan les sobrevinieron de muchachos al trepar. Los psicoanálisis muestran con toda certeza que muchas veces las primeras mociones sexuales arraigan en los juegos de pelea y riñas de la infancia. [Este tema fue elaborado por Freud en sus
Tres ensayos de teoría sexual (1905d), AE, 7, págs. 183 y sigs.]
322 (Ventana-emergente - Popup)
[En la edición original (1900), el párrafo siguiente (el primero sobre los sueños de examen) precedía a este, el cual concluía el capítulo. De ahí en más este párrafo fue totalmente omitido hasta 1925.]
323 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo y el siguiente se agregaron ep 1909. En las ediciones de 1909 y 1911 decía «el verdadero esclarecimiento», en lugar de «otro esclarecimiento».]
324 (Ventana-emergente - Popup)
[En la edición de 1909 decía en este punto: «El colega a quien mencioné antes (el doctor Stekel) ha llamado la atención sobre el hecho de que la palabra que empleamos para el examen de suficiencia, "Matura", significa también "madurez"; dice haber observado que los sueños de "madurez" con suma frecuencia se presentan cuando al día siguiente habrá de enfrentarse una prueba sexual, vale decir, cuando el fracaso temido puede consistir en una potencia insuficiente». En la edición de 1911 se agregó: «A esto un colega alemán ha objetado, creo que con razón, que el nombre de este examen en alemán ("Abiturium") carece de ese doble sentido». Todo estepárrafo fue omitido desde 1914 en adelante. En 1925 se lo remplazó por el nuevo párrafo final del capítulo. El propio Stekel trató el tema en una de sus obras (1909, págs. 464 y 471).]
325 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo se agregó en 1914.]
326 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo se agregó en 1925.]
327 (Ventana-emergente - Popup)
[En las ediciones de 1909 y 1911, este capítulo se continuaba con un examen de otras clases de sueños «típicos», el cual fue trasferido, desde 1914 en adelante, al capítulo VI, sección E, después del nuevo material sobre el simbolismo onírico].
328 (Ventana-emergente - Popup)
[En la 11º de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), Freud aborda este tema en forma mucho más resumida.]
329 (Ventana-emergente - Popup)
[Este tema se trata por extenso en «Algunas notas adicionales a la interpretación de los sueños en su conjunto» (Freud, 1925i), AE, 19, págs. 129-32.]
330 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914] Referencias a la condensación en el sueño se encuentran en numerosos autores. Du Prel (1885, pág. 85) manifiesta en un pasaje que está absolutamente seguro de que se ha producido un proceso de condensación de la serie de representaciones.
331 (Ventana-emergente - Popup)
{Vale decir, Freud juzga innecesario crear un «modelo» (como hoy se diría) para el estado de la psique durante el dormir, del tipo del que expone en el capítulo VII, para el aparato psíquico.}
332 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta parece ser una referencia a un elemento de los pensamientos oníricos no mencionado previamente.]
333 (Ventana-emergente - Popup)
[Goethe, Fausto, parte I, escena 4.]
334 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1911:]Para apreciar esta figuración de Daudet, considérese lo que he comunicado, en la sección referida al simbolismo, acerca del significado de los sueños en que se sube escaleras

123
335 (Ventana-emergente - P opup)
[Uhland, Wanderlieder, 8, «Enkehr».] 336 (Ventana-emergente - Popup)
[Goethe, Fausto, parte I, escena 21, «Noche de Walpurgis».]
337 (Ventana-emergente - Popup)
{En francés, «par terre»: «por tierra»; en alemán, «Parterre»: «planta baja»,}
338 (Ventana-emergente - Popup)
[Es probable que Freud se refiera aquí a su reciente descubrimiento de que los traumas sexuales infantiles aparentemente revelados en sus análisis de pacientes neuróticos eran en realidad, con mucha frecuencia, fantasías. Cf. «Mis tesis sobre el papel de la sexualidad en la etiología de las neurosis» (Freud, 1906a).]
339 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud se había ocupado ya de este tipo de fantaseos en «Sobre los recuerdos encubridores» (1899a), AE, 3, pág. 315.]
340 (Ventana-emergente - Popup)
La naturaleza fantástica {phantastisch} de la situación relativa a la nodriza del soñante fue probada por el hecho, verificado objetivamente, de que en este caso la nodriza era la madre. Por lo demás, recuerdo la anécdota, del joven que lamentaba no haber aprovechado mejor la situación en que estaba con su nodriza; sin duda, es la fuente de este sueño.
341 (Ventana-emergente - Popup)
{«Maikäfer» («abejorro») significa literalmente «coleóptero de mayo».}
342 (Ventana-emergente - Popup)
Este habíasido el verdadero excitador del sueño.
343 (Ventana-emergente - Popup)
En este punto se requiere una interpolación: Lecturas como esta son veneno para una joven. Ella misma en su juventud frecuentó mucho los libros prohibidos.
344 (Ventana-emergente - Popup)
[Sarastro a Pamina, en el Finale del primer acto.]
345 (Ventana-emergente - Popup)
[Heinrich ven Kleist, Käthchen von Heilbronn, acto IV, escena 2.1 - Otro hilo de pensamiento llevó a Penthesilea, del mismo poeta, y a la idea de lacrueldad hacia un amante.
346 (Ventana-emergente - Popup)
[Se trata presumiblemente de un recuerdo de la frase inicial de la condena del papa, comunicada por Tannhäuser en la última escena de la ópera. Las palabras textuales son: «Puesto que has compartido tan maligno placer... ».]
347 (Ventana-emergente - Popup)
[Alude a un pórtico ceremonial construido según el modelo del ateniense.]
348 (Ventana-emergente - Popup)
[La relación entre las representaciones-palabra y las representaciones-cosa fue tratada por Freud mucho más tarde, en su artículo sobre «Lo inconciente» (1915e), AE, 14, págs. 197-8.]
349 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud informa sobre un sueño que incluía una cantidad de caprichos verbales en su Psicopatología de la vida cotidiana (1901b), AE, 6, págs. 68-9. Como se verá, la mayoría de los ejemplos que siguen son intraducibles. Cf. mi «Introducción»]
350 (Ventana-emergente - Popup)
[Casa de muñecas y El pato silvestre.]
351 (Ventana-emergente - Popup)
[Para conmemorar el jubileo del emperador Francisco José, que se celebró en 1898.]
352 (Ventana-emergente - Popup)
La misma descomposición y recomposición de las sílabas -una verdadera química de las sílabas- nos sirve en la vigilia para gran número de bromas: «¿Cuál es la manera más barata de obtener plata? Uno se dirige a una avenida donde hay álamos plateados {Silberpappeln} y pide silencio; entonces cesa el Pappeln {"parloteo", también "álamo"}, y queda libre laSilber {«plata"}». El primer lector y crítico de este libro me hizo la objeción, que probablemente repetirán los subsiguientes, de que «el soñante aparece a menudo demasiado chistoso». Esto es justo, siempre que se refiera sólo al soñante; y únicamente esconde un reproche si debe fiacérselo extensivo al intérprete de sueños. En la realidad de vigilia, yo apenas merezco el atributo de «chistoso»; si mis sueños parecen tales, ello no se debe a mi persona, sino a las peculiares condiciones psicológicas bajo las cuales se forma el sueño, y está en íntima relación con la teoría de lo chistoso y de lo cómico. El sueño se vuelve chistoso porque tiene bloqueado el camino más directo e inmediato para la expresión de sus pensamientos: se ve forzado a ser chistoso. Los lectores pueden convencerse de que los sueños de mis pacientes provocan en igual grado que los míos, y aun más, la impresión de lo chistoso (bromista). - [Agregado en 1909:] De todos modos, este reproche me movió a comparar la técnica del chiste con el trabajo del sueño; los resultados se hallarán en mi libro El chiste y su relación con lo inconciente(1905c). [En particular,. en el capítulo VI, hacia el final del cual Freud observa que los chistes oníricos son chistes malos, y explica por qué ello debe ser así. Lo mismo se señala en la15º de sus Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17). - E l «primer lector» al que alude al comienzo de la nota era Fliess, y Freud se ocupa del asunto en una carta del 11 de setiembre de 1899 (Freud, 1950a, Carta118).]
353 (Ventana-emergente - Popup)
[Ferdinand Lassalle, fundador del movimiento socialdemócrata alemán, nació en Breslau en 1825 y murió en 1864. Eduard Lasker (1829-1884), nacido en Jarotschin -no muy lejos de Breslau-, fue uno de los fundadores del Partido Liberal Nacional de Alemania. Ambos eran de origen judío.]
354 (Ventana-emergente - Popup)
Lasker murió de tabes, es decir, como resultado de una infección (sífilis) contagiada de una mujer; Lassalle, como todos saben, cayó en un duelo a causa de una mujer. [The Tragic Comedians, de George Meredith, se basa en la historia de este último.]
355 (Ventana-emergente - Popup)
Cita tomada de Marcinowski [1911]. [Este párrafo se agregó en 1914.]
356 (Ventana-emergente - Popup)
[Este ingenioso ejemplo de condensación gira en torno de la pronunciación de la segunda sílaba -la acentuada- de la palabra sin sentido léxico. Si es «ze», se pronuncia en forma similar a la segunda sílaba de «erzählen» y ala de la inventada «erzehleriscb». Si es «z¡», se pronuncia en forma similar a la segunda sílaba de «erzieherisch», y -aunque no tanto- a la primera sílaba de «syphifis»]
357 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. el capítulo IV del libro sobre el chiste (Freud, 1905c)..]
358 (Ventana-emergente -Popup)
[Este párrafo se agregó en 1919,]
359 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1909:]No hace mucho descubrí una única excepción a esta regla en el caso de un joven que sufría de representaciones obsesivas, pero cuyas funciones intelectuales, muy desarrolladas, estaban en lo demás intactas. Los dichos que aparecían en sus sueños no provenían de dichos escuchados o pronunciados, sino que

124
correspondían a los textos no desfigurados de sus pensamientos Obsesivos, que en la vigilia le llegaban a la conciencia sólo modificados. [Este joven era el «Hombre de las Ratas», sobre el cual Freud escribió «A propósito de un caso de neurosis obsesiva» (1909d); allí se encontrará una alusión a este punto (AE, 10, pág. 175).
360 (Ventana-emergente - Popup)
{Sic; entiéndase: «los pensamientos oníricos versan. . . »} 360 (Ventana-emergente - Popup)
361 (Ventana-emergente - Popup)
La intensidad y la valencia psíquicas, el interés que recae sobre una representación, han de distinguirse desde luego de la intensidad sensorial, la intensidad de lo representado.
362 (Ventana-emergente - Popup)
[El viejo lema jurídico: «Cometió el hecho quien se benefició con él».]
363 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1909:] Puedo decir que el núcleo de mi concepción de los sueños es la reconducción de la desfiguración onírica a la censura. Por eso inserto aquí la última parte de un relato tomado de Phantasien eines Realisten {Fantasías de un realista}, de «Lynkeus» (Viena, 29 ed., 1900 [11 ed., 1899]), donde he reencontrado este rasgo principal de mi doctrina. [Cf. el «Apéndice de 1909» agregado al capítulo 1, cf. también «Josef Popper-Lynkeus y la teoría del sueño» (Freud, 19231) y «Mi contacto con Josef Popper-Lynkeus» (Freud, 1932c).] El título del relato es «Tráumen wie Wachen» {El soñar es como el velar}:
«Acerca de un hombre que tiene la maravillosa cualidad de no soñar nunca disparates. ( ... )
»"Tu espléndida cualidad de soñar como si estuvieras en vela se debe a tu virtud, a tu bondad, a tu sentido de la justicia, a tu amor a la verdad; es la serenidad moral de tu naturaleza la que me lo explica todo".
»Pero si yo no estoy equivocado -replicó el otro-, estoy por creer que todos los hombres tienen la misma constitución que yo y nadie sueña disparates. Un sueño que se recuerde con nitidez tal que se lo pueda contar, vale decir, que no sea un sueño producido por la fiebre, tiene siempre sentido. ¡Y no podría ser de otro modo! En efecto, lo que está en contradicción recíproca no podría agruparse en un todo. El hecho de que el tiempo y el espacio a menudo se confundan no menoscaba en nada al contenido verdadero del sueño, pues ni uno ni el otro han tenido importancia para su contenido esencial. Y aun muchas veces hacemos lo mismo en la vigilia; piénsese en los cuentos, en tantos osados y significativos productos de la fantasía, respecto de los cuales sólo un hombre carente de inteligencia podría decir: Esto es disparatado, porque no es posible' ".
»"¡Ah! -exclamó el amigo- ¡Si todos supieran interpretar siempre correctamente los sueños como tú lo has hecho con el mío!".
»"No es por cierto una tarea fácil, pero con un poco de atención el soñante mismo debería poder llevarla a cabo siempre ... Preguntarán ustedes: '¿Por qué casi nunca lo consigue?'. Es que en el caso de ustedes parece haber algo escondido en el soñar, algo impúdico de algún tipo, un cierto secreto que difícilmente se concibe; y por eso tan a menudo el soñar de ustedes parece sin sentido, y aun un disparate. Empero, en el fundamento último en modo alguno es así; y no puede serlo, pues siempre se trata del mismo hombre, ya esté en vela o sueñe,"».
364 (Ventana-emergente - Popup)
[La primera condición es que deben estar sobredeterminados.]
365 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1909:]Después de escrito lo anterior, he publicado el análisis y la síntesis completos de dos sueños en mi «Fragmento de análisis de un caso de histeria» (1905) [AE, 7, págs. 57 y sigs. Véase, asimismo, la síntesis del sueño del «Hombre de los Lobos» (Freud, 1918b), AE, 17, págs. 29 y sigs.) Agregado en 1914:]El análisis de Otto Rank, «Ein Traum, der sich selbst deutet» {Un sueño que se interpreta a sí mismo} [1910a], debe mencionarsecomo la interpretación más completa publicada de un sueño de considerable longitud.
366 (Ventana-emergente - Popup)
[En este párrafo, el fragmento que va desde «A la otra parte... » hasta el final data, en su forma actual, de 1919. En ediciones anteriores se leía: «A la otra parte puede designársela en conjunto como "hilos colaterales"; ellos son las vías que recorre el deseo genuino, que surge de los pensamientos oníricos, antes de convertirse en el deseo del sueño. El primer grupo de estos "hilos colaterales" consiste en retoños de los pensamientos oníricos propiamente dichos; en términos esquemáticos, son desplazamientos de lo esencial a lo inesencíal. Un segundo grupo comprende los pensamientos que conectan entre sí a estos elementos inesenciales (que sehan vuelto importantes a causa del desplazamiento) y que se extienden desde ellos hasta el contenido del sueño. Por último, un tercer grupo consta de asociaciones e ilaciones de pensamiento por cuyo intermedio el trabajo de interpretación nos lleva del contenido manifiesto al segundo grupo de hilos colaterales, No es indispensable suponer que todos los de este tercer grupo han participado también necesariamente en la formación del sueño». Con referencia a este pasaje, en GS, 3 (1925), pág. 55, Freud apuntaque resolvió eliminar de él la expresión «hilos colaterales»; sin embargo, esta sobrevivió en otro lugar del libro.
367 (Ventana-emergente - Popup)
[«Präpositionen»: Freud se refiere aquí, propiamente, a las conjunciones.]
368 (Ventana-emergente - Popup)
{«contradicción al sueño» por parte de la segunda instancia, se infiere.}
369 (Ventana-emergente - Popup)
[Alude a los frescos de Rafael en el Vaticano. Freud volvió a referirse a ellos en Sobre el sueño (190la), y en su trabajo «De guerra y muerte» (1915b), AE, 14, pág. 279.]
370 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta comparación es una de las favoritas de Freud. Ya la había utilizado supra, pág. 257, y también la empleó en el caso «Dora» (1905e), AE, 7, pág. 35. Posiblemente deriva de un poema de Goethe «Schwer in Waldes Busch»), donde aparece la misma metáfora.]
371 (Ventana-emergente - Popup)
{«Durch die Blume»: esta expresión significa también «metafóricamente».}
372 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta oración se agregó en 1914.]
373 (Ventana-emergente - Popup)
[Este sueño se describe con mayor detalle en la carta a Fliess (el amigo en cuestión) del 28 de abril de 1897 (Freud, 1950a, C arta 60), AE, 1, págs. 286-7.]
374 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud informa sobre este sueño en una carta a Fliess del 2 de noviembre de 1896 (Freud, 1950a, Carta50), AE, 1, págs. 273-4. Ahí se dice que el sueño tuvo lugar la noche posterior al funeral. En la primera formulación del sueño, se aludía al deber filial de cerrar los ojos del muerto.]
375 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud atenúa luego esta afirmación]
376 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agrelmda en 1911: ] Por un trabajo de K. Abel, über den Gegensinn der Urworte {El sentido antitético de las palabras primitivas} (1884) (véase mi reseña, 1910e), me enteré del hecho asombroso, confirmado también por otros lingüistas, de que las lenguas más antiguas se comportan en esto exactamente como los sueños. Al comienzo poseen

125
una sola palabra para los dos opuestos de una serie de cualidades o de actividades (fuerte-débil, vicio-joven, lejos-cerca, unir-separar), y sólo secundariamente forman designaciones separadas para los dos opuestos, mediante ligeras modificaciones de la palabra originaria común. Abel lo demuestra en particular respecto de la lengua del Egipto antiguo, pero comprueba la existencia de nítidos restos del mismo desarrollo también en las lenguas semíticas e indogermánicas.
377 (Ventana-emergente - Popup)
[En su poema «Der Müllerin Verrat».] 377 (Ventana-emergente - Popup)
378 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1914:]Véanse las observaciones de Aristóteles sobre las cualidades que debía poseer un intérprete de sueños.
379 (Ventana-emergente - Popup)
[Las tres oraciones siguientes se agregaron en 1911, y la última del párrafo, en 1914]
380 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1925:]
381 (Ventana-emergente - Popup)
Cuando estoy en duda acerca de cuál de las personas que aparecen en el sueño oculta a mi yo, me atengo a la siguiente regla: Es la persona que en el sueño experimenta un afecto que yo, como durmiente, siento.
382 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta oración se agregó en 1925. El tema se, trata más ampliamente en «Observaciones sobre la teoría y la práctica de la interpretación de los sueños» (Freud, 1923c), AE, 19, pág. 122.]
383 (Ventana-emergente - Popup)
[Algunos ejemplos divertidos de esto se ofrecen en Sobre el sueño (1901a)
384 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta oración se agregó en 1909.]
385 (Ventana-emergente - Popup)
{«Kur» es tanto «cura» como «cortejo» (en el sentido de «cortejar» a una mujer).}
386 (Ventana-emergente - Popup)
[El resto de este párrafo se agregó en 1911.]
387 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta oración se agregó en 1911.]
388 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo y el siguiente se agregaron en 1909.]
389 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1909:] De esta misma técnica de la inversión temporal se sirve muchas veces el ataque histérico para ocultar al espectador su sentido. Por ejemplo, una muchacha histérica figuraba en un ataque una pequeña novela que ella había fantaseado en su inconciente tras un encuentro con un hombre en el ferrocarril Metropolitano. En la fantasía, él, atraído por la belleza de su pie, lainterpelaba mientras ella leía; después se iba con el y vivenciaba una apasionada escena de amor. Su ataque se iniciaba con lafiguración de esta última mediante las convulsiones (movimientos de los labios como para besar, entrelazamiento de los brazos como para abrazar); después corría a otra habitación, se sentaba en una silla, levantaba su vestido para enseñar el pie, hacía como si estuviera leyendo un libro y me interpelaba (es decir, me respondía). [Freud vuelve a mencionar este caso en sus «Apreciaciones generales sobre el ataque histérico» (1909a), AE, 9, pág. 208.] - [Agregado en 1914:] Cf. sobre esto la observación de Artemidoro: «En la interpretación de historias soñadas es preciso avanzar desde el principio hasta el final algunas veces, y otras veces desde el final hasta ti principio ... ». [ Libro I, capítulo XI; cita tomada por Freud de la traducción de Krauss (1881), pág. 20.]
390 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo se agregó en 1911.]
391 (Ventana-emergente - Popup)
[Alusión al célebre leitmotiv del ataque lanzado por Nietzsche contra el cristianismo.]
392 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1930:]No estoy seguro, ahora, de haber obrado correctamente. [Freud argumenta en favor de la existencia de tal categoría en su artículo «Sueño y telepatía» (1922a), AE, 18, pág. 200.]
393 (Ventana-emergente - Popup)
Síntomas histéricos concomitantes: amenorrea y gran depresión (el principal padecimiento de esta enferma).
394 (Ventana-emergente - Popup)
[La última oración se agregó en 1909, y desde 1914 en adelante se la destacó mediante tipografía espaciada, El párrafo siguiente se agregó en 1911.]
395 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo y los dos siguientes se agregaron en 1914.]
396 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta oración se agregó en 1909; el resto del presente párrafo, y los tres siguientes, en 1911. Freud se ocupa nuevamente del tema al final de la 29º de sus Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (1933a), AE, 22, pág. 25.
397 (Ventana-emergente - Popup)
{En lo que sigue incluimos las voces alemanas derivadas de «Schuld» = «culpa, deuda», indicando los juegos de palabras; véase la repetición de «gehen», que traducimos por «marchar», y considérese que «empfängen» puede significar «concebir».}
398 (Ventana-emergente -Popup)
En el análisis completo surgía una referencia a una vivencia de mi infancia, a través del siguiente eslabón: «Der Mohr hat seine Schutdigkeit getan, der Mohr kann gehen» {«El Moro ha hecho su menester, el Moro puede ir (gehen)»}. [Schiller, Fiesco, acto III, escena 4. - «Schuldigkeit» («menester»)es un error en la cita, en lugarde «Arbeit» («trabajo»).] Y después una pregunta en broma: «¿Qué edad tenía el Moro cuando hizo su menester?». «Un año, pues puede andar {gehen}». (Parece que vine al mundo con un cabello negro tan enmarañado que mi joven madre declaró que era un pequeño moro.) - El que yo no encuentre el sombrero es una vivencia diurna empleada con varios sentidos. Nuestra mucama, genial para guardar las cosas, lo había escondido. - También se oculta, tras el final de este sueño, el rechazo de unas tristes ideas de muerte: Yo todavía no he hecho lo que debía; todavía no puedo irme. Nacimiento y muerte, como en el sueño de Goethe y el paralítico, que había soñado poco tiempo antes.
399 (Ventana-emergente - Popup)
[Nota agregada en 1930:] A la luz de intelecciones obtenidas posteriormente, esto ya no puede sostenerse.
400 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo (con excepción de la penúltimo oración y de parte de la última) se agregó en 1911.1
401 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta oración se agregó en. 1919.]
402 (Ventana-emergente - Popup)
