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lunes, 13 de enero de 2014

Volumen XXII: Escritos breves (1932-36)

Sándor Ferenczi. (1933)

(Ver nota(191))
Hemos hecho la experiencia de que desear es barato, Y por eso nos obsequiamos con largueza unos a otros los más cálidos y mejores deseos, entre los que descuella el de una larga vida. La doble valencia de este deseo ' precisamente, es puesta en descubierto en una famosa anécdota oriental. El Sultán llamó a dos sabios para que le dijeran su horóscopo. «Te tengo por dichoso, señor -dijo uno-; en las estrellas está escrito que verás morir a todos tus parientes antes que tú». Este vidente fue ajusticiado. «Te tengo por dichoso -dijo también el otro-, pues leo en las estrellas que sobrevivirás a todos tus parientes». A este le dieron una rica recompensa; los dos habían expresado el mismo cumplimiento de deseo.
En 1926 debí escribir la nota en memoria de nuestro inolvidable amigo Karl Abraham. Pocos
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años antes, en 1923, pude saludar a Sándor Ferenczi al cumplir sus cincuenta años de vida. Hoy, apenas una década después, me duele haberlo sobrevivido también. En aquel ensayo que escribí para su jubileo pude rendir público tributo a su polifacético talento y su originalidad, a la riqueza de sus dotes: es que la discreción debida al amigo me impedía entonces hablar de su personalidad amable, humanitaria, abierta a todo lo sustantivo.
Desde que el interés por el joven psicoanálisis lo atrajo hacia mí, compartimos muchas cosas. Cuando en 1909 fui llamado a Worcester, Massachusetts, para dictar unas conferencias durante una semana conmemorativa, lo invité a acompañarme. La mañana del día en que yo iniciaba mis conferencias, paseábamos frente a los edificios de la universidad y le pedí que me propusiese el tema sobre el cual yo hablaría, y él me bosquejó lo que media hora después expuse en una improvisación. De ese modo participó en la génesis de las Cinco conferencias (Freud, 1910a). Pocomás tarde, en el Congreso de Nuremberg de 1910, lo moví a proponer que los analistas se organizasen en una asociación internacional, tal como lo habíamos meditado entre ambos. Su propuesta fue aceptada con escasas modificaciones y está en vigencia todavía. Durante varios años sucesivos pasamos juntos en Italia las vacaciones de otoño, y más de un ensayo que luego apareció en la bibliografía bajo su nombre o el mío cobró allí, en nuestras charlas, su forma primera. Cuando el estallido de la Guerra Mundial puso término a nuestra libertad de movimientos, pero paralizó también nuestra actividad analítica, él aprovechó la pausa para iniciar su análisis conmigo, interrumpido después por su llamado a filas pero que pudo proseguir más tarde. Y el sentimiento de solidaridad que nació entre nosotros bajo tantas vivencias comunes no sufrió mengua ninguna cuando él, en un momento de la vida por desgracia demasiado tardío, se unió a la destacada mujer que hoy lo llora como viuda.
Una década atrás, cuando la Internationale Zeitschrift [y la International Journall consagró a Ferenczi una separata al cumplir él cincuenta años, se habían publicado ya la mayoría de los trabajos que hicieron de todos los analistas sus discípulos. Pero se reservaba todavía su obra más brillante y fecunda en ideas. Lo supe, y en la frase con que concluía mi contribución le pedí que nos la enviara. Así, en 1924 apareció su Versuch ciner Genitaltheorie {Ensayo de teoría genital}. Ese opúsculo es más bien un estudio biológico que psicoanalítico, una aplicación a la biología de los procesos sexuales, y, más allá, a la vida orgánica en general, de los puntos de vista e intelecciones que el psicoanálisis había producido; es quizá la más atrevida aplicación del análisis que se haya intentado nunca. Como idea conductora, se insiste en la naturaleza conservadora de las pulsiones, cada una de las cuales quiere restablecer un estado que una perturbación exterior obligó a resignar. Los símbolos se disciernen como testimonios de conexiones antiguas; con notables ejemplos se muestra cómo las peculiaridades de lo psíquico conservan las huellas de antiquísimas alteraciones de la sustancia corporal. Cuando uno lee ese escrito cree comprender numerosas singularidades de la vida sexual que nunca antes había podido abarcar en su concatenación, y se enriquece con vislumbres que prometen unas intelecciones profundas en vastos campos de la biología. Es en vano intentar separar desde ahora lo que puede aceptarse como conocimiento digno de crédito y lo que, a modo de una fantasía científica, procura colegir un conocimiento futuro. Uno deja ese pequeño libro con este juicio: «Es demasiado para una sola vez, lo releeré pasado un tiempo». Pero no sólo a mí me ocurre eso; es probable que efectivamente llegue a existir un «bioanálisis» como Ferenczi lo anunció, y en tal caso no podrá menos que remontarse al Versuch einer Genitaltheorie.
Tras este elevado logro ocurrió que el amigo se fue apartando de nosotros poco a poco. De regreso de un período de trabajo en Estados Unidos, quien antes había tenido la más viva participación en todo cuanto acontecía en los círculos analíticos pareció retirarse cada. vez más a un trabajo solitario. La necesidad de curar y asistir se había vuelto hiperpotente en él. Es probable que se propusiera metas inalcanzables con nuestros actuales medios terapéuticos. Desde fuentes afectivas inextinguibles le afluyó el convencimiento de que era posible conseguir mucho más con los enfermos si se les daba bastante del amor que habían añorado de niños. Quiso averiguar cómo podía lograrse esto en el marco de la situación psicoanalítica, y hasta no lograr éxito se mantuvo segregado, inseguro tal vez de coincidir con los amigos. Dondequiera que pudiese haberlo llevado ese camino, no pudo recorrerlo hasta el final. De manera paulatina se revelaron en él los signos del grave proceso de destrucción orgánica que probablemente ensombrecía su vida desde varios años atrás. Poco antes de cumplir los sesenta años murió de anemia perniciosa. Es imposible creer que la historia de nuestra ciencia haya de olvidarlo.
Mayo de 1933

Prólogo a Marie Bonaparte, Edgar Poe, étude psychanalytique. (1933)

(Ver nota(192))
En este libro, mi amiga y discípula Marie Bonaparte ha dirigido la luz del psicoanálisis sobre la vida y la obra de un gran poeta de genio patológico. Merced a su trabajo interpretativo se comprende ahora cuántos de los caracteres de su obra están condicionados por la peculiaridad del hombre, pero se averigua también que esta última es la sedimentación de intensas

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ligazones afectivas y vivencias dolorosas de su primera juventud. Tales indagaciones no están destinadas a explicar el genio del poeta, pero muestran los motivos que lo han despertado y el material que el destino le ofreció. Reviste un particular encanto estudiar las leyes de la vida anímica de los seres humanos en individuos descollantes.

La sutileza de un acto fallido. (1935)

(Ver nota(193)) Pero acaso la palabrita «bis» no es de ningún modo la preposición que marca un límite temporal, sino algo completamente diverso. Es la latinabis (una segunda vez) que ha pasado al francés con idéntico significado. «Ne bis in idem(195)», se dice en el derecho romano. «¡Bis, bis!», exclama el francés cuando pide la repetición de una pieza musical. He ahí pues, la explicación de mí disparatado desliz en la escritura. El segundo «para» me alertó, no he querido repetir la misma palabra. Por ende, ¡algo diverso en lugar de «para»! Y entonces, la casual homofonía de la palabra extranjera bis {repetición} -que objetaba la dicción originaria- con la preposición alemana hizo posible sustituir «für» {para} por «bis» {hasta} como si se tratara de un error. Nótese que esta operación fallida no alcanza su propósito cuando se impone, sino sólo cuando es remediada. Me veo obligado a tachar «bis» y es así como en cierto modo llego a eliminar la repetición misma que me molestaba. ¡Una variante en el mecanismo de la acción fallida, que no carece, sin duda, de interés!
Quedo muy satisfecho con esta solución, pero en los autoanálisis es particularmente grande el peligro de la interpretación incompleta(196). Uno se contenta demasiado pronto con un esclarecimiento parcial, tras el cual la resistencia retiene fácilmente algo que puede ser más importante. Mi hija, a quien referí este pequeño análisis, halla enseguida su continuación: «Ya una vez le has regalado una gema así para un anillo. Probablemente sea esa la repetición que quieres evitar. No es grato hacer siempre el mismo regalo». Esto me ilumina, es evidente que se trata de una objeción a repetir el mismo regalo, no la misma palabra. Esto último no es sino un desplazamiento a algo nimio, destinado a escatimar algo de mayor monta: acaso una dificultad estética en remplazo de un conflicto pulsional.
En efecto, es fácil hallar la ulterior continuación. Busco un motivo para no enviar esa gema. Se lo encuentra en la consideración de que ya una vez he regalado lo mismo -algo muy parecido- ¿Por qué se esconde y disfraza esa objeción? Ahí tiene que haber algo que recela de salir a la luz. Y enseguida veo claro qué es. De ningún modo quiero desprenderme de esta pequeña gema, me gusta muchísimo.

Preparaba un regalo de cumpleaños para una amiga, una pequeña gema destinada a ser engarzada en un anillo (ver nota(194)). Sobre una tarjeta rígida en cuyo centro se había fijado la piedrecita, escribo: «Bueno para hacer confeccionar un anillo de oro en casa del orfebre L. . . . para la piedra enviada, que muestra un buque con su vela y timón». En el lugar que ocupan los puntos suspensivos, entre «orfebre L.» y «para» {für}, había empero una palabra que debí tachar porque no venía para nada al caso, la palabrita «bis» {hasta}. Ahora bien, ¿por qué la escribí?
Al releer ese breve texto se me ocurre que contiene por dos veces, vecinas entre sí, la preposición «para»: «Bueno para un anillo para la piedra enviada». Suena mal y debería evitarse. Entonces recibo la impresión de que el deslizamiento de «hasta» en lugar de «para» ha sido un intento de evitar esa torpeza estilística. Esto sin duda es así. Pero un intento con medios particularmente insuficientes. La preposición «hasta» es por entero inadecuada en ese lugar y no puede sustituir a la indispensable, que es «para». ¿Por qué, entonces, justamente «hasta» {bis}?
No ha deparado grandes dificultades el esclarecimiento de esta operación fallida. Y enseguida sobreviene la reflexión reconciliadora: Lamentarlo así no hace más que realzar el valor del regalo. ¡Qué sería un regalo que a uno no le pesara un poquito! Comoquiera que fuese. sería lícito tomar esto como otro indicio de lo complejo que pueden ser los procesos anímicos inaparentes y supuestamente más simples. Uno yerra en una redacción, introduce un «hasta» donde era necesario un «para», luego lo nota y corrige, y este pequeño error -en verdad, sólo el intento de un error- ha tenido muchísimas premisas y condiciones dinámicas. Claro que, además, no habría sido posible sin un particular favorecíimiento del material.
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A Thomas Mann, en su 60º cumpleaños. (1935)

(Ver nota(197))
Querido Thomas Mann: Acepte usted mi cordial saludo para su sexagésimo aniversario. Soy uno de sus «más viejos» lectores y admiradores, y podría desearle una vida muy larga y dichosa, como es usual en una ocasión de esta índole. Pero me abstengo de hacerlo; desear es barato y me parece una recaída en las épocas en que se creía en la omnipotencia mágica del pensamiento. Y por mi más íntima experiencia, creo también bueno que un destino compasivo ponga oportuno término a nuestra vida (ver nota(198)).
Además, no me parece cosa digna de imitarse que en tales oportunidades festivas la ternura prevalezca sobre el respeto, y se obligue al festejado a escuchar cómo se lo abruma con loas en su condición de hombre y se lo analiza y critica en su condición de artista. No quiero incurrir en esa arrogancia. Pero sí puedo permitirme otra cosa: en nombre de incontables contemporáneos suyos me siento autorizado a expresar nuestra certidumbre de que usted nunca hará o dirá -puesto que las palabras del poeta son obras-nada cobarde o bajo, y aun en tiempos y situaciones que extravían el juicio andará por el camino recto y se lo enseñará a los demás.
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Notas finales 1 (Ventana-emergente - Popup)
Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (1933 [1932])
Neue Folge der Vorlesungen zur Einführung in die Psychoanalyse
Ediciones en alemán
1933 Viena: Internatíonaler Psychoanalytischer Verlag, 255 págs. 1934 GS, 12, págs. 151-345. 1940 GW, 15, iv + 206 págs. 1969 SA, 1, págs. 447-608.
Traducciones en castellano
1934 Nuevas aportaciones a la psicoanálisis. BN (17 vols.), 17, págs. 5-(?). Traducción de Luis López-Ballesteros. 1943 Igual título. EA, 17, págs. 9-211. El mismo tra ductor. 1948 Igual título. BN (2 vols.), 2, págs. 787-873. El mismo traductor. 1953 Igual título. SR, 17, págs. 7-162. El mismo traductor. 1967 Igual título. BN (3 vols.), 2, págs. 879-966. El mismo traductor. 1974 Nuevas lecciones introductorias al psicoanálisis. BN (9 vols.), 8, págs. 3101-206. El mismo traductor.
Las conferencias 30ª y 31ª fueron publicadas parcialmente en el Almanach 1933 (págs. 9-30 y 35-58), y la 34ª, tambíén parcialmente, en Psychoanalytische Bewegung, 4 (novíembre-clíciembre de 1932), págs. 481-97. Un resumen del propio Freud sobre la primera parte de la 30ª conferencia apareció, traducido al
húngaro, en Magyar Hirlap (Budapest), 25 de diciembre de 1932 (Freud, 1932d).
Sabemos por Ernest Jones (1957, págs. 186-7) que, aunque este volumen llevaba en su portada la fecha «1933», en realidad apareció el 6 de diciembre de 1932 -repitiéndose así lo que aconteció con La interpretación de los sueños (1900a).
A comienzos de 1932, la empresa editora de trabajos psicoanalíticos (la «Verlag») se hallaba en una peligrosa situación financiera, y Freud concibió la idea de ir en su auxilio con una nueva serie («Neue Folge» en el título alemán) de conferencias introductorias. A fines de mayo ya tenía escritas la primera y la
última, y a fines de agosto había puesto término a los siete capítulos del volumen.
Estas conferencias difieren de las primitivas (Freud, 1916-17) en varios aspectos, además del hecho de que nunca tuvo Freud la intención de pronunciarlas en público. Como señala en el «Prólogo», no son autónomas sino que en esencia constituyen escritos complementarios. Pero lo más llamativo son las diferencias que presentan entre sí en cuanto a su carácter. La primera, sobre los sueños, es apenas algo más que una síntesis de la parte II de la serie primitiva. En cambio, la tercera, cuarta y quinta (que versan, respectivamente, sobre la estructura de la psique, sobre la angustia y la teoría de las pulsiones, y sobre la psicología femenina) incorporan material y teorías totalmente nuevos, que (al menos en el caso de la tercera y la cuarta) se sumergen en consideraciones metapsicológicas y teóricas de una dificultad cuidadosamente evitada quince años atrás. Las tres restantes (o sea, la segunda conferencia y las dos últimas) se ocupan de una miscelánea de temas relacionados sólo de manera indirecta con el psicoanálisis, y lo hacen, por añadidura, en lo que podría llamarse un estilo popular. Lejos estamos de sugerir que carezcan de interés, pero sí exigen del lector un tipo y grado de atención muy distinto del que demandaban las conferencias anteriores. Ya sea que el lector quiera saber qué piensa Freud de la telepatía, la educación, la religión y el comunismo, o quiera conocer sus últimas concepciones del superyó, la angustia, la pulsíón de muerte y la fase preedípica en las niñas, por cierto encontrará en esta obra
muchascosas en que ocuparse.
James Strachey
2 (Ventana-emergente - Popup)
Shibbólet», palabra hebrea que utilizaban los galaaditas para reconocer a sus enemigos los efraimitas, quienes decían «sibbólet» «porque no podían pronunciar de aquella suerte» (Jueces, 12:5-6).}
3 (Ventana-emergente - Popup)
{Revista internacional de psicoanálisis (médico); a partir del volumen 6 de la revista se suprimió de su título el adjetivo «ärztliche» («médico»).}
4 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. la parte II de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17).]
5 (Ventana-emergente - Popup)
[Se hallarán algunas esclarecedoras consideraciones sobre la reflexión, dentro de un contexto similar, en La interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, pág. 123.]
6 (Ventana-emergente - Popup)
[En sus «Observaciones sobre la teoría y la práctica de la interpretación de los sueños» (1923c), AE, 19, pág. 111, Freud da una lista algo diferente de estas modalidades.]
7 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. la 10ª de las Conferencias de introducción (1916-17).]
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8 (Ventana-emergente - Popup)
[Poco tiempo atrás, Freud había dedicado a los límites de la interpretabilidad una sección de su trabajo «Algunas notas adicionales a la interpretación de los sueños en su conjunto» (1925i), AE, 19, págs. 129 y sigs.]
9 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 513.]
10 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «El uso de la interpretación de los sueños en el psicoanálisis» (1911e), AE, 12, pág. 91.]
11 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Observaciones sobre la teoría y la práctica de la interpretación de los sueños» (1923c), AE, 19, pág112.]
12 (Ventana-emergente - Popup)
[Es esta una de las raras ocasiones en que Freud emplea la forma «Zensor» en vez de «Zensur» {«censura»}. Cf. mi nota al pie en la 26ª de las Conferencias de introducción (1916-17), AE, 16, pág. 390.]
13 (Ventana-emergente - P opup)
[Freud repite aquí casi textualmente lo afirmado en la «Advertencia (a la primera edición)» de La interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, pág. 17.]
14 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud repite aquí casi textualmente lo afirmado en la «Advertencia (a la primera edición)» de La interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, pág. 17.]
15 (Ventana-emergente - Popup)
[Este concepto ya aparece en uno de los más antiguos trabajos psicológicos de Freud, su primer artículo sobre «Las neuropsicosis de defensa» (1894a), AE, 3, pág. 56.]
16 (Ventana-emergente - Popup)
[La 11ª de las Conferencias de introducción (1916-17).]
17 (Ventana-emergente - Popup)
[Estos experimentos se describen más extensamente en La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 388.]
18 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud ofreció una descripción mucho más completa de las experiencias de Silberer, con abundantes citas, en algunos pasajes agregados en 1914 a La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, págs. 350-1 y 498-501.]
19 (Ventana-emergente - Popup)
[Se hace referencia a este símbolo en las Conferencias de introducción (1916-17), AE, 15, págs. 142 y 144pero su aplicación a los sueños de mujeres se menciona sólo en un trabajo anterior, «Experiencias y ejemplos extraídos de la práctica analítica» (1913h), AE, 13, pág. 199,]
20 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase el escrito póstumo de Freud sobre este tema (1940c).]
21 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. Conferencias de introducción (1916-17), AE, 15, pág. 161, y La interpretación de los sueños(1900a), AE, 4, págs. 333 y sigs.]
22 (Ventana-emergente - Popup)
[Conferencias de introducción (1916-17), AE, 15, págs. 169-70; véase para todo esto La interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, págs. 320 y sigs., y 336 y sigs,]
23 (Ventana-emergente - Popup)
[En la 14ª de las Conferencias de introducción (1916-17).]
24 (Ventana-emergente - Popup)
[En la 31ª conferencia, AE, 22, págs. 55 y sigs.]
25 (Ventana-emergente - Popup)
[Estas dos dificultades fueron abordadas por primera vez en los capítulos II y III de Más allá del principio de placer (1920g)Se alude nuevamente a ellas en la 32ª conferencia, AE, 22, pág. 99.]
26 (Ventana-emergente - Popup)
[En mi «Nota introductoria» a «Psicoanálisis y telepatía» (Freud, 1941d), AE, 18, pág. 168, s e encontrará una lista de escritos de Freud sobre este tema. Ernest Jones, en el capítulo XIV del tercer volumen de su biografía(1957), hace una amplia reseña de la actitud de Freud hacia el ocultismo.]
27 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud se ocupa del examen de realidad en «Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños» (1917d), AE, 14, págs. 229-33. Cf. también Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), AE, 16, pág. 339.]
28 (Ventana-emergente - Popup)
[El «placer que depara lo sin sentido» ya había sido cabalmente analizado por Freud en su libro sobre el chiste (1905c), AE, 8, págs. 120-2.]
29 (Ventana-emergente - Popup)
[Goethe, Fausto, parte I, escena 4.]
30 (Ventana-emergente - Popup)
[Una acotación similar aparece en El porvenir de una ilusión (1927c), AE, 21, págs. 27-8.]
31 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud informó sobre este ejemplo con mucho más detalle en «Sueño y telepatía» (1922a), AE, 18, págs. 192 y sigs.]
32 (Ventana-emergente - Popup)
{«. . . telepathischen Taibestand»;«sumario» en el sentido del que levanta el juez de instrucción, una comprobación de hechos anterior al juicio mismo.}
33 (Ventana-emergente - Popup)
[En su trabajo anterior, publicado póstumamente, «Psicoanálisis y telepatía» (1941d), AE, 18, pág. 176, Freud se había referido a la importancia que tiene para el adivino distraer las fuerzas psíquicas del sujeto y ocuparlo en una «actividad inofensiva» como medio de liberar un proceso inconciente. Comparó allí esa actividad de distracción con la que se practica en ciertos chistes; véase para esto su libro sobre el chiste (1905c), AE, 8, págs. 144-6. Mucho antes, en su contribución aEstudios sobre la histeria (1895d), AE, 2, págs. 277-8, había dado igual explicación para ciertos procedimientos de hipnosis, en particular su antiguo método de evocar hechos olvidados por el paciente aplicándole la mano sobre la frente; sobre estos procedimientos se explayó en su examen del hipnotismo contenido enPsicología de las masas y análisis del yo (1921c), AE, 18, págs. 119-20Asimismo, en Psicopatología de la vida cotidiana (1901b), AE, 6, pág. 131, afirma que el dirigir la atención a una actividad automática interfiereen su ejecución.]
34 (Ventana-emergente - Popup)
[Se informa sobre este caso con más detalle y leves variantes en «Psicoanálisis y telepatía» (1941d), AE, 18, págs. 177-8], y mucho más sucintamente en «Algunas notas adicionales a la interpretación de los sueños en su conjunto» (1925i), AE, 19, págs. 139-40.]
35 (Ventana-emergente - Popup)
[También estecaso es relatado con algo más de detalle en «Psicoanálisis y telepatía» (1941d), AE, 18, págs. 173-6.]
36 (Ventana-emergente - P opup)
[Relatado con algunos otros pormenores en «Psicoanálisis y telepatía» (1941d), AE, 18, págs. 182-3, aunque el presente informe es más completo en ciertos aspectos.]
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37 (Ventana-emergente - Popup)
[Este es el «tercer caso» que Freud debía incluir en «Psicoanálisis y telepatía» (1941d) y cuya omisión en tal oportunidad él explica allí (AE, 18, pág. 181; cf. también mi «Nota introductoria» a dicho trabajo, AE, 22., págs. 167-8), confirmando la existencia del manuscrito original. Dada la gran similitud entre este último y la versión aquí proporcionada, no creímos necesario reproducirlo en aquella ocasión. Debe señalarse, empero, que desde que se publicó ese volumen de la Standard Edition, en 1955, el manuscrito ha vuelto a desaparecer inexplicablemente.]
38 (Ventana-emergente - Popup)
[El doctor David Forsyth (1877-1941)fue médico asesor del Charing Cross Hospital, de Londres, y miembro fundador de la London Society for Psychoanalysis, creada en 1913.]
39 (Ventana-emergente - Popup)
[Destacado adherente ybenefactor húngaro del psicoanálisis.]
40 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. Jones, 1912c.]
41 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud escribió sendas notas necrológicas al fallecer Von Freund y Abraham (Freud, 1920c y 1926b).]
42 (Ventana-emergente - Popup)
[Estas ideas son ampliadas considerablemente en «Psicoanálisis y telepatía» (1941d), AE, 18, págs. 169-73.]
43 (Ventana-emergente -Popup)
[La mayor parte del contenido de esta conferencia se tomó de los capítulos I, II, III y V de El yo y el ello (1923b), con algunos agregados.]
44 (Ventana-emergente - Popup)
[En la terminología moderna se hablaría probablemente de «depresión».]
45 (Ventana-emergente - Popup)
{Kant, Crítica de la razón práctica, «Conclusión», primer párrafo.}
46 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta cuestión había sido considerada en Inhibición, síntoma y angustia (1926d), AE, 20, pág. 122, y con más detalle en los capítulos VII y VIII de El malestar en la cultura (1930a).]
47 (Ventana-emergente - Popup)
[En verdad, sólo hay una breve alusión a esto en la 26ª de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), AE, 16, pág. 388. La identificación se trató en el capítulo VII de Psicología de las masas y análisis del yo (1921c), AE, 18, págs. 99 y sigs., y la formación del superyó, en el capítulo III de El yo y el ello(1923b), AE, 19, págs. 30 y sigs.]
48 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud examinó esto en «El problema económico del masoquismo» (1924c), AE, 19, pág. 173; digamos de paso que allí nos ocupamos, en una nota al pie, de su uso del término «imago».]
49 (Ventana-emergente - Popup)
[Este pasaje es algo oscuro, sobre todo respecto de la frase«der Tráger des Ichideals» {«el portador del ideal del yo»}. Al introducir el concepto de «ideal del yo» en su trabajo sobre el narcisismo (1914c), Freud lo distinguió de «una instancia psíquica particular cuyo cometido fuese velar por el aseguramiento de la satisfacción narcisista proveniente del ideal del yo, y que con ese propósito observase de manera continua al yo actual midiéndolo con el ideal» (AE, 14, pág. 92). Análogamente, en la 26ª de las Conferencias de introducción (1916-17), AE, 16, pág. 390, dice que el sujeto «siente en el interior de su yo el reinado de una instancia que mide su yo actual y cada una de sus actividades con un yo ideal, que él mismo se ha creado en el curso de su desarrollo». En algunos escritos de Freud posteriores a esas conferencias no es tan nítido este distingo entre el ideal y la instancia que lo pone en práctica. Tal vez aquí quiso restablecerlo identificando dicha instancia con el superyó. Consideraciones similares plantea el uso de «Idealfunktion» {«función de ideal»} tres párrafos más adelanteEste punto es tratado en mi «Introducción» aEl yo y el ello (1923b), AE, 19, pág. 10.]
50 (Ventana-emergente - Popup)
[Las opiniones de esta escuela se discuten en la 34ª conferencia, AE, 22, págs. 130 y sigs.]
51 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase una nota al pie agregada por Freud a su artículo sobre la diferencia anatómica entre los sexos (1925j), AE, 19, pág. 272.]
52 (Ventana-emergente - Popup)
[Emil Ludwig en su libro sobre Guillermo II, publicado en 1926.]
53 (Ventana-emergente - Popup)
[Psicología de las masas (1921c), AE, 18, págs. 109-10.]
54 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. la 4ª de las Conferencias de introducción (1916-17), AE, 15, pág. 57.]
55 (Ventana-emergente - Popup)
[Un médico alemán cuyas ideas anticonvencionales suscitaron gran interés en Freud.]
56 (Ventana-emergente - Popup)
[En mi «Introducción» a Elyo y el ello (1923b), AE, 19, págs. 4-11, reseño la evolución de las ideas de Freud al respecto. Cabe destacar que, con posterioridad a esa obra, sólo utilizó la abreviatura «Icc» aquí y en una única ocasión más, en Moisés y la religión monoteísta (1939a), AE, 23, pág. 92.]
57 (Ventana-emergente - Popup)
[Señalemos que aproximadamente un año antes de escribir esto, Freud había estado colaborando con W. C. Bullitt, a la sazón embajador norteamericano en Berlín, en el borrador de un estudio psicológico sobre el presidente Wilson, acerca de cuyo discernimiento político Freud tenía opiniones sumamente críticas, Bullitt publicó (en inglés) un estudio sobre Wilson en 1966, reconociendo a Freud como coautor. Pero aunque la influencia de las ideas de este es bien clara en dicha obra, no parece haber en ella nada efectivamente escrito por Freud, salvo la «Introducción» (Freud, 1966b), cuyo manuscrito alemán se ha conservado y cuya traducción al inglés, tal como aparece en el libro, fue hecha presumiblemente por el propio Bullitt.]
58 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud considera aquí a las pulsiones como algo físico que tendría su representación psíquica en los procesos mentales. Se hallará un amplio examen de esta cuestión en mi «Nota introductoria» a «Pulsiones y destinos de pulsión» (1915c), AE, 14, págs. 107 y sigs.]
59 (Ventana-emergente - Popup)
[Alude, por supuesto, a Kant. Cf. Más allá del principio de placer (1920g), AE, 18, pág. 28.]
60 (Ventana-emergente - Popup)
[En la sección V de «Lo inconciente» (1915e), AE, 14, pág. 184, n. 4, se da una nómina completa de las muy frecuentes referencias de Freud a este punto, que se remontan a sus primeros escritos.]
61 (Ventana-emergente - Popup)
[En muchos pasajes de sus obras menciona Freud esta diferencia. Véase, en especial, «Lo inconciente» (1915e), AE, 14, pág. 185, y Más allá del principio de placer (1920g), AE, 18, págs. 26-7. En esos dos lugares atribuye la distinción a Breuer, teniendo presente, al parecer, una nota al pie de la contribución teórica de este último a Estudios sobre la histeria (1895d), AE, 2, págs. 205-6. En «Lo inconciente» (loc. cit.)afirma que «este distingo sigue siendo hasta hoy nuestra intelección más profunda en la esencia de la energía nerviosa». Cf. también AE, 22, pág. 83n.]
62 (Ventana-emergente - Popup)
72
[Esta descripción del ello se asa, en lo fundamental, en la sección V de «Lo inconcente» (1915e).] 74 (Ventana-emergente - Popup)
63 (Ventana-emergente - Popup)
[Cierta indicación sobre lo que Freud quiso decir aquí se halla en su «Nota sobre la "pizarra mágica"» (1925a), AE, 19, pág. 247.]
64 (Ventana-emergente - Popup)
[En verdad, Freud no se vuelve a ocupar del tema, aparentemente, en las presentes conferencias. - Esta característica del yo había sido estudiada en detalle enInhibición, síntoma y angustia (1926d), AE, 20, págs. 93-6. La tendencia del yo a la síntesis es especialmente destacada en los escritos de la última época de Freud (entre otros, en ¿Pueden los legos ejercer el análisis? (1926e), AE, 20, pág. 184), pero el concepto estaba implícito en el modelo del yo que trazó en los primeros tiempos. Así, por ejemplo, desde el período de Breuer designó casi siempre corno «representaciones inconciliables» a aquellas que no pueden ser sintetizadas por el yo. Esta expresión ya figura en el primer trabajo sobre las neuropsicosis de defensa (1894a), AE, 3, pág. 53, n, 18.]
65 (Ventana-emergente - Popup)
[Si se compara este diagrama con el que aparece en El yo y el ello (1923b), AE, 19, p ág. 26, se apreciará como principal diferencia que en ese gráfico anterior no figuraba el superyó. Esta ausencia es justificada en un pasaje posterior de la misma obra (AE, 19 pág. 38). En la primera edición de estas conferencias, así como en El yo y el ello, el diagrama se presentaba, como aquí, en forma vertical. Por alguna razón (tal vez para ahorrar espacio), tanto en las Gesammelle Werke como enlos Gesammelte Schriften apareció apaisado, sin ninguna otra modificación.]
66 (Ventana-emergente - Popup)
[Algo semejante se sostiene en el último capítulo de EI yo y el ello(1923b), AE, 19, págs. 56-7.]
67 (Ventana-emergente - Popup)
[Esto se describe con más claridad en la 25º de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), AE, 16, págs. 360-1.]
68 (Ventana-emergente - Popup)
[Tesis formulada por primera vez, en términos muy similares, en El yo y el ello (1923b), AE, 19, pág. 57, y analizada en varios pasajes de Inhibición, síntoma y angustia (1926d), AE, 20, págs. 132, 151, etc. De esta última obra procede la mayor parte de lo que a continuación se dice sobre la angustia.]
69 (Ventana-emergente - Popup)
[En mi «Introducción» aInhibición, síntoma y angustia, menciono unas cuantas referencias anteriores de Freud a este concepto; entre otros lugares, aparece en la 25ª de las Conferencias de introducción (1916-17), AE, 16, págs. 359 y 369.]
70 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. el capítulo IV de Inhibición, síntoma y angustia (1926d), AE, 20, págs. 103-4, donde se examinan los casos del pequeño Hans y del «Hombre de los Lobos»]
71 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. Inhibición, síntoma y angustia (1926d), AE, 20, pág, 135.]
72 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. Inhibición, síntoma y angustia (1926d), AE, 20, pág, 131.]
73 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud la había dado a publicidad en una nota agregada a la segunda edición (1909) de La interpretación de los sueños (1900a), AE 5, pág. 403, pero hay motivos para pensar que ya era conocida desde bastante tiempo atrás por sus partidarios en Viena. Véase al respecto mi nota al pie en la 25ªde las Conferencias de introducción (1916-17), AE, 16, págs. 361-2, n. 9. Sus críticas a la teoría del trauma del nacimiento, de Rank, aparecen principalmente en Inhibición, síntoma y angustia (1926d), AE, 20, págs. 128-9 y 141-3.]
[Ya en la conferencia previa se había mencionado este aplazamiento del trabajo de pensamiento como una de las funciones principales del yo. La concepción del pensamiento como una especie de acción experimental en pequeña escala -un elemento esencial del «examen de realidad»- se cuenta entre las más antiguas y fundamentales teorías de Freud, y está íntimamente vinculada a su distinción entre los procesos psíquicos primario y secundarioAparece por primera vez en el «Proyecto de psicología» de 1895 (1950a), AE, 1, págs. 373 y sigs., y 424 y sigs. En esa oportunidad el examen es ostensiblementeneurológico, pero se lo retorna en términos de psicología pura en el capítulo VII de La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, págs. 588-9. Vuelve a hallárselo en el libro sobre el chiste (1905c), AE, 8, pág. 183, en «Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico» (1911b), AE, 12, pág. 226, en «Lo inconciente» (1915e), AE, 14, págs. 185-6, en El yo y el ello (1923b), AE, 19, págs. 55-6, y en «La negación» (1925h), AE, 19, pág. 256. Finalmente, aparece en el capítulo VIII del Esquema del psicoanálisis (1940a), la última obra importante de Freud.]
75 (Ventana-emergente - Popup)
[La idea de una alteración del yo como resultado de una contrainvestidura ya se encuentra en algunos de los primeros escritos de Freud; por ejemplo, en su segundo trabajo sobre las neuropsicosis de defensa (1896b), AE, 3, pág. 184. Más recientemente, la había tratado en Inhibición, síntoma yangustia (1926d), AE, 20, págs. 147-148, y volvería a examinarla en «Análisis terminable e interminable» (1937c), AE, 23, págs. 223 y 237-42.]
76 (Ventana-emergente - Popup)
[El concepto de «procesamiento» como método normal de tramitar los sucesos psíquicos desagradables es de antigua data en Freud. Así, en su conferencia «Sobre el mecanismo psíquico de fenómenos histéricos» (1893h), AE, 3, pág. 38, decía: «El mecanismo psíquico sano tiene por cierto otros medios para tramitar el afecto de un trauma psíquico [ ... ]: el procesamiento asociativo ... ».]
77 (Ventana-emergente - Popup)
[La primera parte de este párrafo se basa en consideraciones efectuadas en El yo y el ello (1923b), AE, 19, págs. 30 y sigs.; la segunda, en las efectuadas enInhibición, síntoma y angustia (1926d), AE, 20, págs. 147-8. Doy otras referencias a pasajes en que Freud se ocupó del carácter en una nota al piede «Carácter y erotismo anal» (1908b), AE, 9, pág. 158, n. 12.]
78 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «La represión» (1915d), AE, 14, págs. 146 y sigs., y la 25ª de las Conferencias de introducción (1916-17), AE, 16, págs. 367-8.]
79 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «El sepultamiento del complejo de Edipo» (1924d), AE, 19, pág. 185.]
80 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta expresión, en la que resuena la influencia de Charcot, se remonta a los primeros trabajos de Freud sobre la histeria; véase, por ejemplo, «Las neuropsicosis de defensa» (1894a), AE, 3, pág. 51.]
81 (Ventana-emergente - Popup)
[En Inhibición, síntoma y angustia (1926d), AE, 20, pág. 133, Freud todavía sostenía, siquiera como posibilidad, que en la neurosis de angustia lo que encuentra descarga en el desarrollo de angustia es, precisamente, el excedente de libido no aplicada. Con la presente formulación se abandonan los últimos vestigios de la antigua teoría.]
82 (Ventana-emergente - Popup)
[Este párrafo reproduce en gran medida lo dicho en «Pulsiones y destinos de pulsión» (1915c), AE, 14, págs. 114-20.]
83 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud se había ocupado con algún detenimiento de esta expresión en la 21ª de las Conferencias de introducción (1916-17), AE, 16, págs. 295-6; el contenido de esa conferencia coincide en gran medida con la primera parte de este
73
párrafo.]
84 (Ventana-emergente - Popup)
[Hay un prolongado exam en del placer previo en Tres ensayos de teoría sexual (1905d), AE, 7, págs. 192-3; se hallarán otras referencias en una nota al pie agregada por mí en el libro sobre el chiste (1905c), AE, 8, pág. 131, obra en la cual se toca el tema en varías oportunidades.]
85 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «La organización genital infantil» (1923e).]
86 (Ventana-emergente - Popup)
[O sea, los momentos del desarrollo libidinal en que una fijación establece una predisposición a una neurosis determinada; cf. «La predisposición a la neurosis obsesiva» (1913i). La frase «lugar de predisposición» aparece en el análisis de Schreber (1911c), AE, 12, pág. 57.]
87 (Ventana-emergente - Popup)
[En la 22ª de las Conferencias de introducción (1916-17).]
88 (Ventana-emergente - Popup)
[Probablemente esta sea una nueva referencia al importante trabajo de Abraham publicado en 1924.]
89 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase el ensayo anterior de Freud «Sobre las teorías sexuales infantiles» (1908c), AE, 9, págs. 195-6.]
90 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud hizo una síntesis del artículo de Lou Andreas-Salomé en una nota agregada en 1920 al segundo de los Tres ensayos de teoría sexual (1905d), AE, 7, pág. 170.]
91 (Ventana-emergente - Popup)
[Este ejemplo fue incorporado en 1919 a La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, pág. 360.]
92 (Ventana-emergente - Popup)
[Los dos últimos párrafos derivan en su mayoría de «Sobre las trasposiciones de la pulsión, en particular del erotismo anal» (1917c), aunque aquí se añaden algunos elementos. Freud ya había aludido a este tema en la 20ª de las Conferencias de introducción (1916-17), AE, 16, págs. 287-8.]
93 (Ventana-emergente - Popup)
[En realidad, estos vínculos fueron señalados en un trabajo muy anterior, «Carácter y erotismo anal» (1908b).]
94 (Ventana-emergente - Popup)
[A este tema dedicó Freud su trabajo «Sobre la conquista del fuego» (1932a), AE, 22, págs. 169 y sigs.; en mi «Nota introductoria» respectiva se hallará una lista de otras remisiones.]
95 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase, empero, lo afirmado AE, 22, pág. 72: «Las investiduras de objeto parten de las exigencias pulsionales del ello»; cf. también AE, 22 , pág. 97, la referencia a la combinación de yo y ello en lo tocante a la pulsión de destrucción. Este asunto se examina con detalle en mi «Apéndice B» a El yo y el ello(1923b), AE, 19, págs. 63 y sigs.]
96 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. sobre esto la 20ª y la 21ª de las Conferencias de introducción (1916-17), AE, 16, esp. págs, 293-5.]
97 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. el capítulo IV de El yo y el ello (1923b).]
98 (Ventana-emergente - Popup)
[Este análisis de la compulsión de repetición y de la pulsión de muerte proviene casi enteramente de Más allá del principio de placer (1920g). Un examen más completo del masoquismo se hallará en «El problema económico del masoquismo» (1924c).]
99 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase la larga nota al pie incluida en el capítulo V de El yo y el ello(1923h), AE, 19, pág. 51.]
100 (Ventana-emergente - Popup)
[Los principales lugares en que Freud se ocupa del sentimiento de culpa son el capítulo V de El yo y el ello(1923b), «El problema económico del masoquismo» (1924c) y los capítulos VII y VIII de El malestar en la cultura (1930a).]
101 (Ventana-emergente - Popup)
[Las pulsiones de agresión y destrucción habían sido tratadas con amplitud poco tiempo atrás en El malestar en la cultura (1930a), especialmente en los capítulos V y VI; en mi «Introducción» a dicha obra (AE, 21, págs. 61-3) hago una reseña de la evolución de las ideas de Freud al respecto.]
102 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta conferencia se basa esencialmente en dos trabajos previos de Freud: «Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos» (1925j) y «Sobre la sexualidad femenina» (1931b), aunque la última parte, que versa sobre la vida adulta de la mujer, incluye material nuevo. Freud volvió a ocuparse del tema en el capitulo VII de su Esquema del psicoanálisis (1940a).]
103 (Ventana-emergente - Popup)
Heine, Nordsee [segundo ciclo, VII, «Fragen»].
104 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud se ocupó de la bisexualidad en la primera edición de sus Tres ensayos de teoría sexual (1905d), AE, 7, págs. 128-31; una nota al pie de ese pasaje incluye agregados hechos en ediciones posteriores del libro. ]
105 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta expresión de Silberer es empleada en la 20ª de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), AE, 16pág. 278.]
106 (Ventana-emergente - Popup)
[La dificultad de encontrar un significado psicológico para lo «masculino» y lo «femenino» fue examinada por Freud en una larga nota que agregó en 1915 a los Tres ensayos (1905d), AE, 7, págs. 200-1, y nuevamente al comienzo de otra nota, más larga aún, de El malestar en la cultura (1930a), AE, 21, pág. 103.]
107 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. la 21ª de las Conferencias de introducción (1916-17), AE, 16, págs, 299-300.]
108 (Ventana-emergente - Popup)
[En sus antiguas consideraciones sobre la etiología de la histeria, Freud había mencionado a menudo la seducción por parte de personas adultas como una de sus causas más comunes; véase, por ejemplo, el segundo trabajo sobre las neuropsicosis de defensa(1896b), AE, 3, pág. 165, y «La etiología de la histeria» (1896c),AE, 3, págs, 206-7. Sin embargo, en ninguna de esas tempranas publicaciones inculpó específicamente al padre de la niña. Más aún, en unas notas escritas en 1924 destinadas a la reedición de los Estudios sobre la histeria (1895d) en los Gesammelte Schriften, admitió haber suprimido en dos pasajes la adjudicación de la responsabilidad al padre (cf. AE, 2, págs. 149, n 5 y 183, n, 14). Lo puso bien en claro ya en la carta a Fliess del 21 de setiembre de 1897(Freud, 1950a, Carta 69),AE, 1, pág. 301, donde expresó por vez primera su descrédito de las historias que le narraban sus pacientes. Admitió públicamente su error varios años más tarde, en los Tres ensayos (1905d), AE, 7, pág. 173; a esto habría de seguirle una reseña mucho más completa de su postura en «Mis tesis sobre el papel de la sexualidad en la etiología de las neurosis» (1906a), AE, 7, págs. 265-7. Posteriormente hizo referencia en dos oportunidades a los efectos que sobre él tuvo el descubrimiento de este error: en «Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico» (1914d), AE, 14, pág. 17, y en laPresentación autobiográfica (1925d), AE, 20, págs. 32-3. El ulterior hallazgo descrito en el presente párrafo ya había sido mencionado en «Sobre la sexualidad femenina» (1931b), AE, 21, pág: 239.]
109 (Ventana-emergente - Popup)
74
[Cf. la 22ª y la 23ª de las Conferencias de introducción (1916-17), AE, 16, págs. 316, 329-30 y 332.]
110 (Ventana-emergente - Popup)
[El examen más completo de este terna por parte de Freud se encuentra en sus «Contribuciones para un debate sobre el onanismo» (1912f), AE, 12, págs. 247 y sigs., donde damos otras remisiones.]
111 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. «Introducción del narcisismo» (1914c), AE, 14, pág. 85.]
112 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud ya lo había señalado en «El tabú de la virginidad» (1918a), AE, 11, pág. 201.]
113 (Ventana-emergente - Popup)
[Esto fue sostenido por primera vez en la 13ª de las Conferencias de introducción (1916-17), AE, 15, pág. 188, y repetido en una nota al pie de Psicología de las masas y análisis del yo (1921c), AE, 18, pág. 96, y en El malestar en la cultura (1930a), AE, 21, pág. 110. Que puede haber excepciones lo demuestra el ejemplo citado AE, 22, págs. 61-2.]
114 (Ventana-emergente - Popup)
[Véanse las consideraciones que se hacen al respecto en Psicología de las masas (1921c), AE, 18, pág. 133.]
115 (Ventana-emergente - Popup)
[Su «Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico» (1914d), AE, 14, págs. 20-2 y 37-9.]
116 (Ventana-emergente - Popup)
[Alude a Georg Brandes, el célebre estudioso danés (1842-1927), por quien Freud siempre sintió gran admiración. En marzo de 1900 asistió en Viena a una conferencia de Brandes que provocó su entusiasmo y, a sugerencia de su esposa, le envió un ejemplar de La interpretación de los sueños al hotel donde se alojaba; véase la Carta 131 de la correspondencia con Fliess (Freud, 1950a). Ernest Jones, en el tercer volumen de su biografía (1957, pág. 120), menciona un encuentro entre ambos que tuvo lugar en 1925. Freud relató también este encuentro en una carta enviada el 19 de abril de 1927 a una de sus sobrinas (Freud, 1960a, Carta 229).]
117 (Ventana-emergente - Popup)
[La principal evaluación crítica de las opiniones de Adler realizada por Freud está contenida en su «Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico» (1914d), AE, 14, págs. 49-56. En mi «Nota introductoria» a ese trabajo (ibid., págs. 4-5) remito a otros pasajes en que Freud se ocupa de esas opiniones. Tal vez sorprenda que en la presente conferencia no se aluda a la defección de Jung (salvo en la breve y poco explícita referencia que aparece infra, pág. 132) y que, a juicio de Freud, los puntos de vista de Adler tengan primacía en la estima del público lector. Esto concuerda con algunas afirmaciones de la «Contribución» mencionada, donde dice que «de los dos movimientos considerados, el de Adler es sin duda el más importante» ibid., pág. 58).]
118 (Ventana-emergente - Popup)
[Freiberg, luego denominada Príbor. Cf. Freud (1931e), AE, 21, págs. 257-8.]
119 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. la 24ª de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), AE, 16, pág. 350.]
120 (Ventana-emergente - Popup)
[Schiller, Die Piccolomini, acto II, escena 7.]
121 (Ventana-emergente - Popup)
[Más corriente es la forma (tomada de Terencio, Formión, II, 4): «Quot homines tot sententiae» {«Hay tantas opiniones como hombres»}.]
122 (Ventana-emergente - Popup)
[Alude a Jung]
123 (Ventana-emergente - Popup)
[Aquí hace referencia a Rank.]
124 (Ventana-emergente - Popup)
[Posiblemente se refiera a Stekel.]
125 (Ventana-emergente - Popup)
[Esa experiencia fue la realizada por Breuer en el primer caso de histeria que trató, el de Anna O. Cf. la 18ª de las Conferencias de introducción (1916-17), AE, 16, págs, 255-6.]
126 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. la 10ª de las Conferencias de introducción (1916-17), AE, 15, pág. 153.]
127 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta es quizá la exposición más larga de Freud sobre los vínculos entre el análisis y la educación, pero dista de ser la única. Aparte de un gran número de referencias ocasionales, la cuestión fue examinada con algún detenimiento en su historial clínico del pequeño Hans (1909b), AE, 10, págs. 113-7, y volvió a tratarla en sus prólogos a los libros de Pfister (Freud, 1913b), AE, 12, págs. 351-3, y de Aichhorn (Freud, 1925f), AE, 19, págs. 296-8. Los problemas relacionados con la educación sexual fueron abordados por él en «El esclarecimiento sexual del niño» (1907c) y nuevamente, treinta años más tarde, en «Análisis terminable e interminable» (1937c), AE, 23, págs. 235-6. Mencionemos, por último, que el tema de la enseñanza religiosa se toca en varios lugares de los capítulos IX y X de El porvenir de una ilusión (1927c).]
128 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. en especial la 22ª y la 23ª de las Conferencias de introducción (1916-17); en la segundade las nombradas se alude al problema de la educación (AE, 16, págs. 332-3).]
129 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase a este respecto el prólogo al libro de Aichhorn (Freud, 1925f).]
130 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. la 27ª y la 28ªº de las Conferencias de introducción (1916-17).]
131 (Ventana-emergente - Popup)
[Véanse las conferencias mencionadas en la nota anterior y los trabajos sobre técnica psicoanalítica contenidos en el volumen 12 de la Standard Edition.]
132 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud escribió un prólogo para ese informe (1930b).]
133 (Ventana-emergente - Popup)
[Es muy posible que al escribir esto Freud estuviera pensando en su amigo Ferenczi; estas ideas resuenan en la nota necrológico (1933c) que preparó al producirse la muerte de esteúltimo, unos meses después.]
134 (Ventana-emergente - Popup)
[No se ha podido encontrar la fuente de esta anécdota, ya citada por Freud en sus «Contribuciones para un debate sobre el onanismo» (1912f), AE, 12, pág. 262.]
135 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud destinó uno de sus últimos escritos, «Análisis terminable e interminable» (1937c), a examinar extensamente las limitaciones de la terapia psicoanalítica.]
136 (Ventana-emergente - Popup)
[El tema de que se ocupa esta conferencia ya había sido esbozado en un pasaje de Inhibición, síntoma y angustia (1926d), AE, 20, pág. 91.]
137 (Ventana-emergente - Popup)
[«Die Heirnkehr», LVIII. Eran unos versos favoritos de Freud. Aludió a ellos en La interpretación de los sueños
75
(1900a), AE, 5, pág. 487, en conexión con la elaboración secundaria en los sueños, y volvió a hacerlo en una carta a Jung del 25 de febrero de 1908 (Jones, 1955, pág. 488). Muchos años antes, los había citado completos en una misiva dirigida a su futura esposa, fechada aparentemente en 1883 (Jones, 1953, pág. 214).]
138 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud se refirió con mucho más amplitud a las deidades femeninas en el ensayo III de Moisés y lareligión monoteísta (1939a), AE, 23, pág. 80.]
139 (Ventana-emergente - Popup)
[En la primera edición de esta obra se leía aquí: «En una famosa sentencia, el filósofo Kant nombró la existencia del cielo estrellado y de la ley moral en nuestro pecho como los más poderosos testimonios de la grandeza de Dios». Esta oración fue modificada, dándole su forma actual, para la reedición en los Gesammelte Schriften (1934); sin duda, la oración original pasaba por alto la cita anterior del mismo pasaje.]
140 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase sobre esto el ensayo III de Tótem y tabú (1912-13), AE, 13, esp. págs. 89 y sigs.]
141 (Ventana-emergente - Popup)
[La posibilidad de que la sociedad sufriera neurosis análogas a las de los individuos fue mencionada por Freud en El porvenir de una ilusión (1927c), AE, 21, págs. 42-3, y en El malestar en la cultura (1930a), AE, 21 , pág. 139. La discutió con mucho más detenimiento en el ensayo III de Moisés y la religión monoteísta(1939a), AE, 23, págs. 69 y sigs. La similitud entre las prácticas religiosas y las acciones obsesivas había sido señalada por él mucho antes (cf. Freud, 1907b).]
142 (Ventana-emergente - Popup)
[Este tema fue considerado en El porvenir de una ilusión (1927c), AE, 21, pág. 47.]
143 (Ventana-emergente - Popup)
Der alte Herr»; así se conocía popularmente al emperador Francisco José.]
144 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud tenía 76 años cuando escribió esto.]
145 (Ventana-emergente - Popup)
[En El porvenir de una ilusión (1927c), Freud hizo su apreciación más detenida de la religión.]
146 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud empleaba el término «horda» para designar grupos humanos comparativamente pequeños. Cf. Tótem y tabú (1912-13), AE, 13, pág. 128.]
147 (Ventana-emergente - Popup)
Fui informado de esto por fuentes fidedignas durante el primer año de la guerra.
148 (Ventana-emergente - Popup)
[Hay una frasesimilar sobre esta cuestión terminológica en¿Por qué la guerra? (1933b), infra, pág. 197; y en El porvenir de una ilusión (1927c), AE, 21, pág. 6, Freud afirma categóricamente: «Omito diferenciar entre cultura y civilización».]
149 (Ventana-emergente - Popup)
[La noción de «proceso cultural» ocupaba en gran parte, a la sazón, el pensamiento de Freud. La había examinado en varios puntos de El malestar en la cultura ( 1930a) (cf., por ejemplo, AE, 21, págs. 94-6, 118 y 135-7), y volvió a referirse a ella en ¿Por qué la guerra? (1933b), AE22, págs. 197-8. Pero estaba estrechamente ligada a otra idea de él mucho más antigua, a saber, la hipótesis de la represión como proceso orgánico. Estableció expresamente el vínculo entre ambas en dos extensas notas al piede El malestar en la cultura, ibid., págs. 97-8 y 103-4. En mi «Introducción» a esta última obra trazo la historia de esta hipótesis, que se remonta al año 1897.]
150 (Ventana-emergente - Popup)
Sobre la conquista del fuego. (1932 [1931])
«Zur Gewinnung d es Feuers»
Ediciones en alemán
1932 Imago, 18, nº 1, págs. 8-13.
1932 Almanach 1933, págs. 28-35.
1934 GS, 12, págs. 141-7.
1950 GW, 16, págs. 3-9.
1974 SA, 9, págs. 445-54.
Traducciones en castellano
1944 «De cómo se obtuvo el fuego». EA, 19, págs. 115-24. Traducción de Ludovico Rosenthal.
1955 «Sobre la conquista del fuego». SR, 19, págs. 91-8. El mismo traductor.
1968 Igual título. BN (3 vols.), 3, págs. 67-71.
1974 Igual título. BN (9 vols.), 8, págs. 3090-3.
El presente trabajo parece haber sido escrito en diciembre de 1931 (Jones, 1957, pág. 177).
El vínculo entre el fuego y la micción, punto central de este examen del mito de Prometeo, le era familiar a Freud desde mucho tiempo atrás. Ese vínculo suministra la clave del análisis del primer sueño en el caso «Dora» (1905e), AE, 7, págs. 57 y sigs., y vuelve a surgir en el análisis, muy p osterior, del «Hombre de los Lobos» (1918b), AE, 17, pág. 84. En ambos casos está envuelto el tema de la enuresis, y esto se liga con otro de los hilos conductores principales del presente artículo: la estrecha asociación fisiológico y psicológica entre las dos funciones del pene (AE, 22, pág. 178). También esto tiene una larga historia en los escritos previos de Freud; en el análisis de «Dora» se lo destacaba explícitamente (AE, 7, pág. 29), y antes aún, en una carta a Fliess del 27 de setiembre de 1898, Freud había declarado: «Un niño que regularmente, hasta su séptimo año, se moja en la cama [ ... ] tiene que haber vivenciado excitaciones
76
sexuales en la infancia» (Freud, 1950a, Carta 97), AE, 1, pág. 318 (vernota). En todos los períodos, Freud insistió repetidamente en la equivalencia entre enuresis y onanismo; lo hizo, por ejemplo, en el caso «Dora» (1905d), AE, 7, págs. 69-70; en los Tres ensayos de teoría sexual ( 1905d), AE, 7, pág. 172; en las «Apreciaciones generales sobre el ataque histórico» (1909a), AE, 9, pág. 210, y, mucho más tarde, en «El sepultamiento del complejo de Edipo» (1924d), AE, 19, pág. 183, así como en «Algunas consecuencias
psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos» ( 1925f), AE, 19, pág. 269.
[Cf. «Acciones obsesivas yprácticas religiosas» (1907b), AE, 9, pág. 109, y ¿Pueden los legos ejercer el análisis? (1926e), AE, 20, pág, 200.]
157 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase, sobre todo esto, El malestar en la cultura (1930a), particularmente el capítulo VII]
158 (Ventana-emergente - Popup)
[Su madre, Ocrisia, era esclava en la casa del rey Tarquino. Un día -cuenta Frazer- «estaba como de costumbre
Hay otro nexo del erotismo uretral, en el terreno de la formación del carácter, que no se menciona en el presente artículo, aunque aparece en una nota al pie de El malestar en la cultura (1930a), AE, 21, pág. 89 -de la cual este artículo es una ampliación-. La relación entre erotismo uretral y ambición fue señalada expresamente por primera vez en «Carácter y erotismo anal» (1908b), AE, 9, pág. 158; pero su vínculo, muy similar, con los sentimientos de grandeza y con la megalomanía había sido examinado ya en dos lugares de La interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, pág. 231, y 5, págs. 466-7; en este último sitio se hace referencia incidental a la extinción del fuego. Al vínculo con la ambición se aludió más tarde de pasada una o dos veces, considerándolo en forma bastante extensa luego de publicado el presente trabajo,
en la 32ª de las Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (1933a).
James Strachey
151 (Ventana-emergente - Popup)
[AE, 21, pág. 89.]
152 (Ventana-emergente - Popup)
Por cierto, sobre cenizas calientes de las que todavía se puede obtener fuego, no sobre cenizas apagadas. La objeción de Lorenz en «Chaos und Ritus» (1931) parte de la premisa de que la domesticación del fuego sólo empezó con el descubrimiento de que era posible provocarlo a voluntad mediante alguna manipulación. En contra de esto, el doctor J. Hárnik me remite a lo manifestado por el doctor Richard Lasch (en lacompilación de Georg Buschan, Mustrierte Völkerkunde, 1922, 1, pág. 24): «Cabe presumir que el arte de conservar el fuego precedió al de producirlo; una prueba correspondiente de esto la ofrece el hecho de que los primitivos habitantes de las islas Andaman, de conformación semejante a los pigmeos, poseen y conservan hoy el fuego, pero no conocen ningún método autóctono para producirlo».
153 (Ventana-emergente - Popup)
[El artículo de Erlenmeyer (1932) precedía inmediatamente al de Freud en el número de Imago donde este fue publicado por primera vez, y su versión al inglés también apareció inmediatamente antes que la del presente trabajo en International Journal of Psycboanalysis, 13. ]
154 (Ventana-emergente - Popup)
Después, Hércules es un semidios, y Teseo, enteramente humano
155 (Ventana-emergente - Popup)
{En un párrafo de la Teogonía, de Hesíodo, se lee que habiendo convenido el sacrificio que harían los hombres a los dioses, debatíase cuál parte del animal sacrificado sería para unos y otros. Llamado aoficiar de árbitro, Prometeo mató un buey y separó de un lado la carne y las vísceras, y del otro los huesos; escondió lo primero en el estómago de la bestia, y a los segundos recubriolos de una grasa suculenta, dándole a escoger a Zeus, «quien, en su sabiduría eterna, no se engañó y reconoció el fraude. (...) Y desde entonces, recordando siempre ese fraude, rehusó la fuerza del fuego inextinguible a los miserables mortales que habitan la tierra».}
156 (Ventana-emergente - Popup)
ofreciendo manjares y libaciones en el ara real, cuando surgió del fuego una llama con forma de miembro viril ( ... ) Ocrisia concibió con el dios o espíritu del fuego y en su momento dio a luz a Servio Tulio» (Frazer, 1911a, 2, pág. 195).]
159 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. La interpretación de los sueños (1900a), AE, 5, págs. 397 y 574.]
160 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase mi larga nota al pie en el tercer ensayo de Moisés y la religión monoteísta (1939a), AE, 23, págs, 125-6.]
161 (Ventana-emergente - Popup)
[«Zur Teleologie», tomado de Nachlese (Obras póstumas}, «Aus der Matratzengruft », nº XVII]
162 (Ventana-emergente - P opup)
[Cf. «Sobre las teorías sexuales infantiles» (1908c), AE, 9, págs. 19-8-9.]
163 (Ventana-emergente - Popup)
¿Por qué la guerra?. (Enstein y Freud). (1933)[1932])
Warum Krieg?
Ediciones en alemán
1933 París: Internationales Institut für Geistige Zusammenarbeft (Vojlkerbund) {Instituto Internacional de Cooperación Intelectual (Liga de las Naciones)}, 62 págs. (Carta de Einstein, págs. 11-21; carta de Freud, págs. 25-62.)
1934 GS, 12, págs. 349-63. (Incluye un breve resumen de la carta de Einstein.)
1950 GW, 16, págs. 13-27. (Reimpresión de lo anterior.)
1974 SA, 9, págs. 271-86. (Incluye un breve resumen de la carta de Einstein.)
Traducciones en castellano
1943 El porqué de la guerra. EA, 18, págs. 313-32. Traduccíón de Ludovico Rosenthal.
77
1954 Igual título. SR, 18, págs. 245-58. El mismo tra ductor.
1974 Igual título. BN (9 vols.), 8, págs. 3207-15.
{Estas versiones castellanas no incluyen la carta de Einstein ni su resumen.}
Esta carta de Freud fue publicada parcialmente en Psychoanalytische Bewegung, 5 (1933), págs. 207-16.
En 1931, la Comisión Permanente para la Literatura y las Artes, de l a Liga de las Naciones, encargó al Instituto Internacional de Cooperación Intelectual que organizara un intercambio epistolar entre intelectuales representativos, «sobre temas escogidos para servir a los comunes intereses de la Liga de las Naciones y de la vida intelectual», y que diera a publicidad esas cartas en forma periódica. Una delas primeras personalidades a las cuales se d irigió el Instituto fue Einstein, y él mismo sugirió como interlocutor a Freud. En consecuencia, en junio de 1932 el secretario del Instituto le escribió a Freud invitándolo a participar y este aceptó de inmediato. La carta de Einstein llegó a sus manos a comienzos de agosto, y un mes más tarde tenía lista la respuesta. En marzo del año siguiente, el Instituto publicó esta correspondencia en París, en alemán, francés e inglés simultáneamente. No obstante, su circulación fue prohibida en Alemania.
A Freud no le entusiasmó la tarea; en una carta a Eitingon informaba que «había terminado esa correspondencia tediosa y estéril a la que se lo en llamar discusión con Einstein» (Jones, 1957, pág. 187). Freud y Einstein nunca intimaron entre sí y sólo se habían encontrado en una oportunidad, a comienzos de 1927, en la casa del hijo menor de Freud en Berlín. En una carta a Ferenczi, describiendo esa circunstancia decía Freud: «[Einstein] entiende tanto de psicología como yo de física, de modo que tuvimos
una conversación muy placentera». Intercambiaron algunas cartas muy amistosas en 1936 y 1939.
Freud ya se había referido a la guerra en la sección inicial («La desilusión provocada por la guerra») de su trabajo «De guerra y muerte. Temas de actualidad» (1915b), escrito poco después de comenzar la Primera Guerra Mundial. Pero si bien algunas de las consideraciones del presente artículo aparecen en el anterior, estas se vinculan más estrechamente con las ideas manifestadas en sus recientes trabajos sobre temas sociológicos: El porvenir de una ilusión (1927c) y El malestar en la cultura (1930a). Reviste especial interés un cierto desarrollo que hace Freud en esta carta de su concepción de la cultura como «proceso», punto que ya había sido planteado en diversos lugares de El malestar en la cultura (cf., por ejemplo, AE, 21, págs. 95-6, y 135 y sigs.) Retorna asimismo el tema de la pulsión de destrucción, al que había dedicado considerable espacio en los capítulos V y VI de ese libro y al que habría de volver en escritos posteriores. (Véase mí «Introducción» a El malestar en la cultura, 61-3.)
James Strachey
164 (Ventana-emergente - Popup)
{Esta carta ha sido traducida de la versión inglesa que aparece en la Standard Edition, tomada de la edición del Instituto Internacional de Cooperación Intelectual con autorización de los albaceas de Einstein.}
165 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud empleaba el término «horda» para designar un grupo humano pequeño. Cf. Tótem y tabú(1912-13), AE, 13, pág. 128.]
166 (Ventana-emergente - Popup)
[Georg Christoph Lichtenberg (1742-1799) era uno de los autores favoritos de Freud. La analogía a la que aquí alude ya había sido citada por él en su libro sobre el chiste (1905c), AE, 8, pág. 81, en el cual se hallarán gran número de epigramas de Lichtenberg.]
167 (Ventana-emergente - Popup)
[Véase el examen de esta dificultad en El malestar en la cultura (1930a), AE, 21, págs. 106 y sigs. ]
168 (Ventana-emergente - Popup)
[Hay algunas consideraciones al respecto en la 35ª de las Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (1933a), AE, 22, pág. 158.]
169 (Ventana-emergente - Popup)
[En El porvenir de una ilusión (1927c), AE, 21, pág. 6, Freud afirma categóricamente: «Omito diferenciar entre cultura y civilización»]
170 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. mi «Nota introductoria», a esta carta.]
171 (Ventana-emergente - Popup)
[Como se explica en una nota al pie de las Nuevas conferencias (1933a), AE, 22, pág. 165, n. 14, la noción de «proceso cultural» puede ser rastreada hasta las primeras épocas de Freud, quien siguió desarrollándola aun en trabajos posteriores a este. Con palabras algo distintas, ocupa un lugar destacado en el tercer ensayo de Moisés yla religión monoteísta (1939a), AE, 23, especialmente págs. 108-11. Las dos características principales que allí se atribuyen a dicho proceso (tal como lo ilustra la religión de Moisés, derivada de Amenofis) son las mismas que aquí se mencionan: el fortalecimiento de la actividad espiritual y la renuncia de lo pulsional.]
172 (Ventana-emergente - P opup)
Mi contacto con Josef Popper- Lynkeus (1932)
«Meine Berührung mit Josef Popper-Lynkeus»
Ediciones en alemán
1932 AlIgemeine NährpIlicht (Víena), 15.
1932 Psychoanal. Bewegung, 4, págs. 113-8.
1934 GS, 12, págs. 415-20.
1950 GW, 16, págs. 261-6.
Traducciones en castellano
78
1955 «Mi relación con Josef Popper-Lynkeus». SR, 19, págs. 209-16. Traducción de Ludovico Rosenthal.
1968 Igual título. BN (3 vols.), 3, págs. 139-44.
1974 Igual título. BN (9 vols.), 8, págs. 3096-9.
Este trabajo apareció por primera vez en Allgemeine NährpIlicht, publicación fundada con el auspicio de Josef Popper (1838-1921), en un número especial dedicado a conmemorar el décimo aniversario de su muerte. Freud había escrito un artículo de corte similar pero más breve diez años atrás, al producirse el fallecimiento de Popper (Freud, 1923f). En mi «Nota introductoria» a ese trabajo (AE, 19, pág. 279) se
hallarán algunos datos referentes a este autor.
Las primeras páginas del presente estudio suministran en verdad una sinopsis, redactada con claridad y precisión características, de lo esencial de la teoría psicológica de Freud.
James Strachey
173 (Ventana-emergente - Popup)
[Aparentemente se publicó el día 4 de noviembre de 1899. Cf. Freud (1900a), AE, 4, pág. 5.]
174 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud estuvo en París en el invierno europeo de 1885-86, y en Nancy en 1889. Su habilitación como Privatdozent {docente adscrito} en neurología, a la que alude antes, databa de 1885.]
175 (Ventana-emergente - Popup)
[Esta colección de cuentos apareció, como La interpretación de los sueños, en 1899.]
176 (Ventana-emergente - Popup)
[Fragmento de una cita mucho más extensa incluida en una nota al pie que Freud agregó en la edición de 1909 de La interpretación de los sueños(1900a), AE, 4, pág. 314, y que también reprodujo en su artículo anterior sobre Popper (19231), AE, 19, pág. 283n. Las tres versiones presentan leves diferencias.]
177 (Ventana-emergente - Popup)
[En Freud (1960a) se hallará una carta de Freud a Popper fechada el 4 de agosto de 1916. Freud escribió, asimismo, una breve valoración de Popper como «Introducción» (Freud, 1940g) al libro de Yisrael Doryon, Lynkeus' New State (1940), reimpresa luego en otra obra de este autor, The Man Moses (1945-46), junto con algunas cartas que Freud le enviara (Freud, 1945-46). La posibilidad (sugerida por Doryon) de que la teoría de Freud (1939a) en cuanto a que Moisés era egipcio hubiera sido tomada de Popper quien había expresado la misma idea en una de las «fantasías de un realista»es examinada por aquel con cierto detenimiento en una de sus cartas a Doryon; pero se inclina a rechazar dicha posibilidad.]
178 (Ventana-emergente - Popup)
Carta a Romain Rolland. (Una perturbación del recuerdo en la Acrópolis) (1936)
«Brief an Romain Rolland (Ene Erinnerungsstorung auf der Akropolis) »
Ediciones en alemán
1936 Almanach 1937, págs. 9-21.
1950 GW, 16, págs. 250-7.
1972 SA, 4, págs. 283-93.
Traducciones en castellano
1955 «Un trastorno de la memoria en la Acrópolis. Carta abierta a Romain Rolland, en ocasión de su septuagésimo aníversarío». SR, 20, págs. 241-50. Traducción de Ludovico Rosenthal.
1968 Igual título. BN (3 vols.), 3, págs. 352-9.
1975 Igual título. BN (9 vols.), 9, págs. 3328-34.
Romain Rolland nació el 29 de enero de 1866; este trabajo le fue dedicado con motivo de cumplir setenta años de edad. Freud sentía por él la más grande admiración, como lo prueba no sólo el presente artículo sino el mensaje que le hizo llegar en ocasión de su 60° aniversario (Freud, 1926a) y las seis o siete cartas publicadas que le escribiera (Freud, 1960a), así como un párrafo al comienzo de El malestar en la cultura (1930a), AE, 21, págs. 65-6. La primera carta que Freud le envió data de 1923, y al parecer se reunió con él
en una sola oportunidad, en 1924.
Ha sido imposible hallar una publicación de este trabajo en alemán anterior a la del Almanach que aquí consignamos. Debe tenerse en cuenta que todas las publicaciones vinculadas con Romain Rolland -y muchos otros autores, incluido Thomas Mann y, por supuesto, todos los autores judíos- fueron prohibidas
en este período por los nazis.
James Strachey
179 (Ventana-emergente - Popup)
[Ya había hecho breve referencia a este episodio unos diez años antes, en El porvenir de una ilusión (1927c), AE, 21, pág. 25, pero en ese momento no dio sobre él ninguna explicación.]
79
180 (Ventana-emergente - Popup)
[Sección II de «Algunos tipos de carácter dilucidados por el trabajo psicoanalítico» (1916d).]
181 (Ventana-emergente - Popup)
[Cf. El malestar en la cultura (1930a), AE, 21, pág. 122.]
182 (Ventana-emergente - Popup)
[Estos fenómenos fueron examinados con algún detalle por Freud en dos oportunidades: en Psicopatología de la vida cotidiana (1901b), AE, 6, págs. 257 y sigs., y en «Acerca del fausse reconnaissance ("déja raconté") en el curso del trabajo psicoanalítico» (1914a). Véase también la referencia al «velo» en el caso del «Hombre de los Lobos» (1918b), AE, 17, págs. 69 y 91 y sigs.]
183 (Ventana-emergente - Popup)
[Anna Freud (1936).]
184 (Ventana-emergente - Popup)
{Ultimo rey moro de Granada, en el siglo XV.}
185 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud usó esta misma frase para describir el proceso defensivo en su primer trabajo sobre las neuropsicosis de defensa (1894a), AE, 3, pág. 50, y en Inhibición, síntoma y angustia (1926d), AE, 20 pág. 115.]
186 (Ventana-emergente - Popup)
{En castellano en el original.}
187 (Ventana-emergente - Popup)
{Célebre parque en las afueras de Viena.}
188 (Ventana-emergente - Popup)
[Suele decirse que Napoleón expresó lo que se consigna a continuación al ser consagrado con la Corona de Hierro de Lombardía, en Milán.]
189 (Ventana-emergente - Popup)
[Reproducido en facsímil como frontispicio a la primera entrega (que abarcaba desde «Abasie» {«abasia»} hasta «Angst» {«angustia»}) de Richard Sterba,Handworterbuch der Psychoanalyse, Viena, 1936. No hubo, al parecer, reimpresiones posteriores de esta carta, escrita cuando la preparación del diccionario estaba aún en sus comienzos y Freud sólo había visto una muestra de él.]
190 (Ventana-emergente - Popup)
[En la obra definitiva se incluyeron tales traducciones.]
191 (Ventana-emergente - Popup)
[«Sándor Ferenczi». Ediciones en alemán.-1933:Int. Z. Psycboanal., 19, nº 3, págs. 301-4; 1934: GS, 12, págs. 397-9; 1950:GW, 16, págs. 267-9. (Traducciones en castellano (cf. la «Advertencía sobre la edición en castellano», supra, pág. xi y n. 6): 1951: «Sándor Ferenczi»,RP, 8, nº 1, págs. 94-6, trad. de L. Pfeiffer; 1955:«En memoria deSándor Ferenczi»,SR, 20, págs. 217-20, trad. de L. Rosenthal; 1968: Igual título, BN (3 vols.), 3, págs. 335-7; 1974: Igual título, BN (9 vols.), 8, págs. 3237-9.} Sándor Ferenczi nació el 16 de julio de 1873 y murió el 22 de mayo de 1933. Como el propio Freud lo menciona, ya le había rendido un tributo afios atrás (Freud, 1923i).]
192 (Ventana-emergente - Popup)
[Primera edición (en francés), en Marie Bonaparte, Edgar Poe, étude psychanalytíque, París, 1933, 1, pág. xi. Ediciones en alemán: 1934: en Edgar Poe, eine psychoanalytische Studie, Viena; 1934: GS, 12, pág. 391; 1950: GW, 16, pág. 276. {Traducciones en castellano (cf. la«Advertencia sobre la edición en castellano»): 1955: «Prólogo para un libro de Marie Bonaparte»,SR, 20, pág. 181, trad. de L. Rosenthal; 1968: Igual título, BN (3 vols.), 3, pág. 314; 1974: Igual título, BN (9 vols.), 8, pág. 3223}]
193 (Ventana-emergente - Popup)
[«Die Feinheit einer FehlhandIung».Ediciones en alemán: 1935:Almanach 1936, págs. 15-7; 1950: GW, 16, págs. 37-9. ( Traducciones en castellano (cf. la «Advertencia sobre la edición en castellano»): 1955: «La sutileza de un acto fallido»,SR, 21, págs. 311-4, trad. de L. Rosenthal; 1968: Igual título, BN (3 vols.), 3, págs. 538-40; 1975: Igual título, BN (9 vols.), 9, págs. 3325-6.} Este fue uno de los últimos aportes de Freud a su tema predilecto de la psicopatología de la vida cotidiana (1901b), pero no el último: volvió a ocuparse de él en «Algunas lecciones elementales sobre psicoanálisis» (1940b).]
194 (Ventana-emergente - Popup)
[Ernest Jones (1957, pág. 269) sostiene equivocadamente que la amiga era Lou Andreas-Salomé. En realidad se trataba de la señora Dorothy Burlingham, quien en la actualidad (1962) posee todavía el anillo y la tarjeta de cartón a la cual veníaadherida la piedra.]
195 (Ventana-emergente - Popup)
{«No repetir el mismo procedimiento».}
196 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud había insistido en el riesgo de la interpretación incompleta de los sueños en La interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, pág. 287, y 5, pág. 517. En cuanto a las dificultades especiales que en tal sentido presenta el autoanálisis, véase una nota al pie en «Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico» (1914d), AE, 14, págs. 19-20.]
197 (Ventana-emergente - Popup)
[«Thomas Mann zum 60. Geburtstag». Ediciones en alemán: Probablemente la primera sea la del Almanach 1936, 1935, pág. 18; 1950:GW, 16, pág. 249.{Traducciones en castellano (cf. la «Advertencia sobre la edición en castellano»): 1955: «A Thomas Mann, en su 60° aniversario», SR, 20, pág. 221, trad. de L. Rosenthal; 1968: Igual
título,BN (3 vols.), 3, págs. 337-8; 1975: Igual título, BN (9 vols.), 9, pág. 3327.} Según nos informa Ernest Jones (1957, pág. 213), esta carta fue escrita a requerimiento de lacasa Fischer Verlag, editora de las obras de Mann, como parte del homenaje que se le tributó a este en su 60° cumpleaños. Ha sido imposible hallar una publicación de esta misiva anterior a la del Almanach 1936; véanse, no obstante, los comentarios que hago con respecto a la carta a Romain Rolland, AE, 22, pág. 211. Thomas Mann era un entusiasta admirador de Freud y escribió muchos comentarios elogiosos sobre él. En la biografía de Jones (1957, págs. 492-3) se incluye una larga carta de Freud a Mann acerca de Napoleón, redactada un año después de la presente, el 29 de noviembre de 1936.]
198 (Ventana-emergente - Popup)
[Freud contaba a la sazón 79 años.]